Sin saber cómo son en otros países o sólo teniendo en cuenta los paupérrimos ejemplos que existen a partir del año 2001 (obviamente influenciados por la crisis económico-financiero-social que sufrió nuestro país), cuando cualquier piensa en una convención de historietas y animación puede imaginarse a cuatro gatos locos en galpones sucios, con stands nauseabundos, sin instalaciones sanitarias mínimas y donde sólo se venden DVDs piratas.
Pero hace 5 años una semilla se plantó a orillas del Río Paraná y ahora podemos ver sus frutos en pleno Gran Buenos Aires, a casi 300 kilómetros de donde todo comenzó.