¡Qué semanita venimos teniendo, amigo lector, ¿no?! La última San Diego Comic Con, que se celebró la semana pasada, dejó un reguero de trailers, detrás de escenas y noticias que volvieron loco a más de uno. Una de las bombas de la convención por supuesto fue un emotivo video de más de 3 minutos mostrando un precioso detrás de escena de Star Wars: Episode VII - The Force Awakens (2015) que levanta nuestras expectativas por este estreno un escalón más, pero además tuvimos un avance de Heroes: Reborn, otro de la próxima temporada de The Walking Dead, Stephen Amell en persona estrenando en vivo lo que será el nuevo traje que vestirá en la 4ta temporada de Arrow, y D.C./Warner subiéndose por fin en serio al ring, recogiendo el guante que desde el 2008 le tiró Marvel Studios, y presentando en exclusiva un trailer extendido de Batman v Superman: Dawn of Justice (2016) y el primer avance de Suicide Squad (2016), ambas a estrenarse el año que viene, las cuales forman parte del universo expandido que esta editorial está comenzando a explotar en cine. ¿Y Marvel? Tuvo sus momentos en dicha convención, pero palidecieron ante las novedades de su directa competidora. Pero no necesitó ser protagonista, este año, de este evento, porque una semana después ponía en juego otra de sus poderosas fichas, esta diminuta aventura de un héroe poco común que va a encantar a más de uno. En otras palabras, la respuesta de Marvel fue: “vos seguí estrenando trailers, D.C., que nosotros estrenamos películas”. Je.
Coherencia ante todo
Una vez más, como sucedió el año pasado con el estreno de Guardians of the Galaxy (2014), Kevin Feige y su troupe animan a la audiencia a entrar a una sala de cine para disfrutar de las aventuras de un personaje que solo registran los lectores de comics, específicamente aquellos que son asiduos a los títulos relacionados con los Avengers, por supuesto. Ant-Man es un personaje que formó parte de la formación original de este grupo en el ya clásico The Avengers #1 que data de septiembre de 1963, escrito por Stan Lee y dibujado por Jack “King” Kirby, y su ausencia en el roster armado por Joss Whedon en The Avengers (2012) fue uno de los reclamos de los fans más duros de esta franquicia. Una de las primeras cosas que debe quedarles claro al acudir al cine a ver este estreno es que los guionistas Edgar Wright y Joe Cornish fueron absolutamente conscientes de este dilema, y nos explican los motivos con un puño y una creatividad que disipará toda sensación de molestia sobre el tema incluso al más ortodoxo, además de proporcionar un correcto contexto histórico dentro de la saga de Marvel Studios y dotar de coherencia a las decisiones que fue tomando Hank Pym en el tiempo,
magistralmente caracterizado por un avezado Michael Douglas. Dicho esto, Ant-Man (2015) es sencillamente genial, y Marvel Studios lo hizo de nuevo. La trama, como muchos supongo sabrán, tiene como protagonista a Scott Lang, en la piel del cancherísimo Paul Rudd, un ladrón con ciertos conocimientos técnicos especializado en violentar cajas fuertes que luego de haber pasado una temporada en la prisión de San Quentin decide rehacer su vida legalmente para poder recuperar la relación con su pequeña hija, pero se ve arrinconado por la falta de plata y laburo y se cruza con los planes del Dr. Pym para detener a un ex-pupilo suyo, Darren Cross -interpretado por el pelado Corey Stoll que ya ubicamos por The Strain o House of Cards, y evitar que parte de su fantástico descubrimiento termine cayendo en las manos equivocadas. ¿Y en qué consiste el descubrimiento? En una fórmula que permite reducir de manera cuantitativa objetos e incluso material biológico vivo, misma que Pym se encargó de proteger y reservar para su uso personal porque entiende perfectamente las implicancias que tendría en nuestra realidad si la misma es utilizada de manera abusiva. Ya podrán deducir desde aquí algunos de los motivos por los cuales nuestro venerado doctor rehusó formar parte de la iniciativa Avenger, ¿no?
Aquí, La Legión… de hormigas
Aunque parezca un cliché decirlo, Ant-Man (2015) es, una vez más, una experiencia única dentro de la saga que Marvel Studios está construyendo. La narración que viene puliendo y desarrollando esta productora encuentra en el guión de esta película su punto culmine, logrando un balance perfecto entre el drama, el humor y la acción. Creo que ir un poco más allá en el humor terminaría transformando las sucesivas entregas de esta épica saga en unas comedias livianas, pero entiendo que Feige y compañía hacen la misma lectura que yo y con este estreno nos están marcando el límite. A futuro podremos tener producciones más dramáticas [seguramente Captain America: Civil War (2016) y Thor: Ragnarok (2017), por el tenor de sus tramas, se encuentren entre ellas], pero lo que estoy seguro no va a suceder es que se corran unos pasos más con el humor. Ant-Man, el film, incorpora muchos gags visuales, algo que será el deleite de los pendejos, y por eso la entiendo como la producción más Disneypixariana de la saga hasta el momento, pero los mismos no opacan los momentos de drama que ofrecen la problemática de Lang para poder acercarse a su hija Cassie, la cual vive bajo el cuidado de su madre –la ex-mujer de nuestro héroe-, y la tensa relación que guarda el Dr. Pym con, también, su hija, Hope, muy bien llevada por una Evangeline Lilly que, para mi sorpresa, estuvo a la altura de lo que el personaje requería. La tensión estará puesta en el villano, que cuando el film esté llegando a su conclusión pelará un amenazador traje que se luce 4 o 5 veces más que el del protagonista, y que a pesar de tener pocos minutos en pantalla logrará dejar su huella, al menos por el diseño, que es tremendo y muy imponente.
Otro gran hallazgo de este guión es la incorporación de personajes secundarios muy bien ubicados en la trama y soberbiamente caracterizados, de entre los que se destaca el Luis de Michael Peña –a quien ya vimos en Fury (2014), que por momentos logra robarse la película. Y ameritan una mención especial los compañeros de combate de Scott Lang, las hormigas, muy variadas y altamente efectivas en sus labores, y que los guionistas tuvieron el buen tino de utilizarlas como múltiples sidekicks en decenas de situaciones sin la necesidad de humanizarlas con estúpidos rasgos de personalidades que habrían sacado de registro el componente de acción y drama de la cinta. Aplausos para ellos. Ant-Man, como su nombre lo anticipa y el protagonista lo exigía, es un film mínimo, muy sencillo y pequeño, alejado completamente de la grandilocuencia de los Avengers y los Guardians, pero que está inmerso de forma integral en la saga de Marvel Studios: hay una toma aérea de cierto cuartel super-heróico que ofrece puntos de referencia y edificios que solo vamos a conocer en profundidad con el próximo estreno, Captain America: Civil War (2016), y tiene encima un “New Avenger” de invitado, que para colmo aporta algo más que un cameo. Y como si eso fuera poco, hay otros dos grandes personajes “ausentes” que tienen su lugar, cada uno a su tiempo, en la construcción de la historia, uno que forma parte fundacional de los Avengers, y el otro que está directamente conectado con los motivos por los que Hank no formó parte de la cruzada Avenger. Cuando reparas en eso, realmente te dan ganas de pararte y aplaudir. ¡Así se escribe un guión de un film super-heroico, la puta madre!
Ant-Man (2015) definitivamente está hecha con mucho amor: amor por las aventuras y la acción –un sello de Marvel Studios-, amor por las crisis inter-personales que provocan evolución en los personajes, y amor por el humor, algo que para muchos es la sal de la vida. Una vez visto el film, hay que admitir que la elección de Peyton Reed [Yes Man (2008), The Break-Up (2006), Down with Love (2003)] para la dirección fue acertada, y este era, claro, uno de mis grandes resquemores teniendo en cuenta el camino que recorrió esta producción hasta que pudo ser estrenada. No se levanten de sus butacas antes de que terminen incluso los créditos extendidos porque, como frutilla del postre, esta vez Marvel Studios nos regala no una sino dos escenas post-créditos, así que hay para todos los gustos. Nos leemos la semana que viene, aquí, en Tierra Freak.