Cuando me disponía a salir del cine, luego de haberme adelantado a todos los panchos que iban delante de mí bajando las escaleras, uno de los guardias de seguridad del predio me cruza el paso y me pregunta:
Guardia: ¿venís de ver la de los Vengadores?
Yo (con cara de sorprendido): Seh.
Guardia: ¿Y, que tal está?
Yo (sosteniendo el mismo gesto de asombro): Muy buena, la mejor de la saga.
Guardia: Ah... Yo tengo ganas de verla, ¿no?, pero no vi la “uno”. ¿La voy a entender igual, deci’ vo’?
Yo: Y, no... Hay 10 películas que tenés que ver antes de esta, no una sola. Hasta luego.
Mi respuesta, aunque dura e innecesaria para la situación, no se aleja de la verdad. Como diría una amiga mía, el estreno de hoy es una producción más de la gran saga “Marvel”, misma que la editorial homónima está construyendo, no solo en cine sino también en televisión, un evento que se festeja al menos 2 veces por año en la pantalla gigante, y que ya tiene, hoy por hoy, tres productos distintos en la caja boba que abrieron el relato hacia distintas direcciones en tiempo y espacio. Es una buena oportunidad, entonces, para abordar el concepto que se esconde bajo el Marvel Cinematic Universe mientras damos un rápido vistazo al camino recorrido por el mismo, justo antes de interiorizarnos sobre mi percepción final de Avengers: Age of Ultron (2015), el 2do film que reúne nuevamente a los Héroes más poderosos de la Tierra para ponerle fin a las andanzas de un enemigo común, el cual, esta vez… proviene del mismo corazón del grupo.