miércoles, 22 de mayo de 2019

Game of Thrones - La épica fantástica de HBO llega a su fin - La columna de Logan


El pasado domingo 19 de mayo la cadena norteamericana HBO emitió el 6to episodio de la 8va temporada de la popular serie de televisión dramática de los señores David Benioff y D. B. Weiss, por supuesto me estoy refiriendo a Game of Thrones, la épica saga situada en los continentes ficticios de Westeros y Essos, la cual está inspirada en la obra del escritor Geroge R. R. Martin, más precisamente en la saga de novelas épicas fantásticas que lleva por título A Song of Ice and Fire.

Con este capítulo se da por concluida la serie, para bien o para mal. Más adelante HBO podrá encargar otros shows análogos que adapten otro grupo de historias situados también en estas tierras y esta ficción, pero cientos de años antes o después de los eventos que fuimos conociendo en estos 73 capítulos de esta serie.

Jamás he escrito una entrada en Tierra Freak sobre esta serie, aún cuando durante muchos años fue mi favorita por encima de otras decenas de shows a los que sí les he dedicado unas entradas. De hecho: jamás he escrito nada sobre Game of Thrones profesionalmente en absolutamente ningún otro medio. Los motivos son dos: por un lado, el show realmente me gustaba mucho, y siendo así, como hice con otras series como por ejemplo Breaking Bad, Rescue Me, Californication o Sons of Anarchy, quería esperar su finalización para entregar un análisis de la totalidad del camino recorrido; por el otro, GoT es, sin duda alguna, el show que mantuvo en vilo al mundo durante años, y el exceso de información y análisis sobre el mismo en distintos formatos de millones de fuentes, muchas de las cuales han diseccionado capítulo a capítulo con videos en youtube o podcasts que a veces duran más incluso que el episodio analizado, hizo que sintiera innecesaria una entrada antes de la finalización de la serie, máxime cuando hace 3 años anunciaron el cierre definitivo de la misma.

Hoy me siento delante del monitor re caliente. Re. Enojado con el mundo, pero sobre todo con David Benioff y D. B. Weiss. Yo quería escribir esta reseña elogiando esta producción, rememorando los hermosos momentos que hemos vivido con la misma, las situaciones sorpresivas de intenso drama y alta tensión, los diálogos afilados que cortaban más que el acero valyrio, quería explayarme sobre la construcción de un montón de personajes muy carismáticos, quería dejarme llevar por la política de la serie, por la complejidad de la misma y por mi sorpresa al ver que un producto tan disímil y de un género tan poco popular como lo es la épica fantástica había maravillado y cautivado a medio planeta. Quería explayarme sobre la inteligencia de los guionistas y showrunners para saber elegir qué contar y qué no, y sobre la universalidad de muchos de los conflictos que tocaron. Quería hablar de Dragones y Walkers, de Reyes y Reinas, de familias y traiciones, del amor por encima del deber, o al revés. Y no puedo hacerlo. Los showrunners me quitaron ese placer. En vez de eso, tengo una opinión formada sobre la conclusión de esta obra televisiva, y la voy a expresar a continuación.



Romper la rueda: el injusto final de Daenerys Targaryen


Demás está aclarar que de acá en adelante lo que sigue estará repleto de spoilers que por supuesto incluyen el final de la serie, ¿no? Y realmente creo que es una verdadera pérdida de tiempo, para ustedes y para mí, que me detenga a darle contexto a lo que estoy por expresar.

¿Qué quiero decir con esto? Que esta no es una reseña para newbies, si nunca viste un episodio de GoT, nunca te interesó en lo más mínimo la serie, no voy a ser yo con esta entrada el que logre revertir esa situación. No es esta la crítica que deberías estar leyendo para tal fin. Esta entrada tiene como target el espectador que consumió los 73 episodios del show y que tiene una idea clara de cada uno de los conflictos que se fueron acumulando, de los personajes y reinos involucrados en los mismos, y de las consecuencias de todo esto. Tampoco voy a citar los libros en ningún momento, ni sostener un argumento utilizando información que Martin entregó en alguna de sus obras y los showrunners jamás nos acercaron al producto de HBO.

Mis amigos más íntimos saben de mi admiración por Daenerys Targaryen casi desde el comienzo del show, sobre todo luego de haber concluído la 1er temporada. Me pareció, casi desde sus inicios, el personaje más interesante para seguir. No por el hecho de que fuera mujer, joven y bella, ni tampoco puntualmente por la caracterización de Emilia Clarke, no, lo que realmente me fascinó de Dany fue la historia de su familia, su lugar en el mundo, su legado y cómo tuvo que construirse el camino prácticamente desde cero. Es uno de los personajes de GoT que tuvo un objetivo claro casi desde el comienzo de la serie, el cual, por otro lado, estaba intrínsecamente relacionado con el leitmotiv del show: ella era la legítima heredera del trono de Westeros, y viajaría hasta el mismo a reclamarlo. Como sea. Desde su matrimonio con Khal Drogo hasta la culminación de su sueño en la última escena que la tiene como protagonista a punto de sentarse en el trono, el recorrido que hizo Dany está repleto de un intenso drama, mucha aventura y altas cuotas de magia, ella es uno de los primeros personajes en mostrarnos, al comienzo con mucha sutileza y a medida que se van acumulando los capítulos de forma más explícita, el componente sobrenatural de GoT, importantísimo para separar esta serie de cualquier otro drama medieval que retome partes de nuestra historia. Su obsesión por el trono siempre estuvo clara, pero también una ideología que la atravesaba transversalmente, la cual se fue moldeando mientras intentaba concentrar poder para su ataque final a los lores de Westeros, al otro lado del Narrow Sea.



Dany fue víctima de su linaje y su familia pero nunca dejó que eso la definiera. Por el contrario, encontró fuerzas para sobreponerse y patear el tablero, entendiendo que vivía en un mundo en el cual las cosas tenían que cambiar. No son pocas las veces en la que la hemos visto empatizar con esclavos y gente humilde, con desahuciados y desprotegidos, y su lema de "romper la rueda" está intrínsecamente relacionado con esta cuestión: ella no va a poder engendrar un futuro heredero una vez que se posicione en el trono y además entiende que para que las cosas cambien tiene que plantarle batalla a poderosos personajes que tienen una visión sesgada y corrupta del mundo. La serie de HBO nos la pintó, al menos durante 6 temporadas y monedas, como la Reina de los oprimidos, liberando esclavos y acabando con la vida de los poderosos que explotaban poblados, tribus o ciudades enteras y se beneficiaban de su posición. Y hay motivos para esto, Dany estuvo en situaciones similares más de una vez. Fue capturada por los 13 en la House of the Undying, fue tomada prisionera por Khal Moro y en plena celebración de su potencial matrimonio con Hizdhar zo Loraq estuvo a punto de ser asesinada (una vez más) por un miembro de los Sons of the Harpy, y si no fuera por la oportuna aparición de Drogon, los empalan a todos en el centro de la arena. Y Dany siempre fue consciente de que estos asesinos respondían a los nobles de Meereenese, los cuales no estaban conformes con una gobernante dispuesta a cambiar el status-quo de explotación que los benefició durante siglos. En todo este camino, no fue inmune a las pérdidas: su hermano, Khal Drogo y Ser Barristan Selmy, por mencionar los más importantes. Y tampoco a las traiciones: Xaro Xhoan Daxos, Doreah y el mismísimo Ser Jorah Mormont, a quién supo perdonar.

Entonces, el recorrido realizado por este personaje es claro, así como sus convicciones. Y también otras características, como cierto nivel de sensibilidad para con los más desprotegidos, un sentido de justicia y una necesidad de balance que está intrínsecamente relacionadas con su historia de vida "adulta", de la cual fuimos testigos de primera línea durante 6 años.

Y de repente los señores Benioff y Weiss me quieren convencer de que el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente, o alguna huevada de esas... 6 años de desarrollo de personaje tirados a la basura porque Dany llega finalmente a Westeros y se siente sola y poco querida, y solamente el temor, el miedo y un baño de sangre gratuito de cientos de miles de personajes inocentes va a lograr ese ansiado cambio en el mundo. Como si fuera la 1ra vez que tiene que lidiar con ciudades o pueblos donde nadie la quiere y muchos la desean bien muerta. O quizás no está acostumbrada a las pérdidas personales... quizás es eso. Nunca se vio rechazada por el propio Drogon o sus otros dos Dragones, no. No perdió a dos esposos en el camino, ni a un hermano o a un leal caballero que fue Lord Comandante de la guardia real de su padre.



Lo peor de toda esta estupidez de la que tuvimos que ser testigos en relación con Dany en la casi totalidad de la 8va temporada, pero sobre todo en el 5to capítulo de la misma, The Bells, es que al final, lo que sucedió con ella, a los televidentes nos lo tiene que explicar un personaje dentro de la ficción de la serie. Exacto, porque el diálogo de Tyrion con Jon, cuando el 2do va a visitarlo al 1ro en su prisión, en el episodio final, además de servir como supuesto catalizador para que se desencadene el destino fatal de Dany, funciona también como una expiación de los productores y guionistas para con el público.

"Mirá, la verdad es que nos hubiera encantado, posta, mostrarte como carajos Dany termina masacrando todo King's Landing, pero bueh... no se pudo. Acá está la explicación, maestro. Que la disfrutes, ¿eh?"

El concilio de la vergüenza


No terminé acá. Ni de cerca.

¡¿Que carajos es esa reunión post-muerte de Dany?! ¿Alguien me lo puede explicar? ¿Porqué los productores creen que está bien plantear así el episodio final de una serie como GoT? ¿Porqué están reunidas ahí esas personas exactamente, por ejemplo?

Claramente no era para elegir un Rey o una Reina, porque es una "idea" que surge de la mente maestra de Tyrion. ¿Que hace Davos ahí? ¿O Samwell, o Brienne? ¿Es una reunión de Lores de Westeros o de qué carajos? ¿Cualquier boludo que andaba dando vueltas por ahí entraba a la reunión? O quizás era un concurso de personajes populares de la serie y de repente aparece Grey Worm con Tyrion y... ¡sorpresa!

Y teniendo en cuenta la importancia de este concilio, sea cual fuere su objetivo, ¿a nadie se le ocurrió mencionar el "temita" de Jon? ¿No era importante, teniendo en cuenta lo ocurrido, agregar este detalle al debate?

Luego, ¡el prisionero acusado de traición a la anterior reina, responsable de forma indirecta de la masacre en King's Landing (fue la mano de esa "tirana") es ahora el que sugiere el nuevo régimen de Westeros! ¡Y todos están de acuerdo sin titubear! Bueno, salvo Sansa, claro, una de las únicas con sentido común y uno de los pocos personajes que fue coherente en absolutamente toda la serie. Ella y Arya.

¿Y el nuevo Rey va a ser un lisiado del cual todos desconocen el alcance de sus poderes? ¿En serio? ¿Ese tipo va a gobernar los 6 reinos? ¿Porque se cayó de una torre y entra en trance y tiene cuervos? Pucha, che, pobre Melisandre... esperaba un poco más y quizás podía postularse ella también. Al menos ella sabemos que puede prenderle fuego a las armas de toda una legión de Dothrakis... Bran van 8 temporadas y nadie tiene claro cuales son sus "poderes". Pero bueno, andá a decirle que no a un Stark, supongo... son los nuevos Lannister ahora.



¿Romper la rueda consistía en poner a cargo de los 6/7 reinos a un discapacitado, entonces? Porque yo acá veo, una vez más, a Lores (y algunos infiltrados), eligiendo a dedo, de nuevo, a quién va a gobernar. Incluso se ríen de la posibilidad de un atisbo de democracia. Igual, ojo: está bueno que al menos uno de todos esos pelotudos que están en ese ridículo concilio conozca algo de la historia de Westeros. Porque a juzgar por el desconcierto ante la ausencia de un Rey y qué hacer en ese caso, se olvidaron quizás que años atrás pusieron a dedo a Robert Baratheon como Rey cuando encaminaron la revuelta contra Aerys II Targaryen, el padre de Dany.

Y luego, en una de las últimas escenas, lo mejor de todo: sentado en la mesa con el nuevo Rey, y la nueva mano, Tyrion, Bronn. Si, no conformes con la ridiculez de haberlo hecho Lord of Highgarden, además ahora es maestro de la moneda del reino. Hermoso. El personaje más overrateado de todo GoT. ¡¡¡¿Qué carajos...?!!! Este personaje en absolutamente toda la temporada no tuvo el más mínimo sentido, y termina acá. Es como la frutilla del postre de la insensatez de los guionistas.

Y el debate que da cierre esa escena es realmente precioso, tiene una verosimilitud como pocas veces vimos en GoT. Las cuentas en el reino realmente están muy bien si las preocupaciones son reconstruir la armada y reparar los puertos o las cloacas... y al parecer, los rumores de que la ciudad fue completamente devastada por Drogon y su madre fueron un tanto exagerados: solo fueron afectados seriamente los burdeles. Ah, y al parecer Cersei no contrajo un enorme deuda con el Iron Bank of Braavos por la adquisición de la Golden Company, la cual se sumaba, además, a una deuda anterior contraída por su ex-esposo, Robert Baratheon. O quizás los libros contables se incendiaron, ponele. Esta vez, esa es una excusa válida.



¿Estoy siendo muy expeditivo? ¿Sin darme cuenta me he transformado en el fan insoportable que le busca el pelo al huevo a cada detalle?

Sinceramente, yo creo que no.

Si por algo se destacó GoT en muchos de sus años fue por el entramado político de la serie, algo que atrajo a muchísimas personas porque estamos viviendo tiempos muy politizados, tal y como denotan otros éxitos previos de este medio, como por ejemplo House of Cards. En realidad, no podemos enfatizar a la política como el único atractivo del show, pero sin duda alguna era una de sus aristas más importantes. El mismo nombre lo está enunciando: esta serie supo desarrollar un entreverado juego de poder para ubicarse en el trono, una posición que era disputada por varias familias con disímiles construcciones y legados pero similares objetivos.

La finalización de la serie se da en un terreno con una planicie pasmosa, prácticamente desprovista de política alguna. Toda la 8va temporada se desarrolló casi sin sorpresas en este punto, los objetivos fueron claros desde el comienzo, no hubo alianzas inesperadas, la única traición destacable (pero super anticipada) fue la de Cersei hacia la coalición armada en el Norte, y los únicos diálogos políticos remotamente interesantes giraron alrededor de la relación entre Dany y Jon, la ascendencia del 2do y qué hacer con esa información. El concilio final y la selección de Bran es vergonzoso, y habla de una pereza enorme por parte de los showrunners de esta serie. Fue la estocada final de una sucesión de golpes bajos para el televidente en forma de una pésima ejecución de tramas y pobre desarrollo de personajes. Y esto sin siquiera mencionar la falta de respeto que tuvo la estrategia de batalla planteada en The Long Night, o la pésima dirección y edición que por momentos nos entregó ese mismo episodio. O la repentina desaparición del caballo blanco de Arya entre The Bells y The Iron Throne, o la mágica multiplicación de los Dothrakis y los Unsullieds, los cuales estaban casi extintos después de la batalla en Winterfell, o...

¡A la mierda tu trono!


Y sin embargo, todavía se le pueden rescatar algunas cosas, incluso al episodio final.

The Iron Throne, la conclusión de este sinuoso camino, está escrito y dirigido por los mismísimos David Benioff y D. B. Weiss, quienes parecen entender bastante a algunos personajes, al menos desde esta labor directa, porque en este último episodio tenemos algunos de los mejores momentos de Jon, Dany y Tyrion de esta temporada. Y bueno, en esta oportunidad, ese gigantesco actor que es Peter Dinklage nos entrega muchos de los momentos más emocionantes y emotivos del cierre. Cuando descubre a sus hermanos muertos casi podemos sentir el dolor a la par del personaje, y el diálogo que tiene con Jon es absolutamente todo lo que está bien en este final, y además es una charla muy representativa de los mejores momentos de la serie. Incluso su participación en el concilio es destacable, aún cuando todo lo que sucede en la misma no tiene el más mínimo sentido.

La dirección y la puesta en escena son realmente muy dignas en esta última entrega, aunque no así la continuidad de la trama, que tiene huecos muy difíciles de llenar y explicar, o teleportaciones de personajes de un lugar a otro sin explicación alguna. En el episodio anterior nos habían dado a entender que la Red Keep se estaba viniendo a bajo, razón por la cual terminan muriendo bajo los escombros Cersei y Jaime, pero en este capítulo gracias a la intervención de Tyrion nos damos cuenta que no, que solo le cayeron a sus hermanos encima algunos bloques medio complicados, pero la estructura sigue en pie.

La llegada de Dany a King's Landing es majestuosa, y nos regaló una toma realmente preciosa cuando se va acercando a las escalinatas al encuentro con sus ejércitos, con las alas de Drogon detrás de ella extendiéndose y ese vestido oscuro... Dany se ha transformado en un Dragón, no cabe duda de eso. La potencia y furia de su discurso, la imagen de sus ejércitos delante de ella, los rostros de incertidumbre y miedo de Arya, Jon y Tyrion... esta es una de esas escenas clásicas de GoT que quedan para la historia, y en otro contexto me hubieran emocionado muchísimo más.

Luego puedo rescatar algunas escenas más: Jon acercándose a Dany y encontrándose con un Drogon completamente cubierto de nieve tomando una siesta cumple con varios objetivos. Primero, nos da a entender que el fantástico animal está cansado, y eso nos da la pauta de que no es sencillo para un Dragón arrasar con una ciudad. Segundo, nos permite entender también porqué Dany está sin guardia alguna, tiene a su hijo como vigía, no necesita nada más. Tercero, caemos en la cuenta, tiempo después, que el único que podía asesinar a Dany era Jon. Drogon claramente lo dejó pasar porque no detectó miedo alguno en él y no lo percibió como una amenaza, y hasta podemos conjeturar que quizás puede detectar la sangre Targaryen corriendo por sus venas. Es de la familia.



Posterior a esto, tenemos una escena que también, una vez más, tiene un montón de elementos simbólicos muy poderosos que forman parte de esta conclusión y son, además, nexos con el pasado. Dany acercándose al trono con el palacio semi-destruído y la ceniza/nieve sobrevolando el aire es un link directo a la visión que tuvo en la House of the Undying en el magnífico episodio Valar Morghulis, final de la 2da temporada. Lo emocionada que se la ve cuando comienza a relatarle a su amante cómo se imaginaba ella cuando era pequeña el Iron Throne con las mil espadas y lo en seco que la corta Jon con preguntas y cuestionamientos es muy intenso, por no mencionar que yo realmente ahí me comí el amague y creí que nuestro ex-bastardo, una vez más, le iba a seguir la corriente a su única Reina.

Su muerte y el arribo de Drogon y lo que sucede después... aunque bello, en muchos aspectos carece de sentido. Hay decenas de formas de interpretar lo que sucedió, pero una vez más, serían solo conjeturas, mías, de ustedes, de todos. No queda claro porqué Drogon no le arrancó la cabeza de un mordisco a Jon y en su lugar fundió el Iron Throne, y eso es lo que realmente importa.


Y casi podría asegurar que esos son los últimos momentos "bellos" de la serie. Hay un montaje apenas simpático casi al final, con cada Stark preparándose para su nuevo destino, pero es solo eso: simpático. El capítulo anterior, The Bells, aunque incoherente y estúpido en casi toda su duración, también entregó una buena dosis de violencia y destrucción muy bien dirigida, lo que lo hizo un poco más llevadero. Y bueno, el fanservice más anticipado de la historia de la televisión mundial, la batalla entre Sandor y Gregor Clegane, para aquel que la estaba esperando deduzco fue también un lindo cierre.



Lo peor de GoT en este último tramo definitivamente no fue lo estético, e inclusive en lo narrativo tampoco tuvo puntos muy bajos. Claro que la temporada está plagada de inconsistencias, muchas de las cuales ya he mencionado, pero la serie nunca estuvo exenta de las mismas en años anteriores. Lo que sucedía antes es que el peso de la misma recaía en la complejidad del entramado político y las interrelaciones, de la ricura de los diálogos que cruzaban un puñado de personajes muy bien construidos, llevados adelante por un casting envidiable que prácticamente no tiene puntos flojos (irónicamente, Kit Harington y Emilia Clarke deben ser de los actores menos virtuosos, y así y todo lograron imponer sus personajes en la cultura popular), y mientras todo esto sucedía al unísono, el televidente podía tomar distancia y percibir como se iban acomodando poco a poco las fichas en un tablero gigantesco que semana a semana, año a año, iba acortando las distancias. Con el arribo de la 7ma temporada, de la noche a la mañana Westeros pasó de tener el tamaño de Sudamérica al de la provincia de Tucumán, y los diálogos de los personajes pasaron de tener la riqueza de las mejores obras de Shakespeare a los peores guiones de la factoría de Cris Morena. Todo junto, sin anestesia. Algunos apuntan a que esto sucedió culpa de la ausencia del material original de las novelas de Martin del cual los showrunners adaptaron las 1ras 5 temporadas, yo no estoy tan de acuerdo con esta teoría: la 6ta temporada es muy sólida y tiene muchos de mis momentos favoritos de la serie: el entrenamiento de Arya que concluye con el destino final de Walder Frey, la reunión entre Sansa y Jon que los lleva a la fabulosa Battle of the Bastards y el destino final del hijo de remil puta de Ramsay, la fantástica y sobrenatural historia del origen de "hold the door", Daenerys  incendiando el interior del Temple of the Dosh Khaleen y saliendo de las llamas para elevarse como la definitiva reina de los Dothrakis, y la caída en desgracia de Cersei que concluye con la destrucción del Sept of Baelor y la muerte del High Sparrow, de Margaery, Mace y Loras Tyrell y por supuesto Lancel y Kevan Lannister.

¡No me rompan las pelotas, esa temporada era oro puro! De hecho, les digo más: la serie ahí encuentra su punto más alto. Hay un enorme desconcierto sobre el camino que van a seguir la mayoría de los personajes protagonistas, el status-quo de prácticamente todos ellos va cambiando rotundamente a lo largo de esos 10 capítulos y las fichas se vuelven a reorganizar de formas que pocos podíamos anticipar. 

El desastre y la caída sin duda alguna comienzan en la temporada siguiente, la 7ma, cuando ya se hizo evidente los showrunners sabían exactamente hacia donde querían ir, o al menos tenían una "pizarra" con este episodio final armado, y se tiraron a chantas y unieron los puntos entre The Winds of Winter (último capítulo de la 6ta temporada) y esta conclusión apresurada.

Una lástima, y una pérdida enorme, gigantesca, para este medio. Un producto tan cuidado durante 6 años, maltratado de formas que nadie podía anticipar en solo 13 capítulos. Me quedo con la consciencia limpia de saber que puedo escribir esta crítica con el sostén que me da el amor inconmensurable que le tengo a esos 60 episodios previos a la debacle, los cuales, además, no se borran de mi memoria y mi experiencia por el mal trago de la última curva. Nos seguimos leyendo muy pronto, aquí, en Tierra Freak.