El objetivo de esta reseña es dar un puntapié inicial a un análisis conciso y profundo sobre el cine de acción, pero para que este viaje sea distinto y entretenido, decidí comenzar por el final (?), y apoyarme más que nada en los actores, y partir desde ahí para poder abordar, a futuro, este género, que si bien técnicamente hablando no existe, y es ni más ni menos que una convención impuesta por la industria y el público, no cabe duda que tiene una fuerte presencia no solo en el medio sino también en el inconsciente colectivo. Anticipo que las siguientes reseñas advocadas a este tema estarán esparcidas de acá a fin de año, sin ningún tipo de periodicidad establecida pero con la promesa de completarlas antes de que finalice el 2013.
Luego de una debacle del género a finales de los ’90, producto quizás de la paulatina desaparición de aquellas estrellas del cine de acción que se hicieron millonarios gracias a la taquilla que cada uno de sus films conseguían (por supuesto todos sabemos que estoy hablando de Arnold, Bruce y Sly) y también, cómo no, por ser víctima este género de la exageración e inverosimilitud que se vivían en muchas de las escenas más explosivas [algo que ya criticaba tempranamente John McTiernan con su cinta Last Action Hero (1993)], cuando entramos en el Siglo XXI tres actores que comparten una característica capilar muy distintiva forman parte de una avanzada que acertadamente muchos denominan el nuevo cine de acción, y al día de hoy no estamos muy errados si los clasificamos como las estrellas del mismo. No conforme con eso, el año que viene por primera vez compartirán una cinta juntos, excusa más que suficiente para introducirnos en el mundo de este vertiginoso género y recorrer la trayectoria de Vin Diesel, Dwayne Johnson y Jason Statham, evitando aquellas películas que no clasifiquen como pochocleras.