Hoy se estrena Man of Steel (2013), la nueva producción de Warner Bros. que pretenderá volver a posicionar al personaje Superman en el inconsciente colectivo a nivel mundial a través del cine. Para lograr esto convocaron un verdadero Dream Team, con David S. Goyer como máximo responsable del guión y Christopher Nolan como productor, pero si el film resulta un buen producto y logra su objetivo los aplausos recaerán, antes que en nadie, en el director, Zack Snyder, quien en poco tiempo se ha acostumbrado a relacionarse con la historieta y sus bemoles. Me pareció interesante, entonces, explayarme un poco sobre esta nueva raza de directores de cine, denominados en la jerga general como cliperos, haciendo una corta y concisa reseña de los más importantes o conocidos, y entiendo que la mejor forma de hacerlo es mencionando la productora de la cual salieron todos ellos: la difunta Propaganda Films.
Propaganda Films: Coffee and MTV
Si consideramos que el videoclip como formato de promoción de un corte nació el 1ro de agosto de 1981 con la apertura de la señal MTV (la cual se dio con la televisación del tema Video killed the RadioSstar de The Buggles), entonces la productora Propaganda Films, fundada en 1983 por Steve Golin y Sigurjón Sighvatsson y los directores David Fincher, Nigel Dick, Greg Gold y Dominic Sena, fue pionera en su rubro. Y una década después lo demostraría con creces: en 1990 la 3era parte de los videoclips musicales que se originaban en U.S.A. salían de esta compañía.
Propaganda Films comenzó como una pequeña productora con un marcado perfil independiente para convertirse a fines de los ’80 en aquel lugar al que todo director de videoclips aspiraba. A medida que fue creciendo es evidente que el perfil fue cambiando, se volvió menos transgresora y comenzó a transar con algunos clichés de Hollywood, pero de todos modos mantuvieron algunos preceptos hasta el final de sus días, aún cuando los números y las tendencias del mercado les gritaban que debían desprenderse de ellos si querían sobrevivir. Incluso antes de la llegada de youtube, los números para Propaganda Films no estaban cerrando, y poco después del atentado a Manhattan en septiembre del 2001 la productora anunció públicamente su quiebra.
Tal era la proyección que esta compañía tenía en su momento de gloria que poco a poco comenzó a transformarse en formadora de toda una generación de directores de cine que daban sus primeros pasos dentro de la misma, poniéndose detrás de las cámaras para llevar adelante videos musicales, publicidades e incluso cortometrajes, armando con estos suculentos trabajos (?) CV’s que les servían de carta de presentación para luego convencer a productores de llevar adelante sus propios largometrajes. Muchas veces ni siquiera necesitaban hacer eso: las repercusiones que tenían ciertas producciones los posicionaban en el centro de interés de todo Hollywood, y no tardaban en caerles propuestas de estudios para que rompieran sus contratos con Propaganda y se acoplaran como directores a super-producciones Hollywoodenses.
Cabe recalcar que más allá de la personalidad que cada
director tenga a la hora de realizar su trabajo, la denominación de cliperos les cabe porque, seguramente
debido a la formación y la experiencia conseguidas en Propaganda Films, existe una similitud estética en el uso de
ciertos planos, de la edición, de la forma de narrar las historias, un poco mas
vertiginosa, con mas adrenalina y en la mayoría de los casos utilizando todos
los recursos tecnológicos disponibles, y muchas veces innovando al punto de
llegar a construir herramientas propias para poder narrar.
La lista de directores cliperos que tuvieron su formación en Propaganda Films es enorme, voy a mencionar rápidamente algunos y luego me explayaré en los que yo considero más interesantes (ya sea por lo conocidos que son o por la calidad de sus trabajos posteriores al paso por esta compañía) para dedicarles al menos un párrafo: uno de los fundadores, Dominic Sena [Kalifornia (1993), Gone in 60 Seconds (2000) y Swordfish (2001)] utilizó la compañía como trampolín para, finalmente, poder realizar largometrajes en las grandes ligas, pero manteniéndose dentro de la misma, en cambio tipos como Alex Proyas [The Crow (1994), Dark City (1998), I, Robot (2004) y Knowing (2009)], Gore Verbinski [The Ring (2002), Pirates of the Caribbean: The Curse of the Black Pearl (2003), Pirates of the Caribbean: Dead Man's Chest (2006), Pirates of the Caribbean: At World's End (2007), Rango (2011) y The Lone Ranger (2013)] y Simon West [Con Air (1997), The General's Daughter (1999), Lara Croft: Tomb Raider (2001) y The Mechanic (2011)] siguieron el perfil de clipero clásico: trabajo unos años acá, la pego y con eso asciendo a primera, y chau chau Propaganda.
Michael Bay: CGI Guy
¿Hace falta hacer una reseña de este impresentable? Por supuesto que sí. Amén de la opinión que cada uno tenga sobre sus films o su pulso, Bay es, por lejos, el director que mejor representa el concepto de clipero: ya desde sus inicios en Bad Boys (1995), The Rock (1996) o la superproducción Armageddon (1998) podemos vislumbrar su sello característico –mismo que terminó de depurar con el video I'd Do Anything for Love (But I Won't Do That) de Meat Loaf en 1993, el cual podríamos usar como biblia de la filmografía de este director, ya que en él se encuentran todos los recursos narrativos con los que cuenta- que consiste en narrar con planos medios en constante movimiento. La consigna de Bay parece ser “la cámara siempre sobre riel”, y a eso le suma, por supuesto, una edición violenta, la utilización de FX’s en la totalidad de sus largometrajes, una OST muy acertada y con mucha llegada, y toneladas de acción, explosiones, persecuciones de vehículos y el American Way of Life por encima de todo, enalteciendo lo narrado. Como uno de sus gigantescos robots transformables, Bay se ríe con fuerza de las críticas hacia él y cada vez que estrena un film apunta sus cañones y dispara sus machine guns hacia todo el mundo, haciendo subir la taquilla a límites insospechados. Entre sus grandes fracasos se encuentra, por supuesto, Pearl Harbor (2001), que no solo no fue acompañada por la crítica sino que tampoco funcionó como esperaban en taquilla, y ya el año que viene lo tendremos de vuelta con otra entrega más de su saga más conocida: Transformers. ¡Y hay rumores de que vuelve Megan Fox! Se pudre todo, se pudre.
David Fincher: membresía Premium al Club
De todos los directores que menciono en estas mini-reseñas este es mi favorito, porque dirigió una de las mejores películas que vi en mi vida: Fight Club (1999). Pero amén de eso, y de que conserva cierta estética a la hora de realizar sus producciones que lo reconocen como un clipero más, ha quedado claro a lo largo de su filmografía que es un director al que no podemos dejar de prestarle atención, porque elige y desarrolla proyectos que no solo terminan provocando polémica u ocasionando un rebote al menos interesante en el medio sino que además es un narrador entretenido e interesado en hablar, a través de su obra, de problemáticas modernas que nos atañen a todos. Desde la vida del creador de la Red Social más importante de los últimos años [The Social Network (2010)] hasta la adaptación de uno de los best sellers literarios más polémicos de Europa [The Girl with the Dragon Tattoo (2011)], pasando por la persecución y captura de asesinos seriales [Zodiac (2007) y Seven (1995)], Fincher es un realizador inquieto, vertiginoso e inquisitivo, y casi tan detallista y rompebolas en la puesta en escena como Stanley Kubrick, según cuentan algunos actores que han trabajado con él. Si bien no se sustenta completamente en la tecnología digital para completar sus producciones, hubo un tiempo en que parte de su sello consistía en una toma que se introducía en un elemento pequeño e imposible de recorrer (el interior de un cable, por ejemplo) y lo recorría por lugares imposibles, para establecer una conexión que sume al relato.
Michael Moore: ¡Denuncie YA!
El mejor amigo de George Bush e invitado infaltable de la cena de acción de gracias de Condoleezza Rice no suele ser mencionado como un clipero más, sobre todo porque ha dedicado su vida como realizador a los documentales, pero lo cierto es que tuvo relación con Propaganda Films y parte de su educación como narrador proviene de su experiencia en esta compañía.
Al día de hoy, la lista de producciones del gordito favorito de los realizadores de las ceremonias de entrega de Oscars es enorme, y todas y cada una de ellas son dignas no solo de una mención, sino también de una reseña acorde a la problemática social que cada documental ha abordado. De todos modos, pasan los años y no cabe duda que las dos producciones que, en retrospectiva, mas han aportado al debate son Bowling for Columbine (2002) y Fahrenheit 9/11 (2004), la primera denunciando la problemática de la portación de armas en U.S.A. y la 2da metiendo el dedo en la llaga de la administración de Bush hijo en referencia a los atentados del 11 de Septiembre. No tiene demasiado que ver con el sitio, pero la verdad es que en algún momento me encantaría encontrar la manera de poder explayarme en la filmografía de este panzón buena onda amante de Canadá que está por demás comprometido con una mejor salud pública para su pueblo [Sicko (2007)] o que no tiene reparos en criticar un sistema que le ha permitido a su país ser una potencia mundial, como lo hizo en Capitalism: A Love Story (2009).
Spike Jonze: White Men Can Jump!
Este oriundo de Rockville es, por lejos, el que más raaaaaaaaack tiene de todos los mencionados en esta caprichosa lista. ¡Y en Tierra Freak brindamos por eso! Comenzamos a escuchar de él por la dirección de excelentes videos para los Weezer y los Beastie Boys, y al poco tiempo ya lo veíamos romperse la cabeza con los pibes de Jackass, show de MTV del cual fue productor.
A diferencia de otros directores, Jonze porta el título de clipero con mucha honra, dado que sigue dirigiendo videoclips aún al día de hoy, y es por eso que me cabe mencionar algunos videos musicales suyos –los que tienen su firma grabada a fuego- como por ejemplo Cannonball de los The Breeders, Sabotage de los Beastie Boys, Buddy Holly de los Weezer o Flashing Lights de Kanye West. Por otro lado, es conocido en el ambiente del cine más que nada por su colaboración con el excéntrico guionista Charlie Kaufman, mismo que escribió el guión de la obra maestra del cine Being John Malkovich (1999) –que le valió una nominación al oscar como mejor director a Jonze- y también Adaptation (2002). Paralelo a su carrera como director, siendo fan de este deporte y asociado a Rick Howard y Mike Carroll (dos deportistas profesionales del skate), abrió una tienda de skateboard llamada Girl Skateboards, misma que aún conserva.
Michel Gondry: el chico burbuja
A pesar de ser Francés, Gondry también es un clipero salido de la factoría de Propaganda Films, y dentro del ambiente Indie del cine es, quizás, el más polémico: algunos piensan que es un genio, muchos lo acusan de ladri. xD
Gondry es otro que ha dirigido guiones de Charlie Kaufman, específicamente Human Nature (2001) y Eternal Sunshine of the Spotless Mind (2004), esta última considerada por la crítica su obra maestra al día de hoy, una opinión que comparto. Si le sumamos a esas dos The Science of Sleep (2006), Be Kind Rewind (2008) y The We and the I (2012), claramente podemos considerar a Gondry el mas fumarola de todos los cliperos de su generación. Para disgusto de la tribuna, también dirigió la remake de The Green Hornet (2011), algo que sus fans no terminaron de entender. Yo particularmente recomiendo ver el segmento que dirigió en el film Tokyo! (2008), una antología de 3 cortos que reúne personajes muy bizarros del país del Sol Naciente en situaciones poco habituales.
Zack Snyder: Comic Book Fan
Finalmente le dedico unas líneas al director que me dio el disparador para desarrollar esta reseña. Su opera prima como director de largometrajes es la comedia sobre Zombies Dawn of the Dead (2004), y 3 años después estaba adaptando un comic de Frank Miller: 300 (2007). Su momento más alto –a mi entender- llega de la mano de una de las adaptaciones más polémicas y esperadas por el fandom mundial: Watchmen (2009), la película que le dio forma en el celuloide a la conocidísima maxiserie de Alan Moore y Dave Gibbons. Y su momento más bajo, off course, lo marca el estreno de Sucker Punch (2011), un pobre film con una trama digna de un videojuego que parece más un ejercicio estético que una producción cinematográfica hecha para entretener.
Snyder es un enamorado de la slow motion digital 2.0, al punto tal que muchas veces casi parece la firma de él. Tiene 2 tipos de tomas de planos medios con cámara sobre riel en slow motion que si bien no forman parte de su invención ni tampoco es el único en utilizarlas, por la regularidad con la que las ha utilizado y por el rebote que sus films han tenido, hoy forman parte de su sello y sería muy extraño no encontrar una así en Man of Steel (2013). Algo parecido a lo que sucede con los hermanos Wachowski y su Bullet-Time Effect, salvo que en este caso la Warner Bros. efectivamente tiene registrada esa toma y ese efecto coexistiendo, así que si algún otro director la quiere utilizar… garpeti.
Si hemos recorrido la filmografía de Snyder, sabemos a qué debemos atenernos en cuanto a la dirección de actores, la acción y la puesta en escena, y siendo así tengo buenas perspectivas para con la nueva producción del azuloso: como mínimo va a ser entretenida (Singer: LTA).
Pero esto será parte del pasado ya, la semana que viene, cuando los vuelva a encontrar por acá, en mi columna en Tierra Freak.