Actualmente los cómics gozan de un extraño prestigio en la cultura popular, concedido en gran medida por la proliferación de sus historias y personajes en otros medios y la consecuente aceptación social de lo que en otra época hubiese podido representar una condena social importante. "Basado en un cómic" parece ser un sello que cada vez tiene mayor valor a la hora de hablar de una serie o película, si bien mucha gente no sabe bien por qué, porque en una amplia parte de los casos jamás leyeron un cómic o tuvieron un acercamiento muy acotado al medio. Así las cosas, hay ciertos nombres y personajes que parecen pegar más entre los interesados, dentro y fuera de las viñetas, no en menor medida como fruto de la actividad en redes sociales e internet en general. Basta con que una viñeta o personaje se convierta en un "meme" para que pase a ser una pseudo-celebridad en el espacio virtual. Ni que hablar si tiene una película que lo acompañe.
Pensemos en el éxito desmedido que cosechó Marvel con sus Avengers (otrora una Liga de la Justicia de la B) o sus Guardians of the Galaxy (Avengers de la C). El humor, un look vistoso, una determinada actitud y el "boca a boca" han puesto a varios personajes de las viñetas en la mira de la cultura popular y los han convertido en íconos representativos de un medio, muchas veces sin merecer realmente ese estatus. En este contexto, para los lectores de cómics la palabra "sobrevalorado" es moneda corriente, y cada uno tiene su visión, acorde a sus conocimientos, de qué personajes merecen mayor o menor atención del ojo público.
A continuación les presento una breve lista con algunos de los personajes que con mayor frecuencia caen en la categoría de "sobrevalorados," acompañados de un pequeño análisis para determinar si efectivamente lo son, o sencillamente se volvieron demasiado grandes y saturaron a aquellos fans que los hicieron grandes en primer lugar.
Spawn.
Síntomas: Pensar la violencia gratuita como símbolo de madurez intelectual, adolescentes que no se sienten avergonzados de decir que leen cómics, mala interpretación del trabajo de grandes autores de los 80's, exceso de bolsillos y armas extremas e inverosímiles.
Spawn nació de la "imaginación" de Todd McFarlane en los 90's como título insignia de la por entonces emergente Image Comics. McFarlane venía de cosechar éxitos en Marvel con Spider-Man como guionista y dibujante, redefiniendo al personaje con un look más oscuro y siniestro para una nueva generación. McFarlane es una de las personas que más influencia tuvieron en definir el cómic de superhéroes durante los 90's y es el tipo de guionista que quedó fascinado con el trabajo de autores como Alan Moore y Frank Miller, pero hizo una interpretación pobre y equivocada de lo que ese tipo de autores quisieron hacer años antes. Sus historias cargadas de contenido explícito pretenden hacerle creer al lector que se lo está respetando y se lo considera una persona madura, pero en general dicen poco y nada que valga la pena recordar, incluso habiendo tenido a monstruos como el propio Alan Moore y Neil Gaiman en sus guiones.
Spawn cuenta la historia de Al Simmons, quien al morir hace un pacto con el demonio Malebolgia para volver a ver a su amada, a cambio de convertirse en un "Hellspawn" (Engendro del Infierno). Sin embargo, vuelve al mundo cinco años más tarde, sin memoria de lo que había hecho, para encontrar a su mujer casada con su mejor amigo. Ah, y tiene un traje que está vivo, le da poderes y supongo que sería el look que tendría The Prowler (de Spider-Man, personaje que McFarlane había dibujado) si fuera a un recital de Marilyn Manson.
En términos generales, Spawn es un símbolo de fantasías de poder medio vacías y representante de una predilección adolescente por páginas llenas de sangre, tetas y armas. Evidentemente, es lo que la época pedía y no sé si haya algo de malo con disfrutar sus historias (no voy a negar que de chico lo hice), pero la verdad es que no hizo ningún aporte real al avance y la maduración del medio, sino que más bien hizo lo posible por estancarlo. Leyendo los primeros años de historias de Spawn (Desconozco por completo qué sucede a partir del #101 en adelante) se puede notar que hace un esfuerzo demasiado obvio por integrar elementos narrativos y estilísticos de otros autores y otras obras reconocidas para darle un giro personal que nunca aparece.
Diagnóstico: Sobrevalorado, pero la serie animada fue un proyecto interesante y las figuras de McFarlane una auténtica revolución en el mercado del coleccionismo. Como alguien me dijo alguna vez: "Como autor, McFarlane es un gran empresario."
Venom.
Síntomas: "Lectores" de cómics que sólo miran los dibujos, desdén hacia otros villanos clásicos por no ser lo suficientemente oscuros.
Un personaje al que parece tenérselo en alta estima simplemente porque "se ve bien." En las mentes de muchísima gente, Venom es un villano "clásico" de Spider-Man, cuando la realidad es que hizo su primera aparición completa en 1988 de la mano de... Todd McFarlane.
Originalmente, Venom supo ser un personaje original, principalmente por ser el remate de la "saga del traje negro," que había comenzado en 1984 con la introducción del mismo en Secret Wars #8. Conceptualmente, funcionaba como un "Anti-Spider-Man," fiel a la tradición de villanos clásicos como Bizarro y Reverse Flash, pero luego de su éxito inicial, Marvel decidió incluirlo en una plétora de material multimedial (habiendo llegado a ser co-protagonista junto a Spider-Man de más de un videojuego) que incrementó exponencialmente su exposición y lo convirtió, para mucha gente, en el enemigo definitivo del arcácnido. El traje negro se volvió sinónimo de Venom y la mayoría lo asocia primero con él antes que con Spider-Man (ni hablar de Spider-Woman).
Así fue que Venom terminó protagonizando múltiples títulos que nos dejaron poco y nada, pasando de villano psicópata a anti-héroe y "protector letal". No es intrínsecamente un mal personaje y admito sentir cariño por varias de sus apariciones originales, pero en general se lo ha explotado puramente por su "shock value," y es un personaje insignia de la herencia de la imagen y la acción en detrimento de la sustancia, característica de los 90's.
Diagnóstico: Desvirtuado.
Originalmente, Venom supo ser un personaje original, principalmente por ser el remate de la "saga del traje negro," que había comenzado en 1984 con la introducción del mismo en Secret Wars #8. Conceptualmente, funcionaba como un "Anti-Spider-Man," fiel a la tradición de villanos clásicos como Bizarro y Reverse Flash, pero luego de su éxito inicial, Marvel decidió incluirlo en una plétora de material multimedial (habiendo llegado a ser co-protagonista junto a Spider-Man de más de un videojuego) que incrementó exponencialmente su exposición y lo convirtió, para mucha gente, en el enemigo definitivo del arcácnido. El traje negro se volvió sinónimo de Venom y la mayoría lo asocia primero con él antes que con Spider-Man (ni hablar de Spider-Woman).
Así fue que Venom terminó protagonizando múltiples títulos que nos dejaron poco y nada, pasando de villano psicópata a anti-héroe y "protector letal". No es intrínsecamente un mal personaje y admito sentir cariño por varias de sus apariciones originales, pero en general se lo ha explotado puramente por su "shock value," y es un personaje insignia de la herencia de la imagen y la acción en detrimento de la sustancia, característica de los 90's.
Diagnóstico: Desvirtuado.
Gambit.
Síntomas: Idealización del hombre misterioso y seductor de moral ambigua, poner de moda las gabardinas durante 10 minutos en los 90's.
Pídanle a un fanático de X-Men y/o a un fanático de Gambit que les haga una lista de cinco historias memorables que tengan a Gambit como protagonista y/o personaje clave. Lo más probable es que en ambos casos resulte imposible. ¿Cómo es que un personaje que a largo plazo ha aportado tan poco se haya vuelto tan popular?
Gambit fue creado en 1990 por el legendario padre adoptivo de los mutantes, Chris Claremont, en colaboración con el padre de gran parte de la verdura que asedió a la industria del cómic en los 90's (y en gran medida hasta el día de hoy), Jim Lee. De movida, el personaje fue creado de cara al declive general en calidad que sufrieron los mutantes por años hasta que los rescatara el cambio de siglo. Incluso para entonces, Gambit se llevaba la peor parte de la torta con títulos mediocres como la olvidable X-Treme X-Men, con un ya venido a menos Claremont en los guiones. Si analizamos la historia de los X-Men, es poco lo que recordamos de Gambit, más allá de que era un ladrón, su conexión con Mister Sinister y su rol en la Masacre Mutante. Y su irritante acento de Nueva Orleans, claro (No, no es francés). En tiempos relativamente recientes tuvo una participación medianamente rescatable en Messiah Complex, sin acaparar demasiada atención pero dando el presente en uno de los eventos mutantes clave de los últimos años. Hubo al menos tres intentos de darle una serie regular y lo más cerca que estuvo de brillar fue cuando se anunció que lo iba a escribir Peter David en X-Factor, pero no lo leí, así que no voy a emitir juicio al respecto.
El encanto principal de Gambit siempre corrió por cuenta de su carisma, la actitud de "chico malo" que intenta redimirse, encantador y seductor. Tal vez el elemento más recordado por la mayoría es su relación con Rogue, su amor imposible. Esa relación de tire y afloje entre el hombre seductor y la mujer de carácter fuerte caló hondo en toda una generación y esto no fue tanto gracias a los cómics, sino a la serie animada de los X-Men de los 90's. En definitiva, el mérito más grande de Gambit fue haber sido creado en esa época y haber terminado formando parte del equipo de aquella mítica serie animada, tomando el lugar de personajes clásicos como Nightcrawler y Colossus, que más allá de apariciones esporádicas, brillaban por su ausencia. Así fue como Gambit terminó participando en adaptaciones de queridas sagas clásicas como la de Phoenix y Dark Phoenix, sagas en las que no aparecía originalmente. Su presencia en la mitología de los X-Men era mucho más fuerte en la serie animada de lo que es, en retrospectiva, en los cómics. Incluso se las arregló para ser un personaje bastante querible, más allá de su atractivo estético, pero es algo que no supo perpetuarse en su paso por las viñetas. Puedo entender a todo aquel que le tenga cariño al personaje por haber crecido durante los 90's, pero (sin ningún tipo de malicia ni odio por el personaje) la verdad que no se me ocurren demasiados argumentos válidos para defender la pasión que despierta entre tantos fans, más allá de que les guste por ser "cool". Supongo que no tiene nada de malo y la verdad es que no niego que pueda haber tenido momentos en su época, pero es hora de dejar de incluirlo en las listas de "mejores personajes de la historia de los cómics".
Como sea, el año que viene lo vamos a ver en el cine de la mano de Channing Tatum y Fox, que por más que se cambie el nombre a "21st Century," no parece haberse enterado de que ya no estamos en los 90's. Así que seguramente tengamos Gambit para rato.
Diagnóstico: Sobrevalorado, pero querible desde la nostalgia si creciste en los 90's. A la espera de un buen guionista.
Pídanle a un fanático de X-Men y/o a un fanático de Gambit que les haga una lista de cinco historias memorables que tengan a Gambit como protagonista y/o personaje clave. Lo más probable es que en ambos casos resulte imposible. ¿Cómo es que un personaje que a largo plazo ha aportado tan poco se haya vuelto tan popular?
Gambit fue creado en 1990 por el legendario padre adoptivo de los mutantes, Chris Claremont, en colaboración con el padre de gran parte de la verdura que asedió a la industria del cómic en los 90's (y en gran medida hasta el día de hoy), Jim Lee. De movida, el personaje fue creado de cara al declive general en calidad que sufrieron los mutantes por años hasta que los rescatara el cambio de siglo. Incluso para entonces, Gambit se llevaba la peor parte de la torta con títulos mediocres como la olvidable X-Treme X-Men, con un ya venido a menos Claremont en los guiones. Si analizamos la historia de los X-Men, es poco lo que recordamos de Gambit, más allá de que era un ladrón, su conexión con Mister Sinister y su rol en la Masacre Mutante. Y su irritante acento de Nueva Orleans, claro (No, no es francés). En tiempos relativamente recientes tuvo una participación medianamente rescatable en Messiah Complex, sin acaparar demasiada atención pero dando el presente en uno de los eventos mutantes clave de los últimos años. Hubo al menos tres intentos de darle una serie regular y lo más cerca que estuvo de brillar fue cuando se anunció que lo iba a escribir Peter David en X-Factor, pero no lo leí, así que no voy a emitir juicio al respecto.
El encanto principal de Gambit siempre corrió por cuenta de su carisma, la actitud de "chico malo" que intenta redimirse, encantador y seductor. Tal vez el elemento más recordado por la mayoría es su relación con Rogue, su amor imposible. Esa relación de tire y afloje entre el hombre seductor y la mujer de carácter fuerte caló hondo en toda una generación y esto no fue tanto gracias a los cómics, sino a la serie animada de los X-Men de los 90's. En definitiva, el mérito más grande de Gambit fue haber sido creado en esa época y haber terminado formando parte del equipo de aquella mítica serie animada, tomando el lugar de personajes clásicos como Nightcrawler y Colossus, que más allá de apariciones esporádicas, brillaban por su ausencia. Así fue como Gambit terminó participando en adaptaciones de queridas sagas clásicas como la de Phoenix y Dark Phoenix, sagas en las que no aparecía originalmente. Su presencia en la mitología de los X-Men era mucho más fuerte en la serie animada de lo que es, en retrospectiva, en los cómics. Incluso se las arregló para ser un personaje bastante querible, más allá de su atractivo estético, pero es algo que no supo perpetuarse en su paso por las viñetas. Puedo entender a todo aquel que le tenga cariño al personaje por haber crecido durante los 90's, pero (sin ningún tipo de malicia ni odio por el personaje) la verdad que no se me ocurren demasiados argumentos válidos para defender la pasión que despierta entre tantos fans, más allá de que les guste por ser "cool". Supongo que no tiene nada de malo y la verdad es que no niego que pueda haber tenido momentos en su época, pero es hora de dejar de incluirlo en las listas de "mejores personajes de la historia de los cómics".
Como sea, el año que viene lo vamos a ver en el cine de la mano de Channing Tatum y Fox, que por más que se cambie el nombre a "21st Century," no parece haberse enterado de que ya no estamos en los 90's. Así que seguramente tengamos Gambit para rato.
Diagnóstico: Sobrevalorado, pero querible desde la nostalgia si creciste en los 90's. A la espera de un buen guionista.
Deadpool.
Síntomas: Idealización de lo ridículo y la cultura del meme, cosplayers que no leen cómics.
Supongo que no es coincidencia que prácticamente todos los personajes de la lista sean producto de la década de los 90's. El caso de Deadpool es realmente notable por cómo un personaje que dio tan poco terminó llegando a ser casi la voz de todo un sector de la cultura geek del nuevo milenio, a la que (tristemente) representa en gran medida. Hasta tuvo su propio videojuego y tiene una película en camino.
El personaje fue creado por el siempre infame Rob Liefeld durante su época en New Mutants. Cuando Fabian Nicieza (su guionista) vio el diseño le dijo que era igual a Deathstroke, enemigo de los Teen Titans de DC (serie que le gustaba a Liefeld), por lo cual para que el robo se disfrazara de homenaje, el guionista nombró a su personaje "Wade Wilson," en referencia a "Slade Wilson," nombre real de Deathstroke.
El personaje arrancó su carrera como otro enmascarado más de músculos amorfos y pies inexistentes del dibujante y en 1993, dos años después de su primera aparición, tuvo su propia miniserie, que supo cosechar cierto éxito, cual digno producto de violencia vacía y actitud "extrema" tan característico de los 90's. Un año después, Mark Waid escribió al personaje en otra miniserie. En declaraciones posteriores, el celebrado guionista comentó que si hubiese sabido más sobre el personaje antes de aceptar el trabajo, jamás hubiese aceptado escribirlo, pues un personaje que no pagara por sus crímenes representaba algo con lo que no estaba de acuerdo.
Con el correr de los años, Deadpool se fue volviendo cada vez más un antihéroe y menos un villano y el hecho de que sus guionistas escribieran con la idea de que en cualquier momento les cancelarían el título, les dio bastante rienda suelta para hacer cualquier cosa, lo cual gradualmente fue convirtiendo a Deadpool en un personaje de culto a través del cual reflejaron distintas vicisitudes de la cultura geek contemporánea, rompiendo cada vez más la cuarta pared y situando a Deadpool como una especie de vínculo entre el lector de cómics moderno y el mundo ficticio que habita, derivando en que se convirtiera no sólo en un personaje de cómics, sino en un personaje recurrente en redes sociales, en Youtube y, cosplayers mediante, en convenciones de cómics. Es que lo curioso es que cuando alguien se disfraza de Deadpool, esperamos un cierto comportamiento y la persona se pierde en el personaje. El fenómeno es ciertamente interesante y no creo que no haya nada para rescatar del mismo. Yo mismo he de admitir que me ha hecho reír en más de una ocasión, pero aquello que empezó como un recurso ingenioso terminó convirtiéndose en un vicio que, más que dar que pensar a través de la risa, terminó estupidizando un poco a la generación comiquera post-Facebook. De repente Deadpool se convirtió en un personaje popular que era tomado "en serio," incluido en eventos con superhéroes donde desentona y estorba y generando la noción de que es un buen personaje porque "está re loquito, como yo" o “porque mata y hace chistes” (argumentos reales que leí alguna vez en Facebook).
Tal vez la mejor encarnación del personaje es la que escribiera Rick Remender en Uncanny X-Force, donde supo crear un balance perfecto entre la locura inherente del personaje y un desarrollo serio que se siente muy honesto, logrando que el personaje funcione de manera muy orgánica en ese ambiente opresivo que pareciera serle ajeno a primera vista. No todo es tan oscuro como parece dentro de su historia, pero creo que la mayoría de sus fans piensan que es un buen personaje por las razones equivocadas, y en general lo celebran más de lo que merece. Lo cierto es que entre la película que se viene el año que viene y su reciente inclusión en los Avengers, su popularidad difícilmente deje de crecer.
Diagnóstico: Sobrevalorado, pero si consideramos de donde viene es notable la evolución que tuvo. Lo cierto es que tal vez no sea un personaje necesariamente horrible como a veces pensamos, sólo fuimos víctimas de la saturación, fundamentalmente por parte de sus fans en las redes sociales y convenciones.
Harley Quinn.
Oh, Harley. ¿Qué te han hecho?
Ya he hablado más en detalle sobre este pintoresco personaje en esta misma columna anteriormente, así que quienes me hayan leído aquella vez sabrán disculpar la reiteración de algunos puntos. En varios sentidos, Harley Quinn es el alma gemela de Deadpool en DC, si bien el camino que recorrió es diametralmente opuesto, ya que empezó de manera muy distinta. Hoy por hoy también se dedica a romper la cuarta pared y su popularidad desmedida también la llevó por un camino de cierta moralidad ambigua, habiéndose graduado de sidekick del Joker a protagonista de tintes heroicos. En sus inicios, Harley era bastante más inocente, lo cual supongo que no es de extrañar, considerando que fue creada para una serie animada que muchos veíamos cuando éramos chicos. El personaje se volvió bastante popular justamente: Era un personaje original, fresco y divertido. Si Batman tenía a Robin, ¿Por qué no podía el Joker tener un sidekick también? Harley representaba una especie de perversión retorcida de la relación entre Batman y Robin como compañeros, viviendo una relación que funcionaba a la inversa: Si Batman era duro con Robin para entrenarlo por su propio bien o para protegerlo, el Joker era dulce con Harley sólo para poder seguir abusando de su amor ciego, siempre con sus propios fines.
Actualmente muchos dirían que el personaje ha sido arruinado y hay veces en las que pienso que podría estar de acuerdo, aunque no por la razón que plantearía la mayoría. Cuando Harley hizo su transición hacia el mundo de los cómics (durante No Man's Land), lo hizo manteniendo prácticamente todos los elementos que tenía en la serie animada, por entonces aún vigente, popular y fresca en la mente de todos. El diseño, la historia y la personalidad eran iguales. En definitiva, si algo no está roto, no hay por qué arreglarlo. Desde entonces, sin embargo, el personaje ha atravesado cambios tan radicales que es prácticamente irreconocible a primera vista. La serie de videojuegos iniciada en Arkham Asylum la convirtieron lentamente en lo que muchos podrían llamar un "objeto sexual," exacerbando cada vez más una faceta más de femme fatale que de sidekick payasesca, despertando de paso una fuerte (muy fuerte) movida cosplayer. Si bien yo no tengo un problema puntualmente con esto, creo que sí fue un detonante de lo que no me termina de cerrar del personaje actualmente.
Tal vez el punto más alto de Harley vino en Mad Love, de la mano de su mismísimo creador, Paul Dini. Harley ya llamaba la atención de miles de espectadores en sus apariciones animadas en la serie de Batman, así que era lógico que eventualmente quisiéramos saber cómo fue que había llegado a formar parte de las fechorías del Joker como su cómplice. Mad Love fue una exploración un poco más a fondo del personaje y su relación con el payaso criminal. Retrataba muy bien la locura de Harley por él y la naturaleza abusiva de él hacia ella. Si bien hay quienes argüirán que la historia deja ciertos guiños a la vida sexual entre los dos personajes, es mayormente algo que queda a libre interpretación. Harley podrá desear al Joker, pero jamás se especifica que esto sea recíproco. Personalmente, creo que no lo es y jamás lo fue, pues considero al Joker un personaje asexuado que funciona bien así. Su libido está concentrada en desatar el caos y hacerle la vida imposible a Batman. Nada más. Al Joker le importa más un tipo vestido de murciélago que lo muele a golpes semanalmente que la chica linda en el ajustado traje de arlequín. En el origen de Harley en el Suicide Squad de los New 52, nos cuentan que directamente tuvieron sexo en el mismo (¿supuesto?) tanque de ácido en el que el Joker se convirtió en el Joker (Salvo que Scott Snyder tenga algo para decir al respecto ahora, supongo). La verdad es que me parece que el personaje era más interesante cuando no necesitaba recurrir a semejante nivel de vulgaridad para contar su historia y tener un desarrollo.
Creo que el principal problema es que Harley (y el Joker, de rebote) fueron víctimas del fanservice que pide a gritos la generación Tumblr (o afines). De alguna manera, su relación se terminó convirtiendo, en ciertos círculos, en embajadora de una perspectiva adolescente de quienes creen que tienen relaciones especiales y perturbadas, que piensan que "Mad Love" significa amar incondicionalmente de manera que la sociedad no comprende porque... No sé, porque se cortan con gillette y postean frases depresivas en Facebook. La realidad, me parece, es que implica una relación horrible de abuso por parte de un psicópata y una pobre enferma que poco tiene de ideal, especial o de amor, en definitiva. Pero bueno, a fin de cuentas estamos hablando de ficción y cada uno encuentra en ella lo que le sirve y le hace bien. Las empresas no harán más que explotar eso cuando lo encuentren.
Diagnóstico: Más desvirtuada que sobrevalorada. Creo que tiene de donde agarrarse para bancarse su popularidad, así sea por simple nostalgia, pero ha cambiado demasiado y es justo que haya quienes ya no la consideren el mismo personaje, aunque personalmente creo que no todos los cambios son necesariamente malos. La dirección que le están dando Amanda Conner y Jimmy Palmiotti actualmente parece estar devolviéndole al personaje algunos de sus elementos más clásicos, balanceándolos de manera sobria con sus características más modernas, incluso dándole la posibilidad de evolucionar y encontrar un cierto tipo de redención, así que no todo está perdido.
¿Qué personajes agregarían a la lista? ¿Encuentran ofensiva la inclusión de alguno de estos en la misma? No hay nada de malo con que disfruten de estos personajes, así que si es el caso sigan haciéndolo, pero tengamos un poco de pensamiento crítico una vez cada tanto. Pensé en incluir a personajes como Wolverine y Batman, pero creo que ellos sufren una sobre-explotación y una sobre-exposición, más que una sobrevaloración. Wolverine es un caso similar al de Gambit, pero a diferencia del mutante de las cartas, ha sabido tener un papel importante y digno en la historia de los mutantes y ha tenido varios guionistas que han hecho cosas interesantes con él. Batman, por su parte, sufre de muchos fans que lo idolatran pasando el borde de lo ridículo, pero el personaje se ha ganado su lugar en la cultura popular y sería muy necio negar su impacto y la calidad de muchas de las obras que lo tienen como protagonista, no sólo en historieta. El problema es, como en otros casos, que a mucha gente parece gustarle por los motivos incorrectos (Da igual si le gana o no a Superman, no es lo que hace al personaje).
Diagnóstico: Más desvirtuada que sobrevalorada. Creo que tiene de donde agarrarse para bancarse su popularidad, así sea por simple nostalgia, pero ha cambiado demasiado y es justo que haya quienes ya no la consideren el mismo personaje, aunque personalmente creo que no todos los cambios son necesariamente malos. La dirección que le están dando Amanda Conner y Jimmy Palmiotti actualmente parece estar devolviéndole al personaje algunos de sus elementos más clásicos, balanceándolos de manera sobria con sus características más modernas, incluso dándole la posibilidad de evolucionar y encontrar un cierto tipo de redención, así que no todo está perdido.
¿Qué personajes agregarían a la lista? ¿Encuentran ofensiva la inclusión de alguno de estos en la misma? No hay nada de malo con que disfruten de estos personajes, así que si es el caso sigan haciéndolo, pero tengamos un poco de pensamiento crítico una vez cada tanto. Pensé en incluir a personajes como Wolverine y Batman, pero creo que ellos sufren una sobre-explotación y una sobre-exposición, más que una sobrevaloración. Wolverine es un caso similar al de Gambit, pero a diferencia del mutante de las cartas, ha sabido tener un papel importante y digno en la historia de los mutantes y ha tenido varios guionistas que han hecho cosas interesantes con él. Batman, por su parte, sufre de muchos fans que lo idolatran pasando el borde de lo ridículo, pero el personaje se ha ganado su lugar en la cultura popular y sería muy necio negar su impacto y la calidad de muchas de las obras que lo tienen como protagonista, no sólo en historieta. El problema es, como en otros casos, que a mucha gente parece gustarle por los motivos incorrectos (Da igual si le gana o no a Superman, no es lo que hace al personaje).