martes, 6 de diciembre de 2016

Invasion! Heroes vs. Aliens - La Columna de Logan.




Nos gustan las cosas complicadas. Es así, hay que reconocerlo y ya. Cuando venimos del palo del “comic book americano”, puntualmente del superheróico, cuando somos lectores de ese medio y de ese tipo particular de historieta -quizás única en el mundo-, cuando disfrutamos de leer personajes que en poco más de 20 años van a cumplir un siglo de existencia pero en la ficción no manifiestan haber superado aún los 8 lustros, los cuales en la mayoría de los casos se han transformado en una franquicia explotada por una editorial a diestra y siniestra, conjugando cada carácter con otros elementos pertenecientes a dicha empresa, todo el tiempo, sin restricción alguna… en algún punto nos hemos transformado en prisioneros, rehenes de esas editoriales y de lo que decidan hacer con esos personajes.

Pero dentro de este morbo compartido entre lectores y empresarios, hay, por supuesto, un disfrute, un goce, una necesidad imperiosa de seguir contando historias –las mismas historias, muchas veces renovadas y puestas al día- por parte de quienes explotan estos personajes y un hambre por consumirlas desde nuestro lado. Y, además, el público se renueva, todo el tiempo, demás está decirlo, es prácticamente la base por la cual este negocio funciona: saben capturar nuevos adeptos a la causa.
La semana pasada D.C. Comics/Warner tuvo el agrado y el honor de festejar el capítulo número #100 de su serie superheróica insignia en el apartado televisivo, Arrow, con un evento a la altura del número a conmemorar: armando un crossover entre las 4 series que, forzando un poco los multiversos, comparten una cronología en común: la propia Arrow, The Flash, Legends ofTomorrow y Supergirl, superando por varios cuerpos algunos crossovers previos, como aquel mítico primer cruce entre Arrow y Flash en sus propias series de diciembre del 2014, o el que vivimos a principios de este año, cuando Flash viajó al universo de Supergirl, y, una vez más, aquí, en Tierra Freak, te vamos a contar que tal les salió.



Todo comienza con una estafa…

Y sí, claro, todo hay que decirlo. Por mucho que me haya gustado –o no- este evento, y más allá de las alegrías que me deparó, hay que señalar algunas cosas. La primera y más obvia: Supergirl, como personaje, forma parte del mismo y tiene por momentos algunas participaciones fundamentales, pero desde la misma Warner promocionaron el crossover como una historia conjunta que cruzaría los 4 shows, comenzando con el 8vo capítulo de la 2da temporada de Supergirl, saltando de ahí al 8vo capítulo de la 3er temporada de The Flash, para luego seguir con el mítico capítulo #100 de Arrow, o sea el 8vo capítulo de la actual 5ta temporada del show, finalizando el arco argumental con el 7mo capítulo de la 2da temporada de Legends of Tomorrow.

Y la verdad es que esto es una vil mentira: el arco argumental, denominado Invasion! –acompañado por el subtítulo Heroes vs Aliens- en honor a una saga desarrollada en papel sobre la cual me voy a explayar dentro de unas líneas, recién comienza en el episodio correspondiente a The Flash. El capítulo de Supergirl, que se titula Medusa, es genial, muy entretenido e incluso cierra un par de plots que se fueron desarrollando en esta temporada… pero no tiene ni un ápice de este crossover salvo por una diminuta escena final que, para colmo, se repite en la serie del velocista. Les digo más: esa escena agregada en el capítulo de Supergirl fue filmada para el show de Barry Allen, y tanto es así que la corrección de color que le hacen es significativamente distinta a la de la serie de Kara, y siendo así, cuando venimos viendo la serie de Supergirl y aparece esta escena notamos que algo no está del todo bien en la misma, hay algo en el clima, en el tono, que acaba de cambiar de forma brusca… es eso: el tratamiento final de color que tienen uno y otro show.

Dicho esto, pude hablar y comentar el evento con muchos amigos antes de sentarme a escribir esta reseña y obtuve infinidad de devoluciones y preguntas como feedback. Muchos de los amigos a los cuales les sugerí pegarle una ojeada a estas series esta semana no vienen siguiendo algunas de ellas, y no faltó aquel que no sigue ninguna, y todos ellos me abordaron con la misma obvia incógnita: ¿voy a entender algo si veo solo estos 3 o 4 capítulos? Si, obviamente que sí, la trama se entiende perfectamente, es de lo más lineal y sencilla, no estamos hablando de la 4ta temporada de Arrested Development ni mucho menos, pero la realidad es que el disfrute pleno lo tienen quienes vienen siguiendo todas las series. Exactamente como sucede en los comics, por otro lado: podes leer Age of Apocalipse sin haber agarrado jamás un comic mutante antes, claramente, pero no cabe duda que la gracia de esa genial saga radica en un cambio de status quo brutal del universo tradicional de Marvel Comics, muy por encima de la calidad de las tramas involucradas en el arco principal o de los equipos creativos que llevaron adelante la misma, que de todos modos en su mayoría respondieron bastante bien al desafío.

Invasion!, el crossover de Warner de la semana pasada, es fruto del trabajo que viene realizando esta productora hace exactamente 5 años, desde que comenzó Arrow, y las ramificaciones de lo que sucede en esta saga se remontan incluso al piloto de este show. Y este tipo de eventos tiene que ser escrito, producido, dirigido y actuado con esta premisa en mente, sino yo, como televidente y fan de estos shows me sentiría ofendido. Es a mí a quien me están recompensando por mi fidelidad como televidente, no a un zapallo random que no se quiere quedar arafue de eso de lo que están hablando todos y le dedica 3 míseras horas de su puta vida al crossover. ¡Vamos! A mí que me vengo comiendo semana tras semana durante 7 u 8 meses al año desde el 2012 cada una de estas producciones, que ahora suman 4, como mínimo, si solo contamos las que se sitúan en esta línea cronológica.

Lo último que me gustaría señalar antes de entrar de lleno en el evento es que… Warner es una productora complicada. Tiene altas y bajas, tanto en cine como en televisión, siempre hablando de este género, ¿no? El superheróico. Con las licencias de D.C. Comics y sus adaptaciones live-action hace y deshace todo el tiempo, y toma decisiones polémicas, en el mejor de los casos, cuando no malas, pésimas decisiones. A nadie asombro cuando me “revelo” como un tipo enajenado y encabronado con la manera en la que Warner está explotando y desarrollando el DCU en el cine… y así y todo no pierdo las esperanzas de que puedan encaminar el barco, de hecho estoy absolutamente convencido de que lo van a lograr. Pero lo que fueron desarrollando para la televisión… es precioso, y le tengo mucha estima. Es enorme, complejo, está repleto de altibajos y contradicciones, sí, exactamente como sucede en los comics. Ok: Marvel Studios en cine lo hace mucho, mucho mejor, estamos de acuerdo en eso. Pero también vamos a reconocer que este universo que comenzó con Arrow jamás tuvo intención de existir, se fue desarrollando de forma casi azarosa, de manera parsimoniosa y lenta, primero con la incorporación de Barry Allen en un par de capítulos de Arrow, luego con su serie propia, luego llegó Legends, y ahora Supergirl que ya transita su 2da temporada… y de repente tenemos decenas de historias entrecruzadas, personajes y actores que pasaron de ser secundarios a protagonistas, líneas argumentales compartidas entre los shows, ¡e incluso un personajes que modificó la línea del tiempo y afectó a los otros shows con esa movida! Nah, basta. ¡Basta de nerdear de esa forma, Warner! ¡BAS-TA! 

Basta.

Siempre hay lugar para la crítica, siempre. No la estoy dejando de lado. Arrow es la serie insignia y es un show pobre, que tiene una producción monstruosa detrás pero que está acompañado por tramas inverosímiles en el mejor de los casos, ridículas en su mayoría, arcos estúpidamente estirados que dañan el show y algunos plot-twists lamentables… por no mencionar un casting que no da pena pero jamás se luce. Y The Flash comenzó con una primer temporada realmente muy sólida y emocionante y ya en su 2da vuelta embarró la cancha todo lo que pudo y terminó pidiendo agua. Y luego dan vida a un pastiche como Legends of Tomorrow, la serie de una J.L.A. del conurbano bonaerense conformada por unos completos Loosers que, a diferencia de la Liga de Giffen, no causan gracia. Y con todo esto en contra, D.C. hace las cosas mejor en televisión que en el cine. En televisión entienden perfectamente el medio que homenajean, el comic-book americano superheróico, el cual está repleto de todas estas cosas y así y todo sigue vivo. Entienden que las cronologías son importantes, que los guiños al fan aún más, entienden que los personajes tienen vicios y hobbies como nosotros, y pueden ser Nerds también, y ven series por Netflix y películas en On Demand, y han jugado Rol o Magic, tienen redes sociales, están al día con ciertos consumos tecnológicos, y entienden que si a nosotros ciertas cosas nos parecen ridículas quizás a ellos también, entonces muchas veces los vemos en pantalla reírse de ellos mismos, y no tomarse las cosas taaaaan en serio salvo que… alguien muera, por supuesto.

Así como Marvel Studios supo encontrar la vuelta para desarrollar una fórmula y explotarla hasta el hartazgo, aún a costa de presentar films con un tono muy parecido unos a otros, en Warner/TV encontraron la forma de narrar estos shows con un estilo propio que los identifica, y con anclaje muy fuerte también en los diálogos. En el universo Warner televisivo no usan el humor de la misma forma que en Marvel Studios pero lo usan, y lo usan mucho: hay comentarios sarcásticos todo el tiempo, hay cargadas entre los personajes, bardeos, gags, y algunos de estos gags se van a la mierda y se terminan transformando en parte del sello del show, como Cisco poniéndole nombres a los villanos nuevos. Y jamás nunca escuché a nadie decir que Warner en televisión no puede separarse de lo que Marvel Studios está haciendo en el cine por utilizar el humor de esa forma, porque Warner lo fue desarrollando bajo sus propios términos, de su propia única manera, paulatinamente, paso a paso, sin querer salir a comerse la cancha cuando acabas de ascender a la primera A. Marvel Studios es dueña del cine superheróico, ese es su terreno natural y ahí prácticamente es imbatible, casi no falla, y muchas de las propuestas presentadas por el departamento de Netflix para este universo común fueron geniales, pero la televisión semanal, la de temporadas largas… es de Warner

D.C. live-action vive y palpita y se siente en la televisión, ese es su actual terreno de batalla.

Llegaron los Dominators

Invasion!, así con el signo de exclamación al final y todo, fue una saga peculiar que D.C. Comics presentó a fines de la década de los ’80, luego de los éxitos obtenidos con los experimentos previos de este tipo de historias, "Crisis on Infinite Earths" (1985), "Legends" (1986) y "Millennium" (1988). La misma nos presentaba una coalición alienígena conformada por Khundios, Thanagarianos, Daxamitas, Psiones y un par de razas más, quienes, al mando de los Dominadores (Dominators en el original inglés) aterrizaban en Australia y desde ahí desplegaban tropas en distintos puntos de la tierra con el objetivo de tomar el control del planeta a la fuerza. ¿Porqué justo nuestro planeta, dirán ustedes? Bueno, amén de la excusa obvia de que vivimos en el mismo y leemos estos comics publicados por humanos, el temor de esta coalición era el metagen, un tipo de cromosoma que tenemos incorporado todos los putos seres humanos de este planeta y que bajo ciertas condiciones se “activa” y nos termina otorgando capacidades especiales, lo que traducido al castellano significa poderes. Siendo así, estos Dominadores, que principalmente son científicos aunque también se les reconoce ciertos rasgos sádicos, se las ingeniaron para investigar al ser humano a la distancia y llegar a este asombroso descubrimiento, el cual posicionaba a absolutamente cualquier hombre o mujer de la tierra en un potencial superhéroe… o supervillano. Visto desde la perspectiva de ellos, entonces, el planeta tierra era una bomba atómica de semidioses a punto de ebullicionar, y se veían en la obligación de tomar el control ahora que se creían con la capacidad armamentística de poder hacerlo… luego cuando haya 10.000 Supermanes sobrevolando cada ciudad metropolitana se les iba a complicar un poco, más vale.

La saga, la verdad, es floja… floja de papeles dentro del contexto del DCU y floja en su desarrollo, pero acá en nuestro país se la guarda cierto cariño porque fue la única saga importante de este tipo que alcanzó a publicar la editorial Perfil cuando aún poseía la licencia de D.C. Comics para la región, y mal que mal tenía un plot de Keith Giffen y dibujos de un muy verde aún Bart Sears –esta saga da pie a Giffen para crear un 2do título con una liga, la ramificación Europea, y Sears sería el dibujante elegido para dicha serie- y un no tan verde Todd McFarlane que en ese momento ya la estaba rompiendo toda en Marvel con Spider-Man y venía de hacer la genial Infinity Inc. y el Batman: Year Two para la Detective Comics.

Warner agarra lo básico, lo más básico de lo básico de esta saga, y la adapta ligeramente al contexto del Arrowverse, de forma muy inteligente y sorprendente, desprendiéndose de la alianza alienígena y conservando, eso sí, a los Dominators, que de todos modos tuvieron un F5 en su diseño y largaron a la mierda las sotanas verdes ridículas esas y ahora se pasean en pelotas delante de la cámara, total había sido que son bastante rápidos y letales cuerpo a cuerpo. A nadie le importa una goma igual lo que adaptaron y lo que no, solo queremos ver a Arrow, Flash, Supergirl, Firestorm, Vixen, White Canary y Atom darse trompadas con los putos Dominators, más vale, pero ojo que también conservaron el temita del metagen, de forma bastante acertada. Aplausos.

Haciendo un rápido recorrido capítulo por capítulo, la trama en serio arranca en The Flash con el 1er arribo de los Dominators, Barry y su equipo se dan cuenta que la amenaza los excede y va en busca de su mentor y compañero de batalla en situaciones complicadas, Oliver Queen, quien por supuesto entiende que ellos no son suficientes pero sabe cómo ponerse en contacto con los viajeros temporales conocidos como “Legendas”, a la par de Cisco y Barry, quienes van en busca del héroe más poderoso que han conocido hasta el momento: Kara Danvers, a.k.a. Supergirl. Una vez todos reunidos en un hangar de Star Labs en Central City –que tiene un diseño familiar al Salón de la Justicia de los Superfriends de la dupla Hanna/Barbera- y hechas las presentaciones pertinentes, Kara los pone al tanto de ciertos aspectos desagradables de esta especie extraterrestre, como por ejemplo el hecho de que suelen secuestrar seres y hacer experimentos sobre ellos, sin tener en cuenta la salud de los mismos. Deciden entonces comenzar a trabajar como equipo entrenando como tal, con Supergirl como oponente dado que es sin duda alguna la más poderosa de todos y si quiere se los come con una mano atada a la espalda –salvo a Barry, más vale-, y paralelo a eso se hace presente parte del drama de este episodio: el Flashpoint que generó Barry cambió muchas más cosas de las que pensaba, y las consecuencias se siguen manifestando una detrás de otra. Los Dominators no se quedan quietos y secuestran al mismísimo presidente de U.S.A., al que consideran líder del mundo –ningunos boludos los pelados estos-, y la crisis interna divide a nuestro grupo en dos facciones, cada una con una misión asignada. Para cuando los equipos se vuelven a reunir, los productores nos tienen reservado un final inesperado: uno de los Dominators logra tomar control de las mentes de casi todos los Héroes, y Barry y Ollie tienen que hacerles frente. Precioso: primer capítulo de la saga y los pibes ya clavan una Civil War, así de fácil. ¡En tu cara, Snyder!

El capítulo #100 de Arrow es completamente distinto al de Flash y es, una vez más, un homenaje a esa preciosa historia que escribió Alan Moore y dibujó Dave Gibbons para despedir al Superman pre-Crisis, For the Man Who Has Everything, un trastornado cuento de hadas publicado en el anual #11 de nuestro Kryptoniano favorito, el cual claramente es favorito entre los productores de estos shows porque ya fue recientemente adaptado en el capítulo 13 de la 1er temporada de Supergirl, en un episodio que se llama "For the Girl Who Has Everything", ni más ni menos. En este caso puntual son capturados Oliver, Sara, Thea, Ray y Dig, y puestos en un estado de animación suspendida mientras viven una realidad paralela en la cual nuestro héroe jamás fue Green Arrow y está a punto de casarse con Laurel Lance, sus padres –ambos- están vivos, Thea es feliz, Diggle es Green Arrow y Ray y Felicity son pareja. Es un episodio precioso, la verdad, increíble desde todo punto de vida, super fanservice, pero super, a niveles superlativos… o sea, el fan de esta serie no puede pedir un capítulo mejor que este: tiene bocha de detalles, sutiles y obvios, bocha de actores invitados, una peleíta contra Bosses (Malcolm Merlyn, Deathstroke y Damien Darhk, ni más ni menos), un planteo inteligente y coherente con el desarrollo de la serie, y encima por afuera de la fantasía la trama también avanza. Avanza poco, eso sí, y no quizás en la dirección deseada, pero avanza, y tiene momentos muy lindos entre Flash, Supergirl y el nuevo Team de Arrow.

Cuando digo que Warner en televisión sabe hacer las cosas bien lo digo por capítulos como estos: cuando los tipos hacen un crossover no se quedan solamente con la trama propia que excusa esa reunión, apuestan a más, aprietan el acelerador a fondo y le dan con todo, sin asco, a la memoria emotiva del televidente. Este es un episodio enorme, gigantesco, como su número lo indica, plagado de detalles que solamente el fan de Arrow puede detectar, apreciar y festejar, los cuales, por otro lado, son absolutamente intrascendentes para el espectador ocasional, y dudo le generen algo. Pero para el FAN, son una delicia.

…they will be remembered as Legends

El final del recorrido se da en Legends of Tomorrow, y acá me quiero plantar un poco, porque esto es también digno de señalar. Yo, la verdad, no tengo idea si estos shows fueron puestos en estos días determinados por algún motivo puntual, pero lo cierto es que hay una grilla ya pautada, desde el comienzo de las temporadas de estas series, donde Supergirl viene primero, luego Flash, luego Arrow, y la semana superheróica de Warner que incluye esta cronología culmina con Legends… ¡Y la trama de este crossover respeta esa grilla! ¿No es eso recontra genial? Descontemos el hecho de que en el capítulo de Supergirl no sucede una goma, ok, es cierto, pero Kara de todos modos al final de ese capítulo viaja a la tierra paralela donde co-existen Oliver y el resto de la pandilla, y luego la trama se va desarrollando capítulo a capítulo, show a show, y no tuvieron que cambiar de lugar ninguna serie… los productores y guionistas escribieron la saga en función de esta grilla ya existente. Y con algún que otro ajuste en semanas previas lograron armar un evento continuo en una sola semana. Si me apuras, te digo que lograr esto es incluso más meritorio que lo que hace Marvel Studios en cine: 3 equipos de producción distintos, 3 shows diferentes, todos en función de una misma trama. 3 grupos de guionistas, todos reunidos bajo una misma premisa, escribiendo en función de los otros shows y del propio, y actores y directores trabajando teniendo en cuenta lo que sucedió antes  y lo que va a suceder después… ¡en series que no están protagonizando y que no les pertenecen! Eso por no mencionar el trabajo descomunal que debe haber significado que los actores pudieran responder a todas las participaciones que les correspondían. No se, loco, acá hay algunos actores que no deben haber dormido una goma esa semana de filmación, o algo así… o lo fueron filmando por partes, no tengo idea.

Y luego están los FX’s, cada Dominator está realizado en CGI, y en el capítulo de Arrow hay incluso un par de secuencias de “batallas espaciales”, pequeñas, sí, pero están. Hay mucho, mucho trabajo, delante y detrás de cámara, para que esto haya salido como salió, ¡y salió muy bien! 

Volviendo a la trama, el episodio de Legends of Tomorrow cierra la saga con un correspondiente viaje temporal donde los Héroes la terminan de cagar, y se dan cuenta que le dieron la excusa perfecta a estos aliens para invadir la tierra. Siendo así, los Dominators preparan y desencadenan el arma definitiva, una bomba termonuclear global que puede aniquilar a todos los metahumanos con poderes de la tierra, los activos y los que están por activarse, así que nuestros Héroes los enfrentan en dos “frentes”, valga la redundancia: dándole murra mano a mano a los aliens en una secuencia que recuerda mucha una situación de aeropuerto en Captain America: Civil War (2016), y además neutralizando dicha bomba.

Aquí es donde más se deja ver que esto es una serie de TV y faltó plata para tanta producción y puesta en escena, hay Héroes y Aliens por todos lados pegando piñas, patadas y disparando rayos y flechas, y no siempre se ve todo “bien” y prolijo, pero está bien, loco, se recontra perdona, es sabido que esto se va a ver así, es un show de televisión, es demasiado. Como los aliens están hechos en CGI la verdad es que la escena de batalla final no termina siendo algo realmente impactante y demoledor, pero sí el hecho de verlos a todos juntos peleando codo a codo, con momentos de reconcilio –Oliver con Kara después de haber tenido una situación inexplicablemente tensa estúpidamente generada, una de las pocas cosas que no me gustó del crossover porque no tiene sentido- y algún que otro diálogo memorable. Lo que realmente se disfruta mucho son los 7 minutos finales, donde ya los trajes de batalla volaron a la mierda y solo queda el festejo y el relajo. Y lo llamativo e irónico de todo es que el cierre del episodio termina estando en manos de Kara, Oliver y Barry… y ninguno de ellos es un integrante del grupo protagonista del show correspondiente a este capítulo. Casi que te olvidas que es un episodio de Legends of Tomorrow en esos 7 minutos, es un capítulo de otra serie, una que se llama Arrowverse. Pero esto, expresado así, parece un sinsentido, y sin embargo tiene toda la coherencia: Arrow comenzó todo, y esta saga termina con Oliver, o mejor dicho con Oliver y Barry, los dos casi borrachos, intercambiando opiniones. Justo como en los comics, donde durante muchos, muchos años, Flash y Green Arrow no solo eran grandes amigos, además compartían muchas veces aventuras juntos, y han tenido mini-series protagonizadas por ellos dos.

Lo raro de todo esto es que acá la función de Superman en los comics la cumple Oliver: él fue el primer héroe moderno, y bajo su vigilancia y mirada se fue desarrollando todo el resto del universo superheróico. Incluso la aparición de personajes con poderes es posterior a su iniciación como Arrow.

El balance para este crossover es altamente positivo, sin duda alguna, y al menos desde mi lugar tengo pocas críticas que hacer. Soy, eso sí, poco exigente con los shows de Warner porque sé que es lo que me pueden dar, sé hasta dónde puedo presionar y cuáles son sus puntos fuertes y débiles, ya los tengo muy medidos, pero acá pusieron toda la carne al asador, sobre todo con los diálogos. Cisco mencionando a StrangerThings y a Spielberg, Felicity clavando un Best. Team up. Ever!, Barry diciéndole a Karavamos a ver quien puta es más rápido, guacha”, John Diggle que no para de asombrarse de cada cosa extraordinaria que sucede delante suyo, el incidente de UFOLOGÍA de Redmond, Oregon de 1959 puesto en la cronología de las series… Es evidente que la trama de la invasión daba para mucho más, e incluso con los aspectos que los productores expusieron de todos modos ocurren muchas cosas que no tienen sentido, como por ejemplo la muerte de un presidente que prácticamente pasa sin pena ni gloria, o el hecho de que Barry y Kara puedan recorrer el mundo a super-velocidad colocando diminutos aparatos en cada Dominator sobre la tierra, una acción que excede por muchos cuerpos el alcance de los poderes que les hemos visto a ambos, por no mencionar el hecho del tiempo que se pierde en tramas relacionadas con la interrelación entre los personajes que no hace avanzar el arco general y que, por momentos, hasta puede llegar a aburrir (el distanciamiento de Cisco con Barry, la negativa a aceptar los poderes nuevos de Wally por parte de su familia, la hija del profe Stein), pero con todo esto en contra, de todos modos el resultado es gratamente sorprendente, y el evento resulta, además de anecdótico, épico. Solo espero que esto no quede acá, y estos equipos estén ya afilando sus lápices para escribir algo que logre superar lo que acaban de concretar con éxito. Nos volvemos a leer este mismo jueves, acá en Tierra Freak.
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