Si se trata de televisión de ficción, esta es la semana de House of Cards, qué duda cabe. Y es que la multi-premiada producción de Netflix alcanzó su 3er temporada en estos días, y fiel al estilo que la señal de streaming multimedia mantuvo con esta y otras tantas producciones propias, desde el comienzo, podemos acceder a la totalidad de los 13 episodios que la componen ya mismo, sin esperar semana tras semana como sucede con los canales convencionales, derrumbando con esto, una vez más, los estándares a los que la caja boba nos tiene acostumbrados, y avanzando unos pasos más hacia el futuro del consumidor multi-mediático masivo. Hay una realidad que se percibe en el aire cuando se habla de esta serie, y es que definitivamente no genera el fanatismo y el caudal de televidentes o prelados que sí logran otros shows dramáticos de calidad similar, y la culpa de esto la tiene, seguramente, el eje argumental que mantiene unida todas las piezas de este show, que toca ser la política, que siempre es bienvenida para las charlas intrascendentes de ascensor o para el bardeo diario en las redes sociales, pero que logra ahuyentar a la masa cuando es abordada desde la ficción. Hoy en Tierra Freak voy a darles fuertes motivos para que se unan a la causa de Frank Underwood y apuesten un par de fichas a este show que podría estar cambiando la forma de hacer televisión sin que nos demos cuenta.