El seguidor habitual de mis reseñas leyó el título de esta y automáticamente pensó “¡Como estás robando, hijo de mil…!”, y entiendo –y hasta podría avalar- que piense de esa forma, pero lo cierto es que hace tiempo estaba buscando una oportunidad de poder explayarme sobre este artista, y supuse que hoy era un buen día para hacerlo.
¿De qué estoy hablando? Bueno, a ver: ¿Qué tienen en común films como Nikita (1990), Léon (1994), The Fifth Element (1997) y Joan of Arc (1999)? Tres cosas: las 4 son producciones Francesas (amén del idioma que manejan, que exceptuando por la 1ra, en las otras 3 es mayoritariamente el Inglés), las 4 son muy entretenidas y dueñas de una estética muy particular, y por supuesto las 4 están escritas y dirigidas por Luc Besson, este realizador oriundo de París que por momentos parece un pulpo de la producción, atacando el mercado con diversos productos (como productor hay años en los que llegó a estrenar 5 películas) y que con el correr de las décadas ha logrado imponer su sello, tanto en la escritura de guiones como en la dirección y producción, el cual está asociado al vértigo, la velocidad y la acción. En Tierra Freak me encargué de mencionarlo varias veces y dedicarle más de una línea, como por ejemplo cuando expuse los films emblemáticos de la maldita policía, y armé una review de León. Hoy, aprovechando el estreno de Lucy (2014), vamos a recorrer su carrera.
La invasión Francesa
El año que viene cumpliremos 15 años transitando este siglo, 15 años de haber dejado atrás una década emblemática para mi generación, los nefastos ’90. Para nuestro país, fue una década que marcó el comienzo de una caída al vacío de la cual aún hoy no podemos recuperarnos del todo, económica, política y socialmente, pero para el cine independiente internacional fue una década bisagra en la cual de a poco se comenzaron a asomar productos con otro aire, otra fuerza, otra narrativa, otra propuesta visual, por afuera del cine mainstream y quizás por eso de forma mucho más impactante. Besson aprovecha entonces una ola de desembarco europeo, y luego de un moderado éxito de la mano de Connor MacLeod, eh, quiero decir, de Christopher Lambert y su surrealista Subway (1985), aterriza en U.S.A. con Nikita (1990), que fue renombrada como La Femme Nikita en dicho país, y aquí la conocimos como Nikita: La cara del peligro. Nikita tuvo tanto impacto que, al menos en lo que se refiere al cine y la televisión mundial,
se transformó en un paradigma de la Mujer-de-armas-tomar, expandiendo el concepto a dos series de T.V., una llamada La Femme Nikita, la cual contó con 96 capítulos entre 1997 y el 2001 y estuvo protagonizada por Peta Wilson, y la más reciente Nikita, que contó con 73 episodios entre el 2010 y el 2013 y estuvo estelarizada por la exótica y muy sexy Maggie Q. Cabe aclarar que el amigo Besson no tuvo nada que ver con ninguna de estas series, como tampoco con la versión yanquie de su film de los ’90, Point of No Return (1993), con Bridget Fonda en el rol de la delincuente que es atrapada por una organización de espías y asesinos y entrenada para ser un arma tan sexy como letal. En todos los casos fueron productores independientes los que le pasaron unos morlacos a Luc por el concepto, y luego se encargaron de adaptar el guión original y llevar adelante las producciones por sus propios medios. Luego de dos documentales y algunas producciones menores, el mismo año que nos abandona el buenazo de Kurt Cobain con un escopetazo en la cara, Besson estrena Léon (1994), un magnífico film al cual ya le dediqué muchas líneas en el tópico de maldita policía, y que entre otras cosas nos dio a conocer a una bella Natalie Portman, que con sus tiernos 12 añitos nos dejaba con la mandíbula por el suelo con su actuación. Como podrán apreciar, Besson no solo no es ajeno a la presencia de roles protagónicos fuertes para las mujeres, es un cruzado de esa causa y lo demostrará a lo largo de toda su carrera.
Taxis por todos lados, vieja.
Los vertiginosos ’90 comenzaban a promediar, y Besson no pensaba quedarse afuera de la despedida de este siglo sin antes dar muestras de su capacidad no solo como narrador sino también como escritor de guiones y productor. Es así como estrena The Fifth Element (1997), una divertida comedia enmarcada en el género Sci-Fi y protagonizada por el genio indiscutido de Bruce Willis y una preciosa ucraniana de nombre Milla Jovovich que nos enamoraría a todos con la caracterización de un personaje inolvidable: Leeloo. Willis maneja un tacho interestelar y se ve involucrado con un cliente poco habitual que ni siquiera habla su idioma, pero que despierta en el personaje de Bruce su lado paternal, el cual lo llevará a vivir una aventura épica. No faltan los momentos tiernos ni tampoco las escenas cargadas de tensión sexual, pero sin duda lo que identifica y eleva a The Fifth Element por encima de otras producciones similares es su estética y su dosis de acción y adrenalina. A Besson le copa la idea de los taxis (evidentemente por haber vivido en una ciudad como París, que en esa década sufría del mismo problema con el que hoy cargamos en Capital Federal, una contaminación y exacerbada expansión de este tipo de transporte que inunda e intoxica las calles porteñas), y es así como escribe el guión y produce la ya clásica Taxi (1998), la cual se terminaría transformando en una de sus muchas franquicias, con varias secuelas. Mientras tanto, escribe una película para su homenajear desde su arte a su amor platónico, la Jovovich, con quien después se casaría… y duraría no mucho más de un año en pareja. Estrena Joan of Arc (1999), y sería el último film que dirigiría durante bastantes años.
Pero que no dirija no quiere decir que no escriba o produzca, y así lo hizo, asociándose nuevamente con el amigo Jean Reno para presentar juntos una co-producción Fancesa-Japonesa de nombre Wasabi (2001) [casi una reversión de Léon, donde un policía cuarentón duro, implacable y con pocas pulgas tiene que viajar a Tokio por asuntos personales, y descubre que tiene una hija adolescente producto del único amor que tuvo, 20 años atrás] y estrenar también Kiss of the Dragon (2001), uno de los films que comenzó a dar a conocer en U.S.A. a Jet Li, quien en esta ocasión estuvo acompañado por la preciosa Bridget Fonda.
El golazo de media cancha como escritor y productor lo tendría al año siguiente, con el estreno de The Transporter (2002), un film emblemático de acción que también terminaría transformándose en una franquicia en cine y televisión, y que comenzaría a imponer a Jason Statham como figura de acción en el mercado. Statham personifica a Frank Martin, un James Bond del nacional B con una increíble habilidad para manejar vehículos, con una preferencia por los BMW y con estrictas reglas para manejarse en su trabajo. Un profesional con habilidades de un ex militar especializado en combate cuerpo a cuerpo que se actualmente se desempeña como un transportador, un mercenario que lleva lo que necesites del punto A al punto B en tiempo record y sin preguntar el motivo. La saga lleva al día de hoy tres películas estrenadas, hay 3 más en pre-producción (ya sin la presencia de Statham en las mismas) e incluso tuvo en el 2012 una pobre serie de apenas 12 capítulos donde el papel de Martin lo caracterizó Chris Vance, un habitué de series de T.V. a quien ya habíamos visto en Dexter, Prison Break, Burn Notice y Mental.
Besson volvería a la dirección con Angel-A (2005), una pequeña producción filmada en blanco y negro con una de esas parejas absolutamente desparejas (nunca mejor dicho) conformada por una sexy Rie Rasmussen y un petiso y morocho de nombre Jamel Debbouze, llevando adelante una historia conmovedora pero a la que le faltó algo de la adrenalina a la que el bueno de Luc nos tiene acostumbrados. Igual, podemos quedarnos tranquilos que el parisino sabe siempre que necesitamos dosis extra de adrenalina para sobrevivir nuestras rutinarias vidas, y es así como escribe y produce el film Banlieue 13 (2004), una soberbia muestra de la espectacularidad del Parkour de la mano de uno de los artífices de esta disciplina, David Belle, y al año siguiente le abre las puertas a Guy Ritchie y estrenan juntos la magnífica Revolver (2005), que reuniría a Jason Statham con Ray Liotta, y luego nos volaría el cráneo a todos con la excepcional Unleashed (2005), también conocida como Danny the Dog, una tremenda película de acción con Jet Li en el mejor papel que compuso hasta la fecha, acompañado por inolvidables actuaciones de Morgan Freeman y Bob Hoskins, y con unas coreos de acción que te hacen caer del sillón con cada golpe.
Besson ATP
Los años no vienen solos, y para Luc mucho menos. Del 2006 al 2010 lo encontraría entonces llevando adelante la narración de una saga de animación (tiene partes live-action pero mayormente es animación) infantil narrando las aventuras del buenazo e inocentón de Arthur, mismas que comienzan con Arthur et les Minimoys (2006), siguen con Arthur et la vengeance de Maltazard (2009) y concluyen con Arthur 3: la guerre des deux mondes (2010), una trilogía que ni por asomo está en posición de poder competir –tanto en la calidad de la animación como en el nivel de sus guiones- con las mejores producciones de Pixar, pero que de todos modos tienen ese toque Europeo que las identifica y agrega algo de aire fresco a este rubro. Ese mismo año estrena también Les aventures extraordinaires d'Adèle Blanc-Sec (2010) con la francesa Louise Bourgoin llevando el protagónico de la misma, una versión Almodóvar-Spielbergiana de Besson más cerca del tono de producciones como Le fabuleux destin d'Amélie Poulain (2001) que de las que el parisino nos tiene acostumbrados, y siguiendo con esta obsesión que tiene por roles protagónicos femeninos al año siguiente convoca a Michelle Yeoh para estrenar The Lady (2011), un drama biográfico inspirado en la vida de la activista y política birmana Aung San Sun Kyi.
Por suerte –para los fans del género-, como escritor y productor nunca abandona su veta adrenalínica, y estrena cosas como Bandidas (2006), con Penélope Cruz y Salma Hayek, o el clásico inoxidable de acción de la década pasada, Taken (2008), la película definitiva sobre padres rescatando a sus hijos de terroristas o narcos, con un inmortal Liam Neeson que se revela en este film como un actor de acción maduro con el cual no querés encontrarte en un bar de mala muerte. Pero no se queda ahí, además de las secuelas de Taken y The Transporter, se vuelve a reunir con un viejo amigo y estrena L'immortel (2010), nuevamente con Reno al frente en un policial oscuro repleto de golpes bajos, no se olvida de las chicas y le abre la puerta a Zoe Saldana para estrenar juntos Colombiana (2011), resucita a Kevin Costner con la simpática 3 Days to Kill (2014) y hasta se da el lujo de despedir a Paul Walker y estrenar en U.S.A. una remake de Banlieue 13, Brick Mansions (2014).