El 7 de mayo de un lejano 2015 me propuse comenzar a reseñar temporada tras temporada una serie de TV que tenía todos los créditos para transformarse en un clásico instantáneo de este medio, por supuesto me estoy refiriendo a Better Call Saul, el excelente spin-off de la mejor serie de todos los tiempos, Breaking Bad, sin saber con exactitud en ese momento cuantos años estaría llevando adelante esta cruzada. Al año siguiente se estrenó la 2da temporada de este show, y poco más de un año después la 3er temporada. Para cuando fuimos testigos de la 4ta temporada, en noviembre del 2018, muchos de nosotros comenzamos a formular las preguntas lógicas relacionadas con el futuro del show. ¿Una 5ta temporada no será demasiado para un chiste que salió bastante bien? ¿Better Call Saul va a terminar teniendo más capítulos que la serie original? ¿Es esto último realmente importante? Todas las respuestas a estas preguntas se sumarán al análisis incisivo de la última temporada del show en la reseña de Tierra Freak del día de hoy.
Saul Goodman en acción
Saquémonos el peso muerto de encima antes de avanzar con lo más jugoso de la reseña. Breaking Bad contó con 62 episodios distribuidos en 5 temporadas, la última de ellas emitida en dos bloques de 8 capítulos cada una, estrenados con una distancia de un año entre uno y otro, lo que nos lleva a pensar que, desde el lado del televidente la experiencia al consumir la serie fue similar a experimentar una 6ta temporada. Los productores de Better Call Saul (Vince Gilligan y Peter Gould) tienen pensado algo muy parecido para la producción que estoy reseñando el día de la fecha, ya que el final de la misma se dará el año que viene con una 6ta y última tanda que probablemente contará también con 10 episodios, como lo hicieron las 5 temporadas anteriores, sumando un total de 60 capítulos. Amén de lo poco significativo que sean estos números cuando se trata de la calidad narrativa del show, de todos modos no deja de ser llamativo que cada producción contará con casi la misma cantidad de episodios, casi como si se lo hubieran propuesto así desde un comienzo quienes llevan adelante estas épicas aventuras.
Quienes tienen una memoria prodigiosa y han leído las 4 reseñas anteriores sabrán que en algún momento yo también tuve mis dudas acerca de lo peligroso que suponía podía ser estirar demasiado las aventuras de Jimmy McGill, pero luego de haber disfrutado de esta última tanda pongo las manos en el fuego por este equipo y este producto, y estoy seguro el año que viene vamos a asistir, nuevamente, a un cierre épico y muy digno de una aventura que tuvo siempre como premisa la sorpresa. Un producto como Better Call Saul parecía estar condicionado a exactamente lo contrario, teniendo en cuenta que tanto el televidente conoce con anticipación el futuro no solo del protagonista sino también de algunos de los personajes secundarios más importantes. O sea, partamos de la sólida base de que contamos con la información de que en esta línea del tiempo "actual" en la que se desarrollan los eventos de las vidas de Jimmy, Mike y Gus, ninguno de ellos va a morir durante el desarrollo de la 6ta temporada. Y así y todo, los guionistas y productores nos enseñan, una vez más, una de las lecciones de vida más importantes como televidentes: la muerte o supervivencia de un personaje no tiene porqué ser relevante para la trama. La existencia de Breaking Bad como "futuro" de este show solo te condiciona el relato si vos, como guionista, permitís que lo haga. Por el contrario, quienes llevan adelante Better Call Saul no solo no le tienen miedo a este condicionamiento, juegan con el mismo todo el tiempo, bordeando los límites de la verosimilitud del relato, incorporando "nuevos" personajes como invitados en ciertos capítulos que en realidad son viejos conocidos de quienes fuimos testigos privilegiados de las aventuras de Walter White y su entorno.
Pero avancemos un poco en lo que nos regaló esta nueva entrega. Luego del final de la 4ta temporada, la cual sucedió hace casi un año y medio, nuestro héroe Jimmy finalmente logra recuperar sus facultades para obrar legalmente como abogado, y decide cerrar la transformación definitiva en ese Saul Goodman que todos conocemos y aprendimos a querer en la última década. Bob Odenkirk, una vez más, vuelve a entregarnos una de las mejores caracterizaciones de su extensa carrera, devolviéndonos la magia que envuelve al personaje cuando encuentra su lugar en el mundo, libre de las ataduras de la sombra que proyectaba su hermano Chuck en vida. En los primeros episodios de esta nueva entrega volvemos a ver en acción al personaje manejando su charlatanería clásica con una muñeca envidiable, utilizando un arsenal de recursos legales y muchísima imaginación e inventiva para llevar adelante cada uno de los casos que acepta. Jimmy/Saul tiene el control de la situación en todo momento y conoce de antemano el tipo de personas con las que tendrá que lidiar, y hace uso y abuso del sistema legal para sacar el mayor provecho posible, haciendo casi imposible que el televidente no caiga rendido ante su accionar. Uno no puede menos que admirar la velocidad de reacción que el personaje demuestra, y muchos de nosotros quedamos fascinados ante las facultades que despliega, las cuales por momentos incluso llegan a sorprender a su pareja, Kim Wexler, la exitosa abogada que una vez más está magistralmente caracterizada por una Rhea Seehorn impecable que en estos últimos 10 capítulos de la saga nos entrega un montón de momentos dramáticos inolvidables, dignos de todos los premios que la televisión pueda otorgar. Nuevamente, la relación entre ambos no deja de fortalecerse, aún cuando vuelven a aparecer momentos de crisis que podrían atentar contra la construcción que la pareja hizo, pero en este tramo el vínculo que los uno no solo forma parte del eje narrativo de la serie, se transforma en la motivación por la cual Jimmy se lanza al precipicio y atenta contra su salud. Cuando comenzamos a quitar cada una de las capas que cubren a Saul nos encontramos con un ser humano que no ha perdido aún la capacidad de poder empatizar y establecer un vínculo afectivo con alguien, y eso podría transformarse en el talón de Aquiles que termine por derrumbar toda la torre. O, contrario a lo que el televidente podría suponer, Kim podría ser el arma secreta de Jimmy ante las situaciones de mayor riesgo.
El baile de los Salamanca
Paralelo al devenir de la pareja Wexler-McGill tenemos un triángulo amoroso que no deja de regalarnos sorpresas, y es aquel formado por la tríada que componen Mike Ehrmantraut (Jonathan Banks) junto a Ignacio "Nacho" Varga (Michael Mando) y Gustavo "Gus" Fring (Giancarlo Esposito). Mike hizo sus intentos fallidos por despegarse de la sociedad con Gus pero finalmente tuvo que volver a congeniar con el genio arquitecto del narcotráfico en Albuquerque y sus alrededores. Y Nacho, por supuesto, es un pobre peón que no le queda otra que bajar la cabeza y operar como doble agente dentro del conflicto entre Gus y la familia Salamanca, y para tal fin deberá trabajar codo a codo con Mike. Para que toda la mezcla se transforme en nitroglicerina pura vuelve a aparecer Lalo Salamanca, el personaje caracterizado por Tony Dalton, quién viene a "supervisar" los negocios de su Tío, Héctor, desde México hasta las inmediaciones de Albuquerque, pero que en realidad esconde como objetivo final herir de muerte a la organización armada por Gus para tener herramientas para poder desacreditarlo delante de los capos del Cartel.
La 5ta temporada de Better Call Saul nos va a presentar los mejores momentos de la serie relacionados con la problemática que conlleva el tráfico de drogas, y eso va a incluir no solo las luchas internas por el control del territorio sino también operativos por parte de la DEA (con algunas sorpresas para los fans de Breaking Bad) y por supuesto enfrentamientos a los tiros, mostrando algunas de las más emocionantes escenas de acción de toda la saga. Y si bien comencé este segmento de la reseña mencionado que la situación entre Gus y la familia Salamanca se desarrollaba de forma paralela a la vida de Jimmy, por supuesto que llegará un momento en el cual la mierda relacionada con este conflicto termine llegando a la puerta de nuestro protagonista.
Llegado este punto, quiero explayarme en algo que amerita ser señalado de forma apropiada: la cinematografía de este show es una absoluta delicia, y contribuye a que la construcción de esta saga se transforme en una experiencia épica. Esos detalles de producción que he mencionado otras veces no solamente están puestos en la dirección de actores y en la incorporación inteligente de piezas que encajan con la cronología a futuro de Breaking Bad, Better Call Saul tiene su propio tono, su propio ritmo y su propia narrativa que la hermanan tanto como la separan de su serie "madre". Cada comienzo de temporada avanza en una retrospectiva en blanco y negro de lo que podemos suponer es el "futuro" de Jimmy, post-Breaking Bad, y ese relato en esta 5ta temporada tuvo la sorpresa de tener una de las últimas actuaciones de Robert Forster [en la piel de Ed Galbraith, personaje que también aparece en El Camino (2020), la nefasta película para Netflix que funciona como un epílogo de Breaking Bad] antes de que nos dejara, en octubre del año pasado. Pero esto solo forma parte de uno más de la enorme cantidad de detalles que acompañan a la construcción de un relato enorme, fuertemente conectado por las relaciones cruzadas entre personajes descarriados pero también por la incorporación de un montón de propuestas estéticas desde lo narrativo que supieron caracterizar a Breaking Bad y acá se explotan con muchísimo más tacto y de forma mucho más certera.
Better Call Saul es, sin duda alguna, uno de esos shows televisivos que todos deberíamos ver, y del cual todo el mundo debería estar hablando si no estuviéramos sufriendo una saturación de estrenos que termina por confundir y bloquear a la audiencia, que en muchos casos termina postergando el visionado de series ya en curso en pos de prenderse a nuevos estrenos. Una lástima, porque se están perdiendo de los últimos capítulos de una de las producciones más interesantes que tiene la televisión yanquie en este momento. Si Telecentro me lo permite, nos volvemos a leer muy pronto, aquí en Tierra Freak.