miércoles, 8 de mayo de 2013

The Host - La Huésped - Desde Vampiros que brillan al sol hasta usurpadores de cuerpos.


En un futuro la Tierra es invadida por aliens y estos se alojan en los cuerpos de los hombres, controlando también sus mentes. Wanderer, quien habita el cuerpo de Melanie, no se puede acostumbrar del todo a soportar sentimientos fuertes, emociones y recuerdos intensos, se le hace aún más difícil cuando Melanie lucha desde dentro para conservar el control de su mente desplegando recuerdos de Jared, el hombre que siempre amó. La insistencia y magnitud de estos sentimientos domina a Wanderer hasta acabar deseando a un hombre que jamás vió. Las circunstancias en las que se ven envueltas hacen que ambas se terminen aliando y saliendo en busca de su amado, muy a su pesar.

Stephanie Meyer, la culpable de la saga Crepúsculo (Twilight, originalmente), no perdió el tiempo, meses después de finalizar dicha saga con su último libro, sacó a la venta La Huésped (The Host - 2008), primer libro de tres. Leíste que hizo antes la autora y ahora solo pensás en lluvia de melasa, corazones y vampiros que brillan al sol destilando miradas de boy band? Casi, pero no.

Andrew Niccol es el encargado de dirigir y quien está atrás del screeplay, éste se encargó de escribir y Gattaca (1997), S1m0ne (2002), Lord of War (2005), e In Time (2011). En este caso hay un trabajo correcto, pero no le llega ni a los talones a ninguna de su filmografía y se nota. La edición es buena y el ritmo, para lo que son las situaciones planteadas, esta bien, Niccol debe haber hecho malabares con los huecos donde no pasa nada, que son muchos.
dirigir pelis recordables como

El film entretiene pero los huecos mencionados lo hunden en cámara lenta a las profundidades del olvido. Las dos horas que dura se hacen eternas, hay una carencia de narrativa básica notable hasta para espectadores casuales. Nos intentan vender un triángulo amoroso que no tiene siquiera una pista donde apoyarse, pasa a ser algo intangible.
Hemos visto infinidad de veces una entidad usurpando un cuerpo y luchando con el interior del mismo, pero esta vez le gana a todas... en diálogos monótonos y hasta ridículos. Se quiere vender tensión dramática cuando carece de una estructura sólida, actuaciones correctas y desarrollos decentes, no tiene ni un punto clave.

En conclusión, tenemos una película rutinaria, con plagada de momentos trillados y bostezables, donde lo
poco que pasa se estira durante dos horas, casi sin acción. No hay cosas destacables salvo la dirección que es correcta. Me atrevo a decir que será aburrida hasta para el público adolescente al que apunta.

Como viene la mano, si esto fuese una versión triste de Celebrity Deathmatch, habría que subir al ring a Sthephanie Meyer para que pelée contra Uwe Boll.

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