jueves, 30 de noviembre de 2017

Crisis on Earth-X: Supergirl, Arrow, Flash y los Legends contra los Nazis - La Columna de Logan.



Como usted, querido lector, se habrá avivado, si es un ávido seguidor de esta columna y este sitio, este semestre le fallé al dedicar una entrada al comienzo cuasi maratónico semanal de la nueva temporada de las series televisivas cabeceras de las franquicias super-heróicas de D.C. que la productora Warner explota en la caja boba. A futuro, espero eso no vuelva a suceder, y tenga por seguro que cuando dichos shows concluyan su recorrido el año que viene aquí me tendrán para ofrecerles una reflexión y un balance, como es debido. Pero esta semana dichos programas volvieron a ofrecernos un espectáculo digno de recordar, debatir, degustar y analizar, que en muchos aspectos incluso supera a lo realizado un año atrás. Una vez más, Arrow, la serie insignia, la que comenzó todo y a la que le debemos todo, vuelve a cruzar su camino con The Flash, y como si eso fuera poco ambas lo hacen también con Supergirl e inclusive con Legends of Tomorrow, en un evento único que, esta vez sí, sin engaños, sin mentiras y sin exageraciones, dura ni más ni menos que 4 horas, porque cada show entrega exactamente un 25% de la historia, y dicha saga se llama Crisis on Earth-X..



Se nos casa el nene

¿A quién sorprendo si menciono, casi como un spoiler que en realidad no lo es, que todo este evento comienza con el casamiento de Barry Allen? Deduzco que a nadie, y por eso comienzo así el párrafo, porque todos entendemos cómo funciona la comunicación hoy en día, y cuáles son los datos “sensibles” que no hay que revelar y cuales forman parte ya de la librería de imágenes colectivas compartidas cual virus por las redes sociales de muchos de ustedes.

Pero comenzar mencionando este tema me da pie para explorar varias aristas que en este mismo momento están siendo diseccionadas por la comunidad nerd en su totalidad, y que no quiero dejar de abordar, como por ejemplo la mal llamada “novelita” de las series de Warner. Siendo completamente honestos con ustedes, es un término que desprecio, ya que en términos generales el formato novela o telenovela nunca me pareció atractivo, ni siquiera de pequeño, y jamás logró atraparme. De hecho, dentro de la ficción creo que es el formato que ofrece el piso en cuanto a la calidad de lo entregado. Prácticamente no le reconozco ningún mérito, y entiendo que es un formato que existe porque hay un mercado que lo exige, un tipo de público poco exigente con la ficción, que se malacostumbró durante décadas a consumir porquería enlatada exportada de otros países o de manufactura propia, una basura que ofrece un costo muy bajo de producción (gracias, entre otras cosas, a la explotación de prácticamente todos los involucrados en la realización de la misma) y, si funciona en rating, unos réditos económicos super favorables para las señales que la ponen al aire y los productores que consiguen la tarasca para realizarlas.


Las series super-heróicas de D.C./Warner no son unas novelitas, bajo ningún punto de vista. Tampoco son lo mejor que puede ofrecer este medio, en eso estamos todos de acuerdo, e inclusive dentro del mismo género existen propuestas muchísimo más dignas, como la reciente Punisher, Legion o Daredevil, pero de todos modos estos 4 shows puntuales que hoy me toca reseñar tienen su encanto. Parte del mismo radica en los eventos que generan entre ellas, como el que nos tiene hoy reunidos, pero también cuentan con muchos otros elementos que para el lector de comic super-heróico son invaluables. Pero más allá de eso, no hay nada que evoque en estas series a las novelas que lastimosamente muchos de nosotros terminamos conociendo por cultura general.

¿Y entonces, de donde viene el malentendido? No hay malentendido alguno, hay una mala intención, una pobre crítica y también una pésima lectura, además de un poco de hipocresía, todo eso, todo junto, en quienes deciden etiquetarlas de este modo. Lo que las series de Warner tienen es una fuerte inter-relación entre los personajes, y casi todas ellas cuentan con muchos personajes que llevan adelante las tramas, eso sumado al hecho de que la mayoría tienen que cerrar entre 20 y 22 capítulos por temporada, lo que da como resultado una “fórmula” que Warner utiliza para ir narrando el camino que van transitando sus personajes. Una fórmula que los más “puristas” desprecian y no toleran, misma que sirve, todo hay que decirlo, para llenar los espacios. Pero lo más gracioso de todo es que el alma de estos shows es, justamente, la inter-relación entre los personajes, por supuesto… ¿A quién le interesaría ver una serie como Arrow o Flash donde el foco esté puesto en la acción y nada más? ¿Qué tipo de vínculos, como espectadores, generaríamos con el producto cuando no logramos encontrar empatía alguna con los personajes, cuando solo los vemos vestidos con sus trajes utilizando sus poderes para salvar una ciudad? ¿Cómo conoceremos sus miedos, sus temores, que tanto nos importaría si logran o no sus objetivos, y que tanto nos emocionarían sus victorias o nos entristecerían sus derrotas si no conocemos los lazos que los unen con sus seres queridos?

Planteado así parece una estupidez, algo obvio y evidente, y lo es… es tan obvio el asunto que me da un poco de vergüenza ajena tener que aclararlo. Lo más gracioso de todo es el origen de la crítica, ¿no? La misma viene desde los lectores de comics… de comics books americanos, ni más ni menos, y para colmo, ¡de fans del género super-heróico! ¡Cuack! No existe medio más propenso a editar toneladas de basura por mes que ese. Ninguno. No hay. Lo buscas y no lo encontras. Ni toda la televisión chusma argentina puede generar por mes la misma cantidad de basura que editan en U.S.A., y de ahí salen nuestros héroes, nuestros personajes favoritos, nuestras editoriales insignias, y sus correspondientes adaptaciones. La hipocresía en su máxima expresión. Si ustedes supieran lo que me cuesta encontrar un buen título mainstream POR MES para reseñar en la columna mensual que tengo en el excelentísimo sitio Comiqueando On-Line, uno solo… 

Dejando entonces esto en claro, Crisis on Earth-X es una saga televisiva que utiliza como punto de partida el casamiento entre Barry e Iris, una celebración que cuenta con preparativos que se vienen mencionando hace varios capítulos en lo que va de la temporada actual de The Flash, y que tendrá como invitados a varios personajes de las otras series, dado que al menos desde el lado del novio no son pocas las veces que se ha cruzado con muchas de estas personas y juntos han salvado una o dos ciudades, cuando no el mundo… o varios mundos.

Nazis… odio los Nazis


Lo primero y más llamativo que tengo que señalar es que… es la primera vez que Warner nos presenta una saga televisiva con estas series en formato de saga. Los openings individuales de cada show fueron reemplazados por una presentación única con el título de la saga, Crisis on Earth-X, utilizando un efecto harto conocido –y que a muchos les resultará familiar porque lo suele utilizar la competencia en el cine- usando cada letra como una ventana para mostrar a los protagonistas de cada serie, y de hecho cada capítulo es prácticamente irreconocible como parte de uno de los shows, ya que se le da casi el mismo espacio en cada episodio a todos los personajes. El guión, entonces, no está escrito en función de cada programa, sino en función de la saga en curso, y esto, amigos míos, es, una vez más, algo único que, al menos yo, nunca vi en la televisión. El año pasado Warner realizó su apuesta más alta en este aspecto armando una trama con los personajes de los 4 shows pero en la cual cada capítulo era reconocible como parte de la propia serie, al punto tal que inclusive festejaron los 100 episodios de Arrow con lo que podríamos considerar un dignísimo super-especial del show rememorando bocha de acontecimientos de la cronología propia de la serie con un puñado de invitados sorpresa. E inclusive nos hicieron trampa: Supergirl supuestamente formaba parte del crossover, como show, y en realidad el capítulo propiamente dicho de dicha serie no tenía una goma que ver con la Invasion! que daba nombre al evento salvo por los últimos 30 segundos.

Aquí elevan todo a la enésima potencia, escriben una trama que se desarrolle en 4 capítulos utilizando la mayoría de los personajes protagonistas de cada show, y al carajo todo. Fiesta, fiesta, entre tu c… tus ojos y la pantalla, eso. Hay detalles que siguen presentes en la edición y post-producción, como por ejemplo la música, y que aquí se mantienen y, una vez más, se potencian. Como ustedes sabrán, cada show tiene su propia musicalización, con ciertos temas relacionados con los momentos de acción que son muy reconocibles y bien distintivos de cada Héroe, el de Arrow, el de Flash, el de Supergirl y el de los Legends. Hay un momento puntual donde los Héroes se preparan para la acción y la escena va pasando de uno a otro y casi sin que nos demos cuenta la música cambia de acuerdo a quien se está preparando. Yo se que para muchos estas cosas son una estupidez y ni siquiera suman… yo soy de los que valoro un montón estos detalles. Ahí hay amor, loco, amor de los que trabajan en la post-producción, amor de los productores, y sobre amor por los fans. Warner sabe cebar a los fans de sus shows. Nos cuida, nos mima. Con gestos como estos.


Lamentablemente no todo comienza con buen pie. Si venís viendo Arrow, sabrás que un leitmotiv del show este año es que Oliver largó la capucha definitivamente y le pasó el manto al grone John Diggle. Gracias al compromiso que asumió como padre y también para evadir lo más posible el flagelo de una investigación del F.B.I., le prometió a William –su hijo- que no se iba a volver a poner en peligro obrando como Green Arrow nuevamente. Rompió la promesa una vez de forma casi excepcional justamente para cubrir a Diggle en una misión crucial mientras este se recupera de una lesión, y nada más. Ni bien comienza Crisis on Earth-X una de las primeras escenas nos muestran a Oliver ejerciendo como Green Arrow sin ninguna explicación aparente peleando contra unos Ninjas random… una lástima que con todo el cuidado que le han puesto a la escritura del guión de la saga –un trabajo titánico llevado adelante por un grupo de guionistas, asistidos por los showrunners de cada serie, un trabajo que no quiero ni imaginarme como lograron realizarlo-, se hayan descuidado en esto que, la verdad, no es un detalle menor.

Uno a uno, los protagonistas de cada show mencionan su participación en la próxima boda, y no pasa mucho tiempo hasta que finalmente estamos ante el emocionante y único momento dentro de la Iglesia en el cual Barry e Iris leerán sus votos, todo esto llevado adelante por el sacerdote caracterizado nada más y nada menos que por William Katt (quien diera vida al profesor Ralph Hinkley a principios de los ’80, protagonista de la celebrada serie The Greatest American Hero -¡Gracias Leito por la data!-), y de repente un rayo evaporiza al sacerdote y la Iglesia entera se transforma en un caos absoluto.

¡Nazis! ¡Nazis en el casamiento de Barry Allen, ave maría purísima!

Crisis on Earth-X es, efectivamente, una saga sobre una serie de eventos que se desprenden de una Tierra, la Tierra 53, también llamada Tierra-X, una versión alternativa del universo tradicional sobre el cual se desarrollan las aventuras semanales, una versión que el resto de las realidades paralelas prefiere olvidar, una en la cual la Alemania sumida en el régimen Nazi en los ’40 logra desarrollar la bomba atómica mucho antes que Norteamérica, y la utiliza para bombardear las capitales más importantes de Europa, América, Asia… como bien menciona en algún momento uno de los personajes, es una versión de D.C./Warner de la novela TheMan in the High Castle del querido Philip K. Dick, con el agregado super-héróico correspondiente. Y como sucede en todas las realidades paralelas, existe también en esa versión un Arrow, un puñado de villanos y una Supergirl, como en todas las realidades según Harry Wells (¿ah sí, en todas? ¿y entonces donde está la Supergirl de la Tierra-1 de donde provienen Flash y Arrow, eh?).

Pero acá son Nazis. Y tiene planes. Planes de conquista. Y también tienen problemas. Alguien importante se está muriendo y es menester salvarlo. Y para eso alguno de nuestros héroes tiene que morir, indefectiblemente. Así son las cosas.

No está en mí, este año, spoilearles absolutamente toda la trama capítulo a capítulo, basta decirles que me gusto mucho más la saga de este año que la Invasion! del año pasado, me gustó mucho más cómo la pensó Warner, como la desarrolló, los puntos sensibles que decidió tocar, lo emotivo que se puso la cosa en un momento (casi se me escapan unas lágrimas… estuve a dos segundos de ceder), los invitados que tuvo y sobre todo la producción que tuvieron detrás. La estética Nazi siempre es bienvenida, no solo porque genera los sentimientos correctos en la audiencia sino también porque realmente resulta muy agradable a los ojos, en el sentido de que transmite lo que tiene que transmitir. Está cargada con un simbolismo muy fuerte y aberrante que se puede utilizar de muchas maneras y permite siempre un juego perverso realizando pequeñas modificaciones, recurriendo a veces a lo obvio pero otras utilizando ciertas sutilezas que se complementan muy bien con una trama como la de esta saga. Y luego están los títulos que se usan, la terminología relacionada con el Nazismo y sus consecuencias, la forma en la que cambian los diálogos de ciertos personajes, y la increíble oportunidad para muchos de los actores de dar vida a villanos, o en todo caso a una versión desfigurada de los personajes que vienen caracterizando hace años.

¿Faltó un poco más de profundidad en la trama, un poco más de trabajo en el contexto de aquella Earth-X, algunos parámetros un poco más claros, un esfuerzo un poco más denotado para que no se termine cayendo en el cliché de este tipo de historias? Puede ser pero, ¿era necesario para lo que se quería contar? No. El fan de estos shows no necesita eso, en todo caso lo que el fan esperaba, se lo dieron. Por ejemplo: A Hard Day's Night covereado por Joan Jett, ponele. Guiño, guiño.

Con los FXs, una vez más, llegaron con lo justo, y a veces un poco menos de lo justo, pero teniendo en cuenta el tamaño de la historia que quisieron contra, es entendible y aceptable. Si no le exijo a un dibujante que me realice interesantes, frescas e impactantes puestas de páginas en cada una de sus hojas en los comics regulares que leo, no voy a pedirle a Warner que se patine 20 millones de dólares solamente en FXs en esta saga para que todo se vea super pulido y refinado hasta en el último detalle. No lo logra Warner en el cine de este género, además, mucho menos lo va a lograr en televisión, pero más allá de eso, todo lo referente al vestuario estuvo más que bien, y el diseño de interiores también.
Crisis on Earth-X es, una vez más, una fiesta de D.C. y Warner, un triunfo y un logro casi sin precedentes en este medio, y una muestra de que siempre se puede apostar a más, y ganar. Si sos seguidor de cada una de estas series, y te gustan y disfrutas sus tonos, sus interacciones, sus elementos más significativos, sus easter eggs, sus sorpresas, Crisis on Earth-X te va a encantar. No lo dudes. Nos volvemos a leer la semana que viene, aquí, en Tierra Freak.
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