miércoles, 29 de octubre de 2014

Fans Creativos - El Gabinete del Dr. Morholt.



Una de las características que podemos decir que define al nerdo es el disfrutar de una gran imaginación. Sea para aceptar que un alien de un planeta muerto puede volar gracias a la radiación de nuestro sol amarillo o que existen robots inteligentes del espacio exterior que pueden cambiar de forma para ser los más maravillosos automóviles.


Y otra de las características que define al nerdo es la de fanatizarse con esas historias de fantasía. Porque no es suficiente con leer todos los libros que escribió Tolkien, sino que es necesario saber la línea de sangre de Fëanor, el elfo creador de los Silmarils, así como no es suficiente haber visto todas las películas de Star Wars, sino que el nerdo es capaz de discutir sobre la diferencia estructural de un TIE Fighter y un TIE Bomber.

Pero ciertas veces el nerdo puede conjugar esas dos características con una nueva, una que lo va a llevar a un nuevo nivel de fanatismo… la creatividad.

Y es así que el nerdo creativo deja de ser sólo un consumidor de esas historias y pasa a ser un creador, uno que cree que puede sumar algo al universo que tantas alegrías le ha dado.

Es entonces cuando tímidamente se anima a escribir una historia poniendo a esos personajes que tanto disfruta en situaciones que nunca vivieron, o poner en sus labios esos diálogos que siempre quiso que pronunciaran. Pero como también está orgulloso de esa ampliación que acaba de crear, lo muestra, primero a sus amigos quienes seguramente lo inciten a mostrarlo a otros. Y qué mejor lugar para mostrar algo a todo el mundo que la gran red de redes.

Fue así que en los comienzos de internet, junto con la pornografía que siempre estuvo y siempre estará, los primeros fanáticos que se animaban a crear páginas web publicaban imágenes, algún que otro texto informativo, pero principalmente esas ficciones de fanáticos, o como se le dice regularmente “fanfics”.

 Pensemos que durante los principios de internet los productos culturales que más masivamente se consumían eran las series de televisión que se emitían en ese momento, por lo que sólo era cuestión de abrir el Netscape, entrar al buscador Lycos y escribir “fanfics” para que salieran cientos de webs con un diseño espantoso, pero con un montón de relatos sobre X-Files, Star Trek y la siempre presente Star Wars.

Y como sigue pasando hasta el día de hoy, donde gozamos y sufrimos de la hiperconectividad y la sobrecarga de información, no todo lo publicado era bueno… digamos la verdad, sólo un pequeño porcentaje era potable. Para encontrar cosas buenas tenías que navegar largo rato esperando que tu modem de 28.8 Kbps no muriera en el intento, pero cuando por fin lo encontrabas era toda una delicia para el corazoncito nerdo.

Todo esto parece muy antiguo y de épocas remotas, pero hay un ejemplo de fanfics muy anterior, específicamente a mediados del siglo XX, cuando escritores de la talla de Robert Bloch, August Derleth, Robert E. Howard, Frank Belknap Long y Clark Ashton Smith, formaron el “Círculo Lovecraft”. Estos escritores le mandaban cartas al recluido Howard Phillips hablando de cuánto les gustaban sus cuentos y en ese ida y vuelta de cartas entablaron una amistad que llevó a que ellos metieran conceptos y personajes de los cuentos de Lovecraft en sus propios escritos. Fue así que nacieron los “Mitos de Cthulhu” que hasta perduraron luego de la muerte del atormentado Howard.

Respetando esa tradición, hace unos meses conté las actividades de la “H.P. Lovecraft Historical Society” y dos de sus películas. Porque si hay algo que nos regaló la gran democratización de la tecnología (un término que repito mucho, pero que para mi es apasionante) es que los “fanfics”, hace un largo tiempo, evolucionaran a “fanfilms”.

Porque ahora es más simple realizar una película y no es privativo de los grandes estudios de Hollywood, sólo hay que tener creatividad.

Es así que pudimos deleitarnos en 2003 con uno de los más hermosos Batman de toda la historia audiovisual en el corto “Batman Dead End” de Sandy Collora o tres años antes nos dimos cuenta que no sólo en “Star Wars: Episode I” había buenas peleas de sables de luz, porque en “A Question of Faith” de Jason Alexander las peleas tenían unas coreografías impresionantes (con un sonido espantoso, pero bueno, es comprensible).

Pero la cosa no queda ahí, porque no son sólo pequeños cortometrajes los que se filman, sino películas o series enteras.

Y una vez que se empieza a navegar el mundo de los fanfilms es un vicio muy complicado, porque, como pasa con los fanfics, hay mucho y no todo es de calidad.

Quizás por eso desde el año 2002 existen los premios “Official Star Wars Fan Films” que durante 10 años otorgaron las empresas LucasFilms y AtomFilms, con más de 7 categorías que por ejemplo incluían Mejor Comedia, Mejor Animación, Mejor Concepto Original y hasta uno especial que lo seleccionaba el mismo George Lucas.

Estos premios se descontinuaron en 2011, pero Disney ya anunció que ahora que es dueña de la empresa los premios no sólo van a volver, sino que los ganadores van a ser exhibidos en la “Star Wars Celebration” que se realizará en 2015.

Obviamente esto es sólo para fanfilms de StarWars, para el resto de los mundos de fantasía podemos navegar infinitamente youtube (con el riesgo de terminar viendo videos de gatitos queriendo atrapar un puntero laser) o entrar directamente a www.fanfilms.net, un repositorio de, a la fecha, más de 2600 fanfilms de lo más variados.

El tema con estas producciones independientes es que, por una cuestión legal, no pueden hacerse con ánimo de lucro. Ninguna compañía dueña de los derechos de ninguno de estos mundos de fantasía va a permitir que se estrenen a nivel comercial productos que, muchas veces, rivalizan con el producto original o directamente aparecen para ocupar el espacio vacío que los grandes estudios no llenan con historias oficiales.

Un ejemplo de esto fue la serie “Star Trek: Hidden Frontier” que tuvo 50 episodios y se emitió online del 2000 al 2007, cuando ya no había ninguna serie oficial del universo trekker porque “Star Trek: Enterprise” había terminado en 2005.

Específicamente en el mundo Trekker hay muchos fanfilms, a veces con actores de las series originales y hasta dirigidos por gente que laburó en los productos oficiales de Paramount.

La película “Star Trek: of Gods and Men” del 2007 no sólo está dirigida por Tim Russ (Tuvok en “ST: Voyager”) sino que además está protagonizada por Nichelle Nichols, Walter Koenig (Uhura y Chekov en la serie original) y otros tantos actores de las distintas series trekkers. Y este no es el único proyecto que dirigió Russ ya que este año lanzó el piloto de una nueva serie “fanfilm” llamada “Star Trek: Renegades” que cuenta con una producción interesantísima y en la cual actúan varios conocidos para cualquier fan de la saga.

Como para ver la calidad que pueden tener estos proyectos, hace unas semanas terminó la campaña de financiamiento colectivo para una película llamada “Star Trek: Axanar” que será protagonizada por el gran Tony Todd (Candyman, para quienes no lo conocen), Kate Vernon (mamá cylon de “Battlestar Galactica”) y Richard Hatch (el Apolo de la Galactica original).

Para fondear esta película pedían sólo 100 mil dólares y terminaron recaudando más de 630.000. Y pudieron hacerlo gracias al increíble tráiler “Prelude to Axanar” que rivaliza en calidad con las últimas películas de J.J. Abrams (de las que ya sabemos, no soy fan).

Pero momento, porque no todo es ciencia ficción en los fanfilms. Los fanáticos de la obra de J.R.R. Tolkien también han generado grandes producciones que son dignas de nombrar.

De la larga lista se destacan “The Hunt for Gollum”, que se estrenó en la web en 2009 y tardó dos años en producirse y “Born of Hope”, que es del mismo año, pero que tardó 3 años en terminarse. En las dos la producción, los escenarios y el arte pueden confundirse con la trilogía de Peter Jackson (entendiendo la diferencia de presupuestos, ya que la primera costó sólo 3 mil libras y la segunda 25 mil).

El género superheroico no quedó relegado a la obra de Collora. Muchos comiqueros filman las historias que siempre quisieron ver, como por ejemplo “Superman Requiem” de Gene Fallaize que se estrenó en 2011 o la serie “Nightwing” cuyo primer capítulo salió publicado en youtube hace pocas semanas y que promete mucho. Tranquilos marvelitas, que también hay mucho, pero se destacan el corto “Deadpool” de Matyas Vertesi y la película “Spiderman: Lost Cause” de Joey Lever, ambos de gran calidad.

Otro nicho de grandes fanfilms son los videojuegos, pero no voy a meterme en el área de SaKi porque acá toco de oído y podría hablar muchísimo pero sólo de los basados en la saga “S.T.A.L.K.E.R. Shadow of Chernobyl”.

Sólo es cuestión de buscar en la red para encontrar su videojuego adaptado y con calidades espectaculares.


Porque si hay algo que nos da internet es la posibilidad de encontrar eso que alguien del otro lado del mundo hizo y quiere compartir.

Y los nerdos que más quieren compartir son los creativos.
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