Kasuga Takao es tu protagonista promedio. Estudiante, ni muy bueno ni muy malo. No muy alto, tampoco es un enano. No es lindo pero tampoco es feo. Un típico chico japonés por donde lo mires.
Pero, el ser común, tan común como el pasar de los días, puede esconder un secreto.
Pero, el ser común, tan común como el pasar de los días, puede esconder un secreto.
Takao concurre a la escuela todos los días como se espera, estudia para sus exámenes y por supuesto, le gusta la chica más linda de la clase: Saeki Nanako.
Ella es tan linda, tan hermosa, tan buena, educada y encima inteligente. Es la piba que les gusta a todos los chicos del curso. Ella claramente ni lo registra, él es otro más. Nunca lo miraría demasiado, ni siquiera se percataría de sus gustos raros… como el hecho de que su libro favorito sea Las flores del Mal de Charles Baudelaire.
Un día, al volver al salón luego de clases por haberse olvidado su libro, Kasuga se encuentra con algo que le llama la atención. En el piso está una bolsa de esas que usan los japoneses para guardar el uniforme de gimnasia y encima es de Saeki. Eso con lo que ella practica deporte y suda en cada clase enfrente de sus ojos, la ropa que roza su cuerpo.
Kasuga, en plena pubertad, no puede evitar acercarse y oler el uniforme de su diosa (?!). Él sabe que lo que hace no está bien pero no puede evitarlo, ella huele a champú. En medio de su olfateada (?), escucha a alguien que se acerca y asustado se pone el uniforme debajo de su ropa y sale corriendo.
Ya está, Takao. Fuiste.
Asustado hasta las patas, va al otro día al colegio rezando porque nadie se haya dado cuenta pero viste como es el destino que mientras más querés algo y menos pasa, todo el mundo sabe lo del incidente. El profesor entra al salón con la noticia de que algún pervertido se robó el uniforme de Saeki. Takao respira tranquilo, por lo menos no saben que es él. Ahora sólo tiene que vivir con esta culpa el resto de su vida.
De regreso a casa, se topa con Nakamura Sawa, la rara del curso. Una piba que nunca entrega exámenes o los rompe, incluso insulta a los profesores en medio de la clase.
Sí, esa que nadie quiere relacionarse. Ella lo ve pasar y le comenta que lo vio leer libros extraños, porque se sienta atrás y siempre lo observa. Se sube a su bicicleta y le ordena que la lleve, porque ella lo vió mientras se robaba el uniforme de gimnasia de Saeki. Takao asustado se va deprisa a su casa tirándola dejando a Nakamura tirada en el suelo.
Los pecados de Takao lo atormentan, alguien lo vió. Alguien sabe lo que hizo. Aún cuando sea la más rara, esa que nadie quiere cerca, alguien sabe que se robó el uniforme de la chica que le gusta.
Pero Nakamura lejos de acusarlo o criticarlo, lo entiende.
Ella es tan linda, tan hermosa, tan buena, educada y encima inteligente. Es la piba que les gusta a todos los chicos del curso. Ella claramente ni lo registra, él es otro más. Nunca lo miraría demasiado, ni siquiera se percataría de sus gustos raros… como el hecho de que su libro favorito sea Las flores del Mal de Charles Baudelaire.
Un día, al volver al salón luego de clases por haberse olvidado su libro, Kasuga se encuentra con algo que le llama la atención. En el piso está una bolsa de esas que usan los japoneses para guardar el uniforme de gimnasia y encima es de Saeki. Eso con lo que ella practica deporte y suda en cada clase enfrente de sus ojos, la ropa que roza su cuerpo.
Kasuga, en plena pubertad, no puede evitar acercarse y oler el uniforme de su diosa (?!). Él sabe que lo que hace no está bien pero no puede evitarlo, ella huele a champú. En medio de su olfateada (?), escucha a alguien que se acerca y asustado se pone el uniforme debajo de su ropa y sale corriendo.
Ya está, Takao. Fuiste.
Asustado hasta las patas, va al otro día al colegio rezando porque nadie se haya dado cuenta pero viste como es el destino que mientras más querés algo y menos pasa, todo el mundo sabe lo del incidente. El profesor entra al salón con la noticia de que algún pervertido se robó el uniforme de Saeki. Takao respira tranquilo, por lo menos no saben que es él. Ahora sólo tiene que vivir con esta culpa el resto de su vida.
De regreso a casa, se topa con Nakamura Sawa, la rara del curso. Una piba que nunca entrega exámenes o los rompe, incluso insulta a los profesores en medio de la clase.
Sí, esa que nadie quiere relacionarse. Ella lo ve pasar y le comenta que lo vio leer libros extraños, porque se sienta atrás y siempre lo observa. Se sube a su bicicleta y le ordena que la lleve, porque ella lo vió mientras se robaba el uniforme de gimnasia de Saeki. Takao asustado se va deprisa a su casa tirándola dejando a Nakamura tirada en el suelo.
Los pecados de Takao lo atormentan, alguien lo vió. Alguien sabe lo que hizo. Aún cuando sea la más rara, esa que nadie quiere cerca, alguien sabe que se robó el uniforme de la chica que le gusta.
Pero Nakamura lejos de acusarlo o criticarlo, lo entiende.
“Sos un pervertido”.
Ella sabe por qué hace esas cosas, sabe que huele el uniforme de Saeki en su casa, y cuando Takao piensa que puede dejar atrás todo el asunto e incluso consigue una cita con Saeki, Nakamura lo obliga a asistir con el informe de gimnasia bajo su ropa. Porque tienen un contrato donde Nakamura no va a decir nada pero él tiene que obedecerla. Ella está dispuesta a darle rienda suelta a sus bajos instintos.
La sociedad tiende a reprimirte, a que tus deseos no sean deseos sino un pecado. Donde tu manera de ser no puede ser exhibida frente a la represión del qué dirá el otro.
Vivir en un pueblo como vive Takao, es por demás represivo. Tu vida es como debe ser, no cómo quisieras y eso es lo que le juega en contra. Nakamura hace lo que desea, cuando quiera, porque todos son una basura. Todos merecen morir, son lo más bajo que hay. Quiere llegar al otro lado, porque ella también es una pervertida.
Aún así, con su personalidad reprimida, Takao intentará establecer su relación con su musa Saeki. Con Nakamura en medio, incitándolo a destruir todo, y aún con la aceptación de la misma Saeki, cuando descubra su relación malsana con Nakamura, y todo lo que estuvo haciendo hasta ese momento.
Vivir en un pueblo como vive Takao, es por demás represivo. Tu vida es como debe ser, no cómo quisieras y eso es lo que le juega en contra. Nakamura hace lo que desea, cuando quiera, porque todos son una basura. Todos merecen morir, son lo más bajo que hay. Quiere llegar al otro lado, porque ella también es una pervertida.
Aún así, con su personalidad reprimida, Takao intentará establecer su relación con su musa Saeki. Con Nakamura en medio, incitándolo a destruir todo, y aún con la aceptación de la misma Saeki, cuando descubra su relación malsana con Nakamura, y todo lo que estuvo haciendo hasta ese momento.
Sobre el Autor:
Aku no Hana (literalmente “Las flores del Mal”) de Oshimi Shuzo, empezó su camino en la Bessatsu Shounen de Kodansha (la misma revista de Shingeki no Kyojin) en el 2009 y sigue actualmente publicándose contando con sólo siete tomos en el mercado.De momento su fama internacionalmente va creciendo de a poco y no cuenta con una versión en español mientras que en inglés, Vertical lleva editándola desde el año pasado alcanzó ya el tomo cinco.
En Japón se estrenó el pasado 5 de Abril el anime que será recordado por ser una
desastrosa adaptación de lo que pudo haber sido una genial serie. Esta… “cosa” producida por Zexcs (de quiénes traté de buscar algún anime digno de mención pero tienen una media bastante mediocre) levantó grandes críticas entre los fans al usar un estilo de animación basado en personas reales (ver video abajo). Si bien uno entiende por qué lo quisieron hacer así, resultó en algo espantoso y desacertado.
Personalmente pienso que Takao no se asemeja para nada a la imagen de loser que tiene en el manga. Hasta parece… normal.
Pero no todo es malo, creo. Entre los actores que interpretan a nuestros mal animados personajes está Mariya Ise (Killua en la remake de Hunter x Hunter, Hanako en Zetman) como Sawa, la tocadita y Yoko Hikasa (Mio de K-on!, Hana en Seikon no Qwaser) como Nanako, la nena linda . El gil del protagonista lo hace un actor completamente nuevo, Shinichirou Ueda, quién esperemos que no lo arruine todo aún más y haga un buen trabajo porque si no los van a colgar a todos desde las florcitas del mal.
Delicadeza aparte, se estipula que este anime va a contar con 13 episodios y muchos pronostican será el FAIL del año.