Hubo una época donde conseguir algo legal de tu serie favorita era tarea muy difícil.
Internet no era tan accesible y a veces para ver un capítulo de algo que se transmitía en Japón, tenías que recurrir a vhs regrabados.
Un momento glorioso fue cuando el mercado español hacía todo más fácil y la gente era menos quisquillosa ante los regionalismos gallegos. Era común conseguir un Evangelion en casette según se había editado allá, un DNA² de 100 páginas de Norma o incluso no importaba perderte entre la serie roja, blanca y azul de Dragon Ball que editaba Planeta con tal de tener algo de Japón pero en tu idioma.
Hoy en día, Argentina, enfrenta un tiempo donde no necesita depender de otros mercados para explorar el japonés pero al estar esto todavía muy verde, tiene sus contratiempos que vienen de parte tanto de las empresas como de nosotros, los compradores.
Internet no era tan accesible y a veces para ver un capítulo de algo que se transmitía en Japón, tenías que recurrir a vhs regrabados.
Un momento glorioso fue cuando el mercado español hacía todo más fácil y la gente era menos quisquillosa ante los regionalismos gallegos. Era común conseguir un Evangelion en casette según se había editado allá, un DNA² de 100 páginas de Norma o incluso no importaba perderte entre la serie roja, blanca y azul de Dragon Ball que editaba Planeta con tal de tener algo de Japón pero en tu idioma.
Hoy en día, Argentina, enfrenta un tiempo donde no necesita depender de otros mercados para explorar el japonés pero al estar esto todavía muy verde, tiene sus contratiempos que vienen de parte tanto de las empresas como de nosotros, los compradores.
Este nunca fue un país fácil.
Y como en cualquier parte del mundo tiene un consumidor difícil y bastante complicado a la hora de satisfacer.
Llevamos por lo menos más de diez años con mangas editados por empresas nacionales y hemos podido explorar muchos géneros, aun así pareciera que nunca se está conforme y siempre se quiere más.
Entre por lo menos tres editoriales (algunas menos fantasmas que otras) se han editado títulos shoujo, shounen, seinen, josei,shounen ai, mangas clásicos y hasta con tintes eróticos.
Sailor Moon, Dragon Ball y Saint Seiya forman parte de los pesos pesados más conocidos del anime en Argentina y dos de esos tres títulos han sido publicados en el país. Evangelion, el emblema de los noventas y el anime más exitoso que emitió Locomotion, cuenta dos ediciones que están cerca de su finalización.
Autores como Rumiko Takahashi, Takehiko Inoue y CLAMP junto a otros autores menos emblemáticos como Mizuki Kawashita o Mayu Shinjo tienen varios títulos en versión nacional.
Según ya mencioné en “Una licencia vale más que mil palabras”, series como Shaman King o Trigun que son clásicos de hace diez años tienen su revancha desde el más allá con su edición argentina que se publica a partir del mes pasado.
One Piece, Naruto y Bleach son los tres mangas más populares que se publican hoy en día en la Shounen Jump y todos están siendo publicados a ritmo lento actualmente.
Todo esto se vende en Argentina y ha sido el logro de años del mercado, y el apoyo de la gente que con el tiempo se fue acostumbrado a leer mangas en su primera lengua y se alejó de esos tomos de Norma gigantes de 100 páginas que conseguíamos hace casi veinte años.
Tanto fue creciendo el manga en Argentina, que Editorial Ivrea se pudo dar el lujo de publicar la novela ligera de uno de los éxitos más grandes de Japón en los últimos años como es Suzumiya Haruhi no Yuutsu. Pocos países pueden decir que incursionaron en las novelas japonesas y siempre es por la misma razón, no funcionan.
Haruhi se hizo extremadamente popular cuando en abril del 2006, Kyoto Animation (K-on!!, Clannad), le dio vida a los personajes de la novela ligera con una serie de TV de 14 episodios. Este fenómeno mundial invadió Argentina y cualquiera que haya asistido a un evento de anime en esa época, recordará cómo cualquier pibito disfrazado de cualquier cosa bailaba el “Hare hare yukai”, el ending del anime, sin razón aparente.
Desde el 2010, fecha en que salió la novela en el país, la edición argentina ha sido criticada desde cosas como por el aspecto desacertado que Ivrea eligió para la ilustración de su tapa hasta por la traducción que optaron por los tomos. La poca aceptación de las letras en las que se originó el exitoso anime del 2006, sumado a la desaprobación del público fiel de Haruhi que ya había consumido las novelas traducidas de internet, forma lo que es el fracaso de las novelas ligeras en el país. No a todo el que le gusta el anime, quiere leer libros y eso quedó demostrado cuando la versión en manga de la misma serie, se consumió mucho más rápido que la obra literaria. Esto fue uno de los factores que llevó a Ivrea a cambiar la versión argentina de la novela por la que se publicaba en España y desde entonces la trae al país bajo la línea “Ivrea Import”, donde ya no tiene que producir el producto íntegramente en el país.
Novelas como Sword Art Online, Toradora!, Durarara!!y Bakemonogatari son de las más pedidas pero están lejos de las posibilidades de la única editorial que apostó por el rubro. Si la novela en la que se basó uno de los anime más populares en el país no vende, mucho menos lo harán los que siguen. Y si a un fanático no le interesa la versión argentina de su novela favorita, mucho menos lo hará si es de otra serie.
Y como en cualquier parte del mundo tiene un consumidor difícil y bastante complicado a la hora de satisfacer.
Llevamos por lo menos más de diez años con mangas editados por empresas nacionales y hemos podido explorar muchos géneros, aun así pareciera que nunca se está conforme y siempre se quiere más.
Entre por lo menos tres editoriales (algunas menos fantasmas que otras) se han editado títulos shoujo, shounen, seinen, josei,shounen ai, mangas clásicos y hasta con tintes eróticos.
Sailor Moon, Dragon Ball y Saint Seiya forman parte de los pesos pesados más conocidos del anime en Argentina y dos de esos tres títulos han sido publicados en el país. Evangelion, el emblema de los noventas y el anime más exitoso que emitió Locomotion, cuenta dos ediciones que están cerca de su finalización.
Autores como Rumiko Takahashi, Takehiko Inoue y CLAMP junto a otros autores menos emblemáticos como Mizuki Kawashita o Mayu Shinjo tienen varios títulos en versión nacional.
Según ya mencioné en “Una licencia vale más que mil palabras”, series como Shaman King o Trigun que son clásicos de hace diez años tienen su revancha desde el más allá con su edición argentina que se publica a partir del mes pasado.
One Piece, Naruto y Bleach son los tres mangas más populares que se publican hoy en día en la Shounen Jump y todos están siendo publicados a ritmo lento actualmente.
Todo esto se vende en Argentina y ha sido el logro de años del mercado, y el apoyo de la gente que con el tiempo se fue acostumbrado a leer mangas en su primera lengua y se alejó de esos tomos de Norma gigantes de 100 páginas que conseguíamos hace casi veinte años.
Tanto fue creciendo el manga en Argentina, que Editorial Ivrea se pudo dar el lujo de publicar la novela ligera de uno de los éxitos más grandes de Japón en los últimos años como es Suzumiya Haruhi no Yuutsu. Pocos países pueden decir que incursionaron en las novelas japonesas y siempre es por la misma razón, no funcionan.
Haruhi se hizo extremadamente popular cuando en abril del 2006, Kyoto Animation (K-on!!, Clannad), le dio vida a los personajes de la novela ligera con una serie de TV de 14 episodios. Este fenómeno mundial invadió Argentina y cualquiera que haya asistido a un evento de anime en esa época, recordará cómo cualquier pibito disfrazado de cualquier cosa bailaba el “Hare hare yukai”, el ending del anime, sin razón aparente.
Desde el 2010, fecha en que salió la novela en el país, la edición argentina ha sido criticada desde cosas como por el aspecto desacertado que Ivrea eligió para la ilustración de su tapa hasta por la traducción que optaron por los tomos. La poca aceptación de las letras en las que se originó el exitoso anime del 2006, sumado a la desaprobación del público fiel de Haruhi que ya había consumido las novelas traducidas de internet, forma lo que es el fracaso de las novelas ligeras en el país. No a todo el que le gusta el anime, quiere leer libros y eso quedó demostrado cuando la versión en manga de la misma serie, se consumió mucho más rápido que la obra literaria. Esto fue uno de los factores que llevó a Ivrea a cambiar la versión argentina de la novela por la que se publicaba en España y desde entonces la trae al país bajo la línea “Ivrea Import”, donde ya no tiene que producir el producto íntegramente en el país.
Novelas como Sword Art Online, Toradora!, Durarara!!y Bakemonogatari son de las más pedidas pero están lejos de las posibilidades de la única editorial que apostó por el rubro. Si la novela en la que se basó uno de los anime más populares en el país no vende, mucho menos lo harán los que siguen. Y si a un fanático no le interesa la versión argentina de su novela favorita, mucho menos lo hará si es de otra serie.
Otro de los rubros que cambió mucho durante los últimos quince años es la edición de anime en DVD.
Incursionando en lo que eran los casettes a finales de los noventas, podías consumir entre tanto video gallego de las películas de Mazinger Z y Captain Tsubasa, las de Sailor Moon, Saint Seiya y Dragon Ball editadas por Editorial Vértice. Empresa que también sacaba delicias como la revista “oficial” de dichas series junto a miles de bizarreadas como la revista “Otaku, última generación”. Ehm…
Todas estas ediciones tuvieron su punto muerto a través de la evolución salvo por apenas unos casos como Evangelion de GAINAX completa en dvd o películas como Akira de Katsuhiro Otomo o Metrópolis de Osamu Tezuka.
Incursionando en lo que eran los casettes a finales de los noventas, podías consumir entre tanto video gallego de las películas de Mazinger Z y Captain Tsubasa, las de Sailor Moon, Saint Seiya y Dragon Ball editadas por Editorial Vértice. Empresa que también sacaba delicias como la revista “oficial” de dichas series junto a miles de bizarreadas como la revista “Otaku, última generación”. Ehm…
Todas estas ediciones tuvieron su punto muerto a través de la evolución salvo por apenas unos casos como Evangelion de GAINAX completa en dvd o películas como Akira de Katsuhiro Otomo o Metrópolis de Osamu Tezuka.
Este año, AVH, luego de bastante tiempo apostando por el anime en DVD con Robotech, la serie completa o sus películas, finalmente se decidió a ampliar el terreno luego de haberse establecido.
Esta empresa ya tiene en su haber títulos importantes como la edición de las dos primeras películas de Rebuild of Evangelion y la serie de TV de Cowboy Bebop en su totalidad. Pero, como todo producto que “recién empieza”, las fallas de las colecciones se hacen notar.
Desde hace un año AVH viene editando la serie de Los caballeros del zodíaco de manera desordenada y poco responsable sin permitir aún que muchos clientes puedan completarla. La gran queja reside en que decidieron, por un tema de licencias, sacar toda la parte anterior a la saga de las doce casas y luego saltearla hasta la de Asgard y Poseidón. Esta ida y vuelta desordenada confundió al consumidor y provocó que muchos se perdieran en el camino. Pero AVH aún así intentó recuperarlos sacando las sagas en un cómodo pack de dvds que se puede conseguir en varias disquerías.
Sin desanimarse, siguieron apostando por el anime y durante el mes pasado de Octubre lanzó su colección “Anime Películas” que constará de diez entregas. Entre los títulos que se publicarán destacan “Lupin III: El castillo de Cagliostro” (Cagliostro no Shiro), película de 1979 que fue emitida por el canal The Film Zone en Argentina en un tiempo remoto que casi nadie recuerda, “Blood C: The last Dark”, la última película del 2012 basada en el universo de “Blood: Thelastvampire” y “Musashi, el último samurai” (Miyamoto Musashi: Souken ni Haseru Yume), película de Production I.G. del 2009 que cuenta la historia del escritor de “El libro de los cinco anillos”. Estas juntos a otros títulos como Detective Conan, Galaxy Express 999, Vampire Hunter D y Cobra forman parte de la apuesta de AVH por el cine nipón que ya tiene dos entregas en la calle. La primera que es doble con Robotech: Love live alive y Shadow Chronicles, y la segunda con Ghost in the Shell 2: Innocence, que fue promocionada como estreno exclusivo en DVD.
Las quejas no tardaron de llegar ya que la versión de AVH cuenta con doblaje español de España y en ningún lado fue aclarado que esto fuera así, a pesar de que se podría decir que sobreentiende cuando dicen que trae “doblaje castellano”. Otra queja recurrente es la calidad y que muchos prefieren las ediciones en bluray, medio en el que AVH no quiere meterse de momento al considerarlo poco rentable.
Esta empresa ya tiene en su haber títulos importantes como la edición de las dos primeras películas de Rebuild of Evangelion y la serie de TV de Cowboy Bebop en su totalidad. Pero, como todo producto que “recién empieza”, las fallas de las colecciones se hacen notar.
Desde hace un año AVH viene editando la serie de Los caballeros del zodíaco de manera desordenada y poco responsable sin permitir aún que muchos clientes puedan completarla. La gran queja reside en que decidieron, por un tema de licencias, sacar toda la parte anterior a la saga de las doce casas y luego saltearla hasta la de Asgard y Poseidón. Esta ida y vuelta desordenada confundió al consumidor y provocó que muchos se perdieran en el camino. Pero AVH aún así intentó recuperarlos sacando las sagas en un cómodo pack de dvds que se puede conseguir en varias disquerías.
Sin desanimarse, siguieron apostando por el anime y durante el mes pasado de Octubre lanzó su colección “Anime Películas” que constará de diez entregas. Entre los títulos que se publicarán destacan “Lupin III: El castillo de Cagliostro” (Cagliostro no Shiro), película de 1979 que fue emitida por el canal The Film Zone en Argentina en un tiempo remoto que casi nadie recuerda, “Blood C: The last Dark”, la última película del 2012 basada en el universo de “Blood: Thelastvampire” y “Musashi, el último samurai” (Miyamoto Musashi: Souken ni Haseru Yume), película de Production I.G. del 2009 que cuenta la historia del escritor de “El libro de los cinco anillos”. Estas juntos a otros títulos como Detective Conan, Galaxy Express 999, Vampire Hunter D y Cobra forman parte de la apuesta de AVH por el cine nipón que ya tiene dos entregas en la calle. La primera que es doble con Robotech: Love live alive y Shadow Chronicles, y la segunda con Ghost in the Shell 2: Innocence, que fue promocionada como estreno exclusivo en DVD.
Las quejas no tardaron de llegar ya que la versión de AVH cuenta con doblaje español de España y en ningún lado fue aclarado que esto fuera así, a pesar de que se podría decir que sobreentiende cuando dicen que trae “doblaje castellano”. Otra queja recurrente es la calidad y que muchos prefieren las ediciones en bluray, medio en el que AVH no quiere meterse de momento al considerarlo poco rentable.
En el cine, pocos fueron los casos que pudimos disfrutar tales como la primera película de Pokemon o algunas pocas de DragonBall Z. El anime era algo casi inexistente en los estrenos de los cines hasta que muy silenciosamente las películas de Ghibli empezaron asomar la cabeza luego de que “El viaje de Chihiro” (Sen to Chihiro no Kamikakushi) las popularizada con su estreno en el 2003. Luego la siguió “El increíble castillo vagabundo” (Howl no Ugoku Shiro) que apenas logró su emisión en el 2006, dos años después de su estreno en Japón igual que pasó con Chihiro.
Las aguas empezaron a moverse más rápido ya en el 2009, porque la última película en ese momento de Miyazaki que amenazaba con estirar la pata del mundo de la animación, se estrenaba en cines argentinos apenas con un año de diferencia de su Japón natal. “Ponyo y el secreto de la sirenita” (Gake no Ue no Ponyo) nos daba la bienvenida como la luz de la esperanza a la rápida expansión del cine japonés animado sólo para extinguirse rápidamente. Ponyo (que eventualmente fue editada por AVH) no gozó de buena propaganda ni de buenos horarios de proyección siendo el horario más accesible para días de semana el de las 16.30 hs. Obviamente, no se le tenía fe como película y se esperaba que sólo llamara la atención al público infantil.
Durante este año y gracias a la vuelta de Dragon Ball Z al cine, se armó una gran campaña entre los fanáticos de Latinoamérica para que “La Batalla de los Dioses” (DragonBall Z: Kami to Kami) se lograra emitir en cines para nosotros, los nenes grandes. Tanta fue la repercusión que la empresa Diamond Films no sólo se hizo cargo de la petición de los fanáticos sino que también se logró que la mayoría de las voces originales del anime doblado en México, volvieran para este reencuentro en los cines latinos después de más de diez años.
Este, aunque no lo parezca, es un gran paso para futuras películas de anime en los cines luego de tantos años de proyecciones clandestinas en teatros alquilados o pantallas armadas en salas inventadas en grandes eventos que sólo sirven para llenarle los bolsillos a dos o tres fulanos organizadores.
Esto puede significar que, a pesar de que muchos eventos de anime no respetaron la licencia de la película de Dragon Ball en los cines e igualmente la emitieron ilegalmente, otras futuras producciones de anime que fueron y son populares en Argentina puedan llegar de algún momento a otro.
Tal es el caso de la película de Saint Seiya en CGI que se planea emitir en Japón durante el 2014 por su 25° aniversario está en la mira de la misma distribuidora de “La batalla de los Dioses”, Diamond Films, para ser localizada en latinoamerica.
Las aguas empezaron a moverse más rápido ya en el 2009, porque la última película en ese momento de Miyazaki que amenazaba con estirar la pata del mundo de la animación, se estrenaba en cines argentinos apenas con un año de diferencia de su Japón natal. “Ponyo y el secreto de la sirenita” (Gake no Ue no Ponyo) nos daba la bienvenida como la luz de la esperanza a la rápida expansión del cine japonés animado sólo para extinguirse rápidamente. Ponyo (que eventualmente fue editada por AVH) no gozó de buena propaganda ni de buenos horarios de proyección siendo el horario más accesible para días de semana el de las 16.30 hs. Obviamente, no se le tenía fe como película y se esperaba que sólo llamara la atención al público infantil.
Durante este año y gracias a la vuelta de Dragon Ball Z al cine, se armó una gran campaña entre los fanáticos de Latinoamérica para que “La Batalla de los Dioses” (DragonBall Z: Kami to Kami) se lograra emitir en cines para nosotros, los nenes grandes. Tanta fue la repercusión que la empresa Diamond Films no sólo se hizo cargo de la petición de los fanáticos sino que también se logró que la mayoría de las voces originales del anime doblado en México, volvieran para este reencuentro en los cines latinos después de más de diez años.
Este, aunque no lo parezca, es un gran paso para futuras películas de anime en los cines luego de tantos años de proyecciones clandestinas en teatros alquilados o pantallas armadas en salas inventadas en grandes eventos que sólo sirven para llenarle los bolsillos a dos o tres fulanos organizadores.
Esto puede significar que, a pesar de que muchos eventos de anime no respetaron la licencia de la película de Dragon Ball en los cines e igualmente la emitieron ilegalmente, otras futuras producciones de anime que fueron y son populares en Argentina puedan llegar de algún momento a otro.
Tal es el caso de la película de Saint Seiya en CGI que se planea emitir en Japón durante el 2014 por su 25° aniversario está en la mira de la misma distribuidora de “La batalla de los Dioses”, Diamond Films, para ser localizada en latinoamerica.
Todas estas son pequeñas grandes señales para seguir apoyando la industria japonesa desde nuestro lugar adquiriendo los productos licenciados, siempre y cuando llegue en condiciones que se respeten.
Pero, si seguimos optando por el lado oscuro de la fuerza para consumir películas o mangas, después no nos podemos quejar de que no llegan o en qué manera lo hacen.
El consumidor hace la fuerza.