A finales de la década de 1990 tan disparatado era cualquier proyecto de reavivar al personaje Indiana Jones que tuvieron que pasar casi 10 años para que podamos ver (iba a poner disfrutar, pero bueno, no a todos nos gustó lo que nos ofrecieron) "Indiana Jones and the Kingdom of the Crystal Skull".
Pero el cine de aventuras que George Lucas y Steven Spielberg nos mostraron con ese arqueólogo adepto al látigo pegó tan fuerte en el público y en la cultura pop que cuando en 1999 se mostró el tráiler de “The Mummy” no nos importó que haya sido planeada como una remake de la película de terror de 1932 protagonizada por Boris Karloff. Todos los que vimos a Brendan Fraser en su rol de Rick O´Connell soñamos con que fuese el sucesor de Harrison Ford y su gran Indy.
Pero cuando 3 años después vimos los primeros minutos de la esperada secuela, nos dimos cuenta que si bien todos esperábamos una gran saga con Brendan Fraser como protagonista, los productores tenían otros planes. Y fue así que sólo un año después, o sea que ya estaba filmada hacía rato, se estrenaba “The Scorpion King”.
Esta especie de “precuela/spin-off” donde se nos cuenta la historia del villano de “The Mummy Returns” es a lo que el productor Sean Daniel y el productor/escritor/director Stephen Sommers realmente apostaron para estirar la franquicia.
Y si hay algo que se les puede reconocer es que a pesar de que recaudó mucho menos que la anteriores dos, siguieron firmes con su idea de expandir el universo de “The Mummy” sin necesidad de depender de actores tan caros como Fraser o Rachel Weisz.
Fue así que llegó la serie animada homónima, porque, digamos la verdad, es mucho más simple hacer dibujitos animados que películas live action ¿no?
Pues en este caso, y quizás porque la serie animada tampoco fue un éxito y sólo tuvo 2 temporadas de 13 episodios cada una, parece que lo mejor para seguir con la franquicia es hacer películas que se estrenen directo al video… ¡Momento! ¿Qué?
Y sí, porque hace sólo unas semanas se estrenó la cuarta película de la saga del Scorpion King.
Sí, leyeron bien la cuarta, o sea que hay 4, o sea que aparte de la que se estrenó en cine con Dwayne “The Rock” Jhonson hay 3 más. Sí, parece increíble, pero no lo es.
Para agosto del año 2008 se estrena directo a video “The Scorpion King: Rise of a Warrior” que es una precuela… de la precuela/spin-off… de la secuela… de la remake… ok, espero que hayan entendido.
Lo importante de esta película es que cuenta el origen de Mathayus, el último akkadiano que en algún momento terminará dirigiendo el ejército de Anubis y será muerto por la lanza blandida por Rick O´Connell, ese Indiana Jones que nunca fue.
Y claro, como es el origen del personaje que interpretó The Rock 6 años antes, pues obviamente él no protagoniza la película. En el papel de Mathayus aparece un ignoto Michael Copon, que sólo es conocido por los que crecieron viendo “Power Rangers Time Force” donde interpretaba al Ranger Azul (sí, ni siquiera es el rojo… es el azul).
En esta película, así como en la anterior “Scorpion King”, se mezclan mitologías y se deja de lado cualquier rigurosidad histórica en pos de una aventura pasatista llena de CGI y peleas con espadas.
A tal punto se mezclan las eras, los tiempos y las mitologías que no se respeta ni lo dicho en la película anterior. Porque supuestamente la historia del Rey Escorpión se remontaba a “Antes de la construcción de las pirámides”, pero en esta precuela el joven Mathayus se embarca a Egipto “para ver las pirámides, que dicen que son hermosas” y en el camino se encuentra encerrado en el laberinto de Creta y tiene que pelear con el minotauro.
Como condimento extra a esta bizarreada puedo agregar que el villano principal es nada más ni nada menos que Randy Couture, quien interpreta a Sargon, un mago que obtiene sus poderes de la diosa Astarte y que se convierte en el Rey Escorpión… ¿eh? ¿pero cómo? ¿el Rey Escorpión no era Mathayus cuando era mayor? ¿no era ese que interpretó The Rock en la película anterior donde te cuentan cómo llega al trono? No, parece que no.
Pero si a pesar de todo esto cabía alguna posibilidad de estrenar, aunque sea limitadamente, “The Scorpion King: Rise of a Warrior” en cine, todo se fue al tacho cuando el mismo mes, del mismo año aparecía en la pantalla grande “The Mummy: Tomb of the Dragon Emperor” la verdadera tercera parte de la saga, protagonizada por Brendan Fraser y Jet Li, aunque ya sin Rachel Weisz a la que reemplaza María Bello, conocida sólo por ser la esposa drogadicta de Mel Gibson en la ENORME “Payback” de 1999.
O sea que para ese momento y después de estar 5 años sin ningún producto de la franquicia de repente teníamos dos películas al mismo tiempo una en cines y otra en video.
“The Mummy: Tomb of the Dragon Emperor” repitió los números de audiencia de las dos primeras entregas, por lo que quizás volver a la fórmula “Rick O´Connell como el nuevo Indiana Jones” no era tan mala idea. Más teniendo en cuenta las horribles críticas que recibió la segunda “Scorpion King”. Pero claro, unos meses antes ya había vuelto Harrison Ford a vestirse con su cazadora de cuero y su sombrero de ala y la taquilla de esta cuarta entrega de las aventuras oficiales de “Indy” había recaudado más del doble de dinero que la película protagonizada por Fraser. El camino no parecía ser por ese lado.
Acá voy a hacer un parate en la cronología para comentar algo que pasó antes de que se estrenara inclusive la primera “The Mummy” (o sea no la original, sino la remake, o sea la de Brendan Fraser… carajo, qué complicado es todo esto).
Porque en 1997, y para intentar subirse al gran éxito de “Hercules: The Legendary Journeys” y su spin-off “Xena: Warrior Princess” los seguidores de la obra de Robert E. Howard pudimos disfrutar de 22 capítulos de la serie con actores de “Conan the adventurer” que si bien no era una continuación oficial de las películas protagonizadas por el gran Arnold en la década de los 80s, tenía una estética similar lo que la hacía super disfrutable.
Porque en 1997, y para intentar subirse al gran éxito de “Hercules: The Legendary Journeys” y su spin-off “Xena: Warrior Princess” los seguidores de la obra de Robert E. Howard pudimos disfrutar de 22 capítulos de la serie con actores de “Conan the adventurer” que si bien no era una continuación oficial de las películas protagonizadas por el gran Arnold en la década de los 80s, tenía una estética similar lo que la hacía super disfrutable.
¿Pero a qué viene este viaje al pasado para hablar de Conan? Pues que en 2011 se estrenó la remake de “Conan” protagonizada por Jason “Soy Khal Drogo” Momoa con críticas de lo más diversas. Y si hay algo que tenía Mathayus, el último akkadiano, tanto cuando lo interpretó The Rock como cuando lo hizo el ignoto Copon es que las alarmas de “es un choreo a Conan” sonaban por todos lados.
Así que las brillantes mentes maestras detrás de la franquicia antes conocida como “quiero reemplazar a Indiana Jones” dieron un giro para hacer de su franquicia una que sea conocida como “quiero reemplazar a Conan”.
Es así como en 2012 se estrena (también directo a video) “The Scorpion King 3: Battle for Redemption”, otra vez con un nuevo actor interpretando a Mathayus.
Victor Webster (conocido sólo por aquellos que vimos en algún momento la serie “Mutant-X” y no consumimos demasiado alcohol para borrarla de nuestra memoria) fue el responsable de ponerse en la piel del ya no más Rey Escorpión… ¿cómo? ¿en el título no dice “Scorpion King”? Sí, lo dice y es porque esta película nos cuenta cómo sigue la historia de este personaje después de la primera película protagonizada por The Rock. Y es que parece que Mathayus fue un Rey “no demasiado buen rey” y algo sucedió por lo que todo su pueblo se terminó muriendo. Es por eso que ahora vaga por distintas tierras trabajando de mercenario para otros reyes y así olvidar su fracaso y, principalmente, a su esposa muerta.
La cosa es que acá también se mezclan mitologías, eras e historias porque el protagonista termina enfrascado en una guerra entre reyes medievales luchando codo a codo con un vikingo. Sí, como leyeron, castillos medievales, vikingos y el supuesto Rey Escorpión cuya historia “se remontaba antes de la construcción de las pirámides”.
Lo más interesante de esta película es que los reyes medievales son interpretados por Ron Perlman y Billy Zane y también hay varios cameos de boxeadores y luchadores de la WCW, entre los más importantes están “Kimbo Slice” Ferguson o Dave Bautista, ahora más conocido por interpretar a Drax en “Guardians of the Galaxy”.
En enero de este 2015, sí hace pocas semanas, se estrenó la cuarta película protagonizada por el último akkadiano.
“The Scorpion King: The Lost Throne” vuelve a ser protagonizada por Victor Webster y el plan de los productores de reemplazar a Conan, parece funcionar. En esta nueva entrega Mathayus sigue vagando por el mundo siendo mercenario y esta vez vemos cómo tiene un compañero/aprendiz que lo secunda en sus aventuras.
En esta última entrega los actores invitados son nada más ni nada menos que Lou Ferrigno y Rutger Hauer, pero que no logran levantar el resto de las paupérrimas actuaciones.
Como es costumbre en esta saga, todo lo que se construye en las anteriores películas es tirado por la borda por los guionistas. Esta vez no es tanto el setting histórico, que repite el medieval de la anterior película, sino la temática.
Porque si la primera vez que vimos al Rey Escorpión (“The Mummy Returns” ) supimos que iba a terminar manejando al ejército del dios Anubis y que iba a tener poderes mágicos que lo transformarían, literalmente, en un hombre-escorpión que dormiría por casi 5000 años; o en su primera aventura en solitario (“The Scorpion King”) vimos que la que terminaría siendo su esposa tiene poderes adivinatorios; o en su origen (“The Scorpion King: Rise of a Warrior”) lo vimos enfrentarse a un minotauro y a los poderes mágicos de la diosa Astarte; en esta nueva aventura nos dicen que el mundo es un mundo de tecnología, de razón y de iluminismo y que la magia, el oscurantismo y la hechicería en realidad pueden ser explicados mediante la ciencia.
Es así que las armaduras mágicas que hacen volar a los enemigos en realidad son manejadas por campos electromagnéticos, o que los dragones guardianes de catacumbas en realidad son grandes “mechas” manejados a vapor.
Y toda la historia se basa en eso, en demostrar que la magia no existe y que la edad del iluminismo ha llegado para quedarse… Sí, es tan ridículo como suena, más sabiendo que las historias de Mathayus supuestamente “se remontaban a antes de la construcción de las pirámides”.
Y esto lo remarco no sólo para decir que no hay una coherencia en todas sus historias y que los guionistas deberían ser desollados vivos a lo “Ramsay Snow”, sino para remarcar que ese cambio, ese movimiento de paradigma en esta última película lo acerca más a la idea de “generemos un nuevo Conan”.
Porque cualquiera que haya leído las aventuras del cimerio (en los libros o en los hermosos comics de la Marvel) recordará que si bien siempre se emplazaban en el género “espada y brujería”, Conan podía terminar en cualquier tierra, cualquier reino y casi cualquier momento histórico. ¡Si hasta aparece un ser del espacio estelar en el primer libro!
Y quizás sea por eso que siguen saliendo películas del Rey Escorpión, aunque sean estrenadas directo a video, porque hay público que encuentra interesante la aventura simple, la diversión sin mucho para pensar, la historia pasatista… tal como eran las películas de Indiana Jones, donde los malos eran malos todo el tiempo, donde los héroes eran buenos todo el tiempo y donde los buenos derrotaban a los malos. Punto. Sin dobles lecturas, sin mensajes oscuros, sin antihéroes o héroes ambiguos.