La oferta de estrenos picantes e interesantes de series de t.v. nunca cesa, e incluso una columna semanal a veces no me permite, ni a mí ni al resto del fabuloso equipo que conformamos los que trabajamos en Tierra Freak, poder ofrecer un primer vistazo de las más relevantes para los intereses del sitio. Por suerte esta semana el mismísimo Saki pudo dar cuenta del estreno de la esperadísima Ash vs. Evil Dead, y teniendo en cuenta que hace algunas semanas fuimos testigos preferenciales del estreno en Cannes del regreso de The X-Files, siguiendo esa línea es que hoy decido presentarles un acercamiento a Quantico, otra serie más donde los protagonistas forman parte del F.B.I., como también lo hacen en Blindspot, con la salvedad de que en esta se narran dos sucesos a la vez acontecidos con 9 meses de diferencia uno de otro, uno de los cuales se va desarrollando mientras unos newbies reclutas realizan sus pruebas para poder calificar como futuros agentes de esta prestigiosa agencia.
Nine Eleven
Mi querido padre me dijo, allá lejos y hace tiempo, unos meses después de sucedido el hecho, que el atentado a las Torres Gemelas era el punto de inflexión del nuevo siglo, el incidente de carácter internacional que nos depositaba fehacientemente en lo que era la política y la economía internacional de esta nueva era. Algo de razón tuvo dado que 14 años después de ocurrido el hecho los medios de ficción siguen utilizando el mismo muchas veces como punto de partida para desarrollar sus tramas y Quantico, el nuevo show de la cadena ABC, es uno de ellos.
Para aquellos que nunca vieron una película o serie relacionada con el F.B.I., sepan que el cuartel de Quantico es el centro de formación de los agentes especiales y analistas que formarán parte de esta organización gubernamental. Es una agrupación de edificios que alberga los dormitorios y las instalaciones dispuestas para el entrenamiento, además de una zona boscosa de 1.6 km², y la cual es usada para cursos de formación no solo de agentes del F.B.I. sino también de la DEA, el organismo dedicado al combate de la droga. Usualmente los aspirantes a formar parte de este departamento se someten a un curso intensivo de capacitación de 20 semanas en el cual se pondrá a prueba su estado físico, su resistencia, pero sobre todo sus capacidades intelectuales y psicológicas para llevar adelante las misiones futuras, y siendo así, amén de que el solo hecho de haber ingresado a este período de capacitación tiene su peso, si luego de estas semanas de entrenamiento y evaluación no consiguen egresar como agentes, pierden cualquier posibilidad de hacerlo en el futuro.
El único punto destacable que tuvo el creador y showrunner de Quantico (Joshua Safran) previo a esta producción es la celebrada serie Gossip Girl, lo que nos debería preparar para un dramón humano de dimensiones épicas, y algo de eso se percibe en el aire. La protagonista, por ejemplo, es todo un hallazgo en ese punto, y además un fichaje histórico para la televisión yanquie. Priyanka Chopra (tal es su nombre), quien no guarda relación cercana con el Chopra famoso es una famosa actriz y cantante de Bollywood, y es la primera vez que una artista proveniente de este gigantesco y espectacular mercado Hindú protagoniza un show televisivo prime time hollywoodense. Ya hemos tenido otras actrices Hindúes trabajando en shows televisivos yanquies en roles importantes, la más reciente fue Tina Desai y su personaje en Sense8, pero nunca en el rol protagónico, y por lo que pude apreciar en los primeros capítulos de esta temporada, la elección fue más que acertada.
Flashback que me hiciste mal…
El antaño novedoso hoy devenido en cliché recurso del flashback toma un protagonismo inusitado en el piloto de Quantico, cuando en las primeras escenas vemos al personaje de Priyanka, la agente del F.B.I. Alex Parrish, levantarse por sobre los escombros de un atentado en la estación central de New York, y observar cómo es probable que sea una de las únicas sobrevivientes de uno de los ataques terroristas en suelo norte-americano más importantes desde el fatídico 11 de septiembre. Un grupo de oficiales uniformados la acompañan a un centro de inteligencia improvisado del F.B.I., y es ahí donde un agente la pone al tanto de la situación: al parecer este ataque fue perpetrado, en parte, gracias a la inteligencia ofrecida por un traidor, un agente del F.B.I. devenido en terrorista, y todas las pistas apuntan a que el mismo salió de Quantico, 9 meses antes, y formó parte de la misma promoción que Alex. Cuando un equipo de asalto encuentra a otro agente herido de bala en el departamento de la tal Parrish, junto con un montón del explosivo plástico C4, todo parece indicar que el “traidor” es ni más ni menos que la única sobreviviente encontrada en la escena, razón por la cual proceden a capturarla.
La serie, entonces, se va a manejar en dos tiempos: uno, 9 meses previos al atentado, donde asistiremos al entrenamiento de un puñado de jóvenes promesas, entre las que se encuentra Alex Parrish, por supuesto, junto con disímiles compañeros, y el otro avanzando sobre la investigación del atentado de forma paralela: el F.B.I. por un lado encima de la captura del personaje de Priyanka Chopra, quien logró escapar durante el traslado –ayudada por su antigua mentora-, y por el otro la misma Alex investigando el paradero de quienes la han incriminado, para poder dar con los verdaderos terroristas. Si no fuera por este detalle narrativo la serie no se separaría demasiado de un montón de shows televisivos que incluyen o no al F.B.I. pero que en términos generales están relacionados con actos terroristas y la posibilidad de prevenirlos, pero el hecho de que se narren vivencias de forma paralela separadas unos meses unas de otras, con casi los mismos personajes como centro de atención pero en situaciones adversas, en posturas opuestas y muchos de ellos articulando como héroes en un momento y como antagonistas unos meses después hace que el relato se torne muy interesante y por demás adictivo.
El trabajo de escritura de guión y la dirección de actores, sumado a la labor casi quirúrgica que se tiene que hacer para no cometer errores en el desarrollo de la trama pone por sobre la mesa un desafío enorme para todos los involucrados en la producción, que por el momento lo vienen superando semana tras semana. El televidente entra en el juego –un juego que por supuesto no puede ganar ni con trampa- de poder anticiparse a la trama y comenzar a deducir quienes podrían estar involucrados en el atentado, sobre todo cuando las historias personales de los reclutas que forman el epicentro de la historia tienen, cada uno, uno o dos detalles “turbios” sobre su pasado, algunos revelados en los primeros capítulos y otros deslizados a cuenta-gotas para estirar el suspenso al límite.
Averiguación de antecedentes
Un detalle no menor y que cada vez tiene más relevancia en la coyuntura de la televisión de ficción actual es el casting, y aquí es menester dedicarle al menos un par de párrafos, porque el hallazgo de Priyanka Chopra no es el único mérito. Para los que siguen The Flash y extrañan a Rick Cosnett en su papel de Eddie Thawne, podrán disfrutar nuevamente de este actor personificando a uno de los reclutas puesto a prueba. Para los que vieron la ya mencionada Sense8 lo tienen a Brian J. Smith, el policía de Chicago, dando vida al recluta Eric Packer, y a quienes llegaron a ver algunos capítulos del fracaso piratesco de Crossbones protagonizado por John Malkovich, la tienen a la libanesa Yasmine Al Massri caracterizando a dos agentes gemelas. Graham Rogers, quien también compone a un recluta de los que se van a dedicar al análisis ya había tenido una participación relevante en Revolution, esa “otra” serie de Eric Kripke, el creador de Supernatural, que no tuvo un final feliz. La preciosura de Anabelle Acosta viene de trabajar en Ballers, una interesante serie de HBO con Dwayne Johnson que se explaya sobre el negocio del fútbol americano, mientras que Josh Hopkins fue un abonado a Cougar Town.
Si bien al principio se establecen algunas relaciones bastante forzadas entre el grupete de personajes iniciales que abordan las semanas de instrucción y capacitación, salvo honrosas excepciones a medida que la trama avanza las inter-conexiones personales cobran sentido para establecer las sospechas y elevar un manto de duda sobre prácticamente todos los personajes, inclusive los instructores, y eso hace que la excitación por ver el capítulo siguiente no decaiga, pero nada de esto podría funcionar sin una trama coherente, la cual de todos modos no puede escapar de contener algunas situaciones rayadas en lo extremo que responden más a la necesidad de generar dos o tres momentos de tensión y un clímax en cada capítulo que un desarrollo fluido y armonioso del entramado de secretos y revelaciones que se va desenmarañando conforme avanzan los episodios. De todos modos, el sustento de todo esto son las actuaciones de este casting que fue elegido con buen criterio y al cual no le fue necesario la incorporación de absolutamente ningún actor “célebre” traído del cine para llamar la atención de la audiencia, que por lo que tengo entendido viene respondiendo mejor de lo que los productores esperaban, ya que si bien el rating fue descendiendo capítulo a capítulo, la base con la que arrancó fue lo bastante alta como para que ABC ordenara extender la temporada inicial pautada en 13 episodios a 19.
Por todo lo mencionado hasta el momento y por poder acceder de primera mano a los ejercicios de entrenamiento que tienen estos aspirantes a agentes especiales, sumado al trabajo de investigación del que somos testigos para determinar el origen del ataque terrorista es que, en Tierra Freak, le apostamos un par de fichas a este show, y lo señalamos como una opción viable y potable para los fans de este género. Nos volvemos a leer la semana que viene.