jueves, 10 de mayo de 2018

Cobra Kai: regresa Karate Kid en forma de serie de T.V. - La Columna de Logan.




Es muy probable que la “moda” o “tendencia” de recuperar viejas glorias de cierto tipo de cine pasatista de los ’80 pero esta vez en forma de secuela televisiva tenga sus días contados… casi tan probable como que el género superheróico en el cine tenga una fecha de defunción cercana, a juzgar por la taquilla del último estreno de este sub-género, ¿no? Pero mientras eso no suceda, es más que evidente que vamos a seguir disfrutando de algunos productos que nos tocan la fibra nostálgica, algo que seguirá sucediendo mientras exista gente muy cercana a mi generación que de vez en cuando encuentre la forma de poder recuperar el espíritu de esa saga fílmica original con un par de nuevas ideas, adecuando el relato a los tiempos que corren sin traicionar la obra original, tal y como sucedió hace poco más de 3 años con Ashvs Evil Dead, serie que acaba de culminar hace apenas unos días.

Esta vez le tocó el turno a la saga de Karate Kid, clásica comedia dramática de artes marciales de los ’80 protagonizada por Ralph Macchio en el papel del protagonista Daniel LaRusso y Pat Morita como el Sensei japonés Mr. Miyagi, la cual ya había tenido una “remake” fílmica en el 2010 protagonizada por Jackie Chan, quien daba vida al Sensei Mr. Han, y Jaden Smith (el hijo de Will Smith) tomaba su lugar como el alumno que culpa del bullying acude al amigable vecino para aprender Kung-Fu. Ah, sí, se llama Karate Kid pero hacen Kung-Fu. Bueh… cosas que pasan. Sin embargo, y por suerte, esta secuela, que lleva por nombre Cobra Kai, sin faltarle el respeto en absolutamente ningún momento a la saga original, aborda el relato original desde una óptica absolutamente original e inesperada.



Strike First - Strike Hard - No Mercy


Hace un par de años, un usuario de youtube editó y levantó un video relacionado a la saga de Karate Kid que ofrecía una perspectiva radicalmente distinta a la que nos mostraron los realizadores originales de la saga. Este muchacho, J. Matthew Turner, en apenas 4 minutos sostenía a base de sólidas pruebas ofrecidas por el film iniciático de la saga que Daniel LaRusso era básicamente un sociópata violento que intentaba resolver cada conflicto con piñas y patadas incluso antes de que fuera agredido por su némesis en el primer film, Johnny Lawrence, caracterizado por William Zabka, un alumno de Karate del Dojo Cobra Kai regenteado por el severo Sensei John Kreese. En el video nos da vuelta la tortilla acerca de los eventos ocurridos sobre todo en el primer film, y nos permite reflexionar sobre el hecho de que siempre hay dos caras de la historia: la que cuenta la supuesta víctima pero también la que cuenta el potencial victimario.

Puede que los realizadores de la serie de Youtube Red Cobra Kai (Jon Hurwitz, Hayden Schlossberg, y Josh Heald) hayan tomado nota o no de este video, el cual por otro lado lejos está de ser algo “de culto” cuando ha superado las 8 millones y media de reproducciones, pero lo cierto es que el planteo iniciático del show que vuelve a traernos a estos dos personajes a la vida (Dani LaRusso y Johnny Lawrence) pretende que el espectador tome partida por ambos personajes, pero sobre todo se solidarice con la situación del rubio ya cuarentón Lawrence, al cual no le fue muy bien en la vida, en parte producto de haber perdido la final del All Valley Under-18 Karate Championship contra Daniel, y según él gracias a una “patada ilegal” (?)


Cobra Kai, la serie de Youtube, es entonces en parte eso: la oportunidad de reencontrarnos 34 años después de esa final con las vidas de Daniel y Johnny, y ver que hizo cada uno con ellas. En el caso del segundo, no puede más de deudas, abandonó completamente el Karate, tuvo alguna que otra mujer a su lado y con alguna de ellas clavó un pibe al cual nunca le dio la más mínima bola, y hoy por hoy vive limpiando tanques de agua e instalando plasmas en cases residenciales del “Valley”, en Los Angeles, California. El primero, en cambio, se convirtió en un empresario exitoso de L.A. llevando adelante un lucrativo negocio de concesionaria de autos, y vive cómodamente en una hermosa casa en las alturas de L.A. con su sexy esposa y dos hijos. También dejó de practicar Karate pero no se desentendió completamente del mismo, de hecho forma parte de la comisión que se encarga de llevar adelante todos los años el torneo anual que alguna vez lo tuvo como campeón y referente. Mr. Miyagi ya no se encuentra en su vida pero Daniel lo sigue visitando cada tanto para hablarle a su tumba, sobre todo cuando las cosas en su supuestamente perfecta vida se complican.
La forma en la que Johnny y Daniel se vuelven a reencontrar no se las voy a spoilear porque es muy divertida de vivir, pero evidentemente si existe esta serie es porque sus caminos se vuelven a cruzar, en parte porque un nuevo vecino de Johnny, Miguel Diaz, muy bien caracterizado por Xolo Maridueña, lo termina convenciendo de que necesita unas lecciones de Karate para que no le sigan haciendo Bullying en el colegio. Con un aporte interesado del padrastro, Johnny Lawrence alquila un local en un complejo y abre un Dojo, la resurrección del Cobra Kai, y toma a Miguel como su primer alumno. De ahí en adelante los hechos irán escalando en drama y emotividad hasta llegar al clímax de un nuevo torneo, para festejar justamente los 50 años de este evento anual, competencia que tendrá no solo un enorme valor nostálgico para los televidentes sino también toneladas de cargas emocionales para los involucrados por todos los elementos combinados que terminan afluyendo a ese día y esa celebración de Karate.

El Karate como forma de vida

Yo soy el primero en confesar que cuando vi el trailer de Cobra Kai no podía estar menos interesado. Sabía que dos de los tres productores venían del palo de la comedia americana más berreta y comercial, y si bien al día de hoy muchos actores y productores que tienen los mismos orígenes me han demostrado que pueden manejarse con otros espectros, el prejuicio sigue siendo fuerte.

La realidad es que productos como Cobra Kai no se ven todos los días. Lo que lograron Hurwitz, Schlossberg y Josh es prácticamente imposible. Presentaron una secuela super digna de la saga fílmica original que conserva todos los elementos característicos de la misma, tanto narrativos como de situación (e incluso mezclaron de forma muy natural y prolija pequeñas escenas que duran apenas unos segundos de las películas, y las hicieron convivir muy bien, cromáticamente hablando, con los eventos presentes), adecuaron los diálogos a las series modernas sin que por eso los personajes originales dejen de ser reconocibles, incorporaron un montón de elementos referenciales de la saga original y un puñado de elementos nuevos, pero cambiaron completamente la perspectiva inicial que el espectador tenía de los personajes y los hechos ocurridos, y nada de todo eso se siente forzado. Todo lo contrario, cada una de las situaciones, cuando vuelven a ser leídas con la óptica actual (generalmente el punto de vista de Johnny Lawrence), tienen mucho más sentido, y eso logra que, de repente y sin pensarlo demasiado, generemos mucha empatía con el ex-abusador y hasta nos cause un poco de lástima y pena la vida que decidió forjarse aquel joven y vigoroso Daniel LaRusso.

Más allá de las diferencias entre las actuaciones, el casting también es un enorme acierto por parte de la producción, y los actores elegidos, gracias a una ajustada escritura de diálogos, logran enlazar un relato muy humano, donde todos son culpables de alguna cagada, todos tienen un muerto en el ropero pero nada demasiado pesado como para que no pueda ser olvidado o perdonado. Y así y todo se las arreglan para que le trama se vaya complicando capítulo a capítulo, aún cuando muchos de los objetivos que se plantean algunos de los personajes terminan siendo concretados. 

Lo mejor de Cobra Kaies que los productores se las ingeniaron para crear una historia que es difícil de abandonar. Son solo 10 capítulos de 28 minutos promedio cada uno, y está todo editado y escrito de tal forma que es muy difícil bajarse en el 7mo u 8vo episodio y seguirla al otro día. Cada episodio es importante, en todos suceden muchas cosas, no hay un solo capítulo de relleno, y muchos de los personajes tienen enormes avances a lo largo de la historia. Y luego hay cuestiones meramente estéticas o narrativas que terminan siendo una marca registrada del producto en sí y que son un deleite, como por ejemplo la intro de cada capítulo.

Algo terriblemente negativo del show pero que no es privativo del mismo: las escenas del capítulo siguiente al final del mismo. Yo particularmente no entiendo cómo es que al día de hoy hay producciones que son entregadas de esta forma, o sea, en una plataforma on-line para poder ser consumidas de un saque, y aún se prenden de este recurso arcaico digno de una televisión que ya está casi muerta. Y dudo mucho esta decisión tenga que ver con respetar el espíritu “ochentoso” de la propuesta, y de ser así, peor todavía. A alguien en Youtube Red claramente le está faltando mucho criterio para saber qué cosas conservar y cuales volar de una patada en el orto cuando se trata de nostalgia.

Fuera de este detalle que mancha un poco el producto final, Cobra Kai es un digno show que por su naturaleza nostálgica y su temática puede ser disfrutado por un target enorme de público, y realmente me asombraría que no funcionara comercialmente. De ser así, algo está muy mal en este planeta. Nos leemos pronto, acá, en Tierra Freak.
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