Hay quién dice que la vida es ingrata con los padres.
Ellos nos tienen, nos dan todo, nos cuidan e inevitablemente, nos vamos y también nos convertimos en padres quizás dejándolos un poco de lado para después repetir esta experiencia como nuestra.
Esto no es algo intencional. Es un ciclo común de la vida que se transcurre una y otra vez. Pero, aun sabiendo que el día en que eso pase es inevitable, nuestros padres siguen dando todo.
Tal como Hana les da a sus hijos.
Ella conoció al padre de sus hijos en la universidad. Él se metía entre los demás alumnos para tomar clases aún cuando no pertenecía a la clase. Hana lo descubrió y lo entendió. Lo ayudó a tomar sus clases y le prestó sus libros para que pudiera entender todo aún más.
El tiempo pasó, su relación creció y se notaba que había algo más que una amistad.
Ookami kodomo no Ame to Yuki comienza con el relato de Yuki, la hija mayor de esta pareja que nos cuenta como sus padres se conocieron y como él tenía un gran secreto: es un hombre lobo.
Nada que ver con los cuentos o con la leyenda. No hay luna llena que lo transforme.
Los hombres lobo existen y son algo menos exagerado que cualquier historia que hayas escuchado.
Hana comprende la naturaleza de su novio y lo acepta tal como es. Juntos conviven y son muy felices. Tanto que llega su primera hija, Yuki, y un año después su hijo, Ame.
La bendición de ser padre es muy grande pero él llega a disfrutarlo poco.
Un día su marido no llega y Hana sale a buscarlo. La tragedia los encuentra y ella ve como se lo llevan mientras tiene su forma de lobo al encontrarlo muerto bajo un puente.
Llorarlo es un lujo que ella no tiene dadas las circunstancias y sus hijos requieren toda la atención posible.
Las dificultades acechan la crianza y es muy difícil controlar sus transformaciones. Los dos heredaron la naturaleza de su padre y son chicos muy pequeños como para que entiendan que los hombres lobo no forman parte de la sociedad.
Es por eso que ante las sospechas de sus vecinos, optan por irse a vivir en el campo. Casi en medio de la nada, un lugar donde sus hijos puedan elegir como quieren vivir su vida.
Allí, Ame y Yuki entenderán que no están dentro de lo común y que desarrollar su vida humana como animal es algo muy importante. Tanto que esto puede llevarlos por caminos separados e incluso alejarlos de su madre.
Ellos nos tienen, nos dan todo, nos cuidan e inevitablemente, nos vamos y también nos convertimos en padres quizás dejándolos un poco de lado para después repetir esta experiencia como nuestra.
Esto no es algo intencional. Es un ciclo común de la vida que se transcurre una y otra vez. Pero, aun sabiendo que el día en que eso pase es inevitable, nuestros padres siguen dando todo.
Tal como Hana les da a sus hijos.
Ella conoció al padre de sus hijos en la universidad. Él se metía entre los demás alumnos para tomar clases aún cuando no pertenecía a la clase. Hana lo descubrió y lo entendió. Lo ayudó a tomar sus clases y le prestó sus libros para que pudiera entender todo aún más.
El tiempo pasó, su relación creció y se notaba que había algo más que una amistad.
Ookami kodomo no Ame to Yuki comienza con el relato de Yuki, la hija mayor de esta pareja que nos cuenta como sus padres se conocieron y como él tenía un gran secreto: es un hombre lobo.
Nada que ver con los cuentos o con la leyenda. No hay luna llena que lo transforme.
Los hombres lobo existen y son algo menos exagerado que cualquier historia que hayas escuchado.
Hana comprende la naturaleza de su novio y lo acepta tal como es. Juntos conviven y son muy felices. Tanto que llega su primera hija, Yuki, y un año después su hijo, Ame.
La bendición de ser padre es muy grande pero él llega a disfrutarlo poco.
Un día su marido no llega y Hana sale a buscarlo. La tragedia los encuentra y ella ve como se lo llevan mientras tiene su forma de lobo al encontrarlo muerto bajo un puente.
Llorarlo es un lujo que ella no tiene dadas las circunstancias y sus hijos requieren toda la atención posible.
Las dificultades acechan la crianza y es muy difícil controlar sus transformaciones. Los dos heredaron la naturaleza de su padre y son chicos muy pequeños como para que entiendan que los hombres lobo no forman parte de la sociedad.
Es por eso que ante las sospechas de sus vecinos, optan por irse a vivir en el campo. Casi en medio de la nada, un lugar donde sus hijos puedan elegir como quieren vivir su vida.
Allí, Ame y Yuki entenderán que no están dentro de lo común y que desarrollar su vida humana como animal es algo muy importante. Tanto que esto puede llevarlos por caminos separados e incluso alejarlos de su madre.
¿Esta cosa tiene algo que ver con el manga?
Sí. Y vamos por partes porque puede ser muy largo.
Ookami kodomo no Ame to Yuki (Los chicos lobo: Ame y Yuki) se estrenó en cines japoneses el 25 de julio del 2012 con una expectativa muy grande.
La producción estuvo a cargo de Studio Chizu con la colaboración de Madhouse (Hellsing Ultimate, Death Note) y la dirección por Hosoda Mamoru, hombre que es muy conocido por traernos delicias como Summer Wars, Toki wo kakeru shojo (La piba que saltó a través del tiempo), Digimon: Bokura no War Game (o Summer Wars con Digimon(?)). Y también estuvo a cargo de la película más bizarra de One Piece: Omatsuri danshaku to Himitsu no Shima (El Barón Omatsuri y la isla de la flor fumona).
Tanto este hombre como Madhouse nos tiene acostumbrados a una animación muy flashera con un argumento de esos que sólo se te podrían ocurrir en tus sueños más locos.
Los paisajes no decepcionan. Los mares y las montañas son bellos e incluso muchas escenas parecen fotografías. A todo esto, le sumamos que el diseño de personajes lo hizo el genial Yoshiyuki Sadamoto (Evangelion, .Hack//) que jamás le erra y nos deja personajes muy humanos.
Su hermosa OST estuvo compuesta por Takagi Masakatsu que si bien no tuvo otros trabajos en películas de animación, laburó en varias publicidades y algunas otras películas.
Sacando a Hana, que fue interpretada por Miyazaki Aoi (Yume en Someday’s dreamers), los otros protagonistas no tuvieron seiyuus reconocidos por otros trabajos en animación así que voy a resaltar a Momoka Oono (12) y a Amon Kabe (10), que son los nenes chulos que hicieron las voces de Yuki y Ame respectivamente.
En abril del 2012, se empezó a serializar en la Young Ace (Evangelion, Another) de Kadokawa Shoten el manga que adapta la película mientras que en Junio de ese año, la misma editorial sacó esta historia en formato novela. El manga se sigue editando hasta el día de hoy y lleva recopilados apenas dos tomos. La novela terminó en un tomo autconclusivo.
No sólo a mi me pareció una película excelente sino que a los del Japan Media Arts también porque le dieron un premio a mejor película animada. Otros premios que se llevó fue el New York International Children’s Festival, dos premios en el Oslo Films from the South y Animación del año en el Japan Academy Prize durante el 2012 y el 2013.Ookami kodomo no Ame to Yuki (Los chicos lobo: Ame y Yuki) se estrenó en cines japoneses el 25 de julio del 2012 con una expectativa muy grande.
La producción estuvo a cargo de Studio Chizu con la colaboración de Madhouse (Hellsing Ultimate, Death Note) y la dirección por Hosoda Mamoru, hombre que es muy conocido por traernos delicias como Summer Wars, Toki wo kakeru shojo (La piba que saltó a través del tiempo), Digimon: Bokura no War Game (o Summer Wars con Digimon(?)). Y también estuvo a cargo de la película más bizarra de One Piece: Omatsuri danshaku to Himitsu no Shima (El Barón Omatsuri y la isla de la flor fumona).
Tanto este hombre como Madhouse nos tiene acostumbrados a una animación muy flashera con un argumento de esos que sólo se te podrían ocurrir en tus sueños más locos.
Los paisajes no decepcionan. Los mares y las montañas son bellos e incluso muchas escenas parecen fotografías. A todo esto, le sumamos que el diseño de personajes lo hizo el genial Yoshiyuki Sadamoto (Evangelion, .Hack//) que jamás le erra y nos deja personajes muy humanos.
Su hermosa OST estuvo compuesta por Takagi Masakatsu que si bien no tuvo otros trabajos en películas de animación, laburó en varias publicidades y algunas otras películas.
Sacando a Hana, que fue interpretada por Miyazaki Aoi (Yume en Someday’s dreamers), los otros protagonistas no tuvieron seiyuus reconocidos por otros trabajos en animación así que voy a resaltar a Momoka Oono (12) y a Amon Kabe (10), que son los nenes chulos que hicieron las voces de Yuki y Ame respectivamente.
En abril del 2012, se empezó a serializar en la Young Ace (Evangelion, Another) de Kadokawa Shoten el manga que adapta la película mientras que en Junio de ese año, la misma editorial sacó esta historia en formato novela. El manga se sigue editando hasta el día de hoy y lleva recopilados apenas dos tomos. La novela terminó en un tomo autconclusivo.