Esta semana Tierra Freak cumple 10 años.
Como festejo especial durante toda esta semana vamos a escribir los que actualmente escribimos, pero también los que en algún momento aportaron a este hermoso reducto de nerds/freaks/geeks/otakus que durante 10 años fue y sigue siendo un faro brillante en la oscuridad del cyberespacio.
Antes como refugio de noticias y variedades que no se encontraban en otros lugares, hoy como la última mejor esperanza de los que quieren algo más que simples Top 10 de estupideces y noticias vacuas sobre películas que se van a estrenar dentro de 4 años y que todavía no tienen ni director.
Y parte de que haya empezado a escribir en este lugar hace más de 4 años fue porque tenía para recomendar 3 cosas: Overpower, Starman y Babylon 5... OK, también tenía ganas de defenestrar la película Star Trek Into Darkness y por eso fue una de las primeras notas que escribí, pero lo importante es que hay algo de lo que todavía no pude hablar y es de la maravillosa obra de ciencia ficción de J. Michael Straczynski.
Puede que los habitantes de esta TierraFreak conozcan a este guionista de grandes sagas de Spider-Man, Fantastic 4, Superman Earth One, comics independientes como Rising Stars o Midnight Nation y series como Sense8.
Pero si hay un producto que Straczynski ostenta como propio, como su verdadero hijo, es Babylon 5.
Esta serie de ciencia ficción que se estrenó en 1994 tuvo 5 temporadas de 22 Episodios cada una y 7 películas que incluye el capítulo piloto hecho en formato película y que es super necesario verlo para entender todas las aristas de la trama.
Sí, es una serie larga a comparación de lo que nos tiene acostumbrados Netflix, pero también es una serie que fue distinta a lo que se acostumbraba a producir a mediados de los 90s.
Principalmente porque fue la primera que se arriesgó a usar el cgi en las escenas de naves espaciales (lo cual puede que ahora la haga un poco duro de ver si no se la contextualiza) y también porque se arriesgó a generar una saga, un argumento global que se iba conociendo muy de a poco, con pistas que a veces parecían datos inconexos, pero que Straczynski ponía en la historia sabiendo que tenía 5 años para desarrollarla.
Porque sí, la historia principal de Babylon 5 estaba pensada desde el piloto para que dure 5 temporadas y mechadas en el medio las películas.
Y esa historia es simplemente (y no tan simplemente) contar las relaciones diplomáticas (y a veces no tanto) entre las distintas razas conocidas de la galaxia, teniendo como centro la base espacial Babylon 5.
Esta base del Proyecto Babylon es la quinta porque las anteriores 4 fueron destruidas en circunstancias no aclaradas al comienzo de la serie. Pero para la Alianza Terránea la paz entre especies es mucho más importante que unas cuantas bases y por eso, con la ayuda de los Minbari y los Centauri, logran poner esta quinta en funcionamiento.
Y es que el Proyecto Babylon es importante, pero no sólo para la Tierra, sino para toda la galaxia.
El balance que se mantiene entre los distintos pueblos sólo es posible gracias al trabajo diario en ese lugar neutral que es Babylon 5.
Son muchos los mundos que tienen representantes en el Foro Diplomático, pero principalmente están los 5 poderes mayores de la galaxia: La Alianza Terranea, la Federación Minbari, la República Centauri, el Régimen Narn y el Imperio Vorlon, aunque también están varios representantes de los Mundos No-Alineados.
Pero obviamente ese faro de supuesta paz en el medio de la oscuridad del espacio no es tal. Las intrigas, las traiciones, los poderes no conocidos y las agendas secretas están a la orden del día.
Todo eso que ahora le gusta al público masivo al ver House of Cards o Game Of Thrones, Babylon 5 lo exponía en pantalla 20 años antes.
La representación que hace Straczynski de esta ONU interestelar es tan perfecta que muchas veces terminamos tomando partido por el que nos parece menos malo, por el que nos parece más cercano a nosotros mismos. Porque en Babylon 5 no hay personajes, sino personas. De distintas razas, con defectos y virtudes, enfrentando lo desconocido, pero desarrolladas con tal profundidad que parecen reales.
Eso es lo que hace hermosa a Babylon y también que se la juega.
La serie toca temas tabú y los desarrolla con una madurez digna de las mejores obras de ciencia ficción. Las adicciones, la tortura, el autoritarismo, la doble moral, la homosexualidad, las violaciones, la religión, la muerte, la magia, la guerra, la paz, el poder absoluto, la pequeñez humana (y no humana) ante la enormidad del espacio, el horror cósmico de saber que a pesar de poseer avanzada tecnología, puede haber otras cosas mucho más grandes que nosotros dando vueltas por las estrellas. Todos esos temas y muchos más están tocados en estos 110 capítulos.
Pero no todo fue fácil en la historia de la serie, porque la mala suerte le pegó de lleno cuando al final de la tercera teporada se supo que la cadena PTEN, quien emitía el show, iba a cerrar, dejando a Straczynski con sólo 1 temporada más de las 2 que necesitaba para cerrar el proyecto.
Es por eso que el creador intenta cerrar todo lo que había hilvanado en las primeras tres temporadas y que había pensado desarrollar en 44 episodios en sólo 22. La intensidad de los primeros 6 de la cuarta temporada es tal que muchos dicen que es lo mejor de todo Babylon, pero claro, esos 6 no existirían sin los anteriores, y todavía faltaban emitir 16 más.
Y ahí ocurrió lo que debería pasarle a todos los buenos productos, pero que no siempre pasa, la cadena TNT le dio luz verde a Straczynski para continuar su saga en ese espacio, por lo que una quinta temporada estaba confirmada. Claro que ahora que había apretado todo para cerrarla en 4 era difícil no estirar el argumento.
Y ahí ocurrió lo que sólo ocurre con los buenos guionistas. La quinta temporada de Babylon es un perfecto corolario para las 4 anteriores y logra un nivel de profundidad tan alto como toda la serie con un capítulo final que puede ser recordado como los mejores de cualquier serie de televisión.
Como habrán leído, no puse ni un solo spoiler, porque Babylon es un camino que hay que recorrer, lleno de sorpresas, vueltas de tuerca y escenas que nos vuelan la cabeza.
Podría decir que de los 110 capítulos Straczynski escribió 92, pero que los que otros 18 tuvieron escritores como Neil Gaiman, Peter David, D. C. Fontana, Kathryn Drennan, Lawrence DiTillio, David Gerrold o Harlan Ellison.
Podría decir que todos los capítulos tienen música original y especialmente compuesta para cada uno de ellos.
Podría decir que existe un capítulo en la primera temporada que se termina de explicar en su totalidad en uno de la tercera.
Podría decir que el capítulo final fue filmado 1 año antes de emitirse.
Podría decir que obtuvo premios Emmy, Hugo, Saturn y Nébula en distintas categorías.
Podría decir que Straczynski y su producción utilizó por primera vez internet en la historia de la televisión estadounidense para acercarse a los fans y comentar los episodios pasados, pero también para promocionar la serie.
Podría decir que hay varias sagas escritas en comic publicados por DC.
Podría decir que hay un juego de rol con más de 40 libros con material exclusivo y oficial aprobado por Straczynski.
Podría decir que hay casi una terintena de novelas con historias sobre este universo, entre las que Peter David escribió 5.
Podría decir que existió un spin-off de la serie que se estrenó en 1999 y duró sólo 13 capítulos porque Straczynski mandó a cagar a los ejecutivos de TNT que se la pasaban entrometiéndose en sus guiones.
Podría decir que hay un juego de cartas coleccionables de esta serie que sacó expansiones por más de 3 años.
Podría decir que algunos de sus protagonistas son Michael O'Hare, Bruce Boxleitner, Claudia Christian, Jerry Doyle, Mira Furlan, Richard Biggs, Stephen Furst y los enormes Andreas Katsulas y Peter Jurasik entre tantos otros.
O podría decir que también son recurrentes o invitados Walter Koenig (sep, el Chekov de Star Trek la serie original), David McCallum (Steel de Saphir &Steel), Melissa Gilbert (Laura Ingalls), Dwight Schultz (Murdock de Brigada A), el majestuoso Brad Dourif, el increíble Robert Englund y hasta un joven Bryan Cranston.
Pero nada de todo esto último puede demostrar lo enorme, gloriosa e importante que es Babylon 5 más que decir que en cada convención en la que haga una aparición J. M. Straczynski, siempre, siempre hay alguien que le pregunta “¿cuándo vuelve Babylon 5?” y él siempre responde “Denme tiempo. Todo lo otro en lo que trabajo lo hago para en algún momento volver con Babylon”.
En una actualidad donde las series se hacen como chorizos.
En una industria que no puede asegurar que una historia contiúe más allá de los primeros 10 episodios.
En un medio en el que se hace uso y abuso de los remakes.
En un momento en donde nada está hecho a largo plazo.
Existe una última mejor esperanza, un faro en la oscuridad dispuesto a siempre volver a sorprendernos, con sus 2 millones 500 mil toneladas de metal girando.
El nombre de ese lugar, es Babylon 5.