Mi triunfal regreso a este sitio luego de unas forzadas vacaciones de 15 días disparadas por cuestiones técnicas (se me cagó la P.C., vieja) no podía darse con una entrada tibia, y siendo así, recupero un evento que se dio en el primer semestre de este año y que en su momento dejé pasar por una estupidez: no quería sentarme a escribir sobre el cierre de esta saga hasta no clavarme toda la serie completa nuevamente.
Por supuesto, con un extenso trabajo freelance a mis espaldas que estoy resolviendo en horas extras culpa de no contar con mi principal y única herramienta de trabajo durante casi 7 días, no estuve ni cerca de poder completar este objetivo autoimpuesto hace meses, pero lo que sí pude hacer es retomar esta última temporada y volver a deleitarme con la misma, para al menos este segmento tenerlo fresco para cumplir con la premisa de cebarlos con este show. Tantas vueltas para adentrarnos en el universo de Samurai Jack, la genial creación del también genio Genndy Tartakovsky, show que tuvo su esperado cierre, una vez más, en Cartoon Network, y no en el formato original que el ruso prometió sino –tanto mejor- en una última temporada de 10 tremendos, dramáticos e intensos capítulos que coronan con altura y exquisitez una saga inolvidable que forma parte de mi alma.
Born to be a Badass Samurai
Los lectores más despiertos se habrán percatado de que cuando mencioné a Tartakovsky en el párrafo inicial el mismo los llevaba a un link también de este sitio, dado que en mayo del 2013 le dediqué una entrada a este realizador que fue punta de lanza de toda una corriente dentro del medio que puso de cabeza todo lo que dábamos por seguro dentro de los cartoons para televisión.
Y si bien en dicha entrada le dedico unas líneas a una de sus producciones más recordadas, la hoy homenajeada Samurai Jack, no es requisito sine qua non leer la misma para poder disfrutar de la reseña del día de la fecha. Pero vamos a dejar un par de cosas claras: primero, olvídense de algún dejo de objetividad de mi parte a la hora de analizar este show y sobre todo esta magnífica 5ta temporada. Samurai Jack forma parte de mi ADN, estoy seteado para disfrutar de forma plena de una producción como esta. Si me preguntan a mí, Samurai Jack es todo lo que está bien en este mundo y es todo lo que necesito para vivir. Tiene todos los componentes que me gustan y disfruto mucho en series animadas para televisión, combinados de la mejor forma posible y ejecutados con mucha maestría por gente que sabe lo que hace y tiene un criterio estético y estilístico que está a años luz de la mayoría de los equipos creativos que se encargan de producciones análogas.
Lo segundo que quiero dejar claro es que si leyeron hace 4 años la entrada dedicada al Tarta y aún no se han acercado a alguna de sus producciones… algo estoy haciendo mal en este sitio. Ponele que no le hayan dado una oportunidad al Laboratorio de Dexter porque la consideraban muy vieja y demasiado infantil, lo entiendo, así como también voy a entender que no hayan visto sus Star Wars: Clone Wars porque forman parte de una franquicia que quizás no los estimula lo suficiente, y hasta les doy la razón en no haberle dado una oportunidad a su Sym-Bionic Titan. Hay varios motivos para no hacerlo: fue un fracaso y quedó trunca, el Tarta encima quedó re caliente con CN en ese momento por el poco apoyo que recibió, pero por sobre todas las cosas es una serie animada que mezcla animación tradicional con elementos y objetos modelados en 3D, algo que no siempre resulta bien, visualmente hablando.
Donde no puedo entenderlos es en no haberse acercado a Samurai Jack. No solo no existen motivos para mantener distancia de esta producción, que les quede claro a quienes no la vieron y no la conocen que se están perdiendo, quizás, la mejor serie de acción occidental animada para televisión de los últimos 15 años. La mejor. Samurai Jack es cosa seria, muchachos, no jodamos, y el motivo de este “regreso” y este cierre es porque el producto lo pedía a gritos y ameritaba encontrar la forma correcta de cerrar esta historia, redoblando la apuesta, manteniendo los cánones de calidad original e inclusive en muchos casos superándolos ampliamente. Y puse “occidental” solamente porque ignoro si existe algo oriental en el mismo período de tiempo que podamos ponerlo mano a mano con Samurai Jack. Lo dudo, pero dejo lugar a la duda en ese punto.
Y acá no estamos hablando de un ejército de animadores y una asquerosa infraestructura al servicio de un producto de altísima calidad visual gracias a los enormes costos de producción… no, estamos hablando de absolutamente todo lo contrario: el ahorro de recursos utilizados magistralmente para desarrollar una estética super personal y dotar al show de un clima único e indistinguible, todo con la única función de poder narrar una poderosa historia de la manera más impactante posible. Samurai Jack es la conclusión de años de experiencia de un equipo de personas que evidentemente son un prodigio dentro de este medio, y a la cabeza de todo este equipo está el Tarta, una persona con una visión única y una capacidad envidiable para hacer que cada una de las partes saque lo mejor de sí y colabore para sumar, desde su lugar, lo que haga falta para dotar a cada escena de una espectacularidad pasmosa.
Porque no conformes con tener unos diseños de personajes increíbles utilizando figuras geométricas angulares, filosas y super dinámicas, además la serie cuenta con unas paletas de colores perfectamente ajustadas al clima que tiene que generar cada cuadro. Y si eso no fuera suficiente la música, las voces y los sonidos terminan de cerrar un producto que no tiene un solo punto flojo. Uno solo.
El último viaje
Tantas flores desparramadas por encima de esta producción y aún no me he adentrado en lo que sucedió en esta 5ta y última temporada. Bueno, voy a confesarles algo: no pienso spoilearles demasiado sobre la misma. No quiero arruinarles la experiencia. Basta que sepan que Jack, el “Samurai” que titula el show es un joven príncipe de la Japón Feudal que, buscando vengar la muerte de su padre en manos del demonio Aku, desafía a este a un duelo, y en el mismo Aku, casi derrotado, utiliza la magia para abrir un portal y mandar al protagonista a un futuro apocalíptico donde el demonio logró gobernar la tierra, a la espera de acumular poder y destrezas para volver a enfrentar al Samurai cuando logre regresar a su tiempo. En este futuro distópico, por supuesto, el objetivo del Samurai es encontrar la forma de generar un portal para retornar a su tiempo, y en el camino demostrará no solo sus destrezas como luchador sino también su moral y su honor, inclinándose siempre por proteger y favorecer a los desvalidos, pobres y desamparados. Pero ese camino no será fácil porque esta tierra futurista es un completo desastre: es una dictadura a las órdenes de Aku, y en la misma se han rejuntado elementos de todos lados, desde criminales alienígenas que encontraron en este planeta un lugar donde poder desarrollar sus fechorías casi sin control hasta mitos, demonios y entidades celestiales que hacen de las suyas y oprimen a los débiles sin demasiados problemas. Durante 4 temporadas Jack intentará una y otra vez dar con algún portal que lo regrese a su tiempo, y Aku saboteará cada uno de esos intentos.
El comienzo de la 5ta temporada nos entrega un Jack que ha sobrevivido ni más ni menos que 50 años en este futuro distópico, y por un motivo que desconocemos no ha envejecido un solo día. Pero su aspecto de todos modos ha cambiado enormemente, y ahora, además de vestir una armadura feudal proto-robótica, montar una moto chopera y utilizar, entre otras cosas, armas de fuego, se ha dejado la barba y el pelo largo y desalineado. Es como un Mad Max Japonés que vaga por este planeta casi por ósmosis, ya que ha perdido su espada mágica y tiene la certeza de que absolutamente todos los portales que podían conducirlo a su tiempo fueron destruidos. Con su voluntad quebrada y su psiquis bastante alterada –lo suficiente como para tener constantemente alucinaciones de su familia, de él mismo e inclusive de víctimas de Aku que no pudo salvar-, de todos modos sus valores siguen vigentes y allá donde ve una injusticia arremete con una pericia sub-normal, una precisión de relojero Suizo y una fuerza devastadora.
En el apartado técnico, la 5ta entrega de Samurai Jack se hará cargo de la distancia que hay entre la finalización de la 4ta y el comienzo de esta (13 años, ni más ni menos, la 4ta finalizó el 25 de septiembre del 2004 y la 5ta comenzó el 11 de marzo del presente) pero no se correrá ni un ápice de la estética y el clima que tenía el show original, ni tampoco del tipo de animación utilizada. Hay, sobre todo en el primer capítulo, un par de detalles que es evidente fueron resueltos utilizando modelados en 3D, pero están puestos de forma tan sutil que apenas pueden ser percibidos por el ojo despierto, la transición entre los dos mundos está muy cuidada. Las paletas, una vez más, son un deleite, y en conjunción con las mismas es evidente la fuerza que tiene el story-board inicial para el planeamiento de la narrativa, porque los encuadres son una maravilla. Hay momentos donde parecemos ser testigos de viñetas extraídas de una historieta de autor, porque la conjunción de elementos componiendo la escena tiene una calidad tan alta que casi se nos figura inaudita para una serie de televisión. Los constantes juegos de contrastes entre planos y contra-planos, las decenas de composiciones simétricas, los juegos entre luces y sombras, las decisiones cromáticas tomadas, y el interminable e inagotable universo que rodea a Jack y que se sigue expandiendo episodio tras episodio hace que esta última temporada no solo sea un deleite y una caricia para el alma, te deja en un estado de éxtasis tal que te cuesta mucho no clavarte los 10 capítulos uno detrás de otro.
Samurai Jack es un producto adulto tan cerrado que termina equilibrando hacia arriba. Hay un manejo de silencios muy inteligente que también se me figura atípico dentro del medio, y no hace más que sumar al dramatismo y la excitación en momentos de tensión y acción. El show está perfectamente balanceado, y cuidado en absolutamente todas sus aristas, algo que quizás habíamos olvidado –o no estaba tan pulido 13 años atrás- pero este regreso con gloria nos lo vuelve a recordar. Esta saga épica fantástica llega a su capítulo final con la mejor de sus entregas, y nos recuerda a todos que no tenemos que conformarnos con la mediocridad promedio, porque hay equipos que dejan todo en la cancha y demuestran que todavía quedan historias geniales para contar, y todavía se pueden narrar con frescura, originalidad y exquisitez. Nos volvemos a leer muy pronto, aquí, en Tierra Freak.