El jueves 4 de julio Netflix puso on-line los 8 capítulos de la 3era temporada de Stranger Things, continuación directa de las últimas aventuras de los habitantes de esta peculiar población de nombre Hawkins que parece tener una conexión poco común con el Upside Down, algo parecido a lo que sucedía con la ficticia Sunnydale de Buffy. Pasaron casi dos años desde el estreno de la 2da temporada y ha corrido tanta agua bajo el puente en este tiempo que a muchos se nos figuró una eternidad, pero la realidad es que somos un montón los que estábamos ansiosos por reunirnos nuevamente con estos personajes y sus problemas, aún cuando la 2da temporada no hubiera estado a la altura de las expectativas.
Dicho esto, les tengo buenas noticias: esta nueva entrega es una bomba termo-nuclear de emociones que va a dejar a todo el mundo satisfecho.
Todo comienza con Starcourt Mall...
Como comenté hace 2 años en la reseña correspondiente a la 2da entrega de esta genial creación de los Duffer Brothers, parte del desencanto de aquellos 9 episodios que funcionaron como secuela directa del caso de la misteriosa desaparición de Will fue que a la producción le costó un poco recuperar la frescura de la temporada original, y en muchos aspectos cayó en una serie de situaciones redundantes mientras que a medida que avanzaba en la trama y los conflictos perdía terreno en conservar el corazón y el alma que logró capturar nuestra atención en la 1era entrega. Y esto por no mencionar el hecho de que en gran parte de la temporada esos amigos que, por 1ra vez podríamos disfrutar juntos en una aventura, de repente se encontraban peleando entre ellos y tomando distancia unos de otros por situaciones forzosas que a muchos de nosotros se nos figuraban ridículas, aún tomando en consideración la edad general del grupo.
A mi entender, los puntos a favor de esta entrega fueron el desarrollo de Eleven (ahora Jane Hopper tras una "adopción" clandestina por parte del Sheriff Jim), la incorporación de Maxine "Max" Mayfield y la "pareja" que armaron por momentos con Dustin y Steve, algo que terminará afectando el desarrollo de esta nueva entrega.
Lo que a mi entender podría resultar fallido de esta secuela es el poco entendimiento que seguimos teniendo acerca del Upside Down, ya que más allá de un par de nuevas revelaciones, todavía sigue siendo un gran misterio para los televidentes y los personajes. ¿Cómo se generó? ¿Existió por siempre? ¿Porqué hay una conexión con tan gráfica con nuestro plano? ¿Cuantos puntos de acceso al mismo hay? ¿Cual es el objetivo de las criaturas que lo habitan? ¿Hay algún tipo de régimen que rige ese plano, existen clanes distintos, sectas, agrupaciones de algún tipo, hay rangos y jerarquías dentro de las monstruosidades que lo habitan? Prácticamente ninguna de estas preguntas tiene una respuesta sólida, solo conjeturas, y al culminar la 2da entrega nos encontramos con el mismo nivel de incertidumbre sobre las mismas que cuando comenzamos a verla.
Uno de los elementos nuevos que integran esta tercer temporada es el magnánimo Starcourt Mall, el primer Centro Comercial de Hawkins, un fiel reflejo del lado más salvaje del capitalismo que estaba azotando un montón de poblaciones y ciudades de U.S.A. a mediados de los '80, ya que mientras que estas instalaciones comerciales ofrecían la posibilidad de nuevos puestos de trabajos para centenares de personas (entre ellas, miles de adolescentes que podían conseguir su primer labor remunerada dentro de los mismos), a la par, decenas de comercios de larga data esparcidos a lo largo y ancho de estas poblaciones veían sus ventas caer de forma estrepitosa ante el aluvión de ciudadanos que preferían gastar sus sueldos en el interior de este conglomerado comercial. Y en el epicentro de este conflicto socio-político, la mismísima Unión Soviética extendiendo sus garras y atravesando transversalmente la problemática económica de esta población. Una vez más, un acertado reflejo de un montón de puntos de interés de esa década que se niega a ser olvidada por el cine y la televisión.
Pero en relación a este tema, quiero hacer una salvedad: si Stranger Things fuera una serie que solamente intentara afectarnos a través de la nostalgia por esa década, avanzando en cada uno de los clichés de la misma, desde lo cultural hasta lo político y económico, jamás hubiera sobrevivido de aquella magnífica primer temporada, y nadie hubiera desperdiciado dos minutos debatiendo sobre la misma. No, Stranger Things es un show que tiene por detrás una magnífica producción con una puesta en escena que por momentos se me figura increíble, y en muchos sentidos está fuera de escala de cualquier show que intente emular esta década. Además cuenta con una muy buena dirección en absolutamente todos los capítulos, utilizando todos los recursos disponibles para transmitir de forma efectiva cada uno de los climas que pretende proyectar, haciendo uso de luces y sombras, de sugestiones a través de la imagen y el sonido ambiente, y todo esto acompañado siempre de una música impresionante, ya sea por las partituras incidentales que Kyle Dixon y Michael Stein han desarrollado, y que siempre remiten temas mundialmente conocidos o en su defecto acompañan la escena de forma más que digna, o por la acertada selección de temas, que en esta oportunidad incluyen por ejemplo a The Cars con Moving In Stereo, a Huey Lewis & The News con Workin' for a Livin', a REO Speedwagon con Can't Fight This Feeling, a Madonna con Material Girl y Angel, a Peter Gabriel con Heroes e inclusive a Weird Al" Yankovic con My Bologna. Y en cada uno de los casos la canción fue elegida porque la escena la pedía a gritos. Y no conforme con eso tenemos además la historia y los personajes, y las excelentes caracterizaciones de cada uno de ellos, algo que por supuesto está directamente conectado con la dirección. Cualquiera que intente menospreciar Stranger Things o rebajarlo al nivel de un producto que solo se sostiene por el amor a los '80 es una persona con la cual no me interesa tener la más mínima conversación sobre absolutamente nada en la vida, porque claramente entiende poco y nada sobre cine, televisión y fantasía, y no lo afecta en absoluto las mismas cosas que me emocionan a mí. Muchas gracias, infeliz, no vuelvas más. Punto, k-po.
Los chicos crecen
Tranquilos. Si hubiera tenido intención de spoilear algo en esta reseña, lo hubiera aclarado al comienzo de la misma y en las imágenes que compartimos para promocionar la nota. No lo hice en las 2 reseñas previas y no lo voy a hacer ahora. Podemos debatir y discutir sobre detalles puntuales de la misma en los comentarios, pero aquí, pueden leerme tanto los que vieron la serie completa como los que aún no han disfrutado de esta nueva entrega.
Pero el título de este última párrafo era algo que, por supuesto, todos nos veíamos venir. Los protagonistas de aquella lejana 1era entrega de Stranger Things son niños que están pasando justamente por una edad en la cual crecen y cambian muy rápidamente, y mucho de todo este dilema se ve reflejado en estos 8 nuevos episodios. Y con la edad, vienen nuevos conflictos, muchos de ellos relacionados con el descubrimiento del amor y los primeros acercamientos de potenciales relaciones de pareja. Y sobre todo, lo natural e impulsivo de los sentimientos en esa edad, en la cual hoy estás perdidamente enamorado de alguien y al día siguiente todo cambió y no te diste cuenta de nada, y todo se vive a una velocidad distinta, de forma quizás mucho más trágica pero también más permeable, uno está más preparado para los cambios porque el cuerpo, físicamente hablando, tiene que convivir con los mismos todo el tiempo. Otro punto en el que se vuelve a hacer centro es el valor de la amistad, y lo importante que es formar parte de un grupo que te sirva como apoyo, tanto emocionalmente como fácticamente cuando una bestia sobrenatural se te tira encima y claramente, si tuvieras que lidiar con la misma solo, estarías en clara desventaja.
Un par de nuevos jugadores se integran al equipo titular para avivar la llama de ir descubriendo nuevas relaciones, y si bien esto quizás le quita protagonismo a algunos de los personajes originales, lo que perdemos en ese terreno lo ganamos en frescura con interacciones que no hubiéramos podido anticipar. No spoileo nada trascendente si señalo que, en ese aspecto, Robin, la joven caracterizada por Maya Hawke (hija de Uma Thurman y Ethan Hawke), termina siendo una de las que más se destaca, y nos termina entregando muchos de los momentos más emotivos del show hasta el momento. Como señalé más arriba, los personajes de Dustin Henderson (en la piel del genio de Gaten Matarazzo) y Steve Harrington (interpretado por Joe Keery) vuelven a compartir un montón de escenas juntos, demostrando una química entre ambos que nadie hubiera podido anticipar al comienzo de la serie. Esta vez, a diferencia de lo que sucedió en la 2da temporada, escribieron situaciones y escenas para Joyce Byers realmente muy interesantes, y le permitieron entonces a Winona Ryder poder demostrar nuevamente sus capacidades como actriz. Y puedo asegurarles que van a disfrutar muchísimo de la trayectoria que recorre Eleven en este tramo, certificando que Millie Bobby Brown tiene un don para el drama.
Y bueno, claro... ¡Cara Buono! AH BUENO, señores. ¿Pero qué pasó acá? ¿Cómo no nos dimos cuenta del "potencial" de esta MIL... eh, actriz?
Bromas aparte, no deja de asombrarme lo que nos presentaron esta temporada. Hasta el 3er episodio, se podría decir que el show está "calentando motores", acomodando algunas fichas y preparando el terreno para lo que se viene, y sin embargo ahí tenemos un montón de pistas bien dispuestas para desenmarañar toda la aventura, por no mencionar que es en ese primer tercio de la serie donde comienzan a crecer algunas de las nuevas relaciones. En el 4to episodio casi sin darnos cuenta todo nos explota en la cara, entregando uno de los mejores capítulos de toda la serie, con un final que nos deja la mandíbula por el suelo. Y de ahí en adelante la temporada se transforma en una fiesta increíble, donde todos los elementos esparcidos comienzan a converger y el nivel de dramatismo, suspenso, terror y vértigo comienza a aumentar por todas las aristas, transformando la aventura en una montaña rusa de emociones que no se detiene hasta el clímax de la misma en los minutos finales del último capítulo, el cual, casi como si se trata de un bonus, dura 20 minutos más que el resto. Los últimos dos episodios son sencillamente increíbles, y nuevamente se encuentran entre lo mejor que la serie nos ha ofrecido hasta el momento, con toda la carne puesta al asador en el diseño de producción, los FX's (prácticos y digitales) y una soberbia dirección (responsabilidad de los mismísimos Duffer Brothers, quienes también se encargaron de los 2 1ros) que no nos da respiro hasta la resolución de cada uno de los conflictos. Quiero hacer especial hincapié en la dirección y edición, porque hay escenas en las cuales se narran 3 o 4 eventos a la vez, en distintas locaciones, todos al unísono, sosteniendo el drama de cada situación hasta el último segundo, y las mismas son una delicia, y demuestran una muñeca que muy pocos directores tienen en este medio. Y por encima de esto, exponen el cariño que los showrunners y creadores de esta magnífica serie le tienen al género, algo que uno puede denotar en la casi totalidad de las escenas.
Los Duffer Brothers, una vez más, se las arreglaron para desarrollar y presentarnos un relato repleto de aventuras, misterios y momentos tensos, con un dramatismo que supera todo lo visto hasta ahora en este universo, utilizando uno o varios de los personajes principales como "canales" para los designios de algunas criaturas del Upside Down que regresan para azotar esta castigada población denominada Hawkins. Y lo peor de todo es que esta vez ni siquiera son los únicos enemigos a derrotar. En lo que a mí respecta, esta temporada vuelve a recuperar mucho de lo que supimos extrañar en la entrega anterior, y parte de esa magia se reinstala gracias a una acertada evolución de prácticamente todos los personajes protagonistas, pero sobre todo los "niños", quienes siguen siendo el alma de la serie, y en algún punto el parámetro para evaluar la efectividad del relato presentado.
Si quedaste conforme con la temporada previa vas a sentirte extasiado con lo que te queda por ver, y una vez que comiences a recorrer este camino es probable que solamente el sueño y el cansancio te hagan abandonar esta aventura. Por el momento no hubo anuncios oficiales sobre una 4ta temporada pero a nadie le queda la más mínima duda todavía no vimos el último capítulo de Stranger Things. Los espero mañana con otra nueva reseña, aquí, en Tierra Freak.