Ni sueñen que voy a comenzar esta reseña con una cita a la letra del mítico tango Volver de Alfredo Le Pera, para clichés ya está la nota en sí. Anoche se celebraron los 20 años de la mítica Comiqueando, la revista de información, análisis y divulgación sobre la historieta más importante que tiene nuestro país. No sé porque acabo de poner “más importante”, como si en algún momento de estas 2 décadas otra publicación Argentina haya estado siquiera a la altura de los talones de la Comicu… La base del homenaje radica, en parte, en eso: Andrés y Diego Accorsi y el resto de los carapintadas insurrectos que los han acompañado le hicieron el aguante al medio desde las trincheras y decidieron darle para adelante con este proyecto en una época donde el Turco se nos estaba comenzando a cagar de risa en la cara ya sin tanto disimulo y estaba rifando hasta la tanga de tu vieja. Aquí en Tierra Freak desde que el sitio está on-line siempre estuvimos pendientes del estado de salud de los proyectos relacionados con esta revista, muestra de eso son las entrevistas que Saki hizo para celebrar los 15años y para anunciar el relanzamiento del nuevo formato y la aparición de la Komiku. Expuesto esto, no veo necesidad para ahondar en explicaciones sobre que es la Comiqueando y mucho menos quien es Andrés Accorsi, la chapa que tienen él y su hermano, Diego, ni tampoco en el CV de quienes lo han acompañado en estos años, voy a ir directo al hueso del asunto y narrarles que sucedió anoche en este festejo emotivo y trascendental para el ambiente comiquero.
♫ ¡Yo quiero mi pedazo, porqué no me lo dan! ♫
El lugar elegido para esta mítica reunión no podía ser más acertado: Ultra Bar, ubicado en San Martín 678, pleno microcentro de Capital Federal, es un Bar/boliche conocido por todo aquel que disfrute de la música retro de los ’80 y ’90 que además suele ser sede de artistas independientes para las presentaciones de sus discos, y que cuenta con el espacio y todas las comodidades que necesitaba un evento como este. El clima que vino golpeando a esta ciudad durante los últimos 2 días no fue el más grato –casi 48 horas de lluvia ininterrumpida- y no cedió anoche, pero esa no fue excusa –por suerte- para detener a la horda de fans que se acercaron a Ultra Bar a disfrutar de una velada encantadora, ni tampoco para que se genere el ambiente del palo comiquero que una celebración como esta nos iba a brindar. Apenas ingresábamos al Bar, en la antesala del local, podíamos disfrutar de un mini-museo dedicado a la confección de la Comiqueando, con la exposición de los diseños preliminares del logo que Diego Accorsi hizo para el número uno y la confección de aquella inolvidable tapa con el Superman de pelo largo vivito y coleando en 1er plano. También había dispuesto un mini kiosco con suvenires para adquirir, como remeras, filminas con portadas clásicas de la revista, posters y demás chiches piolas que siempre vienen bien. Pero seguro que a el lugar de la antesala al que más atención le prestaron los que asistieron a la reunión fue a la mesa del avechucheo infinito: un lugar donde se dispusieron toneladas de números de la revista Comiqueando para que los presentes pudieran completar sus colecciones… ¡Absolutamente gratis! ¡Y sin el más mínimo control! ¡Una locura! Yo tuve que pedir un flete para volverme a mi casa, y llevo desde las 7 de la mañana creando artículos en Mercado Libre para venderlas una por una. Accorsi colabora con nuestra economía. ¡Gracias!
Chiste aparte, fue un detalle realmente precioso por parte de los organizadores y, amén de que uno podía efectivamente completar su colección, esa mesa era un viaje nostálgico cuasi-psicodélico a épocas que habíamos olvidado, con artistas que hoy quizás partieron a otros mundos o sencillamente están desaparecidos del mercado, un registro histriónico de millones de momentos por los que el medio transitó, y que la Comiqueando de una u otra forma supo acompañar con reseñas, críticas, debates y entrevistas. Tener la colección completa de esta publicación es poseer una Biblia completísima, ajustada y muy afilada de las últimas dos décadas de historia en cuadritos, e incluso de un poco más.
El Podcast de mi Vida
Esta reunión tuvo dos objetivos: el principal es el que mencioné al inicio de la reseña, pero hay un segundo casi tan noble como el primero, y que tiene que ver con el formato actual en el cual Accorsi y sus Magníficos siguen abriendo cabezas a las nuevas generaciones. Desde octubre del 2008, y por iniciativa de Martín Fernández Cruz, desde el sitio comiqueando.com.ar, el lugar virtual donde vive hoy el espíritu de estos editores y redactores, se han lanzado de forma periódica unos Podcasts [programas de radio grabados en vivo y preparados para ser descargados en formato digital] que han nutrido a nuestra fauna comiquera de debates chispeantes y momentos hilarantes que son el deleite del fandom, pero que con el correr de los años van requiriendo una renovación en los equipos utilizados para grabar los mismos. Lo recaudado con las entradas y las compras en el kiosquito de anoche se invertirá en la compra del hardware necesario para poder seguir entregando estos podcasts con la mayor calidad posible. Sumado a esto, parte del evento de anoche consistió en grabar el Podcast #60 ahí, en vivo, con el público que asistió a la fiesta presente, y con la posibilidad de que el mismo pudiera intervenir con preguntas, gritos y comentarios. La historia de los Podcasts, con solo 6 añitos, es ya enorme, muy nutrida, llena de anécdotas memorables y que tuvo invitados de lujo: el conductor de los mismos fue el ya mencionado Martín, y los invitados más recurrentes fueron, por supuesto, Andrés Accorsi, Fede Velasco, Hernán Khatchadourian, Javier Hildebrandt y Lucas Ferrero, pero también han deambulado por los mismos Dani Acosta, Diego Accorsi, Amadeo Gandolfo, Germán Tolosa, Matías Timarchi, Fernando García, José María Gutierrez, Luciano Saracino, Mariela Acevedo, Quique Alcatena, Lucas Varela, Gustavo Sala, Sebastián De Caro y Laura Vazques Hutnik, estos tres últimos presentes también anoche al igual que varios de los colaboradores habituales de la Comiqueando.
La estrella de la Noche
Y es así como, finalizando esta reseña, llegamos a lo que fue entonces el evento principal de la noche, el esperado Podcast en vivo, conducido de manera ejemplar por Seba De Caro y Martín Fernandez Cruz y con la activa participación de Andrés y Diego Accorsi acompañados por Fernando Festino [Dr. Sax], Dani Acosta, Fede Velasco y Javier Hildebrandt, donde hicieron un recorrido cronológico por el paso del fanzine al primer número de la Comiqueando, relatando las complejidades a las que se tenían que someter en una época donde internet era apenas un bebé prematuro de difícil acceso y poca utilidad y donde las posibilidades técnicas para llevar adelante una publicación gráfica seria estaban fuera del alcance de cualquier mortal y requerían de contactos, y muchas veces de la utilización de equipos ajenos a horas anti-comerciales lejos de los ojos de los dueños de dichos equipos, gracias a la gauchada de amigos y colaboradores de esos años. De la mano de la memoria de todos, pero sobre todo de Andrés y Diego que fueron los que estuvieron en esto desde el principio, fuimos testigos una vez más del recorrido que la revista hizo, de las variopintas formas en las que cada uno de los miembros del staff se fue incorporando al equipo, de las historias detrás de los cambios de formato, los cambios de editores, los pormenores de los cierres de ciertas épocas, las razones de las resurrecciones, el destino final de algunas de las ediciones hermanas de la Comiqueando, y lo yeta que es Alan Moore para esta publicación. Amén de que el lector duro de la revista conoce muchas de estas anécdotas como los dedos de su palma derecha (yo me casco con la derecha, no se ustedes), no tiene precio poder escucharlo de boca de los protagonistas de la misma, y Seba y Martín, además, conscientes de esta situación, siempre supieron dar un giro a tiempo cuando al conversación estaba transitando un terreno demasiado conocido. Al finalizar la charla, luego de responder algunas de las preguntas que el público les acercó, y luego de los merecidos y emotivos aplausos recibidos, los viejos chotos se fueron a la camita porque… era miércoles, ¿no? Pero el resto siguió en el boliche bailando y chupando hasta altas horas de la madrugada. Y aunque parezca mentira, aún con un número reducido de personas… ¡En la pista había casi la misma cantidad de hombres que de mujeres! Si, esta celebración comenzó con un olor a huevos tremendo pero a medida que fue avanzando la noche el componente femenino fue aumentando su número y otorgándole el color, la belleza y el calor que esta fiesta ameritaba. No se puede pedir más a una noche Comiquera. El que sí puede exigir que nos volvamos a encontrar la semana que viene, acá, en Tierra Freak, sos vos, querido lector. Y acá estaré para cumplir con esa demanda.