Originalmente habían anunciado el estreno del piloto de la nueva serie de Warner, Supergirl, para el 11 de julio, pero luego, por razones de post-producción y agenda de la señal que va a emitirla, la CBS, retrasaron su lanzamiento hasta el lunes 26 de octubre. Dicho esto, ya habíamos pautado con el staff de Tierra Freak, teniendo en cuenta que el piloto ya fue puesto a disposición de los televidentes para su escrutinio, levantar una reseña la semana previa a la fecha pautada en un principio, así que siguiendo con nuestra propia agenda, hoy vamos a advocarnos a desmenuzar este piloto.
Legado
¿Cómo escribir una serie sobre un personaje como Supergirl, sabiendo de antemano que estás imposibilitado de utilizar el personaje que la generó, que, oh casualidad, es una de las dos más importantes figuras que tiene la editorial que la publica en papel?
Ese es el desafío principal de los realizadores de esta serie, mismo que no les es ajeno a quienes trabajan para la Warner, dado que construyeron otro show que durante 10 temporadas tuvo que transitar por un camino similar. Smallville tuvo un planteo muy parecido: comenzó siendo un drama con un claro target adolescente que iba a estar advocado a narrar la vida de Clark Kent en el pueblo en el que se crió, algunos años antes de que decidiera tomar distancia de sus padres y su entorno y trasladar su vida a Metrópolis, para ejercer como periodista y transformarse en Superman, pero por supuesto los años pasaron, el mundo cambió de forma notable (el show comenzó a emitirse en mayo del 2001, el mismo año del ataque a las Torres Gemelas en Manhattan) y la televisión tuvo que levantar sus apuestas y encontrar una nueva manera de narrar y de hacer negocios si no quería perder su último tren y quedar sepultada por la expansión de internet. En el camino, Smallville mutó y evolucionó, y para cuando llegamos al final de la misma se había transformado en un drama superheróico que nos dio la posibilidad de disfrutar de decenas de apariciones live-action de importantes personajes de la editorial. Finalmente, en el episodio que cierra la serie, los realizadores premiaron nuestra paciencia y compromiso con el show mostrándonos en los últimos minutos al actor Tom Welling vestir el traje de Superman por primera vez, cerrando un ciclo y consumando un deseo de la audiencia postergado y reservado para este único momento, entrando en el libro de los guinness con el coitus interruptus televisivo más largo del que se tenga memoria.
El desafío en Supergirl parece aún mayor, pero por otros motivos. Sin contar el medio que la vio nacer, el comic, el personaje ya había tenido dos apariciones previas en cine y televisión: una de la mano de Helen Slater en la piel de Kara Zor-El en una producción cinematográfica estrenada en 1984 que funcionaba como un spin-off de la serie de films de Superman protagonizadas por Christopher Reeve, y que tenían como nexo el personaje que caracterizó Marc McClure tanto en esta producción como en las 4 Superman’s de Reeve, Jimmy Olsen; la otra aparición previa, la más fresca, tiene a Laura Vandervoort poniendo la piel para darle vida a la prima de Kal-El en la ya mencionada Smallville a lo largo de la séptima temporada del show, y con un par de apariciones posteriores, una en el episodio final. También en esta serie uno de los intereses románticos del personaje termina siendo Olsen, una constante que funciona como un guiño generacional en las adaptaciones live-action del personaje y que veremos a futuro si terminan respetando en esta nueva versión.
Comentaba al comienzo del párrafo anterior que esta vez el desafío será aún mayor que en el show de Tom Welling porque aquí, en la línea temporal en la que los productores nos van a narrar las aventuras de Supergirl, Superman ya existe y se ha transformado en el héroe de Metrópolis que todos conocemos, y de alguna forma influyó en que Kara tomara las riendas de su rol como héroe, a la distancia. Pero… ¿Por cuánto tiempo podrán mantener esa distancia, y que la misma no se torne ridícula cuando los desafíos puestos delante de nuestra heroína la superen y pongan en peligro la ciudad en la que vive? Veremos.
♫ We don't need another Hero ♫
La letra del famoso tema de Tina Turner que formó parte del soundtrack de Mad Max Beyond Thunderdome (1985) era una declaración de principios en contra de la violencia en la que estaba inmersa nuestro planeta a mediados de esa década, pero también funciona como disparador del plot a desarrollar en el piloto de Supergirl. La historia, mal que mal, es conocida por el público, sino por las apariciones previas arriba mencionadas por cultura general comiquera, y en este primer capítulo se respetan bastante: en el advenimiento de la destrucción del planeta Krypton, hogar de la familia El, un primer pequeño transbordador espacial es lanzado con Kal-El en su interior, y seguido del mismo una joven Kara pre-adolescente secunda este lanzamiento con el firme objetivo de proteger a su primo, pero en el camino su nave se desvía, entra en la zona fantasma (una dimensión que funciona como prisión para ciertos engendros que no se han llevado del todo bien con la justicia kryptoniana, y en la cual el tiempo corre de forma distinta) y queda estancada unos años. Para cuando se libera de la misma, su primo, ya adulto, ubica el aterrizaje, socorre a su prima, quien aún conservaba casi la misma edad que tenía el día del lanzamiento, y la ubica con una familia sustituta, una pareja de científicos de apellido Danvers, mismos que ya tenían una hija única, Alex.
Es así como las prioridades para Kara cambian, teniendo en cuenta que su primo no solo no necesita protección sino que se ha transformado en el único superhéroe de la tierra, y siendo así, se limita a llevar adelante una vida normal, trabajando en un multimedio llamado CatCo en una ciudad ficticia de nombre National City, sirviendo de perrito faldero de la sexy y millonaria dueña de este conglomerado multimediático: Cat Grant, caracterizada por la conocidísima Calista “Ally McBeal” Flockhart. Una situación extrema –un avión comercial que acaba de sufrir un atentado y está a punto de estrellarse en el corazón de la ciudad- funciona como disparador para que Kara tenga que hacer uso de sus facultades especiales de forma pública, y desde ese momento toda su vida da un vuelco de 180º: por un lado su jefa se obsesiona con esta aparición y pretende utilizarla para revitalizar el diario que forma parte de su empresa, y por el otro la excitación y la adrenalina que este evento despertó en Kara, pero sobre todo la posibilidad de poder ayudar a los desprotegidos, la motivan a diseñar un traje y seguir los pasos de su primo. Más temprano que tarde descubrirá que no son pocos los humanos que saben de su existencia y vienen siguiéndole los pasos, uno de ellos de hecho es ni más ni menos que su hermana adoptiva, quien forma parte de un equipo especial denominado D.E.O. (Department of Extra-normal Operations, que traducido al castellano sería algo así como el Departamento de operaciones para super-dotados), a cargo de un ex agente de la CIA, Hank Henshaw. Resulta que cuando la nave de Kara escapó de la zona fantasma trajo consigo una fortaleza espacial gigante repleta de criminales extraterrestres, y ahora esta parva de maníacos con poderes están desplegados por toda la tierra, listos para actuar y darle pelea a quien los confronte. Uno de ellos estuvo a cargo del atentado al avión comercial, y será quien enfrente nuestra heroína en este capítulo, dándole por fin captura casi al final del episodio… solo para ser testigo de cómo se suicida ante su mirada atónita. En el epílogo del capítulo sucede lo más raro e impensado: este “general” que vimos mencionar durante el episodio es, al parecer, la hermana de la madre de Kara, y no solo sigue viva sino que además tiene como objetivo subyugar la tierra bajo sus pies.
Up, Up and Away
Detalles más, detalles menos, ese sería el plot inicial del episodio piloto de la serie, mismo que, por suerte, estuvo acompañado de buenos efectos especiales y una música acorde al tono de la misma. El guión está muy bien escrito, sobre todo en los diálogos, pero carece de verosimilitud en varios puntos: en plena era digital, es poco creíble que no se puedan lograr imágenes claras de Supergirl en acción, por no mencionar la “capa” nueva con la que el amiguito de Kara se aparece, diseñada con un compuesto de polímeros de wtf?!!! Maestro, sos un nerd de oficina trabajando para Clarín, ¿de dónde puta sacaste la plata, los contactos y el conocimiento para diseñar una capa que vaya más allá de un pedazo de tela bien bordada? Bueno, boludeces como esta están esparcidas por todos lados, así que las concesiones que el televidente tiene que hacer son muchas, aunque todavía no llegan al nivel de las que hacemos no menos de 15 veces por capítulo con Arrow. Lo que por ahora más importa es la química entre los personajes, y la caracterización de los mismos, que es lo que le va a dar, con el correr de los episodios, alma al show. Y en ese punto creo que la producción no falló: Kara estará interpretada por Melissa Benoist, una actriz rescatada de Glee que cumple al pie de la letra con lo que el papel requiere. Es muy expresiva, sigue conservando un aire de adolescente inocencia necesario para los comienzos del personaje, y se maneja muy bien balanceando el drama y el humor.
Incluso por momentos llega a sorprender con sutilezas de actuación que no estamos acostumbrados ver en este tipo de show, como gestos con las manos y el cuerpo o miradas esquivas. El diseño del traje, además, está al nivel de lo que se esperaba de la serie, y dudo a alguien le haya molestado aquellos elementos que integraron o que decidieron omitir de lo que conocemos como el traje original. El que la secunda en esto de “actuar bien” es Mehcad Brooks dando vida a James Olsen, que una vez que superamos el trago amargo de tener que comernos un Jimmy Olsen Bro’, podemos disfrutar de una caracterización muy clara, fresca y natural para con este personaje. El resto del casting no logra destacarse pero por suerte tampoco embarra la cancha, aunque hay momentos en los que hubiera preferido otra actriz para el rol de Cat Grant, mi antaño querida Calista tiene tanto colágeno en la cara que no siempre le permiten expresarse con vehemencia. Hay detalles realmente exquisitos en este punto, que ya formaban parte de Smallville y que la producción tuvo el buen tino de seguir conservando: Helen Slater (la Supergirl “original” del film de los ’80) da vida a Eliza Danvers, la madre adoptiva de Kara, y Dean Cain (Superman en la serie de los ’90 Lois and Clark: The New Adventures of Superman) hace lo mismo con Jeremiah Danvers, un lujo, un guiño y un reconocimiento no solo a estos actores sino a la base de fans que década tras década siguen apostando por los productos de Warner/D.C. Comics. Cuando hablamos de legado, bueno… esto también forma parte del mismo.
¿Qué nos depara esta producción a futuro? Si mantiene el ritmo de este piloto, podemos conjeturar que mucha acción: solo lo que vimos hasta acá fue más entretenido en ese punto que todo el film de Singer, Superman Returns (2006), así que Kara sale a la cancha ganándole a su primo 1 a 0. Que uno de los personajes se llame Hank Henshaw (el que, en los comics, termina siendo el Cyborg-Superman) causa desconcierto y excitación por partes iguales, pero también genera nuevamente la pregunta que formulaba al comienzo de esta reseña: ¿de qué manera van a manejar la “dependencia” del show de la sombra que proyecta Superman, que es enorme? No hay una sola producción de Warner, ni siquiera Gotham, que tenga un desafío tan grande como esta. No imagino dos o tres temporadas de la serie, con desafíos a la altura de las capacidades de la protagonista, y sin la más ínfima participación de su primo… y, por supuesto, la pregunta que todos nos seguimos haciendo, aún con el piloto estrenado: ¿en donde cuadra esta serie, en que línea cronológica? ¿Tiene algo que ver con Smallville, o con la reciente Man of Steel, o pertenece al universo superheróico televisivo generado por los shows Arrow y Flash, o sencillamente es independiente de todos estos productos previos, y genera una nueva línea cronológica? No hay pistas ni guiños ni referencia alguna que pueda ayudarnos a desenmascarar este dilema, y tampoco las tendré la semana que viene, cuando nos volvamos a leer acá, en Tierra Freak.