miércoles, 27 de abril de 2016

“Wynonna Earp” cumpliendo la profecía - El Gabinete del Dr. Morholt.





Sabíamos que este momento iba a llegar.

Lo sabíamos porque nuestras entrañas nos lo decían con retorcijones en cada momento de felicidad nerda que gozábamos.

Lo presentíamos cada vez que lográbamos ver a uno de esos personajes que jamás pensábamos encontrar en una pantalla y a pesar de que nos pellizcábamos no despertábamos, porque no era un sueño.



Ese sentimiento que no dejaba que disfrutemos del todo… esa vocecita, detrás de todo ese gozo y excitación que decía “ya la van a cagar… seguro… no va a durar para siempre.”

Y sí. Finalmente pasó.

Pasó que un directivo de la televisión se dio cuenta que los productos basados en historietas eran un negocio fenomenal.

Pero también pasó que este directivo que no entiende mucho del tema historietas, pero sí de números televisivos, vio a las grandes compañías haciendo productos muy de nicho. Muy para pocos.

Porque ¿quién vería una serie de los agentes de una organización para-gubernamental llamada ESCUDO? ¿o cuál puede ser el público de las aventuras de un arquero que hace las veces de Batman, pero sólo con un arco y un montón de flechas (y principalmente sin batimovil)? ¿Y esa del tipo ciego… posta, un ciego, al que persiguen unos ninjas y que aparte es abogado, pero que sus historias no son para nada como la Ley y el Orden?


Entonces ese mismo directivo miró su presupuesto y se dio cuenta que no llegaba al valor de los derechos de ninguno de esos personajes que ya había obtenido Netflix, o CW. Pero, obviamente, quería tener las mismas ganancias, porque él sabía cómo era el negocio de la televisión.

Y así fue como revisó esas licencias que nadie miraba hacía más de 20 años, pero no le importó, porque “una historieta es una historieta ¿no?” recordó que le dijo su mujer mientras le servía un martini seco tal como le gustaba disfrutarlo, al borde de la piscina climatizada de su casa cerca de la frontera entre Canadá y Estados Unidos.

Y obviamente, como sabe mucho de televisión, este directivo pensó un elenco de jóvenes promesas, pero con algún que otro papel interesante en alguna de esas series que tanto rating tienen.

Y por supuesto la mayoría tendrían que ser canadienses, porque ante todo hay que ayudar a los actores locales.

Y revisando, revisando, llegó a algo que no podía fallar según su gran conocimiento del  negocio televisivo del país vecino (ese del que viven casi todas las producciones canadienses).

Era el producto perfecto y nadie lo adaptó antes “porque ninguno sabe tanto como usted” recordó que le dijo su secretaria mientras le daba a firmar unos papeles en los que garabateó casi sin mirarlos, absorto con el éxito que tenía entre manos.

Porque ¿quién no miraría un western ambientado en la actualidad, donde los villanos sean motoqueros (si en Sons of Anarchy funciona seguro acá también, pensó), pero que aparte sean demonios (porque Supernatural lleva muchas temporadas, se convenció), protagonizado por una chica con actitud (porque estamos cansados de que los antihéroes sean masculinos, sentenció) y que sea heredera de uno de los más grandes personajes del viejo oeste (porque nunca hay que olvidar a los grandes héroes, dijo para sus adentros pensando que en algún momento él sería recordado como uno).

Y ya con la licencia en la mano, luego de haberla firmado y conseguido que el canal SyFy le diera una tanda de 13 capítulos, el directivo de televisión entendió que tenía que llamar a una guionista que estuviera en auge, y pensó en Emily Andras, que tan bien trabajó en Lost Girl y que ahora era responsable de Killjoys emitida por el mismo SyFy.

Y así fue como lo que podemos llamar “El principio del fin de la era dorada de los nerdos” comenzó.

Porque Wynnona Earp es una serie basada en la historieta creada por Beau Smith.

El mismo guionista que hizo de Guy Gardner un personaje más interesante que un simple clon de Hal Jordan allá por 1994 y que luego de irse con los demás artistas rebeldes a formar Image Comics sólo pudiera hacer 5 números de la revista de Wynonna Earp (sí, sólo 5 números entre 1996 y 1997). Ese mismo guionista que se tuviera que recluir en los verdaderos hits de la editorial como Spawn o Shadowhawk, escribiendo sagas o especiales, porque sus personajes no se vendían como había previsto.

Y esta encarnación televisiva, protagonizada por Melanie Scrofano como Wynonna y
Tim Rozon, Shamier Anderson y Dominique Provost-Chalkley como los demás personajes que a nadie le importan, seguramente fue un hermoso regalo para la billetera de Beau Smith que había vuelto a trabajar en el personaje sólo cuando la editorial IDW le editara 3 números en 2003 y 4 en 2011.

Pero también, estas aventuras de la heredera de Wyatt Earp (que debe devolver al infierno a todos los malvados que su tatara-tatara abuelo matara, sólo con la ayuda del viejo revolver encantado de Wyatt), son una patada directa en las gónadas para cualquiera que guste de las buenas historias, o la buena actuación, o la buena producción, o los buenos efectos especiales.

Porque a pesar de que Disney nos logró vender personajes ignotos como Rocket Racoon o Groot (sep, todavía no podemos entender cómo cornos hicieron para que esperáramos con ansias esa película), los nerdos tenemos un poco de dignidad y no vamos a caer de nuevo en consumir cualquier porquería basada en historietas… ¿no?
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