Podría haber sido otra Paris Hilton más. Podría haber intentado saltar a la fama con el dudoso filtrado de un Sex-Tape hogareño, para luego pretender despegarse de la herencia de su familia protagonizando un Reality Show para la FOX, y seguido de esto intentar incursionar como actriz o cantante. Pero no, Megan Ellison, hija del magnate multi-millonario Larry Ellison, co-fundador de la 3er empresa de software más importante del mundo, Oracle Corporation, y dueño de una isla del archipiélago de Hawái que está valorada en 500 millones de dólares, se codea con pichis de la industria del cine como Spike Jonze, Paul Thomas Anderson o los Hermanos Cohen, para asumir el rol de una de las productoras más importantes del cine independiente. Pero no conforme con esta etiqueta, además se da sus gustos, como por ejemplo adquirir los derechos a través de su productora Annapurna Pictures de la franquicia de la saga Terminator, o financiarle al director chino Wong Kar-wai (2046, My Blueberry Nights) su próxima producción, The Grandmaster, un precioso homenaje al Kung-Fu. Entonces, ¿Quién es esta chica?
Dime con quién andas…
La semana pasada y parte de la presente intenté ponerme al día con el comic de Robertito Kirkman (The Walking Dead) Invincible, y como realmente había quedado muy atrasado no me quedó otra que meterme en una maratónica y deliciosa lectura de más de 40 números para intentar estar al día con lo que sea que ocurra en el número 100. Inmerso en esta lectura y teniendo en mente ya la escritura de esta reseña, encontré un punto de conexión entre el protagonista de este comic, Mark Grayson, y la figura de Megan Ellison: ante la insistencia de su madre de que retome sus estudios universitarios y mejore sus asistencias a las clases –hechos acontecidos antes del polémico número #50-, Mark le plantea una verdad imposible de refutar: ¿Qué podría aportar un título universitario a su vida que no lo hagan ya sus poderes, los cuales va a tener el resto de su existencia dado que no los ha “obtenido” sino que forman parte de su ADN alienígena? Una vez egresada de la High School, Megan comienza a cursar la carrera de cine en la University of Southern California, pero al finalizar el 1er año seguramente se hizo una pregunta similar. ¿Qué va a aportar el título de esta carrera a mi vida que no lo haga YA mi cuenta bancaria de 200 millones de dólares? Criada en un ambiente en el cual desfilaban todo el tiempo personalidades como Steve Jobs o David Geffen (cofundador de Dreamworks), y con un hermano mayor que ya llevaba unos años como productor de cine, luego de un período de fiestas, exagerada exhibición pública y despilfarro de dinero alrededor del mundo, algo en la cabeza le hizo click y decidió bajar unos escalones su perfil y dedicarse a la producción.
Billetera Indie
En la historia de Hollywood hubo y habrá millonarios benefactores que aportaron cuantiosas sumas de dinero para llevar adelante producciones costosísimas, lo que quizás, por el momento, diferencia y separa un poco a Megan de estas personas es no solo su juventud (27 años) y su género, sino una marcada tendencia a financiar films que fueron rechazados por grandes estudios como la Universal por considerarlos proyectos suicidas, o sencillamente ponerse en contacto con directores que admira y entablar una relación con ellos que termina dando como resultado un aporte millonario para la producción de uno o varios films de ellos. Es por eso que durante años, el aporte de Megan Ellison era un secreto muy bien guardado, un misterio que pasó a 1er plano gracias al éxito y las repercusiones de una de sus últimas producciones, Zero Dark Thirty (2012), film que relata la búsqueda y captura de Bin Landen, misma que generó polémica por mostrar las torturas que recibieron ciertos prisioneros Iraquíes por parte de las tropas aliadas, algo que no la privó de estar nominada para 5 premios Oscars.
Sus primeros pasos como productora se dieron gracias a la relación que tuvo con el guionista y director Katherine Brooks, que dio como fruto el film Waking Madison, una producción liviana pero con un contenido muy duro que relata la experiencia de una mujer con problemas psicológicos severos que decide encerrarse durante un mes en su departamento, y filmarse mientras busca una solución a sus problemas, con la amenaza de suicidarse el día 30 si no consigue encontrar las respuestas que busca. Para esta producción aporto la pequeña suma de solo U$S 2 millones, y si bien la mayor parte del film fue filmado en el 2007, su estreno recién se dio en el 2011. Durante esos años, Megan siguió colaborando con otras producciones, sin poder dar con un éxito: Main Street, protagonizada por Colin Firth, y Passion Play, protagonizada por Mickey Rourke, Megan Fox, Rhys Ifans y el genial Bill Murray. Si bien la producción del 1er film se realizó durante el 2008 y la del 2do durante el 2009, ambos fueron estrenados en el 2010, y ambos, una vez más, fueron un fracaso en taquilla, pero bien recibidos por la crítica.
Decepcionada por la recepción de sus películas y a punto de tirar los guantes, cae en manos de Megan el siguiente proyecto de los hermanos Coen en esos años: la remake del clásico Western True Grit (2010). Co-producida con su hermano, David Ellison (se dice que fue él quien la convenció de llevar adelante el proyecto) y estrenada en diciembre del 2010, la película fue un éxito de taquilla y tuvo la recepción esperada por la prensa, lo que devolvió a Megan al juego.
Para o mi papá dispara
Entusiasmado por el 1er éxito de taquilla de una de sus producciones, papá Ellison habilitó entonces un bonus a la cuenta bancaria de su hija Megan, lo que la habilitó para poder producir Catch .44 (2011), protagonizada por Bruce Willis y Forest Whitaker, y luego el nuevo thriller con estética Western de John Hillcoat (The Proposition, The Road), Lawless (2012), con Tom Bane Hardy y Guy Pearce como protagonistas. En el camino fundó su empresa, Annapurna Pictures, a la que en poco tiempo se la comenzó a conocer como la productora que financia las más atrevidas y creativas producciones de los más prestigiosos guionistas y directores. Entre sus amigos directores se encuentra Paul Thomas Anderson, y luego de algunas reuniones llegaron a un acuerdo para que Megan y su productora financiara The Master, un drama histórico que narra la vida del fundador de un culto que tiene más de una similitud con la Cienciología, protagonizado por Joaquin Phoenix y Philip Seymour Hoffman. Mientras Phoenix llenaba de tweets elogiosos hacia Megan Ellison por tener el coraje de “sacar del pozo un proyecto polémico que estaba muerto”, Tom Cruise (uno de los miembros más famosos y poderosos de la Cienciología) se pronunciaba molesto con algunas partes del film, luego de que Anderson tuviera el gesto de invitarlo a verla en una función privada, para cuidar la amistad que lo uno con el actor y prevenir futuros ataques y boicots de la Iglesia al estreno del film. Paralelo a esto, Ellison se reúne con la gente de Lionsgate y cierra un número para adquirir los derechos de la franquicia Terminator, anunciando una 5ta parte que podría ser un reboot. Y casi al mismo tiempo compra los derechos del guión que adapta la novela de 1974 Cogan's Trade de George V. Higgins para llevar adelante el siguiente film de Andrew Dominik (Chopper, The Assassination of Jesse James by the Coward Robert Ford), Killing Them Softly (2012), protagonizada por Brad Pitt.
La última movida de la niña Ellison fue una fructífera relación con la ex de James Cameron, Kathryn Bigelow -quien ya había azotado un poco las bateas con su anterior film The Hurt Locker (2009)- que dio como resultado el ya comentado film Zero Dark Thirty (2012). A futuro podemos esperar una nueva colaboración Andrew Dominik para llevar adelante un film que retratará la vida de Marilyn Monroe, con un guión inspirado en la novela biográfica de Joyce Carol Oates y que estará protagonizado nada más y nada menos que por Naomi Watts. Una larga relación de amistad con Spike Jonze dará sus frutos con el film Her (2013), una película que relata el romance del personaje que será encarnado por Joaquin Phoenix con… un sistema operativo. Si, leyeron bien. Weird Science 2.0. También para este año tendremos el estreno de The Grandmaster, un delirio de artes marciales de la mano de Kar Wai Wong que nos devolverá a la pantalla occidental a la preciosa actriz China Ziyi Zhang, a quien deberían recordar por su participación en films como Crouching Tiger, Hidden Dragon (2000), Rush Hour 2 (2001), Hero (2002), Memoirs of a Geisha (2005) o The Banquet (2006).
Amén de las preferencias de cada uno y de las dispares críticas que reciben sus producciones, el solo hecho de que haya invertido en producciones como Zero Dark Thirty, The Grandmaster o True Grit, y que se declare fanática incondicional de la ciencia ficción y de la franquicia Terminator, razón por la cual aquirió la misma para estar al frente de la próxima entrega, hace que valga la pena prestar atención del camino que está recorriendo, porque claramente Megan, hoy, es una productora mucho más interesante que, por ejemplo, Jerry Bruckheimer. Y sin dudas tiene mucho mejor gusto.