Hace ya un tiempo, un pasado 5 de octubre del 2015, mi gran amigo Andrés Rossi tenía la posibilidad de participar de una AvantPremiere del episodio inicial del regreso de una de las franquicias más exitosas de la cadena FOX, The X-Files, y a través de su mirada y gracias a sus palabras pudimos comulgar con su entusiasmo, envidiar su lugar y prepararnos para este excitante retorno. Parece mentira pero el viaje ha concluido esta semana, exactamente el pasado lunes 22 de febrero, cuando se emitió el sexto y último capítulo de esta mini-temporada, mismo que da cierre a la trama conspirativa. ¿Cuál es la evaluación final que podemos hacer de este retorno?
Me Verás Volver
Cuentan los que saben que a Chris Carter en la calle le gritaban de todo hace no mucho tiempo. Seh, de to-do. Y no con poca razón: el productor y guionista que devolvió el estado de paranoia perpetua al televidente norteamericano en los ‘90, el que revolvió en la mugre de la C.I.A., el F.B.I., el ejército y la N.A.S.A. para reflotar conspiraciones gubernamentales manejadas en las altas esferas de poder que atentaban muchas veces contra el American Way del trabajador yanquie, justo cuando más se lo necesitaba, post-11 de septiembre, prácticamente desaparece de la faz de la tierra, y se limita a regurgitar un spin-off de X-Files que duró menos de lo que dura un sueño de verano. Ah, presentó también un piloto para Amazon que el público rebotó, y dirigió otra película de X-Files en el 2008. ¡Aplausos!
Un fiasco, era evidente que, como comenté hace un par de años cuando en Tierra Freak le dedicamos una columna completa por el aniversario de los 20 años del estreno del piloto, The X-Files para inicios del nuevo siglo ya estaba reventada, gastada, sobre-explotada y debería haber sido cerrada en la 7ma temporada, bien arriba. Pero Carter se podría haber aliado con el franchute Thierry Meyssan y juntos haber diseñado otro show, con otro perfil, mucho más al borde del abismo, mas jugado… ¡¡¡La FOX te estaba poniendo al aire 24, un show con un agente anti-terrorista que aplica los mismos métodos de tortura que sus enemigos para conseguir locaciones de posibles atentados en tierra yanquie, Man, Wake Up!!!
Pero no, no lo hizo, no “despertó”, se pasó adormecido durmiendo en sus laureles prácticamente desde la finalización de la 9na temporada de The X-Files, el 19 de mayo del 2002, hasta el presente, 14 años. Década y media. Increíble. ¿Qué tipo de predisposición teníamos que tener, entonces, para con un tipo que se mantuvo tan ajeno al medio, a la televisión, que tuvo tan poco para decir en esta década y media donde este medio levantó la vara de calidad de forma exponencial y el mercado tuvo una expansión enorme a la par de decenas de transformaciones de formato, de forma de exponer el
producto, de narrativa, de tiempos, de edición…? Una muy baja, sin duda alguna. Dejarse sorprender por alguna línea de diálogo ingeniosa, apostar porque las actuaciones no sean lamentables, y recurrir todo el tiempo a la nostalgia y afianzarse en eso.
Créanme cuando les digo que soy cualquier cosa menos un Hater de The X-Files, la reseña que escribí para el 20 aniversario me rectifica como un fan confeso y profeso, y un admirador del legado de Carter, Duchovny, Anderson y compañía. Pero este retorno, así tan a las piñas, tan forzado, y con tan poco para entregar (una miniserie de apenas 6 capítulos) tenía tufillo a robo desde lejos, y siendo así hay que tomar esto con pinzas.
X-Revival
Estoy terminando de leer una de las últimas novelas del maestro Stephen King, una que publicó allá en el 2014, Revival, y tengo para seguir después de esa la afamada Mr. Mercedes –también del 2014- que parece se va a convertir en una trilogía. Pero en la anterior, Revival, King nos narra las peripecias de un personaje desde la tierna edad de 6, 7 años hasta algunas vivencias que tiene a los 55, casi 60, y en el medio el personaje casi muere culpa del abuso con drogas y también culpa de un accidente en una moto, y se encuentra no pocas veces con un personaje que lo marcó desde muy pequeño y seguiría provocando impactos desiguales en su vida.
Pienso que la relación que estableció Carter con sus creaciones es bastante parecida, aunque en un período de tiempo menor al vivido por el protagonista de Revival. Carter dio forma y construyó a Mulder y Scully, a la relación entre ambos, a sus miedos, sus convicciones, sus frustraciones, y a medida que fue pasando el tiempo nos fue nutriendo de sus victorias y sus derrotas –muchas, casi triplicando o cuatriplicando sus victorias-, de sus descubrimientos y sus misterios cada vez más grandes, y los fue guiando para que nos habilitaran el camino hacia lo desconocido, hacia el lado paranoico y persecuta del ser humano. Pero Carter no siempre se portó bien con sus creaciones, y no son pocas las veces donde hizo uso y abuso de los mismos, explotándolos de maneras incorrectas y exponiéndolos a situaciones casi hilarantes y desconcertantes sin necesidad.
En la 10ma temporada de The X-Files, ¿Cuál fue la consigna para la cual estos personajes y este entorno fue activado nuevamente? ¿Fue solo hace uso de un puñado de personajes y situaciones nostálgicas, para beneplácito del creador y los fans, y ya? ¿O realmente quedaron cosas “abiertas” en la trama original que ameritaban un cierre digno como el que Carter pretendió darle en esta 10ma temporada, mismo que a los fans les fue negado en la última película? Por supuesto, si la consigna fuera la 2da, este realmente sería un mundo mucho más hermoso de lo que ya es… pero no, la realidad es otra: si quedó algo por cerrar, ínfimo e insignificante en la 9na temporada de The X-Files, Carter nunca tuvo intención de hacerlo en la 10ma, ya el 1er capítulo se encarga de asegurarte eso.
La 10ma temporada de The X-Files es una exquisitez con sabor a poco, como cuando te alcanzan las achuras de un asado, esa cosa tan rica, tan sabrosa y que hace tanto mal, pero de la cual nunca hay suficiente... es eso. Ahí están los personajes protagonistas otra vez intentando remontar una relación que siempre estuvo a punto caramelo del histeriqueo perpetuo y funcionó como relojito de esa manera. Ahí está otra vez el obsesionado Mulder que vuelve a la vida culpa de un caso que lo emociona de sobremanera, y Scully intentando bajarle un poco las expectativas, a sabiendas de que todo podría ser, una vez más, una farsa. Hay química entre ellos, como no, llevaron adelante un show televisivo juntos durante 7 años, más bien que hay química, y eso no se pierde con el tiempo. Uno de los dos evidentemente le pone más pilas que el otro a la “actuación” (no voy a spoilear cual, miren la mini-serie y se hace obvio), pero con eso alcanza y sobra para emocionar al fan. Y ahí está la serie con sus tiempos, intacta, con su introducción, intacta, con su edición intacta, su narración intacta, incluso hay cameos de personajes secundarios… algunos también, intactos. Y personajes nuevos, obvio, con diálogos y manías y agendas muy parecidas a las originales. Todo es parecido, todo es recurrente, familiar, hay un constante tire y afloje entre el status quo clásico y ciertos tips modernos de la televisión, pero siempre termina primando la idiosincrasia de la serie original.
Pero volviendo a la serie, la 10ma temporada de The X-Files es un lindo detalle para el fan, solo para él. No pienses que con estos 6 capítulos vas a poder cebar a alguien que jamás tuvo contacto con la serie porque no lo vas a lograr… y si este regreso motivó a muchos a acercarse a aquellos primeros capítulos que ya acusan más de 20 años, seguro se van a encontrar con la tremenda sorpresa de que el tiempo los hizo MIERDA. Sí, es así, The X-Files fue una serie preciosa, moderna, vistosa y audaz en sus tiempos, pero en 20 años este medio avanzó tanto y de manera tan vertical que hoy este tipo de productos no solo resulta añejo, es probable que lo sea. Lo lamento, pero es así. No hay que derramar lágrimas por esto, siempre quedará el recuerdo. Nos leemos la semana próxima, acá, en Tierra Freak.