A finales del año pasado, haciendo uso de una combinación de los algoritmos de Netflix sumados a mis gustos y predilecciones por cierto tipo de ficción, me crucé con una serie muy pequeña en cuanto a su duración pero enorme en lo que se refiere a la cantidad de entretenimiento que entrega, y todo lo que tiene por detrás la hace por demás interesante para reseñar en el sitio. La base del interés por Norsemen comenzó por el país que la produce, Noruega (y allá es conocida como Vikingane, y emitida por la cadena NRK1), y por el hecho de que sus realizadores, Jon Iver Helgaker y Jonas Torgersen, utilizan el presupuesto asignado para un único show para producir lo que casi podríamos considerar dos series gemelas, dado que cada escena es grabada tanto en Noruego como en Inglés. Esta proeza llevada adelante tanto por la producción como por cada uno de los actores, además de ser punta de lanza de una visión enorme para la distribución de material audiovisual, tiene su origen en una estrategia de marketing que casi podríamos asegurar se inició con Netflix hace unos años. ¡¿Qué carajos...!? Si, seguí leyendo y te vas a enterar de todo.