miércoles, 27 de noviembre de 2019

See y For All Mankind, los 2 lanzamientos de Apple TV + que le interesan al friki - La Columna de Logan


El 1ro de noviembre de este mes se activó un nuevo servicio de la empresa Apple Inc, el cual consiste en... oh, sí, adivinaron: una nueva plataforma streaming con contenido original, la cual se suma a la batalla de la próxima década por el control multimedia, y cuyos otros jugadores activos son Netflix, Amazon Prime Video, la novata Disney + que ya está jugando con The Mandalorian y la futura HBO Max que se pondrá on-line en el 1er trimestre del próximo año e incluye la fusión entre todo el contenido de HBO sumado al que ofrece Warner (en ambos medios, cine y televisión, y eso incluye la animación y las producciones live-action). Hulu podría ser también un próximo jugador a considerar pero este año entre idas y vueltas terminó siendo cuasi-absorbida por Disney, así que olvidémonos de ella. Otra semana si les interesa me puedo explayar en esta interesante batalla, el día de hoy se lo vamos a dedicar a las 2 únicas producciones que presentó Apple TV + que nos llaman la atención a nosotros, los que nos gusta la fantasía, la ciencia ficción, la acción, la aventura por el descubrimiento y todas esas cosas extraordinarias de las que se componen las más espléndidas ficciones jamás creadas. Me estoy refiriendo por supuesto a See y For All Mankind, dos productos que no podrían ser más diferentes entre sí, y sin embargo estoy muy seguro van a llamar la atención de un target homólogo.


See: más allá de lo no-vidente


La premisa inicial que Steven Knight y Francis Lawrence plantean para este épico drama ambientando en un futuro post-apocalíptico  podrá parecer poco original e incluso similar al escenario que ciertas películas de suspenso recientes nos estuvieron ofreciendo: privar a toda una sociedad de uno de los sentidos más importantes -la vista- y comenzar a jugar desde ahí. Lo cierto es que, por suerte y para beneficios de quienes vayan a adquirir este servicio de Apple, See va un poco más allá de ese punto de partida, y si bien al comienzo no lo insinúa, es una apuesta pretenciosa que deberá manejar un centenar de cuestiones sociológicas anexadas a un escenario en constante evolución.

¿Pero qué chapa tienen los responsables de esta producción? Bueno, si aún viviéramos en el siglo XX, Francis Lawrence sería un nombre que les sonaría de forma fuerte a muchos de ustedes, porque hubo una época en la que los cliperos (directores de video clips) eran celebridades con un enorme peso en la cultura popular. Este austríaco nacido en la mismísima Viena, antes de ser conocido por sentarse en la silla de director de las películas The Hunger Games: Catching Fire (2013) y The Hunger Games: Mockingjay parte 1 (2014) y parte 2 (2015) estuvo a cargo de los videos de los temas Bad Romance de Lady Gaga, Circus de Britney Spears, Sk8ter Boi de Avril Lavigne, What You Waiting For? de Gwen Stefani y Be Yourself de Audioslave, entre otros 100 y pico de videos más que dirigió entre 1993 y el 2013. Si, no les estoy mintiendo, tiene en su haber más de 110 videoclips dirigidos, y al menos el 50% de ellos para estrellas de la talla de las que acabo de mencionar. Y entre sus largometrajes podemos rescatar la polémica I Am Legend (2007) y la reciente y muy genial Red Sparrow (2018), pero claro, también estuvo a cargo de la malograda Constantine (2005), su debut como director de largometrajes, una producción que le hizo bastante daño a la introducción en la cultura popular de nuestro querido John, protagonista del cómic Hellblazer. Yo no me olvido de estas cosas tan fácil, mi querido Francis...

Steven Knight es quién firma como showrunner de esta reciente producción, y si bien la serie tiene mucho de la impronta del recién mencionado Lawrence (quién además dirige 3 de los capítulos de la 1er temporada), ya sabemos como funciona este medio y en quién recaerán las críticas o los aplausos de pie si este barco logra llegar a buen puerto. Knight es mayormente guionista y en el 2003 estuvo muy cerca de ganar un Ocsar con el guión de Dirty Pretty Things (2002), un duro drama sobre inmigrantes nigerianos en Londres protagonizado por Audrey Tautou, aquella promesa de comienzos de siglo que supo enternecer al mundo con Amelie. Una de sus apuestas más sólidas fue Locke (2013), escrita y dirigida por él y protagonizada por un espléndido Tom Hardy, caracterizando a un ingeniero de la construcción que tiene que viajar de urgencia y mientras conduce su auto en ese viaje se encarga de lidiar con un montón de situaciones dramáticas familiares y laborales a través de su celular. Además ha escrito el guión de Eastern Promises (2007), es uno de los guionistas principales de la magnífica Peaky Blinders, el guión de The Girl in the Spider's Web (2018) es responsabilidad suya y acá en Tierra Freak no es la 1ra vez que lo mencionamos porque es uno de los responsables de Taboo, una mini-serie también protagonizada por Hardy que tendrá su innecesaria secuela el año que viene.


Si Knight y Lawrence son los pesos pesados detrás de escena en See, la figurita difícil que ambos consiguieron para posicionar este show por encima del resto es ni más ni menos que a Jason Momoa, el mismísimo Aquaman en persona. Y dentro del casting general hay algunas sorpresas más, como Alfre Woodard, a quién ya conocemos de Luke Cage, donde caracterizó a la temible Mariah Dillard. La holandesa Sylvia Hoeks problablemente no les suene salvo por su caracterización de Luv en la magnánima Blade Runner 2049 (2017), pero es un enorme hallazgo por parte de la producción y seguramente la única de todo el elenco que tendrá oportunidad de obtener alguna estatuilla por su performance.

See entonces es una historia que se desarrolla en un posible futuro donde la humanidad ha perdido la vista y ha tenido que modificar sus hábitos en pos de esta desgracia. El desarrollo industrial y tecnológico quedó entonces congelado en nuestro tiempo y las sociedades regresaron a vivir agrupándose en pequeñas tribus, y en una de ellas se encuentra Baba Voss, el personaje de Momoa, un eximio guerrero y cazador que le permitió a una extranjera residir en su tribu y se terminó enamorando de dicha mujer, la cual, por otro lado, dio a luz un par de gemelos que podrían estar relacionados con profecías paganas. La Reina Kane, caracterizada por Hoeks, la cual lidera con puño de hierro una poderosa tribu que habita una represa, toma conocimiento de este hecho y manda a un cazador de Brujas junto con un enorme destacamento de guerreros y rastreadores para capturar a estos gemelos y aniquilar al resto de la tribu de Voss.

El show nos permite explorar un sinnúmero de situaciones mundanas a través de los sentidos de una sociedad discapacitada que tuvo que sacrificar ciertas costumbres y modificar otras, adaptando sistemas de comunicación al tacto y dejándose llevar por el oído o el olfato para resolver un montón de problemáticas de distancia. La percepción de los espacios para estas personas es radicalmente distinta a la nuestra, y el televidente se encuentra todo el tiempo descubriendo maneras en las cuales centenares de personas desprovistas de la vista tienen que manejar, en solitario o en grupo. ¿Cómo pelean contrincantes que no pueden ver? ¿Cómo derriban enemigos a la distancia, y con qué precisión? ¿Qué cosas construyen y cómo las modifican para que sean funcionales a un ciego? ¿Una persona desprovista de la vista necesita diferenciar sus vestimentas del resto? ¿Porqué en la tribu usan tantos accesorios en la vestimenta si en realidad nadie puede distinguirlos a la distancia? ¿La desnudez es un problema o un taboo en una sociedad que no puede ver? ¿Y los gestos exagerados, un corte de manga, por ejemplo, puede ser percibido por el resto?


Más de la mitad de estas preguntas no tienen respuesta en la serie, y está claro que la producción no se puso a pensar muy a fondo en cuestiones básicas relacionadas con la vista, y de hecho son varios los momentos en los cuales como televidentes nos vamos a decepcionar, porque nos encontraremos con situaciones resueltas de forma poco verosímil para alguien que carece de la vista, pero no por eso esta producción deja de ser atractiva para los amantes de las historias épica-fantásticas ambientadas en futuros distópicos. El ambiente gitano de constante cambio que tiene el show nos va a permitir ver a varios personajes sobrevivir a un montón de desafíos a lo largo de los años, conviviendo con tribus cuasi-nómadas que tienen que trasladarse de un lugar a otro para huir del peligro que los acecha, y a medida que la serie avanza el constante cambio de status-quo será el plato fuerte que logre mantenernos interesados por esta historia.

For All Mankind: un paso detrás de los Soviéticos


En una línea de tiempo alternativa, en 1969, el astronauta soviético Alexei Leonov es el primer humano en caminar sobre la superficie de la luna. Este lamentable e histórico fracaso para la NASA significa también un golpe en la boca del estómago al sistema capitalista que pretendía imponerse por encima del comunismo en el corazón de la guerra fría, y posiciona la carrera espacial en un primerísimo primer plano, prolongando la misma y elevándola a niveles insospechados.

Para los que saben del tema Ronald D. Moore es una leyenda viviente de la ciencia ficción en la televisión. Sus primeras aproximaciones como guionista se dieron a fines de los '80 con Star Trek: The Next Generation, la serie Trekie que continuaría el legado de Gene Roddenberry en esa década, un show pivotal para que muchos de nosotros nos acercáramos por 1ra vez a esta franquicia. "The Bonding" fue el 1er capítulo oficial escrito por Moore, el cual pertenece a la 3er temporada de TNG, y el mismo le permitió seguir colaborando con la escritura de guiones hasta transformarse en co-productor del show, para finalmente ser uno de los productores ejecutivos de la última temporada, escribiendo además los episodios finales. Junto a Brannon Braga co-escribió los guiones de las 1ras películas para cine de este show, Star Trek Generations (1994) y Star Trek: First Contact (1996), y un tiempo después se unió a la siguiente serie de esta franquicia, Star Trek: Deep Space Nine, exactamente en la 3er temporada de la misma, donde fue asistente de producción, productor ejecutivo y, por supuesto, guionista. Muchos de los capítulos más recordados por los fans de esta serie llevan su firma, y puntualmente uno muy polémico titulado "Rejoined", donde dos mujeres se besaron por 1ra vez en la televisión prime-time en U.S.A. Si quieren saber un poco más sobre este episodio los invito a escuchar el último capítulo de un Podcast increíble dedicado a Star Trek denominado Remeras Rojas.

Luego de escribir algunos episodios para Star Trek: Voyager, el siguiente golazo de media cancha de Moore es la re-imaginación de la serie Battlestar Galactica del 2004, una remake del show clásico que sorprendió a todo el mundo y significó un soplo de aire fresco a un género que parecía no tener más nada para contar. Tras la finalización de esta serie en el 2009 y luego de algunos vuelcos, fracasos y cancelaciones, Moore vuelve a sorprender a la audiencia televisiva con la adaptación de la saga de novelas de Diana Gabaldon, Outlander, producida por Sony para la señal de cable Starz, y con la cual ya tiene aseguradas una 5ta y una 6ta temporada para los próximos años.


Mientras tanto, su cabeza y su esfuerzo están puestos en hacer funcionar For All Mankind, un drama coral histórico que plantea una línea temporal emergente de un hecho puntual que significó el comienzo del fin para un período histórico repleto de historias de espías y política global. Pero lo que debería importar en un show que tiene su base en la NASA es la ciencia, y no tanto la política, ¿no? La genialidad de la producción de Ronald reside en la confluencia entre ese vértigo que se vivía en esos años por la Guerra Fría, pero resignificado desde el punto de vista de astronautas e ingenieros que están poniendo su vida en juego para extender los límites de la humanidad, y por encima de todos esos ideales que a muchos podrá sonar medio naif, la intervención política, la exposición de los medios, y en el medio de todo esto unos astronautas que se creen casi rockers y de repente se encuentran bajo una constante lupa mediática que no hace más que cargarle de presión unos trabajos de por sí estresantes y peligrosos.

El casting del show es realmente algo envidiable. Podría decir que uno de las cabezas del mismo es el sueco Joel Kinnaman, quién es hoy por hoy una cara harto conocida en la televisión ya que hizo de padre fugitivo en la reciente Hannah de Amazon Prime, dio vida al gobernador Will Conway en House of Cards, estuvo en la piel de Takeshi Kovacs para Altered Carbon y caracterizó al Alex Murphy de la remake de RoboCop (2014), lo cual significa que con esta entrada es la 4ta vez que mencionamos a este tipo en el sitio como protagonista o personaje relevante de un producto audiovisual que reseñamos, todo un récord para un actor que la mayoría de los que nos leen casi seguro no lo ubican... y eso porque en Tierra Freak no tenemos una reseña oficial de Suicide Squad (2016), ya que en dicho film se puso en la piel de Rick Flag.


Bueno, el amigo Joel da vida a Edward Baldwin, un astronauta ficticio (con esto quiero decir que no está basado o inspirado en un astronauta que realmente existió) al cual al comienzo del show se lo acusa de que probablemente por su culpa los yanquies no hayan puesto un pie sobre la luna antes que los Rusos, y luego de algunas idas y vueltas es ubicado en la misión del Apollo 15, que tendrá como objetivo sacar alguna ventaja en la carrera espacial. La otra actriz que me parece digna de mencionar en un casting donde realmente todos son merecedores de aplausos es Wrenn Schmidt, una mujer que ha tenido papeles relevantes en shows como Boardwalk Empire, The Americans y Outcast, y por supuesto dio vida a la Doctora Iris Campbell en la genial Person of Interest, y claramente es otra que va tras el récord de Kinnaman en menciones en este sitio.

For All Mankind es un show que tiene todo lo necesario para transformarse en una de las series del año. Para el fanático de la NASA y la carrera espacial (entre los que me cuento) es una serie exquisita, repleta de detalles históricos muy precisos que atraviesan transversalmente la historia de la aero-navegación espacial norteamericana, modificando algunas cuestiones conforme avanza la trama y presentando un escenario extrañamente conocido pero radicalmente distinto, con un montón de sorpresas y la apertura de muchos debates que hoy tienen una resonancia mediática enorme y en esos años estaban en pañales. Pero además de todo esto el valor de producción del show es enorme, con locaciones, vehículos e indumentaria de la época que harán la delicia del fan del género y permitirán una aproximación muy ajustada y verosímil de lo que fueron esos turbulentos años en la NASA, con el precioso filtro que nos propone Moore con esta línea de tiempo alternativa. La trama avanza un montón capítulo a capítulo y cada escena tiene su razón de ser para sumar profundidad al desarrollo de un personaje o para orientarlo al televidente en el contexto histórico correspondiente. Este es el tipo de drama que gente como nosotros disfrutamos un montón, porque no subestima al espectador y en cambio le exige mucha atención a los detalles y un bagaje histórico enorme, dos características propias de un Nerd. Nos volvemos muy pronto, aquí, en Tierra Freak.