Hace unos cuantos años que venimos viendo el desembarco de las grandes estrellas de la pantalla grande, los llamados “actores de cine” a protagonizar series de televisión.
En otros tiempos (no muy lejanos) era más común que aquellos que estaban en la televisión dieran el salto a la pantalla grande y así ganaran mucho más dinero, pero también popularidad. Hay varios casos de actores que abandonaron series porque tuvieron la oferta de hacer una película y no lo pensaron ni un segundo.
El recorrido hecho por actores como Clint Eastwood, Michael Douglas, Pierce Brosnan o Jennifer Aniston (para dar ejemplos que empezaron en la televisión en décadas totalmente distintas) era el que cualquier actor del gran país del norte quería hacer: empezar en una serie de televisión, hacerse famoso y lograr grandes contratos en Hollywood.
Al día de hoy todavía hay algunos que lo transitan, como James Franco y su amigo Seth Rogen que protagonizaron la fabulosa “Freaks & Geeks” creada por Judd Apatow a finales de la década del 90 para luego terminar protagonizando películas supertaquilleras como “Oz” o “The Green Hornet”.
Ni hablar de casos como el de Jessica Alba que luego de protagonizar la exitosa “Dark Angel (cofcofChoreoACyberSixcofcof) con sólo 19 años, terminó siendo Sue Storm en las dos “Fantastic Four” del director Tim Story y protagonizando las “Sin City” de Robert Rodríguez y Frank Miller.
Y no puedo dejar de nombrar el caso de Bruce “El Duro” Willis, quien empezó en 1985 en “Moonlighting” y antes de terminar la anteúltima temporada de la serie ya estaba filmando “Die Hard” para luego convertirse en un referente del cine de acción yanki.
O sea que hay ejemplos y muchos de ese tipo de carreras y es entendible desde el momento en que los verdaderos grandes presupuestos están en las grandes producciones cinematográficas… ¿o no?
Mucho se discute y analiza si con las nuevas tecnologías la televisión se está muriendo como tal y cuál puede ser su futuro. Sea el de las plataformas “On demand” produciendo series, sea el de generar contenido transmedia como para que el espectador tenga algo más aparte del capítulo de la semana y que la experiencia televisiva sea otra totalmente distinta, lo que podemos asegurar que, al menos, la cosa está cambiando… mutando hacia otra cosa distinta a lo que era.
Y una de las cosas que está cambiando es que hace un tiempo muchos “actores de cine” están poniendo una pata en ese medio hasta muchas veces bastardeado que es la televisión.
Muchos de los actores que dan ese paso lo hacen también como productores del proyecto, tal es el caso de Kevin Spacey con la super exitosa “House Of Cards” emitida y producida por Netflix o de Matthew McConaughey y Woody Harrelson con la tremenda “True Detective” (a pesar de que en realidad Harrelson no entraría en esta categoría porque protagonizó durante 8 años la serie “Cheers”).
Y también es el caso de Halle Berry.
La malograda “Catwoman” protagoniza desde hace unas semanas “Extant” con producción ejecutiva del canal CBS (por donde se emite) y Amblin Television (sep, la de Steven Spielberg) donde ella también oficia de productora.
La serie se basa en un futuro muy tecnológico donde una astronauta pasa un año en el espacio en una misión solitaria de investigación. Durante todo ese tiempo sólo tiene contacto con una computadora a lo HAL 9000 ya que todos los sistemas de la nave son automáticos.
Luego de volver a la Tierra se entera que está embarazada, cosa imposible, no sólo por el tiempo en soledad pasado en el espacio, sino porque aparte ella es infértil. Es ahí cuando nos enteramos que durante un tiempo los sistemas de la nave fallaron y algo extraño ocurrió en el espacio.
Al mismo tiempo, y como línea argumental paralela, el marido de la astronauta es un científico que aboga para que los robots aprendan igual que los humanos, o sea, que no estén dirigidos por las leyes de la robótica (sep, Asimov influyó en casi todas las representacionesmodernas de los robots y no hay con qué darle) ni tengan un switch de apagado o rutina alguna que salve a la humanidad si se les ocurre entrar en una guerra contra nosotros. Su investigación es tan personal que tiene un “hijo” que en realidad es un robot al que tratan como si fuera un humano (salvo ajustarle de vez en cuando algún que otro circuito, claro).
Estas dos líneas argumentales paralelas tienen el eje en común de que el dueño de la empresa para la que trabaja la astronauta es el único que, por razones que todavía no entendemos (pero que seguro son oscuras) ayuda a financiar el proyecto de su marido a pesar de los grandes (GRANDES) riesgos que todos ven en esa investigación.
La serie tiene un componente de conspiración y ciencia ficción que la hace muy interesante y tiene una producción bastante cuidada. Es un producto muy entretenido que ya tiene confirmados sus primeros 10 episodios y el rating (sea por Halle Berry, o por ser una producción de Spielberg, o porque el producto es bueno) viene acompañando al igual que las críticas.
Pero para seguir con el tema de los actores y sus desembarcos, no todos son productores de sus proyectos.
El primer caso que recuerdo de una actriz muy popular en cine que desembarcaba en una serie actual es el de Glenn Close, que se puso al hombro la serie “Damages” que empezó en 2007 y duró 5 temporadas. Este protagónico lo pudo hacer gracias a sus enormes 13 episodios en la serie “The Shield” donde demostró una enorme capacidad para la televisión, tal como todos la conocíamos en el cine.
Otro que se puso al frente de una serie exitosa sólo como actor fue Kevin Bacon, con la aclamada “The Following” que ya tiene firmada su tercera temporada, primera vez de este actor como cabeza de un proyecto televisivo.
Otro éxito que tiene actores “de cine” es Penny Dreadful, donde el nombre que verdaderamente cumple con los requerimientos de esta categoría es el de Eva Green, ya que a pesar de ser recordado por ser una de las encarnaciones de James Bond, Timothy Dalton comenzó su carrera en la televisión con una serie llamada “Sat'day While Sunday“, del año 1967, Josh Harnett fue parte protagonista de “Cracker” de 1997 y ni hablar Billie Piper que tiene muchísimas series como protagonista en su haber.
Por el lado de las comedias puedo dar dos ejemplos bien distantes:
Anna Faris, conocida por sus papeles cómicos en películas estilo “Scary Movie” y co-protagonista de Sacha Baron Cohen en la divertidísima “The Dictator” del 2012, hace unos meses está protagonizando la serie “Mom” que ya lleva dos temporadas y las críticas la acompañan mucho, quizás por ser el nuevo producto de Chuck Lorre y Eddie Gorodetsky (nada que ver con el protagonista de la Saga de las Guardias, pero al que siempre me hace acordar), creadores de grandes éxitos televisivos como “Two and a Half Men”, “Dharma & Greg” y “The Big Bang Theory” (cuyos protagonistas están haciendo “la gran Friends” y piden la suma de 1 millón de dólares por episodio para la nueva temporada que está por comenzar).
El otro ejemplo es el de Elijah Wood, a quien todos (absolutamente TODOS) asociamos con Frodo Baggins, pero que tuvo decenas de papeles importantes en decenas de películas hiperconocidas. Este actor es el protagonista de la remake yanki de la serie australiana “Wilfred” que este año estrenó la cuarta temporada en el gran país del norte y es emitida por la señal FX.
Pero ¿siempre un actor “de cine” asegura un éxito en la televisión?
El más reciente ejemplo de que esto no pasa es el de la serie “Crossbones”, protagonizada por el INMENSO John Malkovich (creo que no hace falta presentación para este actorazo), en la cual interpreta al pirata Barba Negra.
En esta nueva serie de piratas estrenada este año (recuerden que en enero se estrenó Black Sails de la cual hablé un poco acá se nos cuenta la historia de este famoso y legendario criminal, el cual se dice que es el más sanguinario de todos los piratas, cuando se encuentra en los últimos días de su vida.
El proyecto que tiene “Barba Negra”, retirado en una isla oculta, es generar una nueva civilización donde no haya reyes y la gente sea más libre. Una sociedad democrática donde la mayoría decida el destino del resto. Algo muy extraño para principios del 1700s.
La serie está basada en el libro “The Republic of Pirates” de Colin Woodard (del año 2007), está producida por Universal Television y se filmó íntegramente en Puerto Rico.
En la serie se nos muestra también los esfuerzos de la Armada Británica para matar a “Barba Negra” por ser un fugitivo de la ley, pero también porque es la obsesión del comandante William Jagger, quien manda a una especie de James Bond (sep, es un agente secreto del cual no se sabe el nombre real, que trabaja de encubierto y tiene miles de habilidades diferentes) a infiltrarse en las huestes del pirata para terminar con el problema de una buena vez por todas.
Si bien la serie tiene una linda fotografía y unas buenas actuaciones (lo más interesante es cómo hablan los personajes en ese inglés antiguo porque usan una teatralidad en los diálogos increíble para la televisión actual); el problema radica en la dirección y el montaje que son malísimos, llegando a momentos en donde no se entiende la configuración de los espacios ni las transiciones entre escenas.
Quizás por esto último, quizás porque el público no está preparado para dos series de piratas al mismo tiempo. Quizás porque tiene menos sexo y sangre y espectacularidad que “Black Sails” (recordemos que “Crossbones” no está producida por Michael “badabadabum” Bay), es que la serie fue cancelada en su capítulo 9.
Lo único interesante de su cancelación es que se sabía con tanta antelación que los guionistas pudieron darle un cierre digno y no dejar cabos sueltos (los más importantes, al menos).
Pero más allá del fracaso, una estrella como Malkovich se puso delante de un proyecto televisivo, cosa que jamás había hecho antes.
¿Es entonces que esta es una nueva estrategia del medio para que la gente siga viendo televisión porque ve un cambio de hábitos? ¿o es que el público cambió y está consumiendo historias más seriadas y no tanto productos que empiezan y terminan en dos horas como pasa en el cine (y quizás por eso existan productos como “The Hobbit” de Peter Jackson que estira hasta lo imposible una historia de 300 páginas en 3 películas de más de dos horas cada una)?
Sea como sea, lo que podemos estar seguros es que para los actores “de cine” la tele empezó a ser rentable, sino no trabajarían en ella porque, justamente, el actuar para ellos es un trabajo… uno en el que ganan mucho dinero.
Lo que podemos estar seguros es que a diferencia de hace unos cuantos años, las grandes sumas de dinero están en la pantalla chica y no al revés. Y ese es un cambio interesante.