Hace unos años que redescubrí los juegos de mesa de la mano de “los juegos de mesa modernos” y obviamente lo que más me interesó fue la movida nacional, los producidos en Argentina… principalmente porque traer importado uno de afuera era (y sigue siendo) un gasto muy elevado.
Fue así que me empecé a inmiscuir en este mundillo de tiradas chicas, terminaciones artesanales, de componentes que muchas veces se encuentran con las trabas de la propia industria nacional por lo que tienen que ser reemplazados con ingenio, pero principalmente con un empuje y unas ganas de pelearla que al día de hoy me sigue maravillando.
Porque editar un juego sobre la batalla más importante de nuestra historia o uno donde se muestren las dificultades de manejar un partido de la Provincia de BuenosAires es complicado por ser un tema cercano a nuestra idiosincrasia, pero también lo es intentar que los jugadores interpreten ambiciosos monitos que quieren ser los reyes de la selva o poderosos magos en busca del conocimiento oculto de su maestro muerto.
Porque lo complicado, muchas veces, no es tanto generar las reglas del juego (que ya es un tema muy complicado) ni la temática en que estas reglas se desarrollan (que es muy importante también), sino lograr que ese juego logre ver la luz, se edite, que la gente lo compre y que se divierta con él.
Es por eso que cuando se anunció que iba a haber una editorial argentina de juegos de mesa modernos, pero que no iba a ser de un diseñador que quiere publicar su juego, sino de gente que quiere editar los juegos de otros, la sorpresa fue enorme.
Y la editorial El Dragón Azul no sólo sorprendió con su aparición, sino que también lo hizo con el primer juego que editaron, la hermosa 2ª edición de Imperios Milenarios .
Pero ahora siguen sorprendiendo. Porque son los responsables de la edición argentina del Coup, un exitoso juego extranjero, un juego inglés editado originalmente en el año 2012 que, al día de hoy, se publicó en idiomas tan disímiles como inglés, griego, polaco, hebreo, portugués, japonés, ruso y, por supuesto, español.
El Coup es un juego inglés de roles ocultos, donde cada jugador interpreta a un noble de una casa que quiere tener influencia en la corte del rey, pero los demás jugadores no saben sobre qué personajes de la corte tiene influencia cada uno y, para hacer más complicado el juego, se puede mentir sobre quién podemos influir y sobre quién no.
Pero a diferencia de caer en la fácil y sólo traducir los pocos textos que tienen las cartas (las habilidades de esas personas que el jugador puede influir) e imprimir todo con el arte original, la edición argentina no sólo tiene ilustraciones especialmente hechas para la edición (gran trabajo de Alejo Vigliani), sino un tema innovador, ya que está ambientado en una Inglaterra steampunk de finales del siglo XIX.
Y lo más importante es que, este Coup Urbis, no sólo es una ambientación, sino un universo basado en la película argentina “Urbis” que será dirigida por Francisco Salazar y que actualmente está en etapa de pre-producción.
Pero si todo esto no fuera suficiente como para demostrar lo extraordinario de este juego, sus componentes son realmente increíbles.
Porque si bien el Coup: Urbis, juego de hasta 6 jugadores, contiene sólo 21 cartas y 50 monedas, la calidad de todo lo que lo conforma, incluida la caja, no sólo no tiene nada que envidiarle a muchas ediciones extranjeras, sino que supera a unas cuantas.
¿Qué más se le puede pedir entonces a esta nueva editorial de juegos de mesa que un juego entretenido, con una edición sumamente cuidada, original y a un precio más que accesible?
Pues, según me confirmaron, el Coup: Urbis no será el único juego de licencia internacional que editen este año, ya que el japonés “Kobayakawa” verá la luz en los próximos meses. Un juego de apuestas y deducción que ya tiene aparte versiones en inglés, francés, alemán y chino.
Si querés un juego rápido (no más de 20 minutos), divertido, precioso tanto en arte como en componentes y de producción nacional, el Coup: Urbis es una gran opción.