Los Avengers se convirtieron en la franquicia más vendedora de Marvel. Brian Michael Bendis logró lo que Claremont con los mutantes décadas atrás: El suceso de ventas sostenido, la expansión del supergrupo y el efecto “derrame” sobre muchos de los integrantes del equipo. Sin embargo, recién después de su partida tras casi diez años en la “familia”, llega el verdadero éxito y la aprobación de la crítica, con Jonathan Hickman y Rick Remender a la cabeza.
Situación: Año 2004. Avengers, los heroes más poderosos del mundo, inmersos en una historia soporífera sobre los Invaders escrita por Chuck Austen. Los años de gloria de Busiek y Pérez habían pasado hacía demasiado tiempo; y lo de Geoff Johns, en su último trabajo para la casa de las ideas, no alcanzó a despegar. Brian Michael Bendis ya tenía un perfil alto dentro de la editorial, como uno de los mandamases de la línea Ultimate, ya con varios años de Ultimate Spider-Man y haciendo un tremendo laburo con el búlgaro Alex Maleev en Daredevil. “Tomá pibe, no me lo choques”, le dijeron.
Hay algo que hizo bien Bendis y fue cerrar una era de los Vengadores. En Avengers Disassembled se encarga de liberar personajes que eran, hasta entonces, los más representativos de aquel volumen. Vision, Hawkeye y la Scarlet Witch, preferidos de Busiek quedaron en un limbo extraño en el que mantuvieron gran relevancia pese a no aparecer por largos años, la Bruja con su “no more mutants” y el androide envuelto de refilón en una rara historia que involucró a un joven Kang en la recomendable Young Avengers. Lo del vengador púrpura fue drástico, innecesario y cayó para el culo en los fans. Golpe de efecto, nomás. Otra baja fue Thor, victima de un nuevo ragnarok que lo desapareció por largos años hasta que J. M. Straczynski lo trajo de vuelta y regresó a un estado de gloria similar a la de Simonson. La destrucción más simbólica sin duda fue la mansión, el punto de reunión, el cuartel de los Vengadores desde sus inicios, en ruinas y sin perspectivas de ser reconstruido. La misión estaba cumplida, fue el fin de una era.
Otra cosa fundamental: Wolverine y Spider-man de vengadores. Como Morrison en la JLA, cuando devolvió a los héroes más grandes del mundo a la formación, Bendis hizo lo propio en su título. Así las cosas, el grupo que se formó en las páginas de New Avengers consistía en Capitán América, Iron Man, Wolverine, Spider-man; un par de preferidos del pelado, Spider-Woman (Jessica Drew) y Luke Cage, a quienes ya había rescatado en Alias; y el Superman recuperado por Jenkins hacía un tiempo: Sentry. Un fulano con potencial para explotar y con el poder de sobra para integrar el line up y ocupar el lugar de Thor como fuerza de choque.
Después de eso, si me preguntan qué hizo bien Bendis para haber mantenido el barco a todo vapor, no sabría qué contestar. Buena parte del atractivo, además de ver funcionar al grupo fueron los artistas que tuvo, todos brindando un gran laburo: David Finch, Steve McNiven, Frank Cho, Mike Deodato, Olivier Coipel, Leinil Yu, Stuart Immonen, Alan Davis, todos dibujantes de buen o gran nivel y convocantes; los mega eventos anuales pasaron el foco de los mutantes a los Vengadores y también tuvieron una aceptable calidad. El punto de transición fue House of M, que mostraba la respuesta de Magneto a lo sucedido con su hija en Dissasembled. Una buena excusa para unir a los grupos más taquilleros de la editorial. Luego vinieron Civil War, Secret Invasion, Siege y Fear Itself, cada una de esas sagas abarcó varios números de las series vengadoras a modo de introducción primero y crossovers durante de cada macrosaga; y finalizadas, cada una, proveyeron de nuevos puntos de partida y status quo para que Bendis aprovechase: The Initiative, Dark Reign y la Heroic Age. Distintos momentos del 616 que mostraban que Marvel tenía todo bien craneado y el talento para llevarlo a cabo.
El éxito de New Avengers generó varios spin-off, algunos eran el típico grupo paralelo, como Mighty Avengers; otros proponían una vuelta de tuerca interesante, debido a los cambios de status quo (algunos, muy interesantes) que planteaban los maxi eventos/mandatos editoriales como Avengers: The Initiative tras la Civil War o el Dark Reign post Secret Invasion que dio pie a los Dark Avengers de Osborn; otros eran un concepto novedoso para el MU y tranquilamente podrían haber tenido otro título, pero sin duda que la marca Avengers les daría un empujón extra de ventas, como los Young Avengers. Otro caso de “pongamosle Avengers a todo lo que podamos”, son los Thunderbolts de Jeff Parker renombrados Dark Avengers a partir del #175. Lo que era un título al que le costaba arañar el top ten de ventas se transformó en el buque insignia de la editorial, una auténtica familia de títulos que desde hace años no baja de las cuatro o cinco series distintas y, previo al Marvel NOW! sostenía: Avengers, New Avengers, Secret Avengers, Avengers Academy y Dark Avengers.
Así y todo, me cuesta encontrar historias imperdibles de los Avengers. De los últimos diez años, lo mejor pasó por fuera de las manos de Bendis: 1) Young Avengers de Allan Heinberg, y su esperada continuación, la Children’s Crusade o la Civil War de Mark Millar. 2) De Bendis, recomendaría Dark Avengers, con un Osborn interesantísimo y la revelación de Victoria Hand, que en definitiva es una muy buena continuación de los Thunderbolts del gran Warren Ellis y el brasileño Mike Deodato, no casualmente el artista que también acompañó a BMB. 3) El concepto de los Illuminati, ese grupo secreto de los tipos más jodidos, poderosos e influyentes de la comunidad superheroica y no tanto del Marvel Universe es buenísimo, pero no se hizo demasiado con eso (hasta ahora). 4) Si tenés, como el pelado, debilidad por Jessica Jones, Luke Cage y Jessica Drew (Spider-Woman) también suma puntos esta etapa. De hecho, hay un backup en una Amazing Spider-man donde Peter y Jessica Jones tienen una conversación y está muy, muy bien. Pero si eso es lo que puedo destacar de Bendis en 10 años, la cosa no funcionó del todo. Probablemente porque las grandes historias que Bendis cocinaba en los Avengers se terminaron de publicar en eventos. A mi en particular, sacarle el título de maestro de las artes místicas al doctor Strange y pasárselo al Brother Voodoo por un rato, bleh... Buena parte de estos años, los Avengers peleaban entre sí (Post Civil War, The Initiative) o peleaban contra un maloso si no los corrían los Avengers de Osborn (Dark Reign). La Heroic Age y todo ese rollo de Fear Itself con los martillos y Sin, la hija del Red Skull (claramente lo de Ed Brubaker no es contar ese tipo de historias, grandes) me aburrió. La serie que se había ganado mi corazoncito era Avengers Academy, con Christos Gage (Avengers: The Initiative) y Mike McKone (Teen Titans), contando la historia de unos pibitos elegidos por los Avengers para ser entrenados y poder ser la próxima generación de superhéroes, reclutados, principalmente, para tratar de evitar que se conviertan en peligrosos villanos. Lindo. Respecto a Bendis, la magia (?) venía diluyéndose hacía rato.
A mediados de 2011 DC anunció que reseteaba el universo (again) y TODOS sus títulos arrancaban de cero (no tan cierto) y con nuevos #1. Series emblemáticas como Action y Detective Comics caían en la volteada. La apuesta era fuerte y la reacción de los fans no tenía media tintas: o te emocionaba el Batman de Snyder o puteabas el Hawk & Dove de Rob Liefeld; o pensabas que por fin ibas a entender el DCU, o te cortabas las venas con las grapas de una Flashpoint #5 por perder TU universo. Barry, pelotudo. ¿Qué hiciste?
Fue un bombazo. DC se llenó los bolsillos y el reinado del mal de Dan Didio se aseguró varios años más de continuidad. DC le arrebató varios lugares del top ten de ventas y, peor y más preocupante para Marvel, le empezó a comer parte de la torta del mercado.
Lo que viene haciendo Marvel hace tiempo, para llevarse buena parte de esa torta de guita, que implica vender el mayor porcentaje de volumen en dólares (no revistas), es sacar más de doce números por año de las series más taquilleras. Se sabe que Amazing es bimensual hace años, pero títulos como Daredevil. Wolverine and The X-Men, X-Factor, Avengers o Fantastic Four también lo hacen varias veces al año. Esto les sirve, si seguis cualquier título, no vas a dejar de comprar un número porque salieron dos al mes, entonces al año terminás comprando 15, o 16 en vez de 12. Multiplicalo por miles, por varios dólares. Tenés una linda diferencia. Pero además de esto, y en respuesta a la movida del New 52, la editorial que tiene a Axel Alonso como editor en jefe largó la iniciativa de Marvel NOW!. Si tiene un #1 en la tapa, vende más, así que eso hizo Marvel: muchos de esos unos bien grandes en las portadas y cambios de equipos creativos: Además de Bendis, varios eran los escritores que llevaban años trabajando en otras series. Matt Fraction en Iron Man, Jonathan Hickman en Fantastic Four, Rick Remender en Uncanny X-Force, Jason Aaron en Wolverine...
Bendis se pasó al bando mutante. Al frente de dos títulos, All New X-Men y Uncanny X-Men es el encargado de devolver el mojo que él mismo robó para los Avengers. Los mutantes siguen siendo fuertes, pero su estrella quedó eclipsada por la fuerte presencia del Cap, Iron Man, Thor y compañía. Veremos como le va.
So... En Avengers, para esta nueva etapa tenemos:
Uncanny Avengers de Rick Remender y Cassaday. Obviamente no voy a spoilear nada, pero los
pocos números demuestran que Remender sigue en gran forma (lo que está haciendo en Captain America no me sedujo aun) y muchas de las cosas que hizo en Uncanny X-Force (excelente serie) no fueron casualidad. Rogue y Havoc funcionan como Vengadores y... Volvieron los 90s, vieja. Y vivan los viajes en el tiempo!!!!. Son mi debilidad desde 1985. O 1955... O 1885. Bueno, me acuerdo de un reloj y un rayo..
pocos números demuestran que Remender sigue en gran forma (lo que está haciendo en Captain America no me sedujo aun) y muchas de las cosas que hizo en Uncanny X-Force (excelente serie) no fueron casualidad. Rogue y Havoc funcionan como Vengadores y... Volvieron los 90s, vieja. Y vivan los viajes en el tiempo!!!!. Son mi debilidad desde 1985. O 1955... O 1885. Bueno, me acuerdo de un reloj y un rayo..
Avengers de Jonathan Hickman. Acá, sin las demoras de un Cassaday haragán, la serie le sacó como 4 números de ventaja a Uncanny. Con dibujos de Jerome Opeña (Uncanny X-Force) o Adam Kubert, las ideas cósmicas de Hickman, se lucen de diez. ¿Qué podés esperar de esta serie? Si leiste Fantastic Four o SHIELD de Hickman (y también te recomiendo The Manhattan Projects de Image), sabés. Esto se lee tan fresco como resultó The Authority con Warren Ellis; y creo que Hickman tiene varios de los trucos del inglés boca sucia. Este título tiene MUCHO que ver con...
New Avengers de Hickman y Steve Epting. Esta es la papa. Acá cuecen las habas (?) los Illuminati de Bendis. Claro que sin el Profesor X. Pero dejó reemplazo y además pintó el Capitán América. Esta gente no conforma una sociedad, varios son amigos entre sí, pero no todos. Esto es una alianza obligada. Eventos ocurridos en Avengers Versus X-Men hacen que tipos como Namor caigan más desagradable que lo habitual. ¿Qué podría ocurrir para obligar a estos tipos a juntarse, una vez más, a planear el destino del mundo, a tomar decisiones que no querrían acordar con nadie más? Avengers y New Avengers se pueden leer por separado, pero si te llevás la hamburguesa y la gaseosa, llevate las papas también.
Secret Avengers de Nick Spencer y Luke Ross. Esta la más difícil de contar porque sólo van dos números. Acá mandan Maria Hill y el Nick Fury negro del 616, el hijo del Nick Fury posta. el de Steranko y chapa infinita. De momento aparecieron Black Widow, Hawkeye y el Taskmaster. Me gustó mucho lo que hizo Spencer en DC con los THUNDER Agents, y creo que la cosa viene por ese lado. Conspiraciones, tiros, cosha golda y un buen manejo de thriller político. Más Matt Fraction que Brubaker. Para el tono que siempre quiso imponer la serie con este título, puede andar.
Avengers Assemble es la resaca. Para caer en un lugar común, tengo que decir que es la excepción que confirma la regla. El por qué de esta nota es decir “Los Avengers están pasando por un buen momento! Equipos creativos del carajo que funcionan y cuentan historias copadas!!! Por fin!!!”. Bueno, esto no pasa acá. Resulta que esta serie se lanzó para cuando salió la película, con la formación tal cual la peli. Hulk verde y todo. Peeeeero... ¡No sé por qué no la cancelaron después que la dejó Bendis! En fin... “Puede fallar”, dijo Juan José del Pozo.
Otros títulos que pertenecen a la familia, más por apellido que por sangre son: Young Avengers de Kieron Gillen y Jamie McKelvie (el #1, un cliffhanger de la puta madre, muy cebador) y Avengers Arena de Dennis Hopeless y Kev Walker. Las dos son series de pibitos. Arena es Battle Royale con los pibitos del MU, algunos conocidos, como los Runaways Chase, Nico y Juston; o los de Avengers Academy, Hazmat, Mettle y Reptil; están X-23 (el clon con tetitas de Wolverine), Darkhawk y varios carne de cañón nuevos e interesantes. Deathlockette, mi preferida. La premisa: lo dicho, Batlle Royale. Arcade, el villano pedorro de los X-Men ahora es groso, sí, olvidate. Los metió a todos en una isla y se tienen que matar entre sí porque está aburrido. Así y todo, la cosa es entretenida, no por el plot que es una boludez, sino por el desarrollo de personajes, principalmente los desconocidos. De Young, no puedo dar ningun veredicto, pues sólo hay dos números, muy interesantes y bastante comprimidos, de esos que las 22 páginas parecen más y están bien aprovechadas; pero como todo grupo nuevo la serie está en esa etapa en la que se van juntando todos de a poquito. Aun así, tienen todo el crédito abierto y además Loki prepuber garpa.
Por todo esto, es un gran momento para Marvel y es un buen momento para unirse a los Vengadores; si Sunspot puede, ¿cómo no vamos a poder nosotros?.