¿Qué hace que una serie –en este caso una sitcom- se vuelva “de culto”? ¿Qué define esa categoría, y cómo sabemos que un show entró en la misma, aún cuando no lo consumimos? ¿Una fuerte base de fans que llora, grita y patalea por todos los medios y redes sociales posibles cuando percibe una cancelación o la posibilidad de que no renueven para una nueva temporada? ¿Sólo eso? Evidentemente no, porque llegado el caso casi no existen shows televisivos yanquies que acumulen con el correr de los años una sólida base de fans que utilizarán todo lo que tengan a su alcance para mantener su serie al aire. No, la conjunción de muchos aspectos positivos dentro de un show, en conjunto con el rebote que consigue en la crítica y los medios, sumado al aporte que los fans hacen del mismo en las redes sociales es lo que termina ubicando una serie en este podio exclusivo, y Community es una de las pocas sitcoms de los últimos años que cumple con todos estos aspectos, con creces. Porque además detrás de cámara tuvo incontables traspiés, algunos de ellos dignos de ser recuperados por Jorge Rial y sus lacayos en el programa Intrusos, uno de los cuales terminó siendo históricamente anecdótico: el creador y showrunner de la serie fue despedido por la cadena que la emitía una vez finalizada la 3er temporada, para ser re-contratado al comenzar la quinta. Community hizo de la auto-referencia una forma de entretener, y esta semana gracias a la magia de yahoo volvió con su 6ta. y presumiblemente última temporada. Y por eso hoy, en Tierra Freak, vamos a homenajearla e intentar devolver algo del goce infinito que Jeff Winger y sus compañeros nos dieron.