En Japón hay una moda bastante extraña.
La idea es cada tanto agarrar algún hecho histórico o alguna novela famosa y transformarla en un manga o anime nuevo. Entre los casos más conocidos tenemos a Sengoku Basara, el popular juego de Playstation de peleas que usa como personajes a personas históricas reales e importantes del período Sengoku, y por otro lado para las damas tenemos a Hakuoki, un juego de citas en donde podés salir con cualquiera de los integrantes del Shinsengumi y tener un romance loco con vampiros incluídos.
Todas estas historias al ser adaptadas mezclan un poco de realidad con otro poco (mucho) de ficción. También tenemos otros mangas como el de Vagabond de Inoue Takehiko, donde esta vez tenemos parte ficción con parte adaptación de la novela Musashi escrita por Eiji Yoshikawa.
A algunos pueden no gustarle las versiones modernas de historias clásicas pero la realidad es que venden. Los diseños nuevos venden, el entorno nuevo vende y agregarle actualidad también vende.
Los japoneses lo saben y es por eso que Abe Miyuki aprovechó para crear Hakkenden, una nueva adaptación del cásico cuento de “Los ocho perros del este” con un toque de muchos nenes lindos que tienen poderes demoníacos.
La idea es cada tanto agarrar algún hecho histórico o alguna novela famosa y transformarla en un manga o anime nuevo. Entre los casos más conocidos tenemos a Sengoku Basara, el popular juego de Playstation de peleas que usa como personajes a personas históricas reales e importantes del período Sengoku, y por otro lado para las damas tenemos a Hakuoki, un juego de citas en donde podés salir con cualquiera de los integrantes del Shinsengumi y tener un romance loco con vampiros incluídos.
Todas estas historias al ser adaptadas mezclan un poco de realidad con otro poco (mucho) de ficción. También tenemos otros mangas como el de Vagabond de Inoue Takehiko, donde esta vez tenemos parte ficción con parte adaptación de la novela Musashi escrita por Eiji Yoshikawa.
A algunos pueden no gustarle las versiones modernas de historias clásicas pero la realidad es que venden. Los diseños nuevos venden, el entorno nuevo vende y agregarle actualidad también vende.
Los japoneses lo saben y es por eso que Abe Miyuki aprovechó para crear Hakkenden, una nueva adaptación del cásico cuento de “Los ocho perros del este” con un toque de muchos nenes lindos que tienen poderes demoníacos.
Hace cinco años estaba al borde luego de que su aldea fuera masacrada. Su mejor amigo estaba muerto, también su perro. Su pequeña mejor amiga, Hamaji, no dejaba de llorar pidiendo morirse junto a ellos para no quedarse sola. Entre tanta locura y hecatombe total, un tipo rubio vestido de blanco le preguntó si quería vivir. Pregunta bastante estúpida que ligó a Shino a su destino como portador de Murasame, un demonio que habita en su cuerpo y lo dota de poderes oscuros. Este bicho, que generalmente tiene la apariencia de un cuervo bocón, evita también que Shino envejezca porque antes de todo este incidente, él estaba a punto de morir por una fuerte enfermedad. El devolverle su edad actual de 18 años, provocaría que pudiera morir por su enfermedad.
El mejor amigo de Shino, Inukawa Sousuke, también comparte un destino similar. Al estar muerto, fue traído a la vida bajo el costo de compartir su cuerpo con el perro, Yoshino y ahora tiene la habilidad de transformarse en él. Bastante práctico cuando el baño está ocupado.
Aún con tanta drama, los tres vivieron durante mucho tiempo juntos en una iglesia de un pueblucho hasta que Hamaji fue secuestrada por la iglesia imperial que tiene mucho interés en obtener a Murasame. A pesar de saber lo peligroso que es para él, Shino acude al lugar donde tienen a su amiga para encontrarse que la está pasando bastante bien en la compañía de Osaki Kaname, uno de los miembros de las “Cuatro familias de la bestia secreta”.
Allí también está Satomi Rio, el rubio vestido de blanco que salvó a los tres amiguitos de la infancia de la muerte.
Satomi le exige a Shino que busque a los ocho portadores de unas piedritas en forma de bola como las que lleva él y Sousuke desde que nacieron. Estas piedritas tienen una inscripción que parece reflejar algo de la personalidad del portador y curiosamente, todos los que las poseen tienen en su apellido la palabra “Inu”. También todos ellos llevan una marca parecida a un tatuaje en alguna parte de su cuerpo pero claro, no podés andar inspeccionando a todos.
La trama aparte de su tema central tiene muchas historias sobre fantasmas, demonios y habla mucho de la sociedad y la moral al mejor estilo CLAMP.
Ahora Shino deberá ocultarse de otras potencias de la Iglesia Imperial al mismo tiempo que casualmente se irá encontrando con los otros portadores de las piedritas estas, sin saber quiénes son realmente ni qué conexión tienen entre ellos más allá de ser todas personas que alguna vez enfrentaron la muerte y volvieron de ella.
Abe Miyuki es una reconocida autora de BL, esos mangas donde los nenes son cariñosos con otros nenes. Ella ya está más que consagrada entre los amantes de este género y entre sus obras más conocidas está Komatta toki ni wa hoshi ni kike! y Super lovers, el manga que está dibujando actualmente junto al que encabeza la nota.
Hakkenden – Touhou Hakken Ibun (La extraña historia de los ocho perros del Este) está basado en la novela de Kyokutei Bakin; Nanso Satomi Hakkenden (La historia de los ocho héroes perro del Clan Satomi de Nanso) que fue escrita desde 1814 a 1842 dejando en total 106 volúmenes que encerraban su historia. Bakin renunció a su status de samurai para ser todo un escritor y escribió varias novelas además de esta. Durante sus últimos años, una ceguera le impidió continuar. Como su gran gesto, le dedicó sus últimos capítulos de esta historia a su nuera porque, si te sirve el chisme, tanto como su esposa e hijo fallecieron para cuando la concluyó.
La historia original se narra durante el período Sengoku y cuenta sobre ocho medio hermanos todos con la palabra Inu (perro) en sus apellidos. La base de esta historia se centra en los valores, la lealtad y el honor. Y no es otra historia de nenes que sólo son cariñosos entre ellos.
Esta novela tuvo muchas adaptaciones en varios formatos hasta que Abe Miyuki comenzó su versión con pequeños tintes homoeróticos y se publica actualmente en la Asuka Ciel de Kadokawa Shoten (revista donde salen otros mangas de nenes con nenes como Sekaiichi Hatsukoi) y va recopilando al día de hoy 13 tomos.
En Octubre de 2011, todas las fangirls en el mundo gritaron con voz de china en medio del parto y se alegraron por la llegada de esta historia al anime. Su primera temporada se emitió desde enero del 2013 hasta marzo del mismo año para dejar abierto a su segunda temporada que empezó en Julio de este año y todavía sigue al aire. Estos 26 capítulos que componen el anime son creación del Studio Deen que le dieron vida a series yaoi como la ya mencionada Sekaiichi Hatsukoi y en el pasado se dedicaban a cosas más de macho como la serie de TV de Rurouni Kenshin.
Los dos openings “God FATE” y “wonder fang” que encabezan la serie están interpretados por Faylan, que musicalizó una apertura en Mirai Nikki y Carnival Phantasm entre otros, y el primer ending “String of Pain”, está interpretado por el seyiuu de Shino, Tetsuya Kakihara. En cuanto al segundo ending, lo canta Ceui que hizo un par de openings de unos anime que no le importan a nadie.
Además del mencionado Tetsuya Kakihara como la voz insoportable de Shino, tenemos otros actores que suenan más bonito como Satoshi Hino (Sai en Naruto, Akito en Bakuman) como Sousuke/Ao y Shinichiro Miki (Roy Mustang en FMA) como Dousetsu entre muchos otros hombres lindos.
Otras adaptaciones a manga de la historia de Bakin fue la de Tatsuya Egawa, creador de Golden Boy, que salió en el 2009 y tuvo una secuela en el 2010. El otro que comparte estilo con el manga de esta nota es el shoujo de Pinku Aomata que fue titulado simplemente “Hakkenden” y duró 15 tomos pero como sus personajes no tenían sexualidad dudosa no llegó a repercutir tanto. Salió en la revista Mystery DX (sí, con dos Y) de la misma editorial y con dibujos no tan lindos como los de Abe Miyuki.