Y finalmente llegó ese día, camaradas, colegas, fans, lectores, uno de los más importantes de este año, aquel en el cual aterriza en los cines de este país Captain America: Civil War, la decimotercer producción cinematográfica de Marvel Studios, y segunda secuela de nuestro soldado favorito, misma que se encarga de inaugurar la Fase 3 de esta multitudinaria saga editorial que nos viene manteniendo en vilo desde el 2008, un año que hoy por hoy parece haber quedado enterrado en la distancia por la cantidad de agua que ha pasado bajo el puente desde esa época, y sin embargo todo esto comenzó hace apenas 8 años.
Una vez más, la gente de Disney se ha portado de mil maravillas con nosotros y nos invitaron a participar de una función de prensa el martes pasado, razón por la cual hoy puedo ofrecerles esta entrada al unísono con el día del estreno del film en cuestión. Esta vez hemos tomado la decisión editorial de dividir la reseña en dos partes, una en la cual voy a explayarme en términos generales sobre esta nueva entrega sin spoilear nada que no hayamos visto en trailers, y luego aprieto el acelerador a fondo y avanzo sin asco sobre detalles de la trama que sería un inconveniente si lo leyera alguien que aún no disfrutó de esta película. Sin más, a los bifes… y esta vez, querido seguidor, hay piñas por todos lados.
La base está
Dudo alguno de los lectores habituales de este sitio se sorprenda si anuncio que Captain America: Civil War lleva ese título por un link directo a una saga publicada en papel bajo el sello editorial de Marvel Comics en el año 2006, escrita por Mark Millar y dibujada por Steve McNiven. Polémica, para variar, la decisión de Marvel Studios de titular esta 3er película del Capi así, máxime teniendo en cuenta que es un film de este personaje y no algún tipo de evento superheróico grupal y coral como lo son los estrenos de ambos films de los Avengers. Más polémico aún –al menos desde las redes sociales- es la incorporación de personajes que van a tomar partido por uno de los dos personajes cabeceras que marcan las dos líneas de pensamiento que dividen la corriente. Casi un año atrás, al término de Avengers: Age ofUlton (2015), Thor se despedía de Steve y Tony y viajaba en busca de más información acerca de las Infinity Stones (una de las cuales está en posesión de Vision incrustada en su frente), mientras que el paradero de Hulk/Banner luego de que decidiera alejarse del equipo en solitario a bordo de una aeronave era desconocido. Una de las últimas escenas de esta producción nos proporcionaba una idea de lo que sería la formación de unos posibles New Avengers: el Capi al mando, por supuesto, junto a Black Widow como su mano derecha, seguidos por Vision, Scarlet Witch, Falcon y War Machine. Clint Barton/Hawkeye también quedaba afuera de este nuevo emprendimiento, ya que se tomaba unas vacaciones para pasar más tiempo con su familia, teniendo en cuenta que había sido padre nuevamente. Con Nick Fury una vez más orquestando todo, al menos en números, estos New Avengers no se alejan demasiado de los Avengers originales que protagonizaron los dos films que llevan su nombre, exceptuando claro la escena final de la última entrega donde se suman el difunto Pietro, su hermana y Vision. Y si hablamos de poder, bueno: Iron Man es reemplazado por War Machine, y el lugar de Hulk y Thor, claramente dos personajes con una capacidad de fuego envidiable y una resistencia única, es ocupado por Vision y Wanda, que quizás no llegan al mismo nivel de poder pero bajo ningún punto de vista son personajes con habilidades despreciables. El lugar de Hawkeye es ocupado por Falcon, no sé si ahí se gana con afano pero el grone al menos vuela, amigo. Cof cof.
Pero volviendo al comic que proporcionó un nombre a este film, y sobre todo a la polémica generada en la web por una traslación quizás pobre y carente de muchos de los elementos distintivos de la saga en papel, hay una realidad y es que lo que realmente importa de Civil War, el comic, es un cambio de status quo en el universo superheróico de la editorial, dictado por la imposición por parte del gobierno norteamericano de una Superhuman Registration Act, o sea, un acta de registro de super-héroes, la cual obligaba a cada personaje a revelar su identidad, y además los invitaba a formar parte de grupos para-militares recibiendo órdenes del estado, entrenados para tal fin, asistiendo a S.H.I.E.L.D. o a otros organismos dependientes del gobierno en misiones específicas que podían o no responder a intereses mutuos entre la comunidad super-heroica y las instituciones gubernamentales.
Este hecho, que lejos está de ser algo “sin precedentes” en esta editorial (los mutantes vienen lidiando con este tema desde mediados de los ’80, e incluso Singer incluyó algunos detalles de esas tramas en ambos films iniciáticos producidos por FOX), dividió a casi toda la comunidad super-heroica, la cual podía acceder a estas demandas y sumarse al equipo de Tony Stark y Reed Richards, dos de los cerebros detrás de esta operación, o convertirse en unos prófugos y ser tildados de vigilantes enmascarados, ingresando al subterfugio de la resistencia organizada y liderada por Steve Rogers, quien se niega a que sus camaradas pongan en riesgo a sus familias y afectos por tener que revelar sus identidades, pero sobre todo defiende la libertad que debería tener cada Héroe para poder elegir en qué tipo de actividades involucrarse, y no ser un perrito faldero del gobierno funcional a los intereses del mismo. Tanto en el comic como en la película es muy difícil no tomar partido por la insurrección del Capi y su equipo, ya que aún siendo coherentes y sopesando los riesgos que conlleva para la población civil el accionar indiscriminado de poderosos personajes que muchas veces actúan sin mediar las consecuencias, de todos modos la opción que ofrece el gobierno se pasa de retrógrada y facha, y además no garantiza a futuro otros tremendos incidentes que arrastren víctimas inocentes.
Millar no hizo un esfuerzo muy grande por ofrecer dos posturas contrapuestas pero que generen un debate sólido donde se pueda argumentar a favor de ambas partes, y no sé hasta que punto hubo intención de hacer algo así. Millar, como autor, siempre disfruta de escribir guiones donde demuestra el lado más fascista del estado, y ni hablar de su postura política y sus comentarios en blogs y redes sociales.
¿Cuánto de todo esto pudo ser trasladado a la cinta que nos ofrecen los hermanos Anthony y Joe Russo el día de hoy? A ver, primero, vamos a desenmascarar una exageración popular: Civil War, la saga en papel, no dividió a la totalidad de los personajes superheróicos de Marvel Comics. Al próximo que le escuche decir eso le meto un bife, así, sin anestesia. Basta. La casi totalidad de los mutantes quedaron fuera de este embrollo, y eso representa casi el 40% de los personajes más populares de la editorial, sino más. Dejen de afanar por dos años, se los pido por favor, ¿si? Dale. Sí, están Wolverine, y Namor, y Bishop y algún otro mutante que se me está escapando, pero no mucho más. Sumado a eso, Thor y Hulk, como también sucede en el film, quedaron fuera de la contienda.
Hay un clon de Thor que es bastante jodido y termina matando a un personaje importante, pero Hulk está en otro planeta en ese momento. Y luego, en los conflictos que se ven en el comic central, faltan un montón de personajes que indirectamente en los spin-off tomaron partido por uno u otro lado, en sus propias series, pero que en la saga madre no figuran ni con un mísero cameo para la foto que le mandan a la vieja por wasap. Está el temita de Spider-Man, claro, que no es menor, tiene una relevancia enorme en la saga, lo mismo para Punisher, dos personajes que, hoy, sabemos que Marvel Studios ya ha adaptado (uno de ellos, Spidey, hace su primer aparición en el film que hoy reseño), pero que definitivamente no van a formar parte del conflicto cinematográfico, o al menos no de la manera en la que lo hicieron en el papel, no con esos mismos roles.
Pero lo importante de la saga original del 2006, vuelvo a repetir, es el cambio de status quo, y sobre todo la enemistad que se genera entre dos compañeros de armas que la vienen peleando codo a codo desde el primer número del comic de los Avengers. Esos, y no otros, son los puntos fundamentales sobre los que los guionistas Christopher Markus y Stephen McFeely tenían que avanzar, esos y el rol del gobierno en todo el conflicto. ¿Lo hicieron?
Pecados del pasado
¿Quién de todos nosotros no gritó “Civil War” al final de Iron Man (2008), cuando Tony Stark se prepara para dar un discurso escrito por S.H.I.E.L.D. en el cual tenía que mencionar que las maniobras del misterioso hombre de hierro fueron ejecutadas por un guardaespaldas personal y en vez de eso dice “The truth is... I am Iron Man”? Amén de que en realidad eso apenas era un guiño simpático a esta saga, y cabe la posibilidad de que en ese momento Kevin Feige y el resto de los artífices de la continuidad de la saga Marvel Studios ni siquiera tuvieran pensado que 8 años después iban a estrenar el film que hoy referencio, ¿no les parece absolutamente maravilloso que justamente sea Tony Stark quien anticipara ni más ni menos que su propia postura durante este conflicto? Hay algo de casualidad en todo esto, pero también de causalidad.
Los antecedentes de ambos personajes, Steve Rogers y Tony Stark, para las posturas que deciden tomar durante esta contienda están desparramados de manera magistral y muy puntual a lo largo de la saga fílmica, y son esos detalles los que terminan por dar coherencia al relato. Por ejemplo, el Capi siempre se mostró reacio a recibir órdenes de S.H.I.E.L.D., ya que, aún siendo un soldado y teniendo el entrenamiento y la programación neurológica para acatar consignas sin chistar, es lo suficientemente despierto y tiene la entereza moral y ética como para cuestionar y preguntar antes de obedecer. Lo vimos en la 1er Avengers (2012) cuando comienza a investigar las utilidades que S.H.I.E.L.D. piensa darle al Tesseract y termina descubriendo que querían explotarlo para desarrollar algún tipo de arma de destrucción masiva. Lo volvimos a ver en la misma actitud en la secuela de su película en solitario, Captain America: The Winter Soldier (2014), cuando le cuestiona a Nick Fury el desarrollo de los helicarriers para ataques preventivos. En esa misma película, una vez más enfrentando a Nick Fury, es el Capi quien le dice que S.H.I.E.L.D. está completamente comprometido, así que si van a abordar una solución, la misma incluye acabar con todo el organismo. Y al final de dicha cinta, la cual también está dirigida por los hermanos Russo, una vez más sin notificar a ninguna autoridad, son él y Falcon los que comienzan la búsqueda del Winter Soldier, no necesariamente para capturarlo y entregarlo a las autoridades sino más bien para reencaminarlo y recuperar a su amigo.
Por el lado de Tony Stark, comienza sus aventuras en solitario dueño de una empresa que manufactura armamento militar y cierra contratos millonarios con el gobierno. Ok, esto se da producto de un emporio industrial que hereda de su padre (otro colaborador activo del estado), pero eso no quita la familiaridad de la relación que Tony y su empresa mantienen con el holding militar, misma que luego se va a trasladar a su relación con S.H.I.E.L.D., y que a lo largo de sus aventuras en solitario pocas veces se ve afectada. De hecho, cuando S.H.I.E.L.D. se derrumba, Tony hereda uno de sus empleados, Maria Hill, la cual, como hemos visto en la serie televisiva de esta agrupación, siguió colaborando con este departamento que depende del gobierno, y hasta funcionó como enlace entre ellos y los Avengers para dar pie a la primer misión que tienen en Age of Ultron.
Las fisuras entre Tony y Steve se comenzaron a visualizar el año pasado, justamente en esta 2da producción que reunía a los Héroes más poderosos de la Tierra, y el momento en el que más se evidencia la misma es cuando nuestro polémico millonario en un arranque megalómano casi sin precedentes intenta activar a Vision. De hecho, ahí tuvimos un primer “enfrentamiento” entre los Avengers, con poderes y todo, y, oh casualidad, los bandos que quedaron armados por quienes protagonizan esa escena se respetaron bastante en la actual Civil War: el Capi, Pietro y Wanda contra Tony, Banner y… bueno, Hawkeye y Thor que se dejaron llevar por la emoción del momento.
Captain America: Civil War retoma a parte de esos New Avengers que describí más arriba y los ubica en una misión en un país africano que termina teniendo consecuencias nefastas para la población civil, muy parecido al incidente ocurrido en Stamford, Connecticut en el comic. Esto lleva a que 117 naciones a través de la O.N.U. y por intermedio del secretario de estado Thaddeus Ross, exijan a los Avengers que firmen un acta de supervisión para ponerse en la mira de esta institución internacional, para colaborar con ella y para actuar de manera responsable. Steve Rogers entiende que si firman, abandonan la posibilidad de poder actuar utilizando el criterio propio, y comienzan a trabajar en una única agenda conjunta con la O.N.U., algo que no necesariamente le parece errado pero sí cuando es la única opción.
¿Es esta película una excusa barata para poder enfrentar a los Avengers y darnos preciosos minutos de épicas escenas de acción? No, pero sin embargo hay ciertos momentos en el film en la que algunas posturas se sienten forzadas y algunos argumentos muy flojos. Por ejemplo, y sin spoilear absolutamente nada de esta producción, cuando los Avengers parten hacia la misión final en Sokovia el Capi es muy claro en sus directivas y en la forma en la que tienen que abordar esa problemática: la población civil tiene que ser salvaguardada cueste lo que cueste. Y gran parte del drama de toda esa escena final recae en nuestros héroes combatiendo cloncitos de Ultron mientras rescatan personas. Sin ir más lejos, Pietro sacrifica su vida para proteger a un niño que quedó retrasado y se separó de su madre, así que no solo los Avengers hicieron todo lo super-humanamente posible para proteger civiles, se sacrificaron por ellos. El mismo caso se aplica para la batalla en New York contra los Chitauri, Whedon en ambas escenas finales nos dejó muy claro que la prioridad para los protagonistas del film era rescatar a los civiles. Ambos desastres son mencionados en el film y expuestos como argumentos para sostener la creación del acta, y ninguno de los Avengers presentes utiliza esto que acabo de mencionar para contrarrestar las acusaciones.
En todo caso, ¡el que necesita que lo supervisen todo el tiempo porque tiene recursos casi ilimitados y aires de megalómano al punto tal que terminó creando una A.I. psicópata que casi destruye la tierra es Tony Stark!
Pero bueno, un elemento que termina perjudicando al Capi y su equipo es la aparición del Winter Soldier y su posible vinculación con un accionar terrorista. Ahí los guionistas del film vuelven al papel y una vez más avanzan sobre guiones escritos por Ed Brubaker para el título del Capi, y casi podríamos decir que en algún punto terminan cerrando este sub-plot. Como habrán visto en los trailers, hay al menos tres nuevos Héroes que se suman a la contienda: Black Panther, Ant-Man y Spider-Man. Técnicamente Ant-Man no es nuevo ya que el año pasado tuvo por fin su propio film, pero el único Avenger con el que se había cruzado hasta el momento era Falcon, aquí lo vemos trabajando en equipo codo a codo con los insurrectos acólitos del Capi. T'Challa y Peter en cambio, al menos en un primer momento responden a las directivas de Iron Man. ¡Epa!
Captain America: Civil War es una cinta enorme, gigantesca, repleta de sorpresas y guiños, que no solo no se cansa de homenajear al género que le proporcionó la plataforma de origen, lo revalida y reivindica recurriendo nuevamente de manera magistral a la cronología previa y articulando el “todo” como una saga en desarrollo. La trama, una vez más, como suele suceder con la mayoría de las producciones de Marvel Studios, está sostenida por el desarrollo de los personajes y la interacción coherente entre ellos. Esta productora no tiene apuro por quemar cartuchos pero tampoco pierde el tiempo. Avanza a paso seguro y decidido y nos ofrece un abanico de posibilidades, explotadas desde todas las aristas posibles para el deleite del fan y el disfrute del espectador ocasional. Nos dio una primer fase para reunir a los Avengers, una segunda para asentarlos y demostrar la completa comunión que el universo que generan tiene (no solo con la secuela de Avengers, hay personajes invitados en prácticamente todas las producciones que formaron parte de esta fase, y en muchos casos tienen peso como para ser considerados co-protagonistas: Black Widow en Winter Soldier, Falcon primero en Winter Soldier y luego en Ant-Man, War Machine en Iron Man 3 e incluso un “cameo” del Capi en Thor: The Dark World), y abre esta tercera con una de las películas más dramáticas y polémicas, la que destruye todo lo construido hasta el momento, y pone en jaque el futuro de la franquicia grupal. Y no por ser un drama deja de tener incorporado los elementos de humor inherentes en el relato que fueron articulando, y aún cuando por momentos el uso del sarcasmo por parte de algunos personajes pueda resultar hasta chocante, la tensión no decae y mucho menos el ritmo. Esta película va a 350 km/h, no se detiene un segundo, es un tren bala que te atropella y no te pide permiso, y nunca se desvía del objetivo, nunca se pierde de vista el final del túnel. No hay escenas que nadie entiende por qué fueron puestas ni tampoco cual es el sentido de las mismas o qué pretenden significar, no se abren plots que vaya uno a saber de qué reputa forma conectan con el relato actual, no hay personajes que la deliren ridículamente y causen más vergüenza ajena que temor, cada personaje está balanceado y escrito coherentemente, y se relaciona con el resto de la forma que uno espera, o al menos da excusas válidas para actuar de esa manera.
Paralelo a todo esto, además, es un film intenso en las toneladas de acción que ofrece, y un par de escenas no tienen nada que envidiarle a los remates de ambos films de los Avengers, aún cuando los desastres ocasionados en las infraestructuras que funcionan como escenarios sean menores. Pero acá hay muchos más personajes en acción, sobre todo en el clímax del film, lo que significa mucha más complejidad para elaborar y coreografiar las escenas, y eso sin contar las sorpresas que van apareciendo en los combates.
¿Es el mejor film de Marvel Studios hasta el momento? Y…
Avengers Disassembled
De aquí en adelante: catarata de spoilers. Si aún no viste la película, mi recomendación es que dejes de leer la reseña.
Respondiendo a la pregunta que dejé abierta en el párrafo anterior: no, no creo, no estoy seguro aún, y necesito ver por segunda vez esta producción, pero por el momento creo que no.
El villano del film es uno de mis problemas. El Zemo de Daniel Brühl no es un mal villano, logró conseguir la infraestructura para llevar adelante un plan que puso en jaque a los Avengers, y para colmo consiguió su objetivo. Llegamos al final de esta aventura con un Steve Rogers prófugo en Wakanda que, además, liberó a sus camaradas. Pero definitivamente no le llega ni a los talones en cuanto a la confección del personaje al mejor Loki, a Ultron e inclusive al Winter Soldier cuando funcionó como villano del Marvel Universe. Incluso lo pongo debajo, como personaje, de los tres villanos que tuvo Iron Man en sus películas individuales. Quizás en un buen día está mano a mano con el primero, con el Obadiah Stane de Jeff Bridges, pero en un buen día.
De todos modos, es justo decir que aquí el que articula como villano en casi toda la película es Tony Stark, y no porque esté escrito para el orto y sea incoherente con lo que el personaje dio hasta ahora, para nada, pero su obsesión por llevar adelante esta empresa y los riesgos que toma, sumado a su negativa para ponerse en la piel de aquellos compañeros que no quieren ceder ante las demandas de la O.N.U., aún cuando él también fue testigo preferencial de los desastres que son capaces de provocar organismos como S.H.I.E.L.D. cuando les das completa autonomía, lo ponen en ese lugar. El Capi vivió la infiltración de HYDRA en Washington en primer plano, pero Tony no desconoce ese quilombo, ¡y era uno de los objetivos de los Helicarriers!
Al final medio que lo quieren reivindicar de esa postura, supongo que un poco para dejarlo mejor parado en las aventuras que se vienen (su próxima aparición va a ser en el film Spider-Man: Homecoming, a estrenarse el año que viene… ojo con la Tía May, Tony vuelve a estar soltero), pero de todos modos nadie va a olvidar las últimas palabras que cruza, por ejemplo, con Clint Barton, que a esta altura prácticamente lo odia.
Y ya que mencioné a Peter Parker, todo lo que tiene que ver con él me pareció genial, de principio a fin. La Tía May de Marisa Tomei es sencillamente deliciosa, apareció 3 minutos y te enamoras de ella. Y la caracterización que le dio Tom Holland es poco más que correcta. Escribieron los diálogos justos que uno espera del personaje, con comentarios clásicos de él como cuando le elogia el brazo metálico a Bucky, y a su alrededor el resto de los Avengers sufren el flagelo de su dialéctica, en un mano a mano que se me figuró tan propio del universo orquestado por Marvel Universe como de las aventuras que incluyen a Spidey. ¡Eso es exactamente lo que sucede en el papel cuando este personaje trabaja en equipo, ni más ni menos! Perfecto. Que el traje esté proporcionado por Industrias Stark le da mucha más coherencia y solidez a sus aventuras venideras, y la escena post-créditos de él te deja con la leche justa para su regreso el año que viene.
Lo mismo cabe para las participaciones de Ant-Man y Black Panther. Cuando Scott Lang aumenta su tamaño creí que me moría, no estoy seguro si mi corazón en ese momento no se detuvo por unos segundos. Y los guiños a su película, al cruce con Falcon, el apretón de manos con el Capi… detalles que suman mucho. Por el lado de T'Challa, que tuvo mucho más tiempo en pantalla que Scott, cada participación desde su entrada hasta la mano que le termina extendiendo al Capi, impecable. Y el diseño del traje, sus acrobacias, el detalle de que le haya dejado las garras marcadas al escudo, todo muy bien pensado. De los héroes recientes es el que mejor desarrollo tuvo, y uno de los que supo imponer su presencia en todo momento.
El desarrollo del Winter Soldier y su relación con Steve también merece un aplauso. No hay nada en esa instancia que suene forzado o a contramano de la trama, salvo quizás lo poco con lo que terminaron incriminándolo. Sebastian Stan nos dio un personaje memorable, que con muy pocas líneas de diálogo nos mete de lleno en la problemática que transita, y además le puso el físico a escenas muy complicadas. Creo que sale mejor parado en cuanto a la chapa en el film previo, pero acá termina por cerrar su camino. Una lástima que el remate de su participación en el asesinato de los padres de Stark haya sido de esa manera tan pobre, con un video de mala muerte que le dispara a Tony, una vez más, un odio inusitado, aún cuando conoce los pormenores del asunto.
Dicho esto, Captain America: Civil War cumple con la premisa de la trama hasta el final. No solo porque la última gran escena de acción nos sigue devolviendo enfrentamientos entre Tony y Steve, sino también porque la división del grupo es una realidad, y el plan de Zemo se concreta. El acta se va a poner en ejecución le guste a quien le guste, la mitad de los Avengers son ahora prófugos de la justicia, y en el camino Rhodes quedó gravemente herido. Quizás el dramatismo del último número de aquella Civil War del 2006 sea aún mayor, con el Capi ofreciendo su rendición aún cuando su equipo estaba ganando la batalla, pero no por eso el final de esta película es menos dramático e inesperado. Amén de eso, hay una vuelta de tuerca en el desenlace que al menos yo no esperaba: encontrar a los otros Winter Soldiers con un tiro en la cabeza iba por afuera de la escena final que estaba imaginando con Tony, el Capi y Bucky reventándose a trompadas contra los supersoldados rusos.
Otra sorpresa inesperada para mí es Vision, su relación con Wanda y sobre todo el sentido común que siempre se mantiene en los diálogos de este personaje, que no deja de repartir magia con su caracterización y su sabiduría. Hay un momento en la batalla en el aeropuerto donde lo perdemos de vista, y eso considero que es un error, pero luego reaparece y es fundamental para la conclusión de la misma. Así como opino esto, pienso que la participación de Martin Freeman es, cuanto menos, decepcionante, no solo por el poco tiempo que tiene en pantalla sino porque… no hace nada. Un personaje plano, seco, con 2 líneas de diálogos de nada, acartonadas, no tiene sentido haber convocado a un actor de su altura y con su trayectoria para ese personaje de mala muerte.
Crossbones, en cambio, la rompe en 4 partes, le dio durísimo al Capi, y armó flor de quilombo. Lamento que el personaje no diera para más, pero se fue dejando su huella y aportando algo más que un granito de arena a la trama.
Para ir finalizando, la machaca, por supuesto, está una vez más fuera de escala. Me sigue asombrando la capacidad que tienen estos realizadores para no repetirse, ofreciendo coreografías muy complejas, con mucho vértigo y adrenalina, frescas y con situaciones inesperadas, repletas de detalles preciosos como por ejemplo el Redwing-Drone de Sam o Giant Man. Pero por encima de todo, muchos podrán opinar, y algo de razón tienen, en que esta película es una Avengers 2.5, sin embargo, la grandeza de la escritura de este complejo guión es que no, no es un relato coral salvo por la cantidad de personajes que involucra o arrastra, porque en todo momento el Héroe de esta aventura, el líder, el referente y el que, por cierto, peor se las lleva en cuanto a la cantidad de palizas que se comió (con la excepción del pobre War Machine, claro, que no salió parado de esta fiesta) es él, el Capi, todos los sub-plots –que tampoco son tantos, y están todos concatenados- apuntan a él, y en ningún momento queda fuera de foco o desubicado. Evans, una vez más, nos entrega el Captain America definitivo, que gracias a esta película, para colmo, logra posicionarse incluso por encima del carismático y antaño imbatible Tony Stark, una situación que promediando el 2010 parecía imposible de poder darse. Y sin embargo acá estamos, todos juntos exclamando, ahora más que nunca, #TeamCap!!!
Felices como niños, nos volvemos a leer la semana que viene, aquí, en Tierra Freak.