Mi triunfal regreso a este sitio luego de unas forzadas vacaciones de 15 días disparadas por cuestiones técnicas (se me cagó la P.C., vieja) no podía darse con una entrada tibia, y siendo así, recupero un evento que se dio en el primer semestre de este año y que en su momento dejé pasar por una estupidez: no quería sentarme a escribir sobre el cierre de esta saga hasta no clavarme toda la serie completa nuevamente.
Por supuesto, con un extenso trabajo freelance a mis espaldas que estoy resolviendo en horas extras culpa de no contar con mi principal y única herramienta de trabajo durante casi 7 días, no estuve ni cerca de poder completar este objetivo autoimpuesto hace meses, pero lo que sí pude hacer es retomar esta última temporada y volver a deleitarme con la misma, para al menos este segmento tenerlo fresco para cumplir con la premisa de cebarlos con este show. Tantas vueltas para adentrarnos en el universo de Samurai Jack, la genial creación del también genio Genndy Tartakovsky, show que tuvo su esperado cierre, una vez más, en Cartoon Network, y no en el formato original que el ruso prometió sino –tanto mejor- en una última temporada de 10 tremendos, dramáticos e intensos capítulos que coronan con altura y exquisitez una saga inolvidable que forma parte de mi alma.