jueves, 31 de julio de 2014

The Strain – Terror de la mano de Guillermo del Toro - La Columna de Logan.



El 13 de julio pasado se estrenó por la cadena norteamericana FX una de las series más esperadas de esta temporada, teniendo en cuenta que uno de los principales involucrados en la producción de la misma es otro amigo de la casa, el mexicano Guillermo del Toro, y que aquí en Tierra Freak somos fans declarados no solo de su obra sino también de las propuestas televisivas que incluyan componentes de terror y suspenso, como lo demuestran las reseñas de True Blood, Penny Dreadful  y Bitten que escribió el Dr. Morholt. Siendo así, utilicé el mismo filtro de calidad que mi camarada ha enunciado suele usar para lanzarse a escribir sobre un estreno televisivo: esperé ver los 3 primeros episodios para tener una idea clara del clima de la serie y hacia donde se dirige, y me zambullí en la aventura de acercarles una descripción. Preparen sus estómagos pero esto va a ser desagradable.


Tiempos Modernos

La génesis de este proyecto, para variar, es una obra literaria, con el bonus track de que la misma es una trilogía que fue co-escrita entre el mismísimo del Toro y un tal Chuck Hogan, a quien yo realmente nunca había junado pero, investigando para esta reseña, me encuentro con que el pibe escribió una novela de la cual he visto su adaptación al cine y quedé muy satisfecho con el resultado final: The Town (2010) es la cinta a la que me estoy refiriendo, segundo film dirigido por Ben más-respeto-que-ahora-soy-el-puto-Batman Affleck, mismo que adapta la novela Prince of Thieves. Siendo así, bien me habría venido, para embutirme un poco más en este proyecto, hacerme con una copia de la trilogía que escribieron ambos, misma que adapta la serie… eso no sucedió, señores (y señoritas) pero lo que sí puedo contarles es que este proyecto literario vio la luz el 2 de junio del 2009 con la 1er parte, Nocturna (The Strain), en simultáneo en castellano e inglés, para dar paso al año siguiente a Oscura (The Fall) y finalmente en el 2011 rematar la saga con Eterna (The Night Eternal). Previo a esto, Del Toro tenía la idea, allá por el 2006, de llevar este plot y esta historia directamente a la televisión, pero ninguna cadena le dio bola, y fue así como siguiendo los consejos de su agente y amigos se contactó con Hogan, que tenía cierta experiencia escribiendo sobre medicina forense, para que entre ambos le dieron forma a la saga literaria, teniendo ambos presente que el objetivo final de la misma era, luego, poder salir a vender nuevamente la idea a la televisión.

Y es así como Del Toro, que es un boxeador nato del cine y la televisión, nunca perdió de vista ese objetivo inicial -adaptar esta saga a la caja boba-, y ya cuando atendía a periodistas en múltiples conferencias de prensa a fines del 2012 y principios del año pasado promocionando esa preciosura denominada Pacific Rim (2013), no se privaba de comentar que estaba metido a full en la búsqueda de una cadena que le comprara la idea y le pusiera la tarasca necesaria para llevar adelante este proyecto. Finalmente lo consiguió y hoy podemos ver los resultados. Y a juzgar por lo que yo he experimentado, la vamos a pasar de reputísima madre como hace mucho, mucho tiempo no la pasábamos siguiendo una serie. El camino que recorrió entonces The Strain (t.v.-literatura-t.v.) es una muestra más de estos tiempos locos que estamos viviendo, y de la simpática convivencia que hoy por hoy acusan el cine y la televisión con la literatura.

Nosferatu meets Slither

Tengo una canilla en la cocina que gotea constantemente mientras escribo esta reseña e incluso con la música puesta –muy baja, para que no me desconcentre demasiado- puedo sentir el continuo golpeteo del agua sobre un plato sucio de la cena. Una pérdida en el lavatorio del baño logró que tuviera que eliminar el mismo hasta que llegue el plomero, y por consiguiente me lavo las manos y los dientes en la cocina, con la incomodidad que esa acción conlleva. Mi gata, que está en celo, se asustó de sobremanera con los anticipados festejos con pirotecnia de los Cuervos por haber logrado ingresar a la final de la Libertadores, y multiplicó su llanto por cuatro. Volviendo del trabajo hoy a la noche, cuando pasé por el chino a comprar unos menesteres, obvié el azúcar porque estaba seguro que aún me quedaba media bolsa… cuando fui a prepararme un café hace 2 minutos descubrí que a seguro se lo llevaron preso por pelotudo. Esta sucesión de hechos desafortunados me ponen en un estado de irritabilidad tal que termino agradeciendo vivir solo, porque si así no lo fuera alguien la terminaría ligando esta noche, de rebote. Con pequeñas cosas como estas nos acercamos a nuestros sentimientos más crudos y básicos, más animales y antipáticos, más salvajes. Hay una facción de personajes en The Strain que se hace eco de este tipo de sentimientos y los exterioriza en pantalla de forma obscena y desagradable a medida que la trama avanza, excitando al televidente morboso y anticipando un reguero de cadáveres que podría contarse de a miles. The Strain no toma rehenes, no negocia con terroristas, no ladra, no vocifera amenazas vacías… sencillamente toma lo que cree merecer como recompensa por la paciencia acumulada durante siglos. Hay un mal ancestral que está por alzarse en el corazón de New York, y esta vez nuestra humanidad nos va a jugar muy en contra. 

La premisa del show captura la atención del espectador desde el minuto cero, y entre el desconcierto y el asombro vamos siendo testigos de cómo las piezas se van acomodando para dar forma a un plan que podría desembocar en un apocalipsis. Un Boeing 777 aterriza en el aeropuerto principal de la ciudad de la gran manzana, el mítico John F. Kennedy, sin que ninguno de los controladores pueda discernir como llegó. El avión está estacionado en un sector prohibido de la pista y ha perdido todo contacto con la torre. Se encuentra completamente aislado con las ventanillas cerradas… salvo una. La maquinaria convencional ante una emergencia aérea se pone en marcha, y pronto se llama a la gente del C.D.C. (Centers for Disease Control and Prevention en inglés, Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades), organismo por el cual responde el Dr. Ephraim "Eph" Goodweather y dos de sus subalternos. Cuando ingresan tomando todas las precauciones posibles descubren que la totalidad de tripulantes del avión está muerta, pero al menos a primera vista no pueden concluir cual fue la causa. Sin embargo, se toman todas las precauciones para trasladar los cuerpos a un galpón cercano y prepararlos para algunas autopsias. Paralelo a esto, un viejo judío sobreviviente del Holocausto Nazi que vive en New York y tiene una tienda de empeños y antigüedades de nombre Abraham Setrakian logra ver las noticias sobre este incidente y sabe, con certeza, que la ciudad está a solo unos pasos de ser víctima de un mal que podría condenarla, y toma cartas en el asunto. Los distintos participantes de este juego que acaba de empezar comienzan a tomar sus posiciones, algunos con la seguridad de los roles que les han sido asignados, otros con el desconcierto habitual de aquel que se ve envuelto en una situación que los sobrepasa. En el medio: un misterioso y desagradable virus que podría contener la llave para entender y detener una plaga… o condenar a la humanidad entera al exterminio.

Stranger Than Fiction

El casting de The Strain les entregará más de una sorpresa. Para los que vienen siguiendo la excelentísima House of Cards se encontrarán con que uno de los protagonistas está caracterizado por Corey Stoll, el actor que dio vida al congresista Peter Russo en dicha serie, solo que acá acusa una sorpresiva cabellera, quien además está acompañado en sus investigaciones por la preciosa Argentina Mía Maestro, que saltó a la fama hace unos años ya cuando caracterizo a la espía Nadia Santos en la serie Alias, y luego tuvo un papel destacado en la saga Twilight. El grosísimo John Hurt iba a dar vida al profesor Abraham Setrakian, pero a último momento se bajó del proyecto y fue reemplazado por David Bradley, un venerable anciano que los más freaks reconocerán al toque por su personaje Argus Filch en la saga de Harry Potter, pero que también hizo de Walder Frey en la archiconocida Game of Thrones, además de papeles secundarios en infinidad de series y películas. Otro actor que creo es digno de mencionar –porque también se me figura va a ser una sorpresa para muchos- es Kevin Durand, quien es recordado por componer al insufrible Martin Keamy en la serie Lost… oh, por Moore… ¿de verdad acabo de citar a Lost? Por un momento tuve la sensación de que estaba referenciando un show clásico de los ’80, y no… Lost concluyó hace solo 4 años. Increíble toda el agua que corrió bajo el puente televisivo desde esa época. Bueno, también trabaja Richard Sammel, un actor alemán que es un poco más complicado de ubicar, pero apenas lo vean les va a sonar conocido, clavó personajes importantes en Inglourious Basterds (2009), Casino Royale (2006) y la reciente y muy recomendada 3 Days to Kill (2014).

Pero lo groso de The Strain, lo realmente importante, lo que distingue la serie –y no por eso el casting y la respuesta en cuanto a actuaciones del mismo queda en un segundo plano o flojea- y, creo yo, la posiciona como uno de los eventos televisivos del año, es la puesta al día de un mito clásico del terror, tomando una distancia enorme de lo que hemos estado viendo –y muchas veces sufriendo- en la última década: el mito Vampírico. Sí, señores, The Strain es otra serie más que nos va a narrar la lucha del bien contra el mal, donde el mal está representado por estas criaturas de la noche páliduchas amantes de la sangre humana. Pero esta vez (¡por fin!), en vez de tener chupasangres metrosexuales que intimidan por su supuesta chapa o porque te hechizan con la mirada y con eso te subyugan, tendremos desagradables criaturas que transitan por la no-vida en un semi-estado de descomposición, muchos de los cuales tienen que recurrir incluso a maquillaje para poder interactuar con nosotros sin que nos caguemos encima, y otros que perdieron todo vestigio de consciencia y humanidad, y deambulan por este plano de existencia respondiendo a sus necesidades más básicas… casi como si fueran Zombies, pero con las habilidades extraordinarias que estas criaturas poseen. Lo que Guillermo del Toro y su equipo de producción están logrando con The Strain es recuperar parte del misticismo y la oscuridad -la verdadera oscuridad, esa que esconde nuestras miserias más espantosas- que este mito había perdido, o que se fue desvirtuando con el correr de los años. The Strain no es apta para estómagos delicados, ya lo advierto, pero es la serie que habría surgido de una noche de póker y cerveza en una mesa conformada por David Cronenberg, Wes Craven, Stephen King, John Carpenter y Clive Barker, eso seguro. Una mesa magnánima en la que me hubiera gustado estar, por supuesto, pero como eso no es posible me conformo con que vuelvan a leerme la semana que viene, acá, en Tierra Freak.
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