¿Qué tanto sabés realmente de la anécdota religiosa de David contra Goliat? Sean sinceros, y acompáñenme en un ejercicio de la memoria sin hacer uso de google ni tampoco echando mano a alguna biblia que tengan cerca. Seguramente recuerdan que David era judío, y vivía en Israel. Probablemente recuerden que tenía hermanos, pero que él era claramente el más impetuoso, valiente y decidido de todos ellos, y que su pueblo estaba siendo amenazado… hasta ahí vamos bien.
¿Quiénes conformaban esta amenaza? Bueno, pues… aquellos entre los que estaba Goliat, claro, un mazacote de músculos y armadura de 3 metros de alto, con una amenazante espada y un imponente escudo. Todos recordarán que hubo burlas, algún cantito tribunero que etiquetaba a los Israelitas de cagones, y de repente apareció un desafío: si algún judío se animaba a derrotar en un mano a mano a Goliat, el campeón de este ejército, entonces aquellos a quienes pertenecía este gigante (no los menciono porque estoy más que seguro que, al igual que yo, NADIE recuerda quienes eran exactamente) serían esclavos de los judíos, de lo contrario, el pueblo de Jehová quedaría subyugado por estos bárbaros. Ahí es cuando entra David, quien armado solamente de una honda y un puñado de piedras, sin escudo, sin armadura y encima de contextura física menuda, acepta el desafío y ni lerdo ni perezoso le emboca una piedra en la cabeza al gigante, y lo mata de un solo golpe. Otras versiones indican que David logró herirlo con la piedra en la cabeza, y al caer se decapitó solo, con su propia espada. La moraleja de este pasaje bíblico es más bien obvia, y la serie que me propongo reseñar el día de hoy, Of Kings and Prophets, no solo incluye a estos dos personajes dentro de la trama, nos va a revelar además la historia detrás de esta tribu del cual Goliat formaba parte.
Un Rey, un Profeta y un Pastor
La anécdota bíblica, por supuesto, era un poco más compleja y elaborada de lo que nuestra memoria recuerda. Goliat pertenecía al pueblo Filisteo, un grupo de “pescadores” árabes ubicados debajo del antiguo “Reino de Israel”, lindando con el Mar Mediterráneo, de los cuales existen innumerables referencias en escritos Griegos y Hebreos, y entran en la historia bíblica justamente por desafiar al mismísimo Dios, plantándose en las puertas de Jerusalén y desafiando a los judíos durante 40 días y 40 noches. El porqué de la enemistad entre estos dos pueblos es algo que irá desenmarañando capítulo a capítulo al nueva producción épica de ABC, Of Kings and Prophets, la cual, obviamente, horas después de ser estrenada ya levantaba polémica por incluir escenas eróticas dentro de un relato con contenidos religiosos, más bien.
La existencia de un show como este tiene su razón de ser gracias al éxito obtenido por el caballito de batalla de la cadena HBO, Games of Thrones, pero también porque otras series similares también tuvieron una recepción más que adecuada, como es el caso de Vikings que hace apenas un mes comenzó a transitar su 4ta temporada, o el aún más llamativo éxito de Spartacus: Blood and Sand, que siguió adelante dos temporadas más aún cuando el actor que la protagonizaba tuvo que ser reemplazado producto de su temprana y sorprendente muerte. Sin embargo, lo que va a distinguir a Of Kings and Prophets del resto es su fuerte relación con relatos bíblicos leídos en el antiguo testamento, de entre los que se destaca aquel con el cual comencé esta entrada.
Uno de los protagonistas de la serie es Saul, caracterizado por el enorme Ray Winstone [The Departed (2006), Indiana Jones and the Kingdom of the Crystal Skull (2008), Hugo (2011)], el primer Rey de los Israelitas, quien cuando comienza el relato, 1.000 años antes del nacimiento de Cristo, está a punto de unificar las 12 tribus Israelitas con el casamiento de su hija mayor. Sin embargo, el profeta Samuel, personificado por Mohammad Bakri, va a complicarle la semana cuando le anuncie que Dios ah dictaminado que es el momento propicio para hacerse cargo de una antigua tribu enemiga con la cual los Israelitas no tienen problemas hace al menos 200 años. Siendo así, 48 horas antes de la boda, Saul deberá reunir un ejército y partir en rápida campaña hacia una ruta comercial, cruzarse con esta tribu y borrarla de la faz de la tierra, matando a hombres, mujeres, niños y ancianos en el acto. Y bueh… Dios es así, ¿vió? A veces no mide las consecuencias de sus pedidos.
Paralelo a esto, tenemos a David, en la piel de Olly Rix, un pastor con cara de chanta y sonrisa ganadora, pero con muchas ganas de resolver una problemática que aqueja a su población: un león está atacando indiscriminada y metódicamente las ovejas de los pastores, absolutamente todos los días, y les está reportando enormes pérdidas. Cuando el padre de David es amenazado por no poder pagar impuestos y es sentenciado a una cierta cantidad de latigazos en su espalda, su hijo se interpone ante el castigo y ofrece ir en busca de este feroz león, y volver con el cadáver del felino a cuestas, para resolver el problema. El éxito o fracaso de esta misión dictaminará el destino de David, y el camino que tendrá que recorrer, mismo que terminará cruzándose con el del Rey y el Profeta.
¿Otro relato épico más…?
La premiere de Of Kings and Prophets se dio el pasado 8 de marzo, con un rating aceptable para un show que prácticamente carece de estrellas protagonistas y su atractivo radica en acercar a la audiencia televisiva acostumbrada, hoy por hoy, a shows de acción, dramas psicológicos, policiales, series superheróicas y fantásticas, un relato épico que guarda fuerte relación con la historia antigua y con muchos fragmentos del antiguo testamento. La locación donde se filma este show es en Cape Town y sus inmediaciones, una ciudad de la República de Sudáfrica, aunque hay un set armado en Israel que es utilizado para muchas de las escenas. Y en referencia a esto, la producción es impecable, sobre todo teniendo en cuenta el arduo trabajo que conlleva orquestar exteriores emulando civilizaciones, estructuras y ambientes de hace 3.000 años.
Ahora, llegado este punto, que se sabe no es lo único importante para que un televidente le dedique 50 minutos semanales a una producción, ¿cuáles serían los motivos por los cuales alguien debería añadir Of Kings and Prophets a su lista de series a seguir, máxime cuando hace un mes comenzó la nueva temporada de Vikings y en abril reanuda su andadura la celebrada Games of Thrones? Claramente es injusto enfrentar un show que tiene apenas dos capítulos al aire con monstruos consagrados que ya llevan al menos 3 temporadas desarrollando sus tramas y consolidando su público casi cautivo, pero la realidad de este medio nos pone en esta disyuntiva, máxime cuando en este mismo sitio venimos reseñando estrenos televisivos casi todas las semanas y los mismos se van acumulando en nuestra cabeza, y el tiempo se comienza a comportar como el maldito tirano que es.
Lo primero que podemos rescatar de la serie es la controversia, la cual no radica precisamente en las tibias escenas eróticas que palidecen ante las de su competencia directa sino justamente en la trama que confronta a la religión con el destino que cada hombre tiene asignado en esta tierra. Y la misma va a formar carne y piel de este show, de eso ya podemos tener sobradas muestras en el episodio piloto. Aún teniendo un casting repleto de desconocidos el mismo actúa de manera sólida, con pocas sobre-actuaciones pero lamentablemente con ningún personaje con carisma suficiente como para destacar del resto o dejar una huella difícil de borrar en la memoria del televidente.
Hay algo que, hoy por hoy, puede motivar a más de un espectador, y es la seguridad de una continuidad. A nadie asombro si digo que la grilla de la televisión está excesivamente sobrecargada de shows con una calidad que sobrepasa la media, lo cual hace casi imposible poder estar al día con todas las series que nos gustaría seguir. Y en el caso de este género, la calidad del mismo no asegura una permanencia en pantalla, como le sucedió al nuevo proyecto de Kurt Sutter, el creador de Sons of Anarchy, The Bastard Executioner, un drama épico que tenía todas las de ganar, con un casting ejemplar, una trama oscura y violenta, una producción impecable y unas actuaciones memorables… nada de eso sirvió para que una vez finalizada la 1er temporada de 10 episodios la FOX renovara para una 2da.
Siendo así, Of Kings and Prophets no se separa de la media y nada nos asegura que vamos a tener una continuidad de un relato que evidentemente está pensado para más de una temporada. Y poniéndonos en exquisitos, la edición de este show tiene algunas desprolijidades –quizás a causa de unos retoques que le hicieron a último momento anticipando las críticas que podrían recibir-, y la música acompaña el relato casi todo el tiempo, como sucedía en la televisión de los ’90, y se acentúa cuando finaliza cada bloque, dos decisiones de post-producción que a mi entender le restan bastante.
El show tiene cierto potencial, y es por eso que lo he elegido para reseñar el día de hoy, pero necesita de muchos ajustes para ponerse a tiro de sus competidores, y está a cientos de metros de distancia de transformarse en un clásico instantáneo. Dicho esto, el mejor motivo para incorporarlo como una de las series a seguir es que, justamente, no carga sobre sus hombros con decenas de capítulos encima: es una novedad sólida y fresca que nos introduce en un relato épico que transitará unos capítulos del Antiguo Testamento.