Finalmente parece que vamos a poder disfrutar de un drama televisivo relacionado con hackers que no provoque un facepalm cada 5 minutos, y si el tiempo acompaña, con viento a favor, podremos por fin ver a Christian Slater en una serie que pueda superar la 1er temporada, luego de sus dos últimos fracasos en este medio (My Own Worst Enemy y Mind Games, aunque en el diome clavó una comedia que al menos llegó a segunda base) que parecían iban a clavar una lapidaria cruz en sus participaciones televisivas. Mr. Robot no ha mostrado demasiada cinta al aire aún, el piloto del mismo se ha estrenado recién anoche, pero con solo esos 62 minutos a los que tuvimos acceso ya podemos quedarnos tranquilos sabiendo que los productores no nos están tomando, a los televidentes, por ignorantes, y están posicionando la vara bastante alta. Pasemos a ver como lo lograron.
I Think I'm Paranoid
Uno de los clics modernos (gracias, Charly) que marcan un punto de inflexión entre nuestra adolescencia y la entrada a la adultez es el reconocimiento de las grandezas y flaquezas de nuestros padres: cuando comenzamos a percibir que aquellos que nos educaron no son los más grandes de la tierra (la percepción que tenemos de los mismos en nuestra niñez) ni tampoco los más hijos de mil puta que podían tocarnos (nuestra incuestionable opinión disparada por el exceso de feromonas adolescentes), y comenzamos a leernos como “personas humanas, de carne y hueso”, con sus defectos y virtudes, que hicieron lo posible –y muchas veces lo imposible- para darnos el mejor pasar, todo nuestro mundo interno cambia. El otro punto de inflexión digno de destacar es cuando somos conscientes de que nuestra sociedad no funciona como nos gustaría, y estamos metidos hasta el cuello en una mentira que nos flagela día tras día. La complicada relación entre la democracia, la política y la economía se revela ante nuestros ojos como un maquiavélico plan pergeñado hace más de un siglo por un puñado de pudientes y poderosas personas (probablemente no más de cinco) que confeccionaron un plan a largo plazo para subyugar este planeta. El leitmotiv de Mr. Robot, entonces, toma esta premisa zeitgeista y la aborda desde la perspectiva y las posibilidades del protagonista del show, Elliot, brillantemente caracterizado por un casi ignoto Rami Malek [Need for Speed (2014), Oldboy (2013)
y participaciones en series como "24" o la miniserie de HBO, The Pacific], un ingeniero en sistemas que trabaja para una empresa dedicada a la seguridad informática de nombre AllSafe, misma que está lidiando con uno de sus clientes, una megacorporación seguramente monopólica que responde al nombre de E Corp. Elliot es consciente del submundo informático porque tiene la sana costumbre, por las noches, de utilizar sus habilidades para hackear todo sitio que esté a su alcance, con el objetivo de obtener información y muchas veces verificar sus sospechas, y utiliza sus habilidades para ayudar a sus afectos o desenmascarar a personas que se están manejando de manera turbia o cuestionable, como sucede en la escena inicial en la cual confronta en un lugar público a un pedófilo.
A pesar de su pesimismo sobre el estado actual de nuestra sociedad, de la mirada sarcástica que deposita sobre quienes lo rodean y de su personalidad ególatra producto de sus extraordinarias capacidades, Elliot intenta hacer de este planeta un mejor lugar para vivir.
Siente lástima por los pesares amorosos de su terapeuta y actúa en consecuencia, demostrando que podrá ser antipático y retraído, pero no por eso deja de buscar la forma de proteger a aquellos que, como mínimo, le caen bien. Sin embargo, Elliot cree que está siendo estudiado, observado y probablemente cazado, cree que lo persiguen y que su vida podría estar en peligro… y no está equivocado en todas sus suposiciones. Quizás exagera un poco, pero como diría el viejo y querido Groucho Marx: just because I’m paranoid doesn’t mean everyone is not after me (sólo porque soy paranoico no significa que no todo el mundo esté detrás de mi orto), y la aparición del personaje de Christian Slater [¿en serio? Ok: Interview with the Vampire: The Vampire Chronicles (1994), True Romance (1993), Der Name der Rose (1986)], el “Mr. Robot” que le da título a la serie, viene a confirmar sus sospechas. Mr. Robot es el líder de un grupo clandestino de hackers anti-sistema, identificados como los F_society, mismos que buscan dañar lo máximo posible y, si se puede, hacer caer de forma terminante a la multinacional para la cual Elliot y la empresa para la que actualmente trabaja están ofreciendo sus servicios. La natural reacción inicial de Elliot es la desconfianza y el rechazo, pero por múltiples motivos tendrá que trabajar codo a codo con los F_society y en poco tiempo descubrirá que los tipos estos van en serio, y tienen huevos.
A better world
Desde WarGames (1983) hasta acá, pasando por productos como Swordfish (2001), Hackers (1995), Untraceable (2008) y hasta The Lone Gunmen (2001-2002), el cine y la televisión se han visto seducidos por la temática “hacker” cientos de veces, y más pasa el tiempo, más la sociedad se ve inmersa en el insano y excesivo uso de la tecnología, más terror y pánico causa el hecho de que un soberano hijo de mil puta con capacidades que van más allá de la comprensión del promedio espectador pueda vaciarte la caja de ahorro, borrarte del padrón de votantes o hacer público tu historial de navegación con 45 entradas diarias a xvideos durante la hora de laburo tecleando 4 boludeces en su laptop. La realidad es que manejar este tópico con altura es muy complicado, porque entras en la disyuntiva del target al que vas a apuntar: en su libro “A Brief History of Time: From the Big Bang to Black Holes” de 1988, en el prologo del mismo, el científico Stephen Hawking nos comentaba que su editora le había recomendado encarecidamente que, en pos de mejorar las ventas, se privara de incorporar fórmulas matemáticas en el mismo, porque estaba comprobado que por cada una que incluyera los lectores se
reducían en un 50%, y es así como, de forma sarcástica, nos cuenta a los lectores que se la jugó el todo por el todo y, a riesgo de perder potencialmente la mitad de sus futuros lectores, de todos modos no se privó de incluir la clásica E = mc2. Con esta temática sucede algo similar: si manejas terminología “dura” relacionada con los hackers, y mostras a los personajes operando programas destinados para tal fin, hay un porcentaje enorme del público que no se va a sentir del todo cómodo sintiéndose absolutamente ajeno a los diálogos y los programas que no está reconociendo, lo cual podría afectar el interés del mismo en el show. La realidad nos indica que hoy son cada vez más las personas que han trascendido del mero uso de p.c.’s para entretenimiento multi-media, y un enorme porcentaje de la población es diestra en operar múltiples programas con un grado enorme de complejidad, y una parte enorme de la audiencia hace uso del software libre, trabaja con sistemas operativos opcionales, sumado a que quienes se dedican a trabajar en las áreas de “sistemas” son cada vez más. Y el resto ya no se siente tan incómodo con esos minutos que no termina de procesar, en tanto y en cuanto el drama se sostenga con una propuesta fresca, renovadora, verosímil y atrapante.
Mr. Robot, al menos desde su piloto, sale a la cancha con un producto maduro, bien pensado y ejecutado, que a pesar de transitar un tópico gastado evita caer en los lugares comunes desde su narración en 1ra persona, y desde la construcción de personajes complejos, llamativos y desestructurados, pero por sobre todas las cosas no trata al televidente como un infradotado consumidor de Gran Hermano. La música y la edición son exquisitas, e incluyen goles de media cancha como la “If You Go Away” de Neil Diamond que acompaña un “momento-clip” de introspección para Elliot, donde toma consciencia del quilombo en el que está metido. Y a pesar de ser un drama, guarda un espacio para el humor, pero de forma muy sutil, acentuando todo el tiempo la paranoia persecuta que el protagonista tiene, con obvias escenas que podrían estar sucediendo o podrían ser solo alucinaciones de Elliot, donde hombres de trajes negros y lentes de sol no le pierden mirada. Si me esfuerzo en buscarle algo negativo a este piloto me encuentro con que quizás la misma historia se podía narrar con 10 minutos menos, pero, una vez más, nos íbamos a privar de algunos momentos que ayudaron a construir una trama muy cerradita. Nos leemos de nuevo la semana que viene, acá, en Tierra Freak.