jueves, 14 de mayo de 2020

Solar Opposites, la nueva sitcom animada de Justin Roiland y Mike McMahan - La Columna de Logan


Hace apenas 5 días, el pasado viernes 8 de mayo, la cadena Hulu puso al aire la primer temporada de Solar Opposites, una delirante sitcom animada que en esta primer entrega contó con apenas 8 episodios de 22 minutos de promedio y que fue comisionada originalmente por la Fox Broadcasting Company pero al final terminó formando parte de la grilla de esta impopular señal de streaming que poco a poco se va haciendo un lugar en el corazón de algunos televidentes gracias a geniales estrenos como la reciente mini-serie Devs o la ya clásica serie de culto Future Man, la cual finalizó con una sólida 3er temporada el 3 de abril del presente año. La particularidad con la que cuenta Solar Opposites es que fue desarrollada por Justin Roiland y Mike McMahan, los cuales ejercieron la función de showrunners y productores, y además escribieron el piloto juntos. A Justin Roiland seguramente lo conocerán por ser el co-creador de Rick and Morty junto a Dan Harmon, y además por ponerle las voces a Rick Sanchez y Morty Smith, la pareja protagonista de dicho show. Mike McMahan en cambio no tiene un currículum tan suculento pero ha escrito un capítulo por temporada del fenómeno cultural que acabo de mencionar, y sus episodios se encuentran entre los mejores del show hasta el momento: el del Diablo en la 1er temporada, el de los parásitos que emulan ser parientes de la familia Smith para infiltrarse en la misma en la 2da, el genial comienzo de la 3er temporada con el planeta tierra dominado por la Federación Galáctica y Rick destruyendo la ciudadela de los Rick's para salvar el día o el inicio de la actual 4ta temporada. La reseña de hoy en Tierra Freak intentará convencerlos de que le den una oportunidad a Solar Opposites ya que, aunque tofo parece indicar lo contrario, no es una Rick and Morty de la B.


Diferencias y similitudes


Como ya lo he expresado infinidad de veces en este sitio, estamos viviendo un momento de oro en relación a lo que nos concierne en este sitio, o sea, el contenido transmedia que genera nuestra cultura. Hoy la animación ocupa un lugar privilegiado dentro del consumo cultural y no son pocos los productos que merecen ser destacados porque ofrecen una variedad de diseños de personajes y tramas que logran abrir mucho el juego. Quizás el único problema, si es que hay alguno, es el exceso de estrenos por año, la oferta es enorme y sigue creciendo a pasos agigantados, tal y como sucede con las series de T.V. del país del norte. En los últimos tiempos tuvimos acceso a proyectos muy disímiles entre sí, desde la visceral Primal pasando por la ecléctica antología Love, Death + Robots, y en el medio puedo mencionar también la épica Disenchantment o la controversial Big Mouth, todas ellas rendidas a los pies de BoJack Horseman, más bien, el enorme drama orquestado por Raphael Bob-Waksberg que finalizó su andadura en enero de este año y que bien podría ubicarlo sin que me tiemble el pulso como un equivalente a Los Simpsons pero de la última década.

A primera vista muchos podrán opinar que Solar Opposites es apenas una versión edulcorada de Rick and Morty y no mucho más, y sin embargo en el gen de este show podemos encontrar caminos narrativos que fueron abrieron producciones como Family Guy, Futurama e inclusive la más reciente Final Space, lo cual, por otro lado, no debería llamar la atención. Justin y Mike son unos fervientes consumidores de cultura pop, ambos declarados fans de la ciencia ficción y también de la comedia y el drama que nos ofreció durante las últimas décadas la caja boba, y no pierden oportunidad de demostrar lo frikis que son cada vez que pueden. Pero por suerte la dinámica de la narrativa de los episodios de esta nueva producción responde a los tiempos actuales y se aleja bastante de, por ejemplo, la hoy impresentable Family Guy, que sí, aunque ustedes no lo crean aún sigue al aire. Ver un episodio actual del show que puso en boca de todos a Seth MacFarlane hace 2 décadas es lo más parecido a tomarse un frasco repleto de rivotril, al punto tal que casi podría asegurar ese decadente cartoon aún sigue al aire con la única intención de darles a Seth Green y Mila Kunis un vuelto pagar que puedan pagar las expensas todos los meses.


Solar Opposites, sin embargo, se nutre de nuestro bagaje cultural y del consumo previo de todas estas producciones para ahorrarse tiempo explicando lo obvio, y en pocos segundos te mete de lleno en el baile sin demasiadas explicaciones: resulta que existía un planeta con una existencia utópica llamado Shlorp pero el mismo explotó producto de la colisión de un meteorito, y así 4 aliens que vivían en él, Korvo, Terry, Yumyulack y Jesse, pudieron escapar en busca de otros horizontes, arrastrando una mascota con ellos, The Pupa. La nave de nuestros protagonistas se estrelló en la tierra, en el techo de una casa en un suburbio de alguna ciudad yanquie, y ahora esta disfuncional familia extraterrestre tiene que aprender a convivir con los humanos hasta que logren arreglar su nave y puedan partir en busca de una civilización que esté más acorde a las expectativas que ellos tienen. Siendo así, el show es ni más ni menos que una turbia sitcom en la cual estos extraños e inadaptados aliens se ven en la obligación de adecuarse a las normas básicas de convivencia que sostienen la sociedad humana, aún cuando en mayor o menor medida desprecian nuestra raza y en algún punto la subestiman. Nada de esto los va a detener para, de todos modos, transformarse en una suerte de antropólogos galácticos de nuestra sociedad, y gracias a la tecnología que arrastraron de su planeta natal cuentan con múltiples herramientas para desarrollar un montón de experimentos sociológicos, algunos disparados por mera curiosidad, otros para aprender conductas o comportamientos y algunos solamente para divertirse un poco. Y en el camino, el televidente se va a encontrar con un enorme desfile de situaciones sorprendentes y planes descabellados que van creciendo de forma exponencial en cuanto al peligro que representan para los humanos que rodean a esta familia y en muchos casos también para ellos, entregando decenas de escenas repletas de violencia gratuita, gore e incluso algunas situaciones eróticas.

La fórmula Roiland 


Apenas comienza el piloto el televidente puede suponer que el protagonismo del show recaerá en los hombros de Korvo, el alien más inteligente de todo el grupo y el único que tiene urgencia por abandonar este planeta, máxime cuando la voz del mismo la pone el mismísimo Justin Roiland, y por momentos nos suena demasiado parecida a la de Rick Sanchez, sin embargo apenas nos adentramos en ese capítulo y el resto de la temporada el espectador podrá notar que la trama está lo suficientemente balanceada como para entender que esta es una sitcom coral. La dinámica que manejan los capítulos divide la familia en dos parejas: por un lado los dos aliens adultos, Korvo y Terry, que disfrutan de una amistad condicionada entre ambos y ejercen su poder de mayores de edad sobre los otros dos integrantes del equipo, Yumyulack y Jesse, que al ser menores se ven en la obligación de asistir al colegio los días hábiles. En el caso de la 1er pareja, mientras que Korvo pone todo de su parte para solucionar los distintos problemas que tiene la nave que los trajo a este planeta, y desde ahí se figura como la voz de la razón, Terry invirtió su tiempo en la tierra para disfrutar del contacto cultural con la misma, consumiendo horas y horas de material audiovisual, y casi siempre es quien ejerce presión para huirle a las obligaciones y encaminarse en alguna misión social, arrastrando consigo a su compañero. Yumyulack y Jesse en cambio se presentan como "hermanos" y deberán enfrentar la dura realidad de tener que interactuar con jóvenes humanos de sus edades en un ambiente escolar que les es hostil todo el tiempo, la mayoría de las veces por un odio racial enmarcado en el hecho de que son aliens. De hecho, ambos han tomado como costumbre armarse con unas pistolas que pueden empequeñecer a los humanos, y cada vez que se cruzan con una persona que en algún punto les provoca alguna ínfima molestia, utilizan esta arma para reducir al individuo y luego lo transportan hasta la casa en la que viven y lo depositan en una suerte de gigantesco vivero con decenas de niveles y subdivisiones ubicado en una de las paredes de la pieza que comparten.


Dicho vivero, que es denominado "The Wall" por los humanos sobrevivientes que quedan atrapados en el interior del mismo, a medida que avancen los episodios va a ir desarrollando su propio hilo narrativo, y dentro del mismo conforme pasen los días se terminará formando una suerte de micro-comunidad con sectores bien delimitados, clanes, mafias, sectas y cultos que lucharán por ocupar un lugar de poder, todo esto narrado desde la perspectiva de estas personas y con el completo desconocimiento de sus captores.

De hecho, una de las claves para entender las diferencias entre Solar Opposites y cartoons análogos es la fuerte cronología que tiene, algo que no se percibe al comienzo pero conforme avanzan los episodios se hace evidente. Otro de los puntos que me parece meritorio remarcar es que si bien este show está enmarcado en el género Sci-Fi, en muchos sentidos es una serie de suspenso y horror, algo que podemos percibir producto del tono del relato en casi todos los capítulos y sobre todo por la música en los créditos finales. Y bueno, claro, la constante tortura a la que se someten inconscientemente decenas de humanos que se cruzan involuntariamente en el camino de estos aliens. Y es esa mezcla entre lo delirante de las tramas, la ciencia ficción, el terror y el humor filoso y negro lo que termina dotando a Solar Opposites de muchísima personalidad y logra que esta familia suburbana intergaláctica se vuelva querible en muy poco tiempo. Roiland y McMahan se han encargado de desarrollar una propuesta fresca y muy magnética en el marco de una slice of life alienígena emparentada con clásicos como Mork and Mindy o Alf, pero con un ritmo frenético que no da respiro y es casi el sello personal de ambos showrunners. Nos volvemos a leer la semana que viene, aquí, en Tierra Freak.


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