jueves, 1 de agosto de 2019

The Boys: El cómic de la dupla Ennis/Robertson y su traslación a Amazon - La Columna de Logan


Corría el año 2006 y el Irlandés Garth Ennis, que venía de labrarse una interesante carrera en U.S.A. con éxitos como Preacher, su inolvidable paso por Hellblazer, su Hitman y sus recordadas etapas en The Punisher y The Authority, por fin le encuentra la vuelta a una idea que venía masticando hace casi 4 años y junto a otra bestia de este medio, Darick Robertson, dan vida a The Boys, un cómic polémico al que ambos autores le ponen todas las fichas... y pierden. Luego de la salida del 6º número en enero del 2007 bajo el sello editorial Wildstorm, que en ese momento ya formaba parte de D.C. Comics, la serie es abruptamente cancelada, aún cuando las críticas la habían recibido con múltiples elogios. Tanto Ennis como Robertson salieron a declarar que los motivos más probables de la cancelación tenían que ver con el tono anti-superheróico del título, el cual no se condecía con el perfil que D.C. quería darle a sus productos en ese momento.

Por suerte, un par de meses después y gracias a que los garcas de la junta directiva de D.C. liberaron los derechos sobre The Boys, la serie pudo encontrar un nuevo hogar editorial bajo el pequeño sello independiente Dynamite Entertainment, y siguió su curso natural hasta noviembre del 2012, acumulando 72 números y 3 mini-series. Hoy en Tierra Freak me propongo acercarles un poco de qué se trato este cómic, y que tal salió su versión televisiva, la cual se estrenó este último fin de semana en la plataforma de Amazon.
 

El nombre del Juego


Comencemos por admitir lo obvio: quién escribe estas líneas tiene una debilidad por Garth Ennis. Mi cómic favorito de Vertigo de todos los tiempos es Preacher, algo que les hice saber hace unos años cuando reseñé el piloto televisivo de la serie de AMC que adaptaba tal obra. Los que me leen con regularidad también recordarán que en el 2013, con motivo de la finalización de la serie regular de Vertigo, le dediqué 4 hermosas entradas a Hellblazer, revelando, además, que John Constantine era mi personaje favorito de D.C., al punto tal que yo lo consideraba un amigo. Ennis, por supuesto, es artífice de uno de los períodos que yo más celebro de dicha serie, el cual comienza ni más ni menos que con Dangerous Habits, uno de los arcos argumentales más recordados de John.

Ennis tiene una forma de escribir y desarrollar personajes y relaciones que me maravilla. Tiene una capacidad innata para presentarte personajes deplorables y encontrar la forma de hacerlos entrañables, así como también es muy bueno para lograr que el lector empatice con unos auténticos perdedores, tan patéticos que si los conociéramos en la vida real ni se nos ocurriría dirigirles la palabra, a ver si nos contagian algo...

En The Boys, Ennis apela a todo su potencial como escritor y sobre todo a toda su experiencia para presentarnos un mundo nuevo en el cual un puñado de Héroes se han transformado en las celebridades más importantes de la cultura pop y son una máquina de facturar millones de dólares. Si, esto lo escribió en el 2006, y en algún punto se adelantó casi una década a lo que sucede hoy en el mundo real. Pero en esta distopía, lo que realmente importa es lo que sucede detrás de bambalinas, por supuesto. La realidad es que la gran mayoría de estos héroes carecen de escrúpulos y son éticamente repudiables, y algunos de ellos están organizados bajo un conglomerados multi-mediático con una agenda política importante que podría colisionar con intereses yanquies. Otros sencillamente hacen uso y abuso de sus poderes y famas para dar rienda suelta a sus más oscuras perversiones, lesionando, mutilando e inclusive matando personas inocentes en el camino.

Siendo este el escenario macro de la serie, en el micro podríamos decir que como lectores vamos recorriendo dos caminos: por un lado el que experimenta un pequeño grupo Elite de Special Ops de la C.I.A., absolutamente clandestino, que es conocido formalmente como "The Boys", y son los que le dan el nombre al cómic, obviamente. Este equipo está liderado por Billy Butcher, un inglés jodido y mala leche que tiene una mirada cínica sobre la sociedad en su conjunto y una cruzada personal en contra de los "Supers", en parte porque los mismos fueron partícipes de su más grande tragedia personal pero también porque entiende que estos tipos son realmente peligrosos si no se los tiene controlados, supervisados y vigilados todo el tiempo. Butcher estuvo durante años a las ordenes de Greg Mallory, en una formación previa al comienzo del cómic, trabajando para desacreditar, exponer, y si fuera necesario, neutralizar de la forma que sea a cualquier super-humano que se pase 2 cm de la raya, pero dicha agrupación terminó teniendo una confrontación bastante jodida con los Seven (los que serían análogos a una Justice League o unos Avengers en este universo) y todo se fue al carajo. Otra característica simpática de este personaje es que es dueño de un bulldog de nombre Terror, mismo que tiene entrenado para cogerse cualquier cosa cuando escucha la orden "Terror...Fuck it", un animal al que le tiene un enorme aprecio y lo quiere como si fuera parte de su familia.

En esta nueva versión del equipo, Butcher decide convocar a algunos ex-miembros de la formación anterior y ahí es cuando entran Mother's Milk, Frenchman y the Female (of the Species). El primero es un grone imponente y enorme pero muy sereno y muy metódico a la hora de planificar los próximos pasos a seguir. Su tic de obsesivo-compulsivo lo lleva a calcular cada uno de los posibles ángulos de un problema y necesita saber que se han cubierto todas las aristas posibles de un conflicto para poder abordarlo. Es el único miembro del grupo actual de nacionalidad yanquie. El 2do, como su nombre lo indica, es de nacionalidad Francesa aunque en el cómic suele hablar pésimamente su idioma nativo. Es un personaje que tiene una enorme inclinación por la violencia y podríamos decir que es uno de los "músculos" de The Boys, pero también tiene entrenamiento militar (al igual que Butcher y M. M.), particularmente con armas de largo alcance, y un olfato que incluso supera al de Terror. The Female (of the Species) es lo más parecido al Demonio de Tazmania de los Looney Tunes, es una mujer extremadamente violenta que se abalanza sobre sus oponentes y los despelleja vivos sin miramientos y sin piedad. Es una persona con mutismo selectivo y además carga con algunos traumas que no le permiten vincularse físicamente con nadie. De hecho, no se la puede tocar ni siquiera de forma accidental. Extrañamente, tiene una relación muy empática con Frenchman, es al único al que suele dirigirle alguna que otra palabra y al único al que le permite tocarla sin arrancarle las manos, y siendo así, podemos considerar que esta mujer es la "protegida" del Franchute.

El nuevo miembro de esta nueva formación será entonces "Wee" Hughie Campbell, un pobre tipo que en aquellos años, cuando el cómic comenzó, de la mano de los lápices y el diseño de Darick Robertson, físicamente se parecía mucho al actor inglés Simon Pegg, que en esa época la estaba rompiendo toda en películas como Shaun of the Dead (2004) o Mission: Impossible III (2006). Luego nos enteraríamos que, efectivamente, el actor había servido de inspiración para este personaje, y es así como lo convocarían para escribir el prólogo del 1er Trade Paperback que recopilaría los 1ros 6 números de la serie.


Wee, como les comentaba unas líneas arriba, es ni más ni menos que la 1er víctima que los lectores conocemos de los abusos de los Supers, ya que su novia es literalmente arrancada de sus brazos como parte del daño colateral de lo que a primera vista parece el enfrentamiento entre dos de estos sujetos. Él se queda con ambos brazos de su novia agarrados mientras el resto del cuerpo de la pobre mujer quedó adosado a un muro de ladrillos vistos como si se tratara de una alfombra de vísceras. Terrible. Unos días después de esta enorme tragedia que lo deja en estado de shock es abordado por Butcher y reclutado para formar parte de The Boys, con la promesa de una posible venganza contra quienes cometieron tal barbaridad. Wee rápidamente es aceptado por el resto del grupo, sobre todo por Frenchman, y particularmente con Butcher comienza a construir una fuerte relación, al punto tal que este lo considera un "hermano menor".

El segundo arco narrativo que los lectores conoceremos, clave para entender el detrás de escena de los Super-héroes, es el de Annie "Starlight" January, una superheroína joven e ingenua que se une a los Seven y que termina entablando lazos con Wee, sin que este sepa acerca de su segunda vida. Gracias a ella, podremos conocer un poco más de cerca a varios de los Seven, entre los que se encuentra su líder, Homelander, el antagonista directo de Butcher, una mezcla bizarra entre Superman y el Captain America, el patriota definitivo norteamericano y el super-héroe más poderoso de la tierra, y como tal, un megalómano psicópata capaz de cometer asesinatos en maza sin que se le mueva un pelo. Junto a él se encuentran también varios miembros de Seven, tales como Black Noir, Queen Maeve: Empress of the Otherworld, A-Train, The Deep y The Lamplighter, y cada uno de ellos puede ser leído como una versión retorcida de varios de los Leaguers de D.C. Comics.


Si bien, a primera vista, la trama de The Boys podría parecer bastante superflua y banal, la realidad es que a medida que avanza la serie se va complejizando cada vez más, entregando capas y capas de profundidad, mostrándonos un universo enorme de personajes absolutamente disfuncionales en la mayoría de los casos, mientras se van desarrollando paralelamente un montón de tramas conspirativas alrededor de Vought-American, una gigantesca empresa de contratistas de armas para los yanquies que, además, tiene el control de los Seven y de varios grupos de super-héroes más pequeños. Es a través de esta empresa que llegamos a conocer a James Stillwell, un siniestro personaje que se presenta como la cara visible de Vought-American y es un terrible hijo de mil puta sociópata al que solo le interesa obtener ganancias a costa del sufrimiento de los demás y no sufre el más mínimo remordimiento por absolutamente ninguna de las atrocidades en las que se ve involucrado.

Pero además la historia avanza tanto hacia adelante como hacia atrás, y poco a poco nos vamos enterando del pasado común que comparten los The Boys con los Seven, y los conflictos internos en ambos bandos, las rencillas no resueltas, las heridas no cerradas, las traiciones, las frustraciones, y sobre todo las agendas personales de muchos de los personajes de peso, las cuales no siempre coinciden con los objetivos de sus líderes. Y también se nos va revelando, poco a poco, que hay detrás de Vought-American y su manufactura de Super-Héroes, cómo pudieron desarrollar a estos seres que son prácticamente Dioses caminando en la Tierra, y de qué manera los han manipulado a lo largo de los años para poder sacarles el máximo rédito económico.

The Boys es un cómic que comienza muy abajo, muy sencillo, y se termina transformando en una historia épica, super compleja, repleta de drama, violencia y sexo y super poblada de personajes siniestros, adictos al poder y con una enorme animosidad para abusar del mismo a la primer oportunidad. Dicho esto, si vivís en argentina, la editorial Utopía tiene la licencia exclusiva de este cómic y ya lleva publicados 8 tomos recopilando gran parte de la serie regular y dos de las tres miniseries.

La propuesta de Amazon Prime


Poco a poco, paso a paso, la plataforma de video streaming de Amazon se está transformando no solo en un jugador importantísimo a nivel mundial y un más que digno competidor de Netflix sino que, además, en uno que sabe hacerse destacar con un catálogo armado con mucho criterio y sentido común y con un paquete de propuestas que año a año nos van sorprendiendo gratamente. The Boys no es una excepción.

El showrunner detrás de la misma es ni más ni menos que Eric Kripke, conocido mayormente por ser el artífice de Supernatural, la longeva serie fantástica de los hermanos Wintescher que está por comenzar su quinceava y última temporada, quién además estuvo detrás de la creación de la fallida Revolution y la más reciente Timeless que terminó el año pasado. Esta vez, las noticias fueron un poco más alentadoras que en sus dos últimos proyectos ya que Amazon anunció y confirmó una 2da temporada incluso antes del estreno de la 1ra.

Codo a codo con Kripke, dándole una mano como productores ejecutivos y ayudándolo sobre todo en la traslación del cómic a la televisión están Evan Goldberg y Seth Rogen, mismos que cumplieron una labor análoga en Preacher.

Y con estos 3 jugadores en la cancha el público más despierto e informado claramente tenía una idea de lo que podían esperar del show, y a mi entender no fueron decepcionados en absoluto. El casting, por otro lado, está plagado de actores con mucha chapa y una enorme carrera sobre sus hombros. El neozelandés Karl Urban, conocido por dar vida a Eomer en la saga The Lord of the Rings, al Judge Dredd en la remake Dredd (2012), a William Cooper en RED (2010), a Vaako en la saga de Riddick y a decenas de personajes más en infinidad de papeles televisivos y cinematográficos, se pone en la piel de Billy Butcher, ni más ni menos, mientras que Antony Starr, protagonista de Banshee, hará lo mismo con Homelander. Dominique McElligott (Hannah Conway en House of Cards) le pone el cuerpo a Queen Maeve, Chace Crawford (Nate Archibald en Gossip Girl) hace lo mismo con The Deep y Laz Alonso (Person of Interest, Breakout Kings, Bones, Without a Trace) se mete en la piel de Mother's Milk.


Unos escalones más abajo en chapa están Erin Moriarty como Annie January, Tomer Capon como Frenchie, Karen Fukuhara como The Female y Jack Quaid [Vinyl, The Hunger Games (2012), The Hunger Games: Catching Fire (2013)] como Hughie Campbell, un papel que, ante el asombro de muchos, no quedó finalmente para Simon Pegg, quien de todos modos tiene una participación como el padre de Hughie. Esta podría ser, quizás, la primer decisión polémica de la producción si no tuviera algo de lógica y sentido común: si bien el personaje de Hughie no es un pendejo adolescente en el cómic, tampoco es un anciano con un buen llevar como lo es hoy Pegg (quien el año que viene cumple 50 años), en todo caso el arte de Robertson y algunos datos que vamos recolectando durante la serie en papel nos dan a entender que es un treintañero, y siendo así la elección es acertada, aún cuando al menos a mí la caracterización de Quaid como Hughie me pareció por momentos medio insulsa.

Y luego, claro, está la archiconocida Elisabeth Shue con el papel más polémico para quienes leyeron el cómic: hace de Madelyn Stillwell, una versión "femenina" muchísimo más bajada a tierra del James Stillwell que dirige Vought-American en la obra de Ennis, y sin duda alguna mucho menos perversa que su contrapartida en papel. Esta versión del personaje es funcional al show que Amazon nos presenta pero bajo todo punto de vista es una completa falta de respeto del personaje en el que se inspiraron.


Hechas las presentaciones de quienes llevaron adelante este show lo único que realmente me interesa dejar en claro es que esta primer temporada me encantó, ya que me pareció una muy inteligente manera de acercar algunos momentos muy interesantes de esta historia a los televidentes. Con solo 8 capítulos de entre 50 y 60 minutos de duración cada uno era evidente que se tendría que sacrificar gran parte de los pequeños arcos argumentales que van aunando la épica aventura en papel, y creo que acá Kripke, Goldberg y Rogen, una vez más, han tomado la decisión correcta: ni se molestaron en tomar el cómic como una guía para escribir los plots de la serie. De hecho, es muy probable que hayan hecho todo lo contrario, y sin embargo el resultado sigue siendo bastante fiel al espíritu de la obra original. Como ya ocurrió con la ya mencionada Preacher de AMC, los guionistas y productores tomaron los elementos más representativos de esta historia, los cuales por supuesto incluyen también a los personajes protagonistas y a algunos secundarios, y con eso construyeron una aventura completamente nueva y fresca, ajustada no solo a los tiempos que corren sino también al medio y al formato. Si en la obra original Ennis intentó desarrollar una suerte de ensayo acerca de la relación entre los "Supers" y el estado, bajando línea también al medio y parodiando decenas de personajes y situaciones de las dos más grandes editoriales de cómics superheróicos, en este caso Kripke y compañía se enfocaron en reflejar lo que significa para la cultura popular actual la existencia del Marvel Cinematic Universe, haciendo foco en Disney como un peligroso conglomerado multimediático casi monopólico que dicta las reglas de la industria, impone estándares imposibles, eleva las expectativas de éxito y proyecta una sombra tan grande que muchas veces dificulta la visualización de proyectos alternativos que vayan por afuera de sus producciones.

Pero por supuesto esta lectura solo representa apenas un porcentaje de lo que el show entrega y no es ni por asomo lo que lo termina por definir. No, lo que realmente le termina dando la categoría de una serie única en su tipo es, nuevamente, una inteligente escritura de guiones que tienen su base en la metódica construcción de decenas de personajes realmente muy perturbadores, muchos de ellos muy peligrosos, que pretenden vivir bajo sus propias reglas y observan al resto del mundo desde las alturas que les proporcionan sus capacidades especiales y el lugar que ocupan en la pirámide social. Y a pesar de ser un show radicalmente distinto al cómic del que toman el nombre, de todos modos se sigue conservando un puñado de los plots conspiranoides que relacionan a Vought-American (en la serie de Amazon renombrado como Vought International) con el gobierno norteamericano, y de la mano del personaje de Elisabeth Shue podremos disfrutar de varias de las escenas que llevan adelante estas tramas.


Dicho esto, hay motivos para que el fan del cómic se caliente un poco, de todos modos. El cómic de Ennis es un thriller de espionaje con elevadas dosis de violencia explícita y sexo, y llegado cierto punto, como mencioné en la 1er parte de esta entrada, se transforma en una épica que desenmaraña una compleja relación entre Vought-American, la C.I.A. y los atentados del 11 de septiembre, y todo termina convulsionando a niveles impensados con un enorme daño colateral para la gente "normal" y una lluvia de mierda cayendo encima de la gran mayoría de los super-héroes conocidos, dejando secuelas en ambos bandos... si es que a esa altura de la serie todavía existen esos bandos tan diferenciados. La serie de Amazon, en cambio, es un comedia negra de acción bastante lineal que evita los plots más polémicos y controversiales de Ennis y se conforma con rasgar un poco en la superficie y trabajar a fondo con eso.

Las diferencias son notables pero también las similitudes. Hugh "Hughie" Campbell pierde a su novia a manos de A-Train y es reclutado por Butcher días después, The Boys se termina consolidando como un grupo de Special Ops que tiene como objetivo desacreditar a los Seven, Annie y Hughie comienzan a construir una relación entre ambos a expensas de lo que opine el resto de sus afectos y allegados, y Homelander sigue siendo un personaje siniestro que sabe jugar en equipo pero tiene su propia agenda.

De hecho, quiero dedicarle particularmente unas líneas a la caracterización de Antony Starr como Homelander porque considero que esta interpretación y este personaje en esta versión son, sin duda alguna, el Übermensch definitivo de Nietzsche a niveles que nunca jamás un medio nos pudo mostrar. Cada aparición del personaje es magnífica y está cuidada en absolutamente todos los detalles. Cada escena que protagoniza está perfectamente dirigida y nos transmite un sin-número de emociones encontradas difíciles de clasificar, sus líneas de diálogos son exquisitas y jamás se sienten sobre actuadas o fuera de lugar, y tanto el actor como el traje que le han diseñado logran dar con el tono justo para un personaje que de base era muy complicado de adaptar de manera que lograra algún tipo de empatía con el televidente. El Homelander de este show es una clase magistral de cómo construir un villano megalómano de carne y hueso que conserve todos los elementos característicos del comic book superheróico y así y todo se sienta verosímil. Le mando un beso muy grande a Batman V Superman.

La historia avanza un montón en esta 1er temporada si nos sentamos a comparar las revelaciones que se hicieron y cuando sucedieron en el cómic, pero, una vez más, nada indica que el camino que vayan a seguir en la 2da esté remotamente hermanado con los plots que supimos leer en el papel. Lo que sí se puede percibir es que los guionistas decidieron aunar muchas de las tramas y limpiar el camino, y con eso se llevaron puestos decenas de personajes secundarios y agrupaciones de "supers", un sacrifico que no solo no se llega a sentir mientras se disfruta de la serie, en algún punto se agradece. Yo, como televidente, prefiero que me entreguen una serie de conflictos bien desarrollados de la mano de una decena de personajes que termino conociendo a fondo que una lluvia de plots y subplots llevados adelante por 30 o 40 personajes acartonados que nunca termino de reconocer, y creo que en ese sentido el showrunner, los productores y yo estamos en la misma página, esta vez. Nos volvemos a leer pronto, acá, en Tierra Freak.