En octubre del año pasado dediqué una reseña al comienzo de las nuevas temporadas de 4 series de T.V. relacionadas con franquicias superheróicas, Supergirl, The Flash, Arrow y Agents of S.H.I.E.L.D., y tal y como hice, también el año pasado, con 3 de estas producciones en 2 entradas distintas, esta vez regreso a los shows para reseñar sus cierres, pero en una sola única entrada. Me queda afuera, lamentablemente, Legends of Tomorrow, una serie mucha más corta que sus congéneres de Warner y a la cual regresaré, quizás, más adelante, si encuentro un buen motivo aparte de reseñar su 2da temporada. En este caso particular no lo hice porque su finalización se dio hace bastante y ya todo el mundo debatió y analizó por todos lados el mismo.
Arrow
Comienzo con el final season de Arrow porque… el nombre de la serie comienza con la letra a y las voy a ordenar alfabéticamente, ¿no?
Nah, la realidad es que es el último cierre que vi y el que tengo más fresco, pero además porque creo que en este caso el show sumó puntos a lo loco para comenzar esta entrada. Aquellos que entran a este sitio regularmente saben de mi conflictiva relación con esta producción: comencé a escribir reseñas regularmente en Tierra Freak analizando el piloto de Arrow, sin saber lo que este programa terminaría desencadenando, y durante este recorrido jamás dejé de ver el show, aún cuando hubo momentos en los que no lo disfrutaba demasiado y hasta llegué a considerarlo una de las peores propuestas televisivas de este género. Por suerte ahora tenemos a Bostham que ocupa tranquilamente ese lugar, una producción que abandoné al comienzo de la 2da temporada, decisión de la cual no me arrepiento ni un poquito ya que no siento la más mínima necesidad de retomar este bodrio incoherente y ridículo… y mucho ayuda a mi postura el hecho de que no tenga absolutamente ninguna conexión con el resto de las producciones análogas de Warner.
Arrow se terminó transformando, con el tiempo, en la madre de toda una movida por parte de Warner, la piedra angular y punta de lanza de un universo que terminó heredando su nombre, el Arrowverse, y del cual se desprenden directa o indirectamente los otros dos shows de esta productora que reseño hoy más Legends of Tomorrow. Oliver Queen es el “Superman” de este Arrowverse, el héroe moderno que inspiró al resto, pero además el show se transformó en un éxito inmediato y en muy poco tiempo, casi sin que nos diéramos cuenta, comenzó a formar parte de la cultura geek diaria de millones de personas. Hay frases, chistes y memes dando vuelta por todos lados relacionados con Arrow, y no somos pocos los que, además, hemos festejado y aplaudido muchas veces sus escenas de acción y coreografías, dos de los puntos más fuertes de la serie. Por suerte, Arrow es mucho más que solo una concatenación de disparos, explosiones y patadas, la producción que tiene detrás es la envidia de decenas de shows similares, y la edición es, en casi todos los capítulos, exquisita. Es prácticamente la única producción de Warner que utiliza un recurso narrativo que me vuelve loco, que es una estupidez pero evidentemente debe ser muy complicado de implementar porque, repito, ninguno de los otros shows lo tiene: la mayoría de las transiciones entre escena y escena se dan con un primer plano a un objeto, y la siguiente escena comienza con un elemento similar. Por ejemplo, el final de una escena en un dungeon muestra la llama de una antorcha, y la siguiente escena comienza mostrando una llama en una chimenea, para luego revelar el interior de una mansión. O el final de una escena en una oficina muestra un “lapicero” con distintas biromes y portaminas en el mismo y la siguiente toma comienza desde el carcaj en la espalda de Green Arrow mostrando las flechas dentro del mismo en una posición similar a las de las biromes previas, etc.
Hoy Arrow finaliza un recorrido de 5 años que, si bien en números no parece mucho, es realmente una bocha para la televisión moderna. El show comenzó teniendo unos números de ratings muy generosos pero el desgaste de los años hizo que muchos seguidores se bajaran del barco, al punto tal que el promedio de esta 5ta temporada nos da casi la mitad de televidentes con los que contaba en su primer año, aún cuando somos muchos los que consideramos que este 5to año fue realmente muy bueno. Para Arrow se cierra un círculo, y los guionistas y productores de la serie así lo entendieron, ya que Oliver estuvo justamente 5 años recluido en la isla "Lian Yu", y año a año, temporada tras temporada, nos fueron mostrando a través de flashbacks lo que el personaje vivió todo ese tiempo y las cosas que hizo dentro y fuera de la isla, muchas de las cuales tendrían repercusiones en su presente. En estos 5 años Arrow desarrolló una cronología enorme, muy nutrida y repleta de eventos dramáticos jodidos, los cuales incluyen el suicido de su padre, el asesinato de su madre delante de sus ojos y muchas otras pérdidas en las cuales él estuvo involucrado, muchas veces siendo el causante directo de las mimas. Esta 5ta temporada no solo nos relata los eventos complicados con los que el protagonista tiene que lidiar en el presente sino también el último año de su exilio, revelándonos por fin la totalidad de las experiencias que lo transformaron en aquel Oliver Queen de pocas palabras, sabio y enfocado en un único objetivo que pudimos ver en el episodio piloto. Para el fan que estuvo ahí en el comienzo, nunca se bajó del show y devoró estos 115 capítulos este cierre es impagable, y la gente detrás del show lo sabe y estuvo a la altura de las circunstancias, no solo con detalles preciosos como el capítulo #100, mismo que formó parte del evento Invasion! que reunió por 1ra vez a los 4 shows de Warner, sino también con un cierre que reunió a lo mejor de la mitología de la serie: Black Siren (la Dinah Laurel Lance de Tierra 2), el regreso de la traidora Evelyn, Talia y su League of Assassins, su hermana Nyssa, Malcolm Merlyn, Digger Harkness (Captain Boomerang) y, por supuesto, el regreso de uno de los personajes al que más amor le guardamos los fans, Slade fucking Wilson, a.k.a. Deathstroke.
Todo comenzó hace unos pocos meses, con una merecida lavada de cara para la serie incorporando un nuevo equipo conformado por Wild Dog (en la piel de Rick Gonzalez), la consolidación del Mister Terrific de Echo Kellum como un héroe hecho y derecho, con ciertas habilidades para el combate y artilugios –algo muy similar al camino que recorrió Cisco en la serie hermana, The Flash-, la Artemis/Evelyn de Madison McLaughlin que los terminaría cagando, y el Ragman de Joe Dinicol que, promediando la mitad de la temporada, abandonaría el equipo. De todos modos esto fue casi un enroque, porque más o menos durante esos episodios se incorpora una nueva Black Canary, pero esta vez es una metahumana posta-posta, una ex-policía de nombre Dinah Drake caracterizada por Juliana Harkavy.
Los villanos de turno en esta temporada –una vez más los showrunners comenzaron a desarrollar el plot del Boss final casi desde el comienzo, una lección que no terminan de aprender…- serán dos, uno en los flashbacks de Oliver y otro en el presente: en el pasado conoceremos más de la relación que el protagonista tuvo con la terrible Bratva y nos deleitaremos con el genio de Dolph Lundgren dando vida a Konstantin Kovar, un personaje magnífico que está de vuelta de todo y no para de tirar magia con sus apariciones, y en el presente el Arrow-Team y la ciudad entera deberán enfrentar el azote de Prometheus, un villano que terminamos descubriendo es caracterizado por Josh Segarra, el mismo actor que dio vida al fiscal de distrito Adrian Chase en esta serie, lo cual no es una mera casualidad ya que Chase y Prometheus son la misma persona. ¡Wow! ¡Increíble! Nah, jamás me la vi venir a esa…
XD
La realidad es que el plot del villano, esta vez, estuvo bastante bien planificado, aún cuando sus motivaciones no terminan siendo del todo claras y hasta cierto punto resultan inmaduras y estúpidas, ya que Prometheus carece de ambiciones de poder, instintos autodestructivos o algún bizarro complejo de Mesías, no, el vago solo quiere demostrar su punto, que Oliver es un asesino nato, y ya. El punto más flojo de la temporada es la capacidad que tiene Chase para poder poner en marcha todos sus planes, sus infinitos recursos y su inconcebible capacidad para manipular a la gente y ponerla de su lado en los momentos más críticos. Cuando Chase era solo el fiscal de distrito su labia era aguda y, cuando quería, inquisidora, pero de ahí al genio criminal master-mind que termina siendo hay un paso enorme que no me termina de cerrar del todo. Igual, el personaje y sus planes fueron puestos más que nada en función de este cierre del círculo, de este 5to año muy especial donde el show cumplió sus 100 episodios y cierra una etapa, y los sucesivos ataques de Prometheus tienen como objetivo que Oliver asuma sus responsabilidades de los terribles actos en los que estuvo involucrado en estos últimos 10 años (5 en la isla, 5 en Starling City) y logre purgar todas sus culpas. Hay una línea de diálogo muy buena entre Slade y Oliver en el episodio final donde el primero le hace ver que al segundo se siente aún responsable por el suicido de su padre, y todo el camino que recorrió desde ese momento hasta el presente está marcado por ese peso que no puede largar… ese tipo de momentos son los que terminan calando hondo en el espectador, los cuales hacen que valga la pena seguir relacionado con el show aún cuando sigue teniendo muchos puntos desfavorables.
Amén de este ”detalle” en la construcción y desarrollo del Boss final, el balance general para esta 5ta temporada es muy bueno, muy positivo, yo particularmente no me sentía tan a gusto con el show desde el final de la 2da temporada, sobre todo teniendo en cuenta que la 4ta temporada es la peor de todas, lejos. Acá la serie maduró y eso se nota, los guionistas, como comenté cuando reseñé el 1er capitulo de este recorrido, son conscientes de estos 5 años y escriben en función de los mismos. Oliver tiene una crisis de personalidad cada 4 capítulos, sí, pero ahora la manera en la que sus amigos logran convencerlo de retomar el camino correcto es mucho más práctica y verosímil. Y la renovación en el casting le hizo muy bien, la sangre nueva aportó lo suyo para darle mucho aire y frescura al show, sobre todo en los primeros capítulos de esta temporada. Y los guionistas lograron retrasar el combate final contra ambos villanos hasta los últimos 10 minutos del capítulo 23, dejándonos además con un cliffhanger tremendo. Todo lo que venga de acá en adelante en la 6ta temporada indefectiblemente tendrá que ser aún más “nuevo” que lo que ya vimos, ya que, desde el vamos, la trama que fueron desarrollando durante 5 años en "Lian Yu" acaba de concluir. El desafío entonces es enorme, casi diría imposible. Si esto no fuera un negocio y Warner fuera otro tipo de productora, este “cierre” en la vida personal de Oliver en conjunción con el remate de los recuerdos de lo que vivió en esos 5 años en "Lian Yu" hubieran dado pie a la finalización del show, por supuesto. Pero ahora que existe el Arrowverse, esta producción es la que tiene la mayor responsabilidad de seguir al aire, por encima del resto. Veremos si están a la altura del desafío.
The Flash
El spin-off más importante de Arrow, The Flash, tuvo, a mi entender, una temporada bastante digna, mucho mejor desarrollada que la anterior, con aristas mucho más oscuras e interesantes, y sobre todo mucho más comiquera.
Nomás comienza la misma, con el episodio “Flashpoint”, nuestro héroe favorito de Central City, tal y como vimos en el final season previo, viaja en el tiempo para salvar a su madre y termina creando una línea del tiempo alternativa con nefastas consecuencias para su salud. No tarda mucho en darse cuenta del error que cometió, y decide restaurar la cagada permitiendo que Thawne mate a Nora, su madre, pero cuando regresa a su presente se da cuenta que en el intento de modificar la línea del tiempo terminó provocando una serie de cambios que, si bien en muchos casos son sutiles, en otros son tremendos. Paralelo a esto, debe hacerse cargo de un nuevo villano con poderes relacionados con la velocidad, The Rival, el cual parece estar influenciado de alguna forma por otro personaje denominado Alchemy.
De todos modos, ni The Rival ni Alchemy serán los personajes que terminarán torturándolo durante el resto de la temporada, no, el Boss final será, como no, otro speedster más que se hace llamar Savitar, y se auto-considera un Dios de la velocidad, absolutamente omnipresente, inmensamente poderoso y presumiblemente imbatible. Embutido en una pseudo-armadura y casi doblándolo en tamaño, fuerza y velocidad, este tal Savitar le dejará bien claro a Barry en el 7º capítulo de la temporada que se lo come con las dos manos atadas en la espalda, y que su intención es derrotarlo psicológicamente antes de darle la estocada final. Pero el desencadenante del resto de los plots que terminarán por cerrar esta temporada se da recién en el 9º capítulo, en el cual Barry viaja unos meses al futuro por un corto período de tiempo y tiene acceso a un momento de inflexión en su vida, visualizando como el mismo Savitar da muerte a Iris, su novia, sin que el “Barry del futuro” pueda hacer nada para detenerlo.
De ahí en adelante, hasta el capítulo final, la misión del Flash-Team consistirá en orquestar lo que sea necesario para prevenir ese momento, ese futuro, sea de la forma que sea. Y para tal fin barajarán las ideas más locas y desesperadas posibles, desde la posibilidad de que Barry le proponga matrimonio a Iris por la sencilla razón de que en ese futuro la morocha no tenía en su mano un anillo de compromiso hasta ubicar a una científica para que desarrolle un arma que pueda capturar a Savitar de manera definitiva en la speed force.
En el camino, el grupo incorporará de distintas maneras nuevos integrantes, como por ejemplo H. R., un novelista de la Earth-19 que es, a la vez, la versión de Harrison Wells de esa tierra, y también se sumará al equipo Julian Albert Desmond, caracterizado por Tom Felton, un forense que comienza trabajando codo a codo con Joe West y Barry en el departamento de policía (otro de los “desajustes” que provocó nuestro velocista favorito con el efecto Flashpoint) y termina sumándose a la tropa y transformándose en un pseudo-interés amoroso de Caitlin Snow.
Hay muchos motivos por los cuales esta temporada me parece mucho más sólida y refrescante que la anterior, pero sobre todo mejor desarrollada. Uno de ellos es el que nos compete a quienes conocemos al personaje desde hace años (décadas, inclusive), y lo venimos leyendo en su versión original en papel. The Flash es un show que, quizás como casi ningún otro de los presentados por esta productora, se hace cargo de esa herencia, de ese legado, y prácticamente en todos los episodios tenemos referencias, sutiles en algunos casos, super explícitas en otros, de elementos pertenecientes al comic o que tuvieron su origen en el mismo. Desde el tratamiento de las tierras paralelas, las dimensiones alternativas, los viajes en el tiempo con sus consecuencias y los abusos de los speedsters con sus facultades, hasta la incorporación de la speed force con todos sus matices, y la inclusión de personajes como Jesse Quick y Wally West que en esta temporada no son pocas las veces que terminan siendo de vital importancia para resolver algunos de los problemas con los que el Flash-Team se presenta. El otro de los motivos es el desarrollo y crecimiento de los personajes, como es el caso de Cisco Ramon y Caitlin Snow, quienes al final de esta temporada terminan consolidando sus roles como Vibe y Killer Frost respectivamente. O la original manera en la cual el equipo de guionistas incorporó en esta temporada a Tom Cavanagh, con este excéntrico, extrovertido y rompebolas H. R. que comienza provocando malestar y rechazo en la audiencia pero a fuerza de mucha garra, mucho carisma y sobre todo mucho corazón se termina ganando al público, logrando así que su triste y heroico sacrifico al final de la temporada duela mucho más.
Y no conforme con eso tenemos, además, un episodio dirigido por Kevin Smith, dos capítulos completos dedicados a una invasión de Central City por parte de los peludos habitantes de Gorilla City liderados por un manipulador Grodd, el cross-over Invasion! del cual este show formó parte, la primera aparición del villano Abra Kadabra, el tibio regreso de King Shark y el precioso episodio musical con el Music Meister como villano y que tuvo como invitada a Supergirl, ni más ni menos, y de yapa a Mon-El (Chris Wood) y al J'onn J'onzz/Martian Manhunter (David Harewood) de la serie hermana, consolidando con este evento una empatía entre ambos shows y ambos personajes que arrastran desde la temporada anterior, una relación que los hace muy especiales y establece una diferencia entre el nivel de compromiso que Barry y Oliver tienen para con Kara.
Con todo esto a favor, el show no nos privó de otorgarnos decenas de momentos que preferiríamos no haber visto, ya sea por la seguidilla de pésimas decisiones que los protagonistas fueron tomando para resolver una situación con Savitar que probablemente se prolongó demasiado (y que además la comunidad entera de opinólogos geek en la web parecía tener mejor idea de cómo cerrar, como siempre sucede, ¿no?) o también por ciertas cuestiones relacionadas con las inter-relaciones entre los personajes que no siempre parecen coincidir con el perfil de los mismos, o como mínimo con lo que vimos de ellos hasta ese momento. Dicho esto, me cuesta creer que alguien no se haya sorprendido con el final del penúltimo capítulo (cuando el plan del Flash-Team fracasa estrepitosamente y Savitar finalmente acaba con la vida de Iris) y con la resolución del último capítulo, en el cual sorpresivamente H. R. logra remediar su cagada y toma el lugar de la morocha, sacrificándose en pos del grupo, para luego dar vueltas alrededor de la posibilidad de redención de este Barry Allen del futuro. Por no mencionar lo épico de la verdadera batalla final, con Barry, Wally y Jay corriendo y combatiendo codo a codo a Savitar, y momentos después, cuando todo parecía haber terminado, con esa lluvia de rayos rojos poniendo en jaque Central City e impulsando a nuestro protagonista a que se entregue por completo a la Speed Force para mantener las cosas en orden. Un episodio inolvidable, repleto de vueltas de tuercas y sorpresas y en el cual cada personaje tuvo su participación y puso su grano de arena para derrotar todos los desafíos que se les fueron apareciendo, dejando un gran interrogante para la temporada que se viene. Aplausos.
Supergirl
Tenemos una buena y una mala noticia para los seguidores de esta serie-, nos plantearon los productores de la misma, -la buena es que por primera vez en años podremos volver a disfrutar de la presencia de Superman en una serie live-action oficial de Warner, la mala es que Cat Grant, caracterizada por la genial Calista Flockhart, va a abandonar la serie.
Y si, es así, una cagada. El, por lejos, mejor personaje secundario que nos presentó este show en su primer temporada abandonaba la serie producto del cambio de locación en la filmación del mismo, de Los Angeles, California a Vancouver, British Columbia, algo que venía de la mano con otra muy buena noticia, de todos modos, y es que esta serie cambiaba de canal, pasaba de CBS al Warner Channel U.S.A. (mejor conocido como The CW), y así la serie se consolidaba ya de forma oficial como parte del Arrowverse, algo que se terminó de verificar de manera práctica en la ficción en el cross-over Invasion!
Lo que comenzó como una insinuación en la primer temporada se terminó asentando en esta segunda entrega, y desde mi lugar considero que es el mayor acierto del show: en este universo paralelo que co-existe con aquel en el cual se desarrollan las series de Arrow y The Flash, en esta tierra, los aliens conviven con los humanos casi como si se trataran de los mutantes del Marvel Universe. Hay aliens “humanizados” por todos lados, viviendo de distintas formas, algunos intentando llevar su vida bajo las leyes del hombre y resistiendo día tras día los embates de la discriminación, y otros utilizando sus particulares habilidades para delinquir.
Y así, aparece como quien no quiere la cosa una problemática de convivencia que tiene que ser encarada de alguna manera, con legislaciones y planes para poner a todos los aliens en órbita, la mayoría de ellos impulsados por Lillian Luthor (caracterizada por Brenda Strong), la mismísima madre de Lex (el cual, por cierto, en esta cronología está en cana), quien llevando adelante el Project Cadmus hace lo imposible para hacer desaparecer la “amenaza alien” de este planeta, y cuenta con un peculiar Hank Henshaw/Cyborg Superman como guardaespaldas y tiene al pobre de Jeremiah Danvers (caracterizado nuevamente por Dean Cain, el Superman de Lois & Clark: The New Adventures of Superman) agarrado de las bolas todo el tiempo. La contraofensiva a este movimiento racista está liderada, obviamente, por nuestra querida Kara, la cual, además de contar con el apoyo de todo del Department of Extra-Normal Operations (D.E.O.) y sus amigos, tiene el soporte de la mismísima presidenta de U.S.A., en la piel de la impactante Lynda Carter (quien en los ’70 diera vida a la Wonder Woman de la serie live-action que supo ganar el corazón de millones de fans), y como si fuera poco, cuenta con el aval la mayoría de las veces de una de sus mejores –y únicas- amigas, Lena Luthor (en la piel de Katie McGrath), la actual CEO de L-Corp, antiguamente conocida como Luthor Corp, pero la mina reniega tanto de su apellido que lo borró de la empresa y solo conservó la inicial.
Y acá no se acaban las sorpresas e incorporaciones de esta temporada, también tenemos la llegada de Mon-El, llevado adelante por Chris Wood, uno de los Daxamitas sobrevivientes de la devastación de su planeta de origen, el cual arribó a la tierra de forma muy similar a como lo hacen Kara y su primo, y con el tiempo se termina transformando en el interés amoroso de nuestra heroína, y además en un Héroe más del Supergirl-Team, obvio, ya que cuenta con poderes análogos a los de nuestra blonda favorita. Maggie Sawyer, interpretada por la muy sexy Floriana Lima, es otro personaje que entra en esta temporada para generar polémicas y muy tiernos momentos que todos los fans agradecieron.
Sawyer es una detective del National City Police Department (recuerden que Kara vive y protege National City) que tiene un particular interés por los casos policiales relacionados con aliens… y al poco tiempo terminará teniendo un particular interés en Alex Danvers, la hermana adoptiva de Kara.
¿Cómo venimos hasta acá de sorpresas, bien? Ah bueno, porque todavía no terminé de contarte ni la mitad. Ante la partida de Cat Grant, el reemplazo obvio para ella en CatCo Worldwide Media termina siendo el fotógrafo estrella del Daily Planet, James Olsen (?), y otra movida que hace la blonda antes de irse es ofrecerle el puesto de editor de la CatCo Magazine a Snapper Carr, interpretado por Ian Gomez. Otro personaje de los comics adaptado a una serie live-action de Warner. Y ya que menciono a Olsen y a personajes traídos del comic, nuestro morocho fotógrafo con la ayuda de su colega Winn se vuelve Guardian, un wannabe Iron-Man/Batman pero sin la exorbitante y despampanante tecnología del 1ro ni las habilidades físicas e intelectuales del 2do. Y ya que menciono a Winn, en esta temporada se consigue un garche, Lyra Strayd (Tamzin Merchant), y ya que menciono garche, el Marciano estuvo a punto de ponerla, con una Marciana, sí, pero una Marciana blanca, la raza que exterminó a toda su familia y todos sus congéneres, M'gann M'orzz se llama la flaca, y la lleva adelante la preciosa Sharon Leal.
¿Querés villanos del comic? ¿Qué te parecen Metallo, Scorch, Roulette, Parasite y Mister Mxyzptlk para esta temporada? Y así como quien no quiere la cosa, la sorpresa de que no todos los Daxamitas estaban muertos, los padres de Mon-El por ejemplo estaban vivos, y no estaban solos, se salvaron junto con toda una flota enorme de Daxamitas llenos de naves, trajes y armas, y se las arreglan para engañar a Lena Luthor y crear un portal que les permita llegar a National City para invadirla. Y si con eso no te alcanza, Teri Hatcher (la Lois Lane de Lois & Clark: The New Adventures of Superman) da vida a Rhea, la madre de Mon-El y reina de Daxam, y Kevin Sorbo (el Hércules de la serie de T.V. Hercules: The Legendary Journeys) interpreta a Lar Gand, padre del susodicho y Rey de Daxam.
Y como frutilla del postre, Cat Grant regresa para el final season.
No sé, amigo lector, yo digo… ¿le podemos pedir mucho más a una serie de este tipo? El regreso de un Superman live-action en T.V. (que encima se caga a trompadas limpias con Kara en el capítulo final), el Superman y la Lois Lane de Lois & Clark: The New Adventures of Superman, la Wonder Woman de los ’70, el Hércules de los ’90, lesbianas, relaciones entre humanos y sexys extraterrestres, dos capítulos dirigidos por Kevin Smith… ¿no será mucho?
Agents of S.H.I.E.L.D.
Allá por mayo del 2013 se anunciaba una noticia que haría feliz a más de un fanático: Marvel Studios había recuperado de forma definitiva y para darle el uso que más le plazca en cine o televisión las licencias de los personajes The Punisher, Ghost Rider, Blade y, por supuesto, Daredevil. Ni lerdos ni perezosos, apenas unos meses después anunciaban una alianza con la otrora nueva señal Netflix para realizar una serie de shows televisivos presumiblemente auto-conclusivos y considerablemente más cortos que las enormes temporadas televisivas que exigían en esos años los canales de aire, explotando varios de estos personajes. El puntapié inicial de este contrato se consolidaría con el estreno de la 1er temporada de Daredevil, y al año siguiente, en el 2016, en la secuela de este exitoso show, aparecería por fin la versión Marvel Studios del anti-héroe más cabeza de la editorial: Punisher.
Para el estreno de la 4º temporada de Agents of S.H.I.E.L.D. los productores de este gigantesco universo expandido live-action se reservaron la introducción de Ghost Rider, pero como muchos conjeturamos en ese momento, buscaron la forma de distanciarse lo más posible de las 2 películas previas protagonizadas por Nic Cage que habían adaptado al personaje, y tomaron la acertada decisión de adaptar otra versión del personaje y no la más clásica.
Es así como esta 4º temporada comienza con una Daisy Johnson prófuga de S.H.I.E.L.D. y considerada terrorista, la cual de todos modos sigue activa cazando a cualquiera que pretenda herir o eliminar a un inhumano, y hasta se hizo de un nombre de guerra y todo: Quake. S.H.I.E.L.D., por otro lado, está –una vez más- en la cuerda floja, a punto de que le corten los víveres desde el estado, y bajo la lupa. Coulson ha sido desplazado de su puesto como CEO y ha regresado al campo, y su lugar ha sido ocupado por Jeffrey Mace, quien no tardará en revelar ciertas habilidades que, en un principio, se las adjudicaremos a su supuesta naturaleza inhumana.
Todo el 1er arco argumental tiene como foco un conflicto de intereses con extraordinarios y mortales entidades que tienen una turbia relación con uno de los nuevos personajes que entra en escena en este nuevo capítulo anual de los agentes más piolas de la pantalla boba: Robbie Reyes, caracterizado por Gabriel Luna, es el nuevo Ghost Rider latino que deberá ayudar a S.H.I.E.L.D. a lidiar con las consecuencias de que el Darkhold (un misterioso libro repleto de secretos y fórmulas jodidas que pueden permitir llevar adelante desde la ejecución de portales inter-dimensionales hasta la alteración de la realidad tal y como la conocemos) haya caído en malas manos. Este plot encontrará su final en el capítulo 9 de esta temporada, titulado "The Laws of Inferno Dynamics", y no es lo único que encontrara su final ahí… al parecer también nos despedimos de Ghost Rider sobre el final del episodio, pero los problemas apenas había arrimado el bochín.
Paralelo a todo esto, Leo Fitz descubre que el científico otrora villano y ahora aliado con reservas que actualmente trabaja para S.H.I.E.L.D. y que responde al nombre de Holden Radcliffe no tuvo mejor idea que obviar absolutamente toda la trama del film Avengers: Age of Ultron (2015) de este mismo universo y se puso a desarrollar con sobrado éxito una A.I. (Inteligencia Artificial) a la cual bautizó Aida, la cual de todos modos necesitaba de unos ajustes, los cuales Fitz ayuda a pulir. No pasa mucho tiempo hasta que ese “secreto” se termina cayendo e incluso Coulson se termina enterando de la existencia de Aida, pero cuando las papas queman con las entidades espirituales y el tío de Reyes, la solución aparece desde el lado menos pensado: el Darkhold en manos de Aida para crear un portal a una dimensión demoníaca, y enterrar en la misma al salame este.
Por supuesto, cualquier televidente medianamente despierto –y que haya visto Age of Ultron- podía suponer que entregarle un objeto de tan incalculable poder como el Darkhold a una A.I. podía acarrear, a corto o mediano plazo, más problemas de los que te solucionó en un comienzo. Dicho y hecho, no pasa demasiado tiempo hasta que entramos en una bizarra etapa de esta temporada denominada Agents of Hydra, una en la cual existe otro plano de realidad, uno virtual, denominado Framework, en el que se ha desarrollado una línea de tiempo alternativa que logró imponer la ideología facha y opresora de Hydra por encima del gobierno norteamericano, y que tiene a Fitz y Aida como sus máximos exponentes y líderes, esta última respondiendo al nombre de Madame Hydra, por supuesto. Una de las preciosas sorpresas que nos esperan en estos últimos 7 capítulos de la temporada viviendo esta realidad alternativa es el regreso de uno de los personajes más significativos de esta saga: Grant Ward, señoras y señores. Con May como mano derecha ejecutora de Fitz y Mack estupidizado por su rol como padre, Daisy, Simmons y Coulson se las van a ver realmente jodidas para poder torcer el destino de todos, escapar vivos del Framework y derrotar en el mundo real a Aida y su ejército de Androides.
Una vez más –y van-, Agents of S.H.I.E.L.D. se posiciona por encima de todas las propuestas live-action super-heroicas para canales de aire, y vuelve a entregar una temporada repleta de giros inesperados –y esta vez no es un cliché este comentario, te clavaron 7 capítulos desarrollando un What If? que nadie podía anticipar, posta-, con un desarrollo coherente de los personajes, con decenas de guiños a la historia y los elementos de los comics de Marvel, incorporando un montón de personajes nuevos y entregándote toneladas de aventuras. Si algo tengo que señalar de negativo de esta última temporada es, quizás, la poca conexión que demostraron tener con lo que se está desarrollando en el cine en este mismo universo. Y, bueno… el temita de que hayan buscado como villano principal una A.I. resulta cuanto menos redundante teniendo en cuenta que ya tuvimos a Ultron en el cine, pero de todos modos es comprensible que los showrunners también quieran entregar su punto de vista de este “fenómeno” moderno de la ciencia ficción, y es muy bien recibido el hecho de que el desarrollo, gracias al espacio que tienen por ser una serie de televisión, fue mucho más coherente y armónico que en el film del genio de Whedon.
El futuro de este show, al menos en su 5º temporada, está asegurado, lo que jode un poco –al menos a quien escribe estas líneas- es que uno de los shows que Marvel está por estrenar cuando estemos por concluir este año, Marvel's Inhumans, al parecer no va a tener la mas mínima conexión con absolutamente ninguna de las líneas argumentales que se fueron desarrollando en Agents of S.H.I.E.L.D. en relación con estos personajes. Todo parece indicar que esta superproducción de 8 capítulos que tendrá su estreno en exclusiva para IMAX (un hecho sin precedentes en la historia de la televisión), se está realizando con los mismos parámetros que la ya estrenada y concluida Legion , o sea, dándole absolutamente toda la libertad creativa a los realizadores del show para que desarrollen lo que quieran sin tener en cuenta el universo expandido.
Nos volvemos a leer la semana que viene, aquí, en Tierra Freak.