La historia de "La Marcha de los
Sueños".
Corría abril del año 2003 y estábamos en época
electoral, más específicamente a una semana de las elecciones a Presidente de
la Nación que ganara Carlos Saúl con tan poco margen que tuvo que ir a
ballotage con Néstor Carlos, para luego bajarse del mismo y dar comienzo a la
década kirchnerista.
Otro de los contendientes al cargo, y que
salió cuarto, fue Adolfo Rodríguez Saá, o "El Adolfo" como lo llaman
hasta el día de hoy.
En su equipo de prensa estaba Martín García, a
quien se le ocurrió una de las más extrañas piezas propagandísticas: una
historieta.
Es por eso que no parezca tan extraño que
siendo parte de la dirección creativa de la campaña se le haya ocurrido
encomendarles a artistas de la talla de Carlos Albiac, Carlos Pedrazzini, Angel
“Lito” Fernández y Luis García Durán (todos miembros de la Agrupación
Oesterheld, así como el mismo García) hacer una historieta con el candidato a
presidente como protagonista.
Según me pudo confirmar García, la decisión se
basó en que “no hacíamos campaña en televisión” y por eso lanzaron los casi 100
mil ejemplares que cubrieron todo el territorio nacional.
Pero lo más interesante es que Albiac no contó
una historia clásica de una persona normal, sino que, con dibujos de Pedrazzini
y Fernández a la altura de la circunstancias, se atrevió a plantear que
"el Adolfo" era una especie de héroe nacional que venía a pelear
contra "los gorilas".
Y la historia comienza con "el
Adolfo" contando que desciende directamente de "Lanza Seca", un
revolucionario de San Luis que mucho después termina siendo gobernador de la
provincia. Y habiendo puesto en claro esos orígenes, nos narra los hechos
ocurridos en la crisis del 2001, cuando todos se lavan las manos y en un arrebato
de heroísmo nacional le dice a unos asustados Reutemann y De La Sota "¡Yo
agarro esa brasa, compañeros! El país no puede quedar a la deriva" y se
hace cargo de la presidencia... por lo menos por una semana completa.
En la segunda historia de la revista ya
directamente el candidato nos habla sobre todo lo bueno que hizo durante sus
años como gobernador de San Luis y de nuevo nos cuenta qué hacía él mientras el
país se iba a pique en las manos de aquellos que querían rifarlo al mejor
postor o llevarse valijas atiborradas de dólares en vuelos clandestinos que
salían de Ezeiza hacia las Islas Caimán.
En esta segunda parte los dibujos son de “Lito”
Fernández (a pesar de no estar en los créditos, García me lo confirmó), y ese
estilo menos limpio y con muchos más trazos que el de Pedrazzini, hace que la
parte en que se nos cuenta la "caída en desgracia" del país y la
sociedad sea más espectacular y sombría.
En una entrevista por esos años, el fallecido
Albiac contó que hizo una gran investigación y habló con mucha gente que
"vivió aquellos momentos tan feos de la Argentina en diciembre de 2001 con
la renuncia de De la Rúa y la asunción de Ramón Puerta. Manejé una serie de
materiales con un poco de corazón y experiencia".
La idea de Martín García era intentar llevar
la historieta a personas no acostumbradas a ese lenguaje, pero el mismo Albiac
dejó muy claro que no quería que sea sólo un folleto cuando declaró a la prensa
en ese momento "con la distribución quiero ver de qué modo se hace para
que sea algo creativo, no quiero que sea un folleto más porque de eso ya
estamos llenos".
Por su parte, el dibujante Pedrazzini comentó
que "hubo una propuesta, en la que se presentó un concepto de una
situación y se desarrolló. A partir de ahí hicimos una trama en dos niveles, en
donde el pueblo está actuando, recibiendo golpes y otro con los actos que se
suceden hasta la presidencia de Rodríguez Saá".
Sin duda esta idea movió el avispero, ya que
los diarios del momento titularon "Las aventuras de Superadolfo" o
"Rodríguez Saá presenta su caricatura" o "Se viene el voto
superhéroe".
Y más allá de que sea una historieta de calidad
o no (eso queda en cada lector), cumplió su objetivo siendo algo nuevo, algo a
lo que el sistema no estaba acostumbrado, algo que hizo ruido... algo bien “peronista”.