jueves, 27 de febrero de 2014

El Millarverso te patea el Culo - La Columna de Logan.



Que obvio, obvio título para la reseña de hoy, mis queridos y fieles lectores, pero a veces la constipación creativa nos deja caer en lo evidente, que no por eso resulta menos efectivo. Muchos alguna vez habrán oído mencionar, sobre todo en charlas de fandom, del Buffyverso, pero seguro que pocos escucharon el término de Millarverso (Millarverse en el original gringo), también conocido como Millarworld. ¿Qué es esto, entonces, y porqué amerita una entrada en Tierra Freak? Bueno, es el universo propio que el escritor escocés Mark Millar fue forjando en los últimos años, la mayoría 
de ellos bajo el imprint de Marvel, Icon, que al ser exclusivamente para creators owned, le permite conservar todos los derechos, razón por la cual puede hacer lo que se le antoje con el mismo sin tener que rendirle cuentas a nadie, ni a una editorial, ni mucho menos a un editor, ni a su vieja, ni a su esposa. Y créanme cuando les digo que este título se queda chico: introducirse en el Millarverse no es para estómagos débiles, las nenitas pseudo-intelectualoides con almas Emos fraguadas en un caldo de Gaiman al compás de Dream Theater están debidamente advertidas de que quizás esto va a resultar muy fuerte para ellas. La absurda violencia explícita sinsentido tan propia del mundo en el que vivimos es el fuego en el que se forjan las historias de este micro-mundo repleto de homicidas sin consciencia, depravados y héroes con mas huevos que pericia, todas inmersas en un marco mucho más verosímil que estos viejos y maltratados universos super-heroicos de D.C. y Marvel, pero no por eso carentes de fantasía. Hoy, entonces, haremos un rápido racconto de aquellos comics que Millar considera dentro de su propio universo, para que les quede una digna guía a la hora de buscarlos para leerlos, si es que quedan cebados.

miércoles, 26 de febrero de 2014

Sin Escalas, una crítica elevada - El Gabinete del Dr. Morholt.



Uno podría decir que desde que interpretó a Qui-Gon Jinn en el Episodio I de “Star Wars”, Liam Neeson se posicionó como héroe de acción (a pesar de que de acción tuvo poco y nada en esa película), pero nadie puede negar que su interpretación en “Taken” (principalmente la primera entrega, pero también en la segunda) fue lo que lo puso en el lugar de “hombre mayor que patea culos”, por lo que cualquier película que se estrene con él es digna de ser vista... o por lo menos de arriesgarnos a verla.

jueves, 20 de febrero de 2014

Need for Speed: La película - La Columna de Logan.



Así es, tal cual como lo leyeron en el título. Están a punto de leer una reseña sobre el film Need for Speed (2014), que se estrena en Argentina el 13 de marzo, y en U.S.A. el 14… hoy, 20 de febrero. ¿Cómo? Es que en Tierra Freak somos fanáticos del cine de acción, como lo hemos demostrado más de una vez, casi tan fans de ese género como de la serie Breaking Bad, así que cuando nos enteramos que este film, que tiene como protagonista nada menos que a Aaron Paul, el Jesse Pinkman de la mejor serie de todos los tiempos, iba a tener una Avant Premiere exclusiva casi un mes antes del estreno, sabiendo cómo nos encantan esos eventos movimos cielo y tierra para estar ahí y contarles que tal estuvo. Es lo mínimo que podemos hacer por nuestros lectores, más bien. Es así como el departamento de prensa de este sitio se puso en contacto con el groso de Javier Ponzone, quien nos terminó habilitando una entrada para esta función, y al cual le estamos eternamente agradecidos. Y así llegamos a este texto, una reseña casi libre de spoilers para que vayan calentando motores para un film que va a lograr que no extrañemos tanto a Paul Walker.

miércoles, 19 de febrero de 2014

Contame una de Piratas - El Gabinete del Dr. Morholt.



A principios de la década de 1880 el escocés Robert Louis Stevenson escribe una historia por capítulos en una revista para chicos que luego será publicada en forma de libro con el nombre de “La Isla del Tesoro”.

viernes, 14 de febrero de 2014

Robocop: ¿Una remake innecesaria? - La Columna de Logan.



Anoche fui a ver Robocop (2014), la remake del clásico de 1987 que se estrenó este jueves en nuestro país. 

Si, punto y aparte. Porque la realidad indicaba que hoy (o quizás ayer, si los amigos de Fibertel me hubieran re-conectado el servicio a tiempo) pensaba entregarles otra reseña. Pero de camino a mi Dpto. comencé a reflexionar sobre el film, y caí en la cuenta de que yo entré a esa sala esperando una porquería de película, una más de las remakes horribles que no solo le faltan el respeto a la obra original en todos los aspectos posibles sino que, encima, son aburridas y sosas. Estaba al tanto, obviamente, sobre la calificación que esta remake tendría y, por consiguiente, la distancia que iba a existir entre el precioso exceso de violencia absolutamente gratuita de la original y el que contendría esta versión, sumado a que siempre, desde tiempos remotos, supuse que revivir la franquicia de Robocop era una mala, pésima idea. Me equivoqué, y escribo esta reseña para contarles porqué.



Que jodido es vivir en Detroit

Es lo que todos pensábamos en los ’80, sin lugar a dudas. Analizar la reciente Robocop (2014) sin detenernos en su antecesora es una picardía que no me voy a permitir, el problema está en que la saga original ameritaría una reseña propia, por el peso que tiene y por lo que significó y representó en su momento. Sin embargo, si podemos detenernos en el porqué, y partir desde ahí hacia el presente. ¿Porqué qué?, se preguntarán ustedes. Bueno, porqué fue tan importante aquella Robocop. Por múltiples motivos, y vamos a enumerarlos a todos. Lo más importante es poner las cosas en su contexto, y siendo así, no podemos olvidarnos que en esos años el republicano Reagan era presidente, y en un intento por imponer miedo a sus adversarios soviéticos, propone la Iniciativa de Defensa Estratégica, mejor conocida por todos como el proyecto Star Wars, un sistema de misiles balísticos intercontinentales preparados para detener ataques nucleados y articulados en conjunto desde la tierra y desde el espacio exterior. ¿Porque señalo esto? Ok, no existía internet en los ’80, ni era común tener un celular, tampoco 
cada hogar tenía una p.c., pero no por eso la sociedad era ajena a los avances tecnológicos. De hecho, justamente en esos años comenzábamos a plantearnos de forma seria cuanto debíamos dejar que la tecnología intercediera con nuestro día a día, y a donde nos llevaría el exceso de la misma. ¿El hombre vendería parte de su alma y su espiritualidad en pos de la comodidad que ofrecía la tecnología que estaba por llegar? Era uno de los tantos planteos que sociólogos y antropólogos se cuestionaban. Y en ese marco aparece Robocop (1987), un humilde film de ciencia ficción dirigido por un en ese momento casi ignoto holandés de nombre Paul Verhoeven y producido por una pequeña empresa de nombre Orion Pictures, que había forjado cierta fama en el medio tras haberle garpado algunas películas nada menos que a Woody Allen, y que ya había metido un gol de media cancha con otro film de este género dirigido por James Cameron, The Terminator (1984). Tan chiquita, tan chiquita era esta Orion, que aún clavando algunos éxitos más muy taquilleros acompañados por una excelente crítica como Dances with Wolves (1990) y The Silence of the Lambs (1991), de todos modos a mediados de los ’90 se terminó fundiendo.
Pero volviendo al film que nos concierne en este tramo de la reseña, la 1ra Robocop había costado solo 13 millones de verdes, y si bien la inflación y el desproporcionado crecimiento que tuvo esta industria en sus costos hizo estragos con estos números, para tener una medida de comparación puedo comentarles que otros dos films estrenados el mismo año, como por ejemplo Beverly Hills Cop II y The Untouchables, ambos costaron 20 millones. Que este film lo haya producido Orion es uno de los motivos por los cuales se terminó transformando en un film de culto, y fue festejado durante décadas por sus fans, ya que esa particularidad sumado a la incorrección política que estaban teniendo gran parte de las películas de acción yanquies le abrió la puerta a Verhoeven para poder exacerbar la violencia a límites inimaginables, dándole el toque gore que la hizo distinta. Y si solo hubiera sido eso el plato fuerte del film, quizás hubiera sido suficiente, pero además, dentro de la trama de Robocop (1987) se esconde una severa bajada de línea al American Way norteamericano, denotando una clase media estupidizada delante de la T.V. comiéndose cualquier bosta que el noticiero local le ponga sobre la mesa de la cena, evidenciando corrupción en las altas esferas del gobierno y delatando una sociedad entre los conglomerados privados y el estado que en esos años parecía una fantasía y un llamado de atención para una sociedad dormida en los albores del epílogo de la guerra fría, y un par de décadas después se terminó verificando, todo esto tamizado con un humor negro sarcástico dispuesto para descontracturar los momentos más dramáticos. Una dirección ejemplar, un guión fabuloso, un casting acertado y unas actuaciones memorables construyeron un mito que, tristemente, con el correr del tiempo se intentó explotar demasiado y se terminó cagando de todas las formas posibles… Lamentablemente nuestro colega Alex Murphy no pudo huir del síndrome que sufrieron muchas otras franquicias, como bien lo señaló mi colega.

4ta Directiva Primaria

Saltamos al 2014 y el futuro que nos narraba aquel film de Verhoeven nos alcanzó, y en cierta medida nos pasó por encima. Hoy es más evidente que nunca que nuestra opinión y nuestros votos están influenciados por lo que dictan los medios, que la agenda de unos y otros (estado y entes privados) es una sola, que las líneas que los dividían son cada vez más difusas, que la corrupción es moneda corriente en todos los sectores y niveles de nuestra sociedad, que somos una comunidad dependiente de la tecnología y que conscientes o no hemos evitado reflexionar sobre los peligros que eso conlleva, y finalmente que nos encanta la televisión como medio y aún con el feroz avance de la web multimedia, es probable que jamás desaparezca. En el contexto actual, el concepto de Robocop, a mí, ojo, a mí… me resultaba ridículo. Y a la hora de medir una producción moderna con aquel clásico imbatible, bueno… pobrecita, pobrecita. No dura ni 2 rounds, mirá.

Pero Stallone lo logró. Dos veces. Y como él, otros. Sly no necesitó rebootear sus sagas, pero sin lugar a dudas hace diez años a nadie se le cruzaba por la cabeza una nueva Rocky, mucho menos una secuela de Rambo III (1988). Los cocainómanos ’80 habían terminado ya, y la fiebre había bajado. Y en el 2006 nos desayunamos que no: Rocky volvió y pegó durísimo. Aún no me repongo de ese derechazo. Y ahora Padilha pretendía hacerlo de nuevo. ¿Quién? José Padilha, un brazuca que hace un tiempo nos descolocó la mandíbula con Tropa de Elite (2007), una fábula militarizada inmersa en una favela situada en Morro do Turano, y que ahora llevaría adelante esta promocionada remake. 

Entramos a la sala con todos los prejuicios posibles, se sabe: vamos a ver un film mainstream PG-13 de 100 millones de dólares de la Goldwyn-Mayer y Columbia, ergo: un episodio de La familia Ingalls va a tener más violencia que este film; no tiene auto, ahora tiene una moto, y encima el traje es negro; olvidate del humor negro de la original; la cara de panqueque del flaco que hace de Murphy no tiene nombre; ¡la música, no me saques la música de la original!

Todos en la producción de Robocop (2014) evidentemente sabían lo que tenían que hacer para combatir estos prejuicios, y paso a paso terminar ganándose la simpatía incluso de insoportables fans como yo. El sustento más fuerte que tiene el film son algunas de las actuaciones, pero sobre todo la de Samuel L. Jackson caracterizando un periodista de nombre Pat Novak que tiene un vistoso e impactante programa de corte político, y el film comienza con un segmento de este show. Jackson, como el mejor Neustadt de los ’90, abre con un informe y un monólogo sobre lo que será la base de esta película: la posibilidad de que se incorporen en U.S.A. unos robots para que se encarguen de la seguridad en las ciudades más conflictivas, donde el delito ha ascendido a escalas insospechadas, y donde, por supuesto, Detroit rankea bien arriba. Tenemos por un lado un empresario caracterizado por Michael Keaton, dueño de OmniCorp, la empresa encargada de manufacturar estas unidades (entre las cuales está la versión moderna del clásico ED-209) que manijea la opinión pública sobre esta movida a través del programa de Novak, y por el otro un legislador de nombre Hubert Dreyfuss que avala y apoya una contravención que prohíbe la utilización de robots para encargarse de la seguridad en terreno yanquie. Y desde ahí, el film comienza a crecer. Los enfermitos se quedan tranquilos cuando en menos de 5 minutos aparece la música original, con una puesta al día que le agregó unos toques de frescura sin traicionar la partitura original, y desde ahí la cinta repetirá este recurso infinitas veces. 

La película es un gigantesco fan-service de la producción original, ya que está plagada de chistes o referencias que solo tienen gracia para quienes vieron el film del ‘87, y no molestan pero tampoco aportan demasiado a la nueva generación, virgen de la película de Verhoeven. Y ya que lo menciono a él, la dirección de Padilha es… correcta. Está bien. Tiene una sola escena donde se quiso pasar de loquito y la arruinó, pero el resto está muy bien filmado y la acción tiene su cuota de vértigo y adrenalina. Obviamente la violencia, como todos esperábamos, bajó 14 escalones, y el gore brilla por su ausencia, pero los guionistas y el director supieron suplir esto modificando un par de premisas, y mostrando el sufrimiento del oficial Alex Murphy de forma mucho más cruda, dura y haciendo partícipe al espectador de forma más íntima del mismo. Hay algunas tomas de Murphy ya involucrado en el proyecto Robocop que al menos yo no creí llegaría a ver, y me cerraron la garganta. Aplausos. Los FX’s están, además, a la altura del desafío, y supieron comulgar de forma creativa algunos detalles clásicos con tendencias estéticas modernas. En cuanto al casting, además de los ya mencionados, para los fans de Dexter la tenemos a Aimee Garcia, la hermana del sargento Batista, acompañando a Gary Oldman, un científico que se encargará de guiar al oficial Murphy en la transición de hombre-a-máquina. Y si los fans del Batman de Nolan se ponen contentos con ver a Oldman en pantalla, los fans de la Watchmen de Snyder también lo estarán cuando descubran que Jackie Earle Haley, a.k.a. Rorschach, caracteriza a un correcto mercenario, un personaje que entra muy bien y se posiciona como un groso absoluto.

El final, quizás, no está a la altura del resto del film, y eso la empaña un poco. Es una lástima, porque creo que con un poco más de creatividad se podía cerrar la película sin algunas boludeces que la manchan, pero de todos modos este tema no logra que salgamos de la sala de cine con cara de orto, prevalece la emoción que la producción nos hizo vivir. Yo no aposté ni media fichita por esta remake, y salí satisfecho. Mi consejo es que vayan a verla, al cine, y después me cuenten. Dudo salgan decepcionados. Nos volvemos a leer la semana que viene, acá, en Tierra Freak.

miércoles, 12 de febrero de 2014

Artistas Polifacéticos - El Gabinete del Dr. Morholt.



El arte cuenta con numerosas formas de expresión y ya desde los antiguos griegos o los antiguos chinos siempre se habló de las 6 artes: pintura, escultura, arquitectura, música, literatura y teatro, sin un orden mundialmente aceptado.


Pero para el año 1911 (casi 16 años después de la primera proyección realizada por los hermanos Lumiere y muchos siglos después desde la antigua clasificación) un teórico postula al cine como el 7º arte, dando comienzo al listado de lo que se conoce como arte moderno.

Como toda convención, sólo se necesita de gente que la acepte y la utilice para que muchos la den como cierta.

Así fue como a la fotografía se la nombró el 8º arte y recién en 1964 el historietista Morris (famoso por, entre otras cosas, Lucky Luke) le aplica a la historieta el mote de 9º arte y todos decidimos aceptar que este lenguaje icónico fuese considerado como una rama artística porque lo elevaba en categoría cultural.

Muchos de los considerados “Genios del Arte” pudieron plasmar sus ideas, conceptos y sentimientos en más de una de las vetas artísticas, desde los renacentistas Leonardo Da Vinci y Miguel Angel hasta el más cercano dadaísta-surrealista-genio-de-todos-los-genios Salvador Dalí… pero claro, estos como que se van de la escala de lo humanamente posible.

Del resto de los simples mortales, no son muchos los artistas que se pueden desempeñar en diversas ramas del arte y lograr ser buenos en ellas. Por eso nos sorprende (y principalmente me da mucha envidia) cuando un actor saca fotografías o dirige películas, así como cuando un gran músico aparte actúa y también cuando un actor escribe poesía, es fotógrafo y además pinta, por sólo dar algunos ejemplos contemporáneos (Leonard Nimoy, David Bowie y Viggo Mortensen, respectivamente).

Centrándome sólo en aquellos historietistas que también han dirigido cine (y algún que otro director que ha escrito historieta) voy a enumerar aquellos que parecen tener la habilidad de hacer las cosas bien en estas dos facetas del arte y que principalmente me dan mucha envidia porque no puedo desarrollarme en ninguna.

Muchos de los lectores de TierraFreak conocen el ejemplo de Frank Miller, reconocido artista de la historieta por obras de imprescindible lectura y que hace unos años desembarcó de manera magistral en la dirección de cine con obras imperdibles como Sin City o The Spirit.

(Y, sí, se que Miller escribió muchos guiones de películas, pero eso es escribir, como también sería escribir un guión de comic, así que eso no lo tengo en cuenta en esta enumeración)

También podemos hablar de directores que son conocidos e hicieron pie en las historietas, los casos más emblemáticos en lo que a comic yanki se refiere son Joss Whedon y Kevin Smith. ¿Qué decir de estos dos tipos que ya no se haya dicho?

De Joss Whedon podmos leer lo que se escribió en Tierra Freak hace un tiempo sobre sus tres obras de cabecera: Buffy The Vampire Slayer, Firefly y Dr Horrible´s SingAlong Blog, pero también podemos nombrar sus trabajos en las historietas con, por ejemplo, la octava temporada de Buffy (sep, continuó la serie en papel, ya que no podía hacerlo en la tele) donde escribió algunos guiones, también escribió historias del universo Firefly (incluida una historia que une el final de la serie con el principio de la película), pero sin lugar a dudas su mejor trabajo en el comic sea “Astonishing X-Men” en la editorial Marvel.

Con dibujos del maravilloso John Cassaday, Whedon agarra la posta luego de la increíble “New X-Men” de Grant Morrison y no sólo que está a la altura del trabajo del escocés, sino que por momentos demuestra un amor por los mutantes y una idea general tan bien planeada que se evidencia en la cantidad de ventas que tuvieron esos 24 números.

Como dato de color, este polifacético artista compone música, el tema de apertura de Firefly y muchas de las piezas de sus musicales han sido compuestas por él… como si fuera poco, no?

Por el lado de Kevin Smith también podemos usar el buscador de TierraFreak y  ver que muchas son las noticias de este gordo y comiquero director de cine. Smith nunca renegó de ser un lector de historietas y en su obra se nota.

Su trabajo más importante en el noveno arte es la saga “Guardian Devil” para la serie de Daredevil, en Marvel y luego se cruzó el charco para hacer los primeros 15 números de la relanzada serie “Green Arrow” haciendo volver de la muerte a Olliver Queen.

Después sigue escribiendo comics turnándose en Marvel y en DC, o sea que seguro su trabajo en comics es conocido.

Pero ¿y al revés? ¿Es Frank Miller el único historietista que dio el paso a la pantalla grande?

La respuesta es no, y por eso voy a enumerar algunos historietistas que dieron el salto a la pantalla grande y cuyas películas valen la pena mirar:

El portadista fetiche:

Si son de leer habitualmente mis columnas sabrán que ya hablé de un dibujante que se puso en el rol de director, así que el primero en nombrar es el ya mencionado Dave McKean.

Hablé un poco de la primera película de Dave McKean en la columna de hace unas semanas llamada “Inspiraciones, parecidos y derechos de autor” porque es un claro “homenaje” a la película “Labyrinth”, pero eso no es todo lo que el portadista de “The Sandman” hizo para la pantalla grande (y que sea una inspiración demasiado obvia no quita que la película esté muy bien dirigida).

En el año 2012 se estrenó “The Gospel of Us”, una versión actual de la pasión de Cristo que filmó con la actuación protagónica de Michael Sheen (más conocido por su papel de Lucian en la saga “Underworld” o de David Frost en “Frost/Nixon”) en una performance en vivo en el pueblo de Port Talbot, Gales.

La actuación fue realizada en medio de más de mil personas que vivieron y participaron de esta performance donde Sheen y otros 12 actores tomaban los roles principales mientras las luces y cámaras eran dirigidas por McKean.

No tuve la suerte de verla entera, pero viendo clips que se encuentran en Internet parece un experimento más que interesante.

Para este 2014 tiene planeado estrenar su tercera película, llamada “Luna”, que contará la historia de un matrimonio que pierde a su hijo y mediante sueños podrán verlo crecer y vivir, con la consecuencia de tener que despertarse y abandonar ese mundo onírico.

Originalmente filmada en 2007 “Luna” frenó su producción hasta el 2010 cuando McKean planeó filmar nuevas tomas y sumar unos cuantos segmentos de animación. La idea era estrenarla en el 2013, pero todo se retrasó para este año.

La estética que McKean pone en sus ilustraciones o collages se nota en sus películas, por eso lo destaco.

El entretenido pochoclero:

Otro historietista yanki que dio el salto a Hollywood es David Goyer, quien empezó ayudando a James Robinson en los guiones de Starman allá por el año 1999.

Luego fue responsable de muchos números con la Justice Society of America como protagonista, tanto especiales, mini series y números de la serie mensual, trabajando siempre con Robinson y también con el niño mimado de DC, Geoff Johns.

En la pantalla grande escribió muchos guiones entre los que se destacan la maravillosa “Dark City” del director Alex Proyas, “Man Of Steel”, “Mission to Mars” y la olvidable “Nick Fury: Agent of SHIELD” que protagonizó David Hasselhoff, entre otras muchas cosas (como ser el responsable de los argumentos de la trilogía de Batman junto con Christopher Nolan).

Pero principalmente fue el responsable de la adaptación a la pantalla grande de las aventuras del “caminante diurno”, el vampiro Blade.

Goyer fue el escritor de las tres películas del vampiro interpretado por Wesley Snipes y entre la primera y la segunda se larga a dirigir su primera película llamada “ZigZag” (2002), que cuenta la historia de un nene autista que roba un dinero a su jefe para ayudar a su padre abusador a pagar el alquiler. 

¿Adivinen quién trabaja en esta película? Sep, Wesley Snipes, que ese mismo año estrena “Blade II”, con guión de David.

Para el 2004 Goyer se atreve a dirigir la tercera parte de Blade “Blade: Trinity” que a mi parecer es la más entretenida de todas por ser la más superheroica de las tres.

No le fue mal con la dirección así que para el 2007 estrena “The Invisible” protagonizada por Justin Chatwin (sí Goku de “Dragonball Evolution”) que es una remake de la homónima película sueca del 2002.

La historia cuenta cómo el protagonista es asesinado y queda en una especie de limbo del cual sólo podrá salir si lo ayuda su asesino.

En el 2009 dirige un guión propio, la interesantísima “The Unborn”, película de terror de fantasmas y posesiones donde trabajan Odette Annable (de “Dr. House”) y Gary Oldman.

Para ese año se junta con Brannon Braga (productor y guionista de varias series de Star Trek) y crean la muy recomendable “Flashforward”. Ahí se da el lujo de dirigir algunos capítulos y como ve que la papota está en la televisión (a pesar de que la serie de Blade no le dio tanta ganancia) para el 2013 crea la popular “Da Vinci´s Demons”, en donde dirige también 2 capítulos.

El futurista europeo:

Ya hablé de un historietista más “de autor” como McKean y de uno bien mainstream como Goyer. Para tocar la tercera pata de la historieta mundial hablemos del yugoslavo Enki Bilal que siempre trabajó en el comic francés.

El trabajo más conocido por estas tierras de este guionista/dibujante es la trilogía de Nikopol, conformada por “La Feria de los Inmortales”, “La Mujer Trampa” y “Frío Ecuador” ya que la mítica revista “Hum®r” de Andrés Cascioli publicó la primera parte de la trilogía allá por los años 80s. Pero cualquiera que haya podido tener en sus manos algún ejemplar de la revista Metal Hurlant habrá visto alguna ilustración suya.

Con un estilo impresionante este historietista del que todos deben leer algo en su vida, dirigió 3 películas, a saber:

“Bunker Palace Hotel”, de 1989, cuenta la historia de un futuro post-apocalíptico en el cual una dictadura cae en manos de la revolución y los que estaban al mando tienen que esconderse de los rebeldes. Ahí se logra escabullir una espía rebelde y tiene que interactuar con aquellos refugiados que esperan al líder dictador, que no sabe si todavía está vivo.

“Tykho Moon” de 1996 es una película de ciencia ficción (el estilo que más le gusta a Bilal) emplazada en un futuro cyberpunk donde la única cura para la enfermedad mortal que tiene el viejo y desgastado dictador que oprime a los ciudadanos de París es el viejo amante de su esposa, llamado Tykho Moon. 

Sus células son lo único que puede evitar que el dictador muera y el régimen caiga, por lo que se lo debe buscar a toda costa.

Esta película, a pesar de ser mucho más lograda que la primera, no tuvo la repercusión esperada y sólo se estrenó en cines en Francia y en Japón, donde el éxito fue tremendo. Quizás porque los japoneses están más acostumbrados al futuro cyberpunk que los yankis o ingleses… quizás porque tienen mejor gusto.

Su tercera película, estrenada en 2004, es una adaptación de “La Feria de los Inmortales” y “La Mujer Trampa” y la tituló “Immortel: Ad Vitam”, a pesar de ser una producción francesa estuvo hablada en inglés y eso hizo que los yankis la aceptaran mucho más que las anteriores.

Con una mezcla de actores y animación CGI, se nos cuenta la historia de cómo se conocen Alcide Nikopol y Jill Bioskop en una Francia futurista donde una pirámide se suspende en el medio de la ciudad capital y es el lugar donde los dioses egipcios Bastet y Anubis quieren enjuiciar al renegado Horus, creador de la humanidad. Sin dudas una película que hay que ver tanto por el guión como por la puesta en escena y la combinación magistral que logra Bilal al hacer interactuar a actores con personajes animados.

El maestro chileno:

Si hay un historietista que puede ser conocido por muchas otras facetas del arte es Alejandro Jodorowsky. Es más, muchos quizás lo conozcan como escritor y no como historietista. Muchos lo conozcan como psicomago y no como director de cine. Muchos conozcan su trabajo en teatro, pero no su veta surrealista de la mano de André Bretón.

Y ese es el tema con Jodorowsky. En sus 84 años hizo de todo, y todo lo hizo bien.

Sus historietas más destacables son, a mi modesto parecer, “El Incal” (con Moebius… aunque cualquiera de sus trabajos con el mostro de Jean Giraud es de imprescindible lectura), “La Casta de los Metabarones” (en su mayoría con el argentino Juan Gimenez, pero hasta hizo una saga con Travis Charest) y “Las Aventuras de Alef-Thau” (con Arno).

Según contó una vez “Me dediqué al comic porque siempre hice lo que quise” y en su obra se nota. Hay desde las clásicas aventuras espaciales de ciencia ficción hasta profundos textos de viajes iniciáticos, pasando por historias eróticas o de época.

Y en el cine hizo, casi siempre, lo que quiso también.

El primer largometraje que dirigió es “Fando & Lis” (del 68) y está basado en una obra de teatro vanguardista del mismo nombre del español Fernando Arrabal (surrealista que compartió grupo de trabajo con Bretón y Tristán Tzara). Un viaje extraño hacia la mítica ciudad de Tar, donde Fando y su mujer Lis encontrarán la felicidad eterna, pero para llegar tendrán que pasar por las más raras situaciones.

“El Topo” de 1970, nos cuenta la historia de un hombre buscando el sentido de la vida. Para hacerlo tiene que aprender de 4 maestros del revolver (y batirse a duelo con ellos). En el camino lo acompañan su hijo y su novia enana.

Como es de esperarse de este director el surrealismo es la manera que tiene de contarnos la historia y la cruda belleza de las escenas y la cantidad de simbolismos hace de esta película un viaje en el que seguro nos vamos a perder.

Tan especial es la película que el mismo John Lennon se encargó de distribuirla en los Estados Unidos y un disco de Génesis está basado en su argumento.

“The Holy Mountain” de 1973, es quizás el pico en la carrera de Jodorowsky. Una película surrealista y esotérica que fue producida con capitales estadounidenses gracias a que Lennon convenció a algunos amigos de poner dinero en la obra de don Alejandro. Es más, la idea era que la película la protagonizara George Harrison, pero la crudeza de ciertas escenas hizo que el Beatle no quisiese hacerla.
La historia de esta película es simple, pero complicada a la vez. Es la historia de un viajante que se encuentra con un alquimista y trata de conseguir la inmortalidad. Pero claro, el camino no es simple y debe llegar a la Montaña Sagrada, para poder destituir a los siete seres que representan al sistema solar y quitarles el lugar.

Una película hermosa, llena de simbolismo y contenido. Una película tan influyente que el mismo Darren Aronofsky dijo que es una de sus preferidas (y viendo “The Fountain” se entiende bastante).

En 1980 dirige una película animada llamada “Tusk”, de la cual no voy a comentar nada, principalmente porque ni a Jodorowsky le gusta.

“Santa Sangre” es de 1989 y es por lejos la más cruda de todas sus películas, con escenas violentas y sangrientas, cuenta la historia de un chico criado en un circo que es testigo cómo su madre es mutilada por su padre, quien luego se suicida. Obviamente esto repercute en la psiquis del chico y la película está llena de contenido psicoanalítico y mágico. No es una película simple, más que nada por los movimientos temporales que a veces pueden llegar a perder al más atento espectador.

Su última película hasta ahora (porque tenía pensado estrenar una en 2013, pero al final no lo hizo) es “The Rainbow Thief” del año 1990. Es la primera en la que Jodorowsky trabaja con un productor que lo controla (Alexander Salkind, el mismo de las películas del Superman de Christopher Reeve). Los protagonistas son Peter O´Toole y Omar Shariff y cuenta la historia de estos dos marginales que viven en las alcantarillas, pero que buscan el pote mágico al final del arco iris. Al no ser un guión de Jodorowsky y no dejarle la libertad creativa a la que estaba acostumbrado, es la película que menos se asemeja a su obra. Aunque igual es recomendable.

Pero no es la primera vez que le pasó esto de no poder hacer lo que quería. 

En el año 1970 el productor Arthur Jacobs tenía el proyecto de llevar la obra de Frank Herbert “Dune” a la pantalla grande, pero murió antes de empezar la pre-producción. Fue así que Alejandro Jodorowsky compró los derechos para dirigirla y también para adaptarla. Durante 5 años trabajó en el proyecto e hizo parte del mismo a Salvador Dalí, Orson Welles, Chris Foss, H. R. Giger y Moebius (Jean Giraud) para la parte de actuación, guión y arte; y a los Pink Floyd para la banda de sonido. Según comentó el mismo Herbert la película iba a ser de casi 10 horas de duración.

Un “equipo de los sueños” para una “obra soñada”.

El problema es que tardó demasiado, y los productores se cansaron de esperar y de poner dinero en algo que parecía nunca iba a concretarse y que iba a ser imposible vender. Entonces cancelaron el proyecto sin ningún reparo.

Luego de casi 10 años, gracias a que Dino y Raffaella de Laurentis compraron los derechos, se pudo estrenar la versión de David Lynch que todos conocemos y que por más que sea hermosa, seguro no tiene nada que ver con lo que Jodorowsky tenía planeado.

Al respecto de esta historia se estrenó en el Festival de Cannes del año pasado, un documental llamado “Jodorowsky´s Dune” de Frank Pavich, donde el maestro cuenta lo que quiso hacer y los que todavía viven y trabajaron en el proyecto dan su perspectiva. Si bien no es una película de Jodorowsky, es sobre la película definitiva de Jodorowsky, esa que nunca llegó a filmar y también vale la pena verla.

Como se puede ver algunos son tocados por la varita mágica y llegan a este mundo con mucho (quizás demasiado) talento, otros en cambio, tenemos que conformarnos con disfrutar y maravillarnos con su arte, lo cual no es poco.

viernes, 7 de febrero de 2014

80 años de LEGO - La Columna de Logan.



Supongo que tengo que dejar de cerrar mis reseñas prometiendo una el jueves próximo porque es evidente que cada vez que lo hago me acerco más a ser un político. Superado ya este desfasaje de un día, la idea de esta semana entonces es acompañar el estreno del film The Lego Movie (2014) que se dio el día de ayer en muchas de las salas de cine de nuestro país, contando la historia de esta empresa que cumple la para nada despreciable cantidad de 80 años.