El pasado fin de semana, durante los dias 5, 6 y 7 de mayo se celebró en la ciudad de Querétaro (México) la Conque 2017. Esta edición marcaba el regreso de una de las convenciones de comics más tradicionales del país azteca.
La primera edición de la Conque fue en 1994 en la ciudad de México y se extendió por ocho años más, los invitados más rutilantes de esa primer etapa fueron Stan Lee, Will Eisner, Sergio Aragonés y Adam West. Para este regreso triunfal la Conque se planteó un objetivo ambicioso: convertirse en LA convención de comics de Latinoamérica. Para enfrentar tamaña misión el line up de invitados internacionales contenía nombres increíbles como Stan Lee (nuff said!); el nuevo Spider-Man: Tom Holland; J. Scott Campbell, súper famoso y demandado en México; Mark Waid, que asistió sólo el viernes para una charla especial de presentación de Champions; Joe Madureira; Sergio Aragonés; Arthur Adams; DMC (walk this way!) y Joyce Chin entre otros. Los créditos locales, muchos de ellos trabajando para Marvel, incluyeron a Edgar Delgado, Jorge Molina, Carlo Barbieri, Gerardo Sandoval, Edgar Clement, Sebastián Carrillo, Jours de Papier y muchísimos autores más, todos juntos en una de las zonas más importantes del CCQ (Centro de Convenciones de Querétaro), llamada San Garabato (aquí se suele llamar “artist’s alley). Así, buena parte de la convocatoria inclinaba la brújula hacia el comic, más que a los invitados de corte hollywoodense, gambeteando por completo a los actores de series, tan comunes en esta clase de convenciones, aunque a Holland también se sumó Stefan Kapicic, el Colossus de la película de Deadpool.
Otra apuesta fuerte en esta nueva etapa fue el cambio de ciudad sede, pués este 2017 y al menos hasta 2019 (por contrato firmado) la Conque se desarrollará en la ciudad de Querétaro. Un estado al norte del DF, a unas tres horas de viaje de la capital.
El regreso de la Conque se anunció en julio del año pasado, en la San Diego Comic Con en una conferencia llamada “Bridges or Walls”, “Puentes o muros”, que se hacía cargo del momento político que está atravesando la relación entre México y USA bajo la presidencia Trump. La presencia de Stan Lee fue un espaldarazo enorme a la convención, un aval firme para muchos de los posibles asistentes de que su principal atracción, The Man, estaría allí.
También durante esa misma charla se mencionaron otros invitados estrella que finalmente no pudieron confirmar como Jimmy Cheung y Sarah Piccelli; otros, ya incluídos incluso en el programa oficial, debieron bajarse a último momento por cuestiones familiares o de salud como Jimmy Palmiotti, Amanda Conner y Mark Brooks. Estas últimas ausencias sí se avisaron en el FB de Conque.
El Sueño.
Desde que me enteré que Stan iba a estar en esa convención, ir allí y conocerlo fue mi fantasía; el viaje, los costos, cómo armar eso y viajar al exterior por primera vez en mi vida (nunca había sacado pasaporte, ni siquiera había cruzado a Uruguay!) era algo que por momentos veía totalmente imposible, y en otros, no una realidad, pero sí una obligación. TENíA QUE CONOCER A STAN LEE. Era mi deber; era una peregrinación de sentido casi religioso. Ya no iba a tener muchas más chances. De alguna manera México se me hacía más accesible que USA, y cuando en noviembre del año pasado se pusieron a la venta los paquetes de Stan Lee… Compré lo que pude. Sin hotel, sin pasajes, pero el sueño empezaba a tomar forma.
Adquirir los paquetes fue un parto, principalmente porque no hallaba forma de que el sitio me aceptara las tarjetas. Llamé a Visa y Amex, estaba todo bien; llegué a mandarles mails (y me respondieron) a la empresa mexicana que se encargaba de la operación y aún no podía sortear ese bendito mensaje de error que rechazaba todas mis tarjetas y adicionales (probé con cinco tarjetas en total) y que, por lo que podía ver en la fanpage de la Conque, era un error bastante común. La única respuesta que podía conseguir de los CM de la Conque era que siguiera insistiendo… Y probé, muchas veces seguidas, por varios días. Aparentemente, al menos para mí, que casi siempre me decía que ponía un código postal incorrecto, la razón era que en México los CP son de cinco dígitos y el de mi barrio en Argentina es de cuatro. Esto es algo que sólo pude corroborar cuando compré cosas con mi tarjeta ya en el país… seis meses después. Del lado de la organización, creo que pusieron empeño en atender el reclamo de la gente cuando después de unas semanas habilitaron el pago mediante Paypal, pero este problema fue un inconveniente serio para muchos.
Pasaron los meses, fui sumando cosas a la cuestión: el boleto de tres días, una foto, un autógrafo... Faltaba menos, tenía que ponerme las pilas con el avión y de eso se encargó la tarjeta de crédito (y así será por unos cuantos meses más)... Faltando un par de meses, era muy común que toda mi vida 2.0 se centrara en averiguar cosas importantes como “dónde está Stan Lee” o cómo era una convención de comics en México.
Creo que si hay algo básico que criticar a la organización, es la información a cuentagotas que dió durante toda la previa. Todo lo que sabía era que tenía que llevar los códigos de compra y algún comprobante de pago; pero no sabía de cronogramas, no tenía idea de cómo se iba a desarrollar el paquete de desayuno con Stan (lugar, hora, eso fue un misterio para casi muchos hasta casi 8 horas antes del evento!); y no pusieron un mapa de stands (ni listado), hasta faltando pocos días para el primer día de convención. Salí de Argentina sólo con la certidumbre de los invitados (lleno de terror de que Stan cancelara, como hizo este año con varios eventos) y casi nada más. ¿Habría hecho esos miles de kilómetros sin la presencia de Stan en aquella presentación en San Diego? Muy probablemente no.
Así que fui a México junto a un grupo de amigos. Fuimos por Stan y encontramos mucho más. Uno de los slogan de la Conque era “Vive la experiencia”, y realmente fue así. Ir a otro país ya es una experiencia en sí misma y tengo que decir que si bien no tuve tiempo de conocer México (en DF apenas recorrer el bello y gigantesco parque Chapultepec y otras zonas céntricas como la Alameda Central, y en Querétaro casi nada porque… CONQUE!!! desde temprano hasta que cerraba), sí pude tratar con los mexicanos, quedar prendidísimo de sus maneras y asombrarme con su buena onda y trato cordial. No conocí un sólo mexicano con cara de culo en ocho días allá. Chupala Buenos Aires.
La Conque
Ahora sí. Mi experiencia Conque. Querétaro es uno de los treinta y un estados que conforman los Estados Unidos Mexicanos, es una ciudad muy linda y con mucha historia, fundada hace casi doscientos años. Fue el centro de la revolución mexicana, de hecho es considerada cuna de su independencia; y, como sucede en México, muchas de sus construcciones coloniales se mantienen bien preservadas, mucho tiene que ver el orgullo que tienen los habitantes por su cultura y además hay varios sitios declarados patrimonios de la humanidad: como la zona de monumentos históricos de Santiago de Querétaro o las misiones franciscanas de Sierra Gorda. Alrededor de la terminal de ómnibus se concentran varios hoteles; y también cerca de la terminal está el Centro de Congresos de Querétaro que es sede de la Conque. El lugar es muy accesible en auto, o como sucedió especialmente durante la convención, a través de colectivos. Ir caminando al CCQ no es imposible pero sí es una aventura para deportistas, puesto que el lugar queda a lo alto de una pendiente curva en subida, casi sobre colinas. Cuenta con estacionamiento amplio, una vista sobre la ciudad espectacular, y el llamado Teatro Metropolitano que es donde se desarrollaron las charlas más convocantes del evento, con capacidad para más de 1.300 personas. Hay escaleras mecánicas, un cajero automático y si bien el wi fi era tarifado, el día domingo te regalaban la tarjeta con el código de acceso.
El evento comenzaba el viernes 5, unas semanas antes anunciaron que con motivo del 40 aniversario de Star Wars se iba a llevar a cabo una celebración al respecto, un día antes de la apertura oficial, el jueves 4. No se brindaron más detalles al respecto y lo único que se detalló es que sólo podrían asistir quienes hubiesen comprado su ticket por los tres días de la convención. Bastante misterioso el asunto, y yo no soy fan de Star Wars, pero sí creía que yendo el jueves seguramente me ahorraría la fila del día siguiente porque mínimo tenían que darme la entrada por el resto de los días, cosa que en efecto sucedió: luego de una cola importante pero que avanzó rápido, ya tenía mi primer pulsera, la que me habilitaba entrada para toda la Conque. En rigor de la verdad, el evento de celebración de Star Wars no era nada especial, ya que la exhibición de SW era algo fijo dentro del salón de stands y se pudo ver todos los días, claro que con una fila mayor. Ese día funcionó en realidad como un acceso tempranero a la convención, con los stands de venta ya armados, ideal para conocer y caminar cómodo, pues fue el día más tranquilo. Pudo haber sido una prueba piloto de lo que deberían esperar los organizadores, pero no se aprovechó ese día extra para entregar el resto de los paquetes que se vendieron (firma, foto, desayuno con Stan, foto con Stefan, paquetes especiales de acceso y firma dentro de la convención, las tapas variantes especiales de la Conque para Secret Empire, etc). Debieron haberlo hecho porque…
El Viernes
El viernes fue el caos. Desde temprano en la mañana, una multitud tremenda formaba en varias filas: Los que no tenían entrada; los que habían comprado online y debían obtenerla; los que habían ido el jueves y ya tenían la pulsera de tres días; los que habían ido el jueves y tenían paquete especial (se dividía en Limited y Experience, así que eran dos filas cada cual)... Un quilombo tremendo. Mis amigos no habían comprado ese paquete especial de acceso, yo sí porque en su momento razoné que el combo de los objetos que te daban, y especialmente asegurarse firmas codiciadas como la de Madureira, o poder asistir a la charla de Stan Lee eran muy buena ventaja… Y así resultó. Mientras mi grupo se quedaba en una fila interminable que duró casi dos horas para entrar, yo pasé a otra mucho menor y en aproximadamente veinte minutos estaba dentro.
Una vez adentro, a canjear todos mis papelitos abrochados con códigos de compra y comprobantes de pago por los paquetes. Al llegar al lugar de canje, la llamada Tienda Conque los chicos voluntarios que estaban presente en ese momento nos decían a los que entrábamos que no podíamos retirar nuestras compras hasta las 13 hs. Eran casi las 10 y a esa hora empezaba la primer charla… Por exigencia de la gente, y luego de consultar entre ellos, empezaron a repartir las pulseras de paquetes (los objetos quedaban para después). Ahí conocí al señor René Franco, uno de los organizadores, que ya empezaba a ponerse el equipo al hombro. Hablé brevemente con él, reclamando por la desprolijidad, y me pidió calma, que este era el primer día. Su tranquilidad en un momento de tensión e incertidumbre me descolocó. Pero acepté a regañadientes, al fin y al cabo, comenzaban a repartir las pulseras.
¿Qué había en la Conque? ¡Comics claro! Sólo recorrí un par de comiquerías en DF y en la convención más o menos corroboré mis sospechas: los mexicanos son fans de Marvel, Spidey es EL personaje sin competencia; son fanas mal de las variant covers y J. Scott Campbell es el rey. Vi cajas repletas de variants que en Argentina jamás veremos. Y además, en nuestro país se da lo siguiente: el que colecciona en inglés se puede comprar el backissue del año del pedo, o va al TP, o… Indistintamente de si lee en inglés o castellano, va derecho a la edición de lujo, u ómnibus. Si me guío por lo que vi en la Conque allá el formato rey es la revista, muy por encima de esos mamotretos pesados que tanto suelo ver en bibliotecas comiqueras. Había varios stands de venta de issues en inglés pero pocos backissues vintages, la mayoría era del 2000 en adelante; sí había un stand que vendía gemas imposibles (Amazing 50, 129, variant covers rarísimas, comics firmados, etc) en CGC y los precios eran para audaces con billetera gorda; en el rubro editorial, Panini picaba en punta, allá publica los mangas más populares: Dragon Ball, One Piece, Death Note, Saint Seiya, Bleach y un largo etcétera, además de figurines de DC y Marvel; entre los stands oficiales figuraban el de Disney con Cars, Sony, Warner, Hasbro y Star Wars. Los pasillos de la zona de venta eran amplios y si bien era difícil caminar en algunos horarios de sábado y domingo, se debió a la gran afluencia de público.
San Garabato, conferencias, talleres, proyecciones, exhibición de Star Wars, Transformers, photoshoots con pantalla verde, zona de firmas, cosplayers (al parecer no tan populares como en nuestro país), food trucks, la Conque era un lugar con muchos atractivos... Y filas larguísimas, en especial para conseguir firmas de los autores más codiciados (Campbell, por lejos, Madureira...), asistir a los paquetes de Stan Lee o presenciar las exhibiciones.
La primer charla de la convención fue la presentación de Champions, que en México edita Smash (Televisa) con una tapa exclusiva para ellos y de salida especial para la fecha de la Conque. Estaban todos sus autores: Mark Waid, Humberto Ramos, Victor Olazaba y Edgar Delgado. Lo que me gustó mucho y me pareció una novedad en esta charla es que escapó completamente a la dinámica de conferencia con autores extranjeros que conocemos en nuestro país. Ejemplo: Viene un autor yanqui y su charla es una aburrida conversación entre invitado, traductor y entrevistador, donde el conductor hace una pregunta en castellano; el traductor, que generalmente NO SABE de comics, traduce; el invitado escucha la pregunta, responde; los que sabemos inglés escuchamos o reímos ante un chiste; traductor traduce al público (a veces bien, muchas veces la mitad de lo que dice el entrevistado, otras se traba en nombres…); y así sucesivamente. Se pierde tiempo, es anti climático y tedioso. En esta ocasión la charla se desarrolló así: Waid hablaba en inglés, los mexicanos en castellano o inglés según qué ameritaba el diálogo y listo. ¿No entendías inglés? podías alquilar unos headphones mediante los cuales escuchabas una traducción simultánea. Y listo. De esta manera la charla es una charla realmente, dinámica, y enseguida se pueden pasar a las preguntas del público: algunas mejores, otras peores, entre lo más destacado los autores dieron a conocer que en Champions presentarán a un personaje nuevo, mexicano, inspirado en el Chapulín Colorado y se llamará Red Locust.
El Sábado
Realmente fue muchísima gente a la convención: los días sábado y domingo ya no vendían boletos en puerta, y en la subida a los accesos del CCQ había chicos con carteles de localidades agotadas. El sábado fue el día de conseguir la firma de Campbell. y no creo que en México haya, luego de Stan, otro artista más convocante. Era la primer jornada del creador de Danger Girl en la convención (aparentemente había perdido el avión para llegar el día anterior) y la gente hacía cola desde temprano. Habré estado tres horas esperando que llegara mi turno cuando Campbell debió retirarse de su stand para ir a la zona de autógrafos, así que la organización decidió dar tickets numerados para cuando regresara luego de una hora. Fui a zona de autografos entonces, pero para conocer a Madureira y hacer firmar mi Battle Chasers #1. Además de Mad! (que me prometió tres números más de Battle Chasers… ¿será verdad?) estaban Campbell y DMC, pero sólo podías elegir a uno, así que teniendo el ticket para Campbell ni dudé en irme a la cola de Joe, que me aseguró que iba a sacar tres números más de su título inconcluso (¿cuándo?!?!?!? no alcancé a preguntarle) y volver a la de Campbell. Allí, ya se habían armado dos filas: la de los que tenían el boleto y los que no. Luego de un rato se decidió que los que ya se habían formado con anterioridad a la ausencia de Campbell debían formarse por el orden de sus tickets, pero fue un proceso que tardó en implementarse, básicamente porque los únicos que sabían esto eran los que estaban adelante de todo y podían escuchar las indicaciones del staff (y la fila era de vaaaaarios metros), así que recién cuando empezaron a recorrer la línea y decírselo a todos, llamando a cada uno por su número la cosa se aclaró. Bien.
También fue el día de Tom Holland en la Conque. Para conseguir entrar al Teatro Metropolitano y verlo en persona (la otra opción era una pantalla grande, con buen sonido en el vestíbulo) o te formabas con varias horas de anticipación, o compraste antes el paquete Limited (que garantizaba acceso a todas las atracciones), o probabas suerte con el Experience que guardaba una cantidad X de lugares, a mi me sirvió para tener prioridad y entrar en todas las charlas y firmas que quise, así que no me puedo quejar. El joven actor se mostró súper bien predispuesto para con los fans. Él y Laura Harrier desataron la locura del público y la frutilla del postre fue la aparición sorpresiva de Stan Lee. Excelsior!
El Domingo
El domingo estuvo tranqui, al menos para mi era el día de ir y recorrer y comprar las cosas a las que les había echado el ojo durante el fin de semana. Ya tenía todas las firmas, ya había asistido a las charlas… La única que me faltaba era la de Stan, sería la última vez que podría verlo allí en Querétaro, la verdad, preguntas tontas o no, lo único que quería era escuchar su voz y tratar de atesorar cada momento, y Stan no necesitaba de mucho para convertir cada instante en oro, con su carisma y simpatía nos envolvió a todos. De repente entró Humberto Ramos, una de las almas mater de esta edición de la convención, saludó a Stan y le pidió a su esposa que se acercara al escenario. Comenzaba a cerrarse una aventura épica, un viaje transformador, la experiencia Conque en uno de sus mejores momentos… Y ahí estaba uno de los grandes artistas de Spidey, tan fan del arácnido como muchos de nosotros, arrodillado frente a su mujer con los brazos extendidos, pidiéndole que se case con él, con Stan Lee de testigo. Me lloré todo, tengo que confesar, porque la emoción fue mucha. Humberto cumplió el sueño de muchos, porque quizás, como dijo, no era el lugar y el momento más romántico del mundo, pero se dio el lujo de hacerlo con Stan presente. Le deseo lo mejor a Humberto, su mujer y familia.
Y hablando de Ramos, el dibujante fue un anfitrión de lujo. Super amable y correspondiendo todos los pedidos de los fans, sea firma o foto. De hecho iba y venía con un sharpie en su mano. ¿No sabías quién era pero le veías cara conocida? Vestía una remera con su nombre por si te faltaba ese dato. Estuvo en varias charlas: la de Waid, la de Cliffhanger, la de Marvel, la de Stan, siempre cerca de los invitados… También estuvo en el desayuno con Stan, que fue en un hotel, no en el CCQ, y también allí firmó y se sacó selfies. Un monstruo total, que se mostró sorprendido, como muchos de los asistentes con los que me crucé, cuando le contábamos que habíamos ido desde Argentina.
Todavía no conté nada de mi experiencia con Stan Lee… Eso quedará para otra ocasión, para no hacer de esta una nota infinita. Sí, tengo que decirlo acá porque hace a la organización del evento: el primer día (viernes) fue EL CAOS. Stan tenía sesiones de firma y fotos con una diferencia de dos horas entre sí, cosa que era imposible de cumplir, pero lo realmente molesto fue que se inició una cola en la que, aseguraban los chicos de la organización (voluntarios) que no importaba que hubieses comprado, esa era la fila. A poco de llegar al horario de la primera actividad, un señor decidió cambiar el lugar de principio de la cola separándolas entre foto y firma, mientras a otros le numeraban su ticket… Fueron varias marchas y contramarchas que hicieron que la gente se mueva de un lugar a otro, al menos cuatro veces y no faltaron los “vivos” que aprovecharon para colarse. Y encima, imagino que muchos como yo, no podían creer aún que The Man acudiría a la Conque, así que el fastidio estuvo presente en esas horas de incertidumbre y desorganización. También el viernes fue el primer día oficial de la Conque, y la cantidad de gente que fue A) a retirar su ticket B) canjear sus paquetes de la convención C) obtener sus paquetes de Stan Lee desbordó por completo al staff y generó colas larguísimas y eternas. Seguramente mucha gente estuvo desde las 9 hasta las 16 horas haciendo cola, como le pasó a amigos míos que sucesivamente tuvieron que formarse para 1) poder entrar, 2) canjear sus paquetes de Stan y 3) hacer la cola de Stan!
Todo esto se solucionó casi por completo para el día sábado, cumpliendo una curva de aprendizaje rapidísima para atender las dificultades que surgían, y poniendo mucha más gente al servicio de la Tienda Conque. En lo que respecta al staff, tanto de la tienda, como de informes, los que estaban en la entrada… Todos con los que tuve trato fueron super amables y pacientes. Para atender mis reclamos, para dejar cosas en el guardarropas, o hasta cargarme el celular (y ellos también me prestaron el cargador, ¡gracias chicas de informes!), esto no era algo exclusivo de la Conque sino que se lo achaco a la personalidad de los mexicanos en general: todos con los que tuve trato fueron increíbles y me voy con la mejor impresión posible del pueblo mexicano. Los argentinos les caemos bien, y a las chicas les gusta nuestra tonada, ea!
Balance
¿Lo bueno? Muchísimo. La Conque 2017 fue una experiencia fabulosa. Pude conocer un poquito de un país con mucha historia, personas geniales, una comida para valientes (je), y ya dentro de la convención a una leyenda viviente y muchos de mis autores favoritos, en un lugar ideal para tamaña cita, con la mejor infraestructura, y además cuando las papas quemaban, los organizadores estaban ahí, trabajando codo a codo con el resto del staff y dando explicaciones. Cuando ves a los tipos laburando en el lugar, poniéndole huevo y corazón entendés muchas cosas. Esta convención, para nosotros los argentinos, sería una mezcla de Crack Bang Boom (no hacerla en la capital, más orientada a la historieta, con un artista nacional de peso pesado dentro de la organización) y la Argentina Comic Con (en cuanto a tamaño y ambición). ¿Volvería a ir? Sin dudas que sí. ¡Viva Conque!, ¡Viva Querétaro!, ¡Viva México!