¿Quién puede negar el éxito de los Mutantes? Nadie con dos dedos de frente, mucho menos yo que tengo como cinco. ¿Quién imaginaba, 20 años atrás, que uno hoy menciona a Wolverine en casi cualquier grupo -familiar, escolar, laboral o social de cualquier tipo- y la casi totalidad de quienes lo integran saben exactamente a qué personaje estamos haciendo referencia? ¿Cuánto de esa popularidad y esa expansión mediática casi viral se debe a las 5 películas mutantes y cuanto a aquella gloriosa serie de animación de principios de los noventa? Imposible de determinar, me animaría a decir que una es casi una consecuencia de la otra. Si bien la primera X-Men de Bryan Singer se estrenó recién en el año 2000, 8 años después de que iniciara este cartoon, el mismo finalizó en 1997… tres años de distancia, casi el tiempo de producción que lleva una película como aquella primera parte. Y nos ponemos a hilar fino y miramos la formación que tienen los Muties en el primer film y la comparamos con la del cartoon… saco a Beast y Gambit y es la misma. ¡Sí, freaky enfermito, dejá de corregirme, infeliz, ya sé que también falta Jubilee! No la tengo en cuenta para esta resta porque la personalidad que le dieron Hayter, DeSanto y Singer en el guión de la película es una rara mezcla de ambos personajes (Rogue y Jubilation Lee), no te olvides de eso, salame.
Días del Futuro Pasado
El 31 de octubre de este año se cumplieron 20 años del estreno de X-Men: The Animated Series, y en su momento (el 1ro de noviembre) otra fue la prioridad que ameritó una entrada en mi columna (Disney tomaba posesión del alma de Lucas), y los siguientes jueves no pude terminar de cerrar una idea sobre esta reseña, razón por la cual recién ahora se las entrego. No estamos tan lejos, igual, menos de un mes. No jodan.
¿Qué puedo escribir sobre la misma para homenajearla dignamente? Podría comenzar comentando que, a mi entender, esta serie animada es una de las más importantes de esa década dentro del rubro “series de acción”, pero además es, incluso al día de hoy, el aporte en animación más trascendental desde el lado de la editorial Marvel, no solo por las repercusiones que comenté al principio (todo empezó acá, todo el camino de popularidad mediática por fuera del papel comenzó con esta serie) sino porque no ha sido superada por ninguna otra serie para T.V., al menos no en cuanto a la calidad argumental. Y no permito debate en este punto.
Pero rememorar tramas, sagas, pequeños plots, detalles picantes, peleas memorables, muertes dolorosas, mencionar o listar apariciones especiales, enumerar los héroes no mutantes que tuvieron su cameo, rastrear qué sagas del papel fueron adaptadas y cómo… creo que se tornaría un poco denso, extremadamente nostálgico y aburrido. Prefiero indagar un poco, rascar en la superficie y contarles la génesis de la serie, aportando algunos detalles que estimo no todos conocen.
Bueno, vos seguro que sí lo conoces, freaky impresentable, vos podes seguir toqueteándote con fotitos de Cosplayers en el Face, forever alone.
Desde las cenizas
Vamos a los ’80, Uncanny X-Men (el comic insignia Mutante de esa década) de la mano de Claremont y con un desfile más que interesante de dibujantes (John Byrne a la cabeza, seguido por Dave Cockrum, Paul Smith, Marc Silvestri y John Romita Jr.) se transforma en un éxito de ventas, llegando a vender la asquerosa cantidad de 500.000 números mensuales y superando incluso a Spider-Man, y por supuesto esto despierta un interés inusitado por estos personajes, abriendo la puerta a Marvel para expandir el universo, lo que comienza a hacer con, por ejemplo, una mini-serie de Wolverine a principios de los ’80 con guión del propio Claremont y dibujos de Frank Miller, seguido de una mini-serie de 6 números en el ’84 llamada Kitty Pryde and Wolverine, mismo guionista, Al Milgrom en los lápices, para finalmente comenzar con la serie mensual regular de este personaje en el ’86. Paralelo a esto en marzo del ’83 sale New Mutants, la 1ra serie regular perteneciente al universo Mutie, y en agosto de ese mismo año sale el 1er número de Alpha Flight, otra serie más de este universo, esta vez protagonizada por Mutantes Canadienses. En febrero del ’86 sale el primer número de X-Factor, otra serie regular Mutie más, y en el medio algunas miniseries de algunos personajes, para finalizar la década con el Excalibur Special Edition presentando la división europea mutante, y la ya mencionada serie regular del mas cabrón de todos los mutantes. O sea, comenzamos la década con un solo título regular de este universo, la terminamos con cinco. En llamas.
Marvel entonces dice: “Carajo, esto hay que explotarlo más, hay que expandirse a otros medios, YA MISMO”. Teniendo en cuenta que los costos de llevar una serie Live Action Mutante serían enormes, sobre todo por los FX’s, la opción obvia era una serie animada. Tomando como referencia la única aparición que los Mutantes habían tenido en un cartoon en la serie Spider-man and his Amazing Friends, en 1989 Marvel da el primer paso para la producción de una serie animada semanal. Consiguen presupuesto para un capítulo piloto, convocan al estudio Toei Animation (Mazinger Z, Transformers) para realizarlo, asegurándose de tener una calidad por encima de la media en ese aspecto, y arman un piloto para vendérselo a la FOX.
El episodio este resultó ser un fracaso, los ejecutivos de la FOX poco más y vomitan al verlo. Ojo: la animación era realmente tremenda, y tenía algunos detalles muy simpáticos, como por ejemplo el mismísimo Stan Lee como presentador y narrador. La idea, el concepto, tampoco estaba errado: a través de Kitty Pride, que acababa de llegar a la Mansión de Xavier, el espectador conocía a los X-Men, conformados por Cyclops, Storm, Wolverine, Colossus, Nightcrawler y Dazzler. Sep, no estaba Jean, no… adiós al interés amoroso de Scott y al eterno triángulo entre ellos dos y Logan. El villano de ese episodio no podía ser otro que Magneto, acompañado por la Brotherhood of Evil Mutants compuesta por White Queen, Juggernaut, Pyro, Toad y Blod. En el episodio también aparecía el Asteroide M, Cerebro e incluso el dragón Lockheed. O sea, contaba con muchísimos de los accesorios y personajes más populares de la franquicia. ¿Qué falló entonces? La trama, los diálogos y las voces elegidas. Era un capítulo plano, lineal y aburrido. Finalmente ante el rechazo de la FOX, se lo terminó comercializando directo a video, con poca promoción y una casi nula distribución a nivel mundial.
Atracciones Fatales
Si en los ’80 comenzó la expansión del universo Mutie en papel producto de las buenas ventas, en los ’90 las mismas alcanzaron límites insospechados. Con la llegada de Jim Lee como dibujante en Uncanny X-Men, Marvel decide unos meses después lanzar un nuevo título, esta vez dividiendo en dos el equipo principal, y llamando a esta nueva serie regular simplemente X-Men. Este número uno vendió ocho millones de copias. Si, leyeron bien, ocho fucking millones. Nos pasamos dos pueblos, vieja. Para este relanzamiento, Lee rediseñó trajes, vehículos e incluso comenzó a jugar con una narrativa inspirada en storyboards cinematográficos, algo que terminó haciendo escuela en poco tiempo. Lamentablemente esto coincide también con la partida de Chris Claremont, que venía escribiendo a estos personajes desde hacía más de una década, hecho que no repercutió para nada en las ventas.
Con el auge mutie en alza, pero con el cercano recuerdo de la dolorosa experiencia de aquel capítulo piloto, Marvel decide esta vez hacer las cosas distintas: se sientan con la FOX para escuchar sugerencia de cómo se debería encarar una serie animada, y de esas reuniones nace una colaboración entre ambas empresas. Del lado de Marvel la cabeza visible sería Joe Calamari, y por el lado de la FOX un ejecutivo de nombre Sidney Iwanter. La producción y el camino que recorrería la serie estaría pautada y coordinada por ellos dos, y una de las primeras decisiones que tomaron fue desarrollar el diseño de personajes inspirados en el arte de Jim Lee, al punto tal que incluso los rostros de los mismos tiene una familiaridad con los trazos de este artista Coreano.
Masacre Mutante
Es así como finalmente el 31 de octubre de 1992 en la cadena FOX Kids debuta X-Men: The Animated Series, con un éxito temprano y arrollador y una muy buena acogida de fans y de la crítica especializada. Uno de los puntos altos que tenía la serie era la intro instrumental escrita por Ron Wasserman, misma que se conservó durante las cuatro primeras temporadas. Hace poco en un grupo de amigos comentaba que en el estreno de X-Men (2000), la película, misma que por supuesto fui a ver al cine, cuando comenzaban a tirar los títulos al inicio yo cantaba la musiquita de esta intro en voz baja. Tal es la penetración que tuvo este glorioso opening en nuestras mentes.
Eh… ¡Callate la boca, freaky nauseabundo, tengo sexo regularmente, vos tenés tu virginidad pintada en la frente con una gran L!
En referencia a este opening, fiel a su estilo, en Japón (país donde los mutantes gozan de un éxito inusitado y sorprendente) se realizó uno propio, producido por TV Tokyo y acompañado por un tema llamado Rising interpretado por una banda de ese país de nombre Ambience, misma que también realizó el tema de los créditos al final, de nombre Back to You. Para la 5ta temporada, TV Tokyo produjo un nuevo opening, con nueva animación, y nuevo tema, una vez más compuesto por Ambience, de nombre Dakishimetai Dare Yori Mo.
Marvel aprovechó la ola de popularidad para lanzar todo tipo de productos relacionados con la serie, como por ejemplo la adaptación a comic en X-Men Adventures o una potente línea de juguetes con Toy Biz. Al día de hoy, con 76 episodios, este cartoon es el más largo relacionado con personajes de Marvel, seguido de cerca por otra animación para T.V. de los ’90, Spider-Man Animated Series, con 65 episodios. Dentro de la misma pudimos ver adaptadas una enorme cantidad de sagas que ya habíamos disfrutado en papel, de las cuales vale la pena mencionar Age of Apocalypse, Days of Future Past, The Phalanx Covenant, Dark Phoenix Saga e incluso la trama del Legacy Virus.
¿Cuál fue el secreto del éxito? No considerar que el televidente estaba por debajo del lector de comics. Si el éxito de los X-Men en papel radicó en la complejidad de sus tramas, en un desfile infinito de personajes, en hilos argumentales que se desarrollaban durante decenas de números, en tramas que antes de cerrar abrían otras tramas, bueno, Calamari e Iwanter no desestimaron nada de toda esta gran maraña, y conscientes de todo lo bueno y malo que había caracterizado a Uncanny X-Men durante esos años, filtraron la continuidad original quedándose con las historias clave y diseñaron una saga propia en la que ni los lectores más acérrimos podían vaticinar qué vendría a continuación. Y por supuesto no lo hicieron ellos dos solos: Stan Lee sugirió ideas para la primera temporada; Bob Harras, editor y guionista de Marvel, hizo aquí la función de consultor; Len Wein, creador de muchos personajes de Uncanny X-Men del ‘75, escribió algunos episodios… Pero como suele ser habitual en este tipo de producciones, la mayoría eran personas ajenas al mundo del comic. “Si no fuera por los guiones, esta serie hubiera sido tan olvidable como muchas de las cosas que se hicieron en los ‘80”, dice Iwanter, “pero tuvimos la suerte de contar con buenos guionistas”.
Finalmente, vos, freaky insoportable, podes enumerar una lista interminable de cosas negativas de esta serie. Te gusta fagocitarte en tu propio ego y conocimiento y aburrir hasta la muerte a quienes te rodean con infantiles argumentaciones del porqué este cartoon debería arder en el infierno. Por supuesto que sí. Así también te va en la vida, nene. Lo cierto es que la génesis de TODO bien podríamos ubicarla acá, al menos desde el lado de Marvel. Si hoy podemos disfrutar de lo que Marvel Studios nos entrega año a año en los cines, si hoy podemos volarnos la cabeza con esa preciosa e inolvidable visión de los Avengers que Whedon nos entregó, el puntapié inicial de la escalada de popularidad de los personajes Marvel en otros medios por afuera del papel comenzó con esto, hace 20 años. Y eso, mis queridos lectores, solamente eso, la pone allá arriba.