Quince películas. No dos, no cinco, no siete o diez. Quince películas le llevó a Marvel Studios estar parada donde está ahora con Guardians of the Galaxy vol. 2 (2017), próxima a estrenarse en nuestras salas de cines argentinos el jueves 4 de mayo. Quince. Un recorrido enorme y hermoso que comenzó hace 9 años con una Iron Man (2008) que, cuando la volvemos a ver, hoy ya parece vieja. El concepto de saga llevado al extremo, con todos los elementos que caracterizan la misma e inclusive imponiendo un estilo, una forma de narrar que homogeniza todo el relato aún cuando algunos de los personajes o grupos tengan un tinte diferente. Hay que recordar siempre esto cuando entramos al cine a ver un nuevo estreno de esta magnánima aventura. Ok, aquí tenemos a James Gunn detrás de cámara, un narrador exquisito que juega su propio juego y sigue sus propias reglas, casi como el Whedon de la 1er Avengers, pero no se equivoquen: si algo diferencia estas producciones del resto de la competencia es el sello de Disney en las mismas. No son pocos los neandertales que entienden poco y nada este negocio y llenaron de estúpidos comentarios y memes inútiles la web cuando el gigante Disney compró la editorial Marvel Comics, vaticinando el final de la calidad (?) en todas las producciones relacionadas con esta empresa. El fin de la libertad y el comienzo de la tiranía titánica de un multimedio que cada empresa que absorbe la transforma en una pantalla boba de entretenimiento manufacturado ATP dirigido al consumidor más alienado del mercado. Guardians of the Galaxy vol. 2 es, una vez más, un recordatorio para todos aquellos que hoy se esconden debajo de una baldosa y en su momento boquearon a más no poder, un recordatorio de que cuando no tenés argumentos sólidos, lo mejor es que te llames al silencio.