El 2014 ya se acaba, y termina siendo un año duro. Emotivo, pero duro. Muchas grandes series de televisión dieron sus últimos pasos, y por suerte mi co-equiper y yo tenemos la buena fortuna de ocupar este espacio para reflexionar sobre las mimas. Yo lo hice con Californication, y mi compañero, el Dr. Morholt, hizo lo mismo con How I Met Your Mother, y escribió una entrada al comienzo de la última temporada de True Blood, otro gran drama fantástico de HBO que también concluyó este año. Hoy le toca el turno a una de mis series favoritas, que se ganó un espacio en mi corazón los últimos años a fuerza de un reguero de cadáveres exquisitos que fueron quedando en el camino, algunos dentro y otros fuera de una hermandad inquebrantable que se antepone ante cualquier otra cosa y que, aún con sus defectos, puede hacer gala de poseer unos férreos códigos forjados por la historia y el legado que portan sus tatuados miembros, al ritmo del mejor rock de la vieja escuela, recorriendo la ruta portando sus chalecos distintivos y montados sobre sus motos choppers. Estoy hablando de Sons of Anarchy, la genial creación de Kurt Sutter para la cadena FX que esta semana llegó al final del recorrido con su capítulo #92, dejando a los fans que acompañaron la misma más que complacidos con lo vivido en estos vertiginosos siete años. Hoy en Tierra Freak le damos el espacio que merece.