viernes, 7 de febrero de 2014

80 años de LEGO - La Columna de Logan.



Supongo que tengo que dejar de cerrar mis reseñas prometiendo una el jueves próximo porque es evidente que cada vez que lo hago me acerco más a ser un político. Superado ya este desfasaje de un día, la idea de esta semana entonces es acompañar el estreno del film The Lego Movie (2014) que se dio el día de ayer en muchas de las salas de cine de nuestro país, contando la historia de esta empresa que cumple la para nada despreciable cantidad de 80 años.



Ole el visionario

-Maestro, yo quiero... contarte algo. Fijate: hay una página, no sé si la conocés, se llama google... si yo quiero saber sobre LEGO, pongo LEGO en google... y, fijate... me manda a otra página, menos zarpada que google pero muy buena igual, la wikipedia de LEGO. Entonces hago google => LEGO => ficha de wikipedia de LEGO, y después digo Tierra Freak: comela.

-Campeón, tuve una semana bastante complicada que incluyó entre otras tantas delicias tener que lidiar con 48 hs sin internet, así que haceme el favor de dejar tu sarcasmo de lado y confiar en que gracias a mi hábil muñeca para el relato y mi capacidad de, justamente, evitar escribir un clon de wikipedia, vas a conocer algo más sobre LEGO que probablemente no sabías y que tampoco está servido en bandeja en wiki. Gracias de todos modos por tus consejos, k-po, estoy seguro que el mundo no sería lo mismo sin gente como vos. Ah: tomá $5 y comprate una vida. Besitos.


Hace un tiempo recorrimos juntos la historia moderna del conglomerado Disney, y hete aquí que LEGO tiene algunos puntos en común con esta empresa, uno de ellos es que ambas tienen un Tío Walt, pero en el caso de la que nos compete hoy es oriundo de Dinamarca y se llamaba Ole Kirk Christiansen, estaba casado, tenía 4 hijos y una carpintería que se dedicaba a la construcción de muebles y casas de madera allá por 1914. La tragedia llamó  a la puerta 2 veces para este trabajador, y su fábrica que estaba situada en la localidad de Billund fue víctima de un incendio en 1924 que casi la destruye por completo, a la par del fallecimiento de su esposa. El bueno de Ole no se dio por vencido pero definitivamente tenía que darle un vuelco a su profesión, ya que entre otras cosas tuvo que rajar e indemnizar a todos sus empleados y se quedó solo con sus hijos mayores para remontar el negocio. Es así como decide comenzar a construir cosas más chicas, a escala, y termina especializándose en juguetes. El ingenio que comenzó a aplicar en los mismos sumado a la altísima calidad a la que los sometía –contrario a las tendencias modernas de marketing y mercado, la idea de Ole era hacer juguetes duraderos- logró que pudiera salir del pozo, e incluso comenzar a exportar a grandes cadenas en toda Dinamarca. No fue hasta 1934 que el nombre LEGO fue acuñado por Christiansen a raíz de la frase danesa leg godt, que significa "juega bien". En uno de sus viajes para cerrar un contrato se mete en una exposición industrial y queda enamorado de una máquina que estaban presentando que trabajaba el plástico en pequeña escala y con un detalle exquisito. El viejo Ole imagina entonces la posibilidad de poder comenzar a producir los famosos bloques LEGO para darle la posibilidad a los niños de construir sus propios juguetes, y con esto mataba dos pájaros de un tiro: cada producto cumplía la función de entretener –el objetivo de cualquier juguete- pero además agilizaba la mente del niño.

La importancia de un Sistema

Lo malo de los bloques hasta ese momento era que… eran bloques, y uno solo podía armar algo y observar como desafiaba la gravedad gracias a la pericia y precisión de la construcción, pero no podía moverlos ni manipularlos demasiado porque se venía todo abajo. Es así como después de quemarse la cabeza codo a codo con su hijo mayor, Godtfred, en 1949 ambos desarrollaron un sistema, el sistema LEGO, quizás el movimiento más importante dentro de la evolución de esta empresa, y la base del mismo eran unos bloques de plástico que se podían conectar con mucha facilidad. Estos bloques de construcción automáticos, fabricados de acetato de celulosa, fueron desarrollados al estilo de los bloques de madera tradicionales, los cuales podían ser apilados unos sobre otros; el concepto revolucionario, sin embargo, fue el hecho de que los bloques de plástico podían ser trabados entre sí. Cada bloque poseía varios botones planos en su cara superior y un fondo ahuecado rectangular, y conectando las caras superior e inferior de dos bloques era posible mantenerlos unidos. ¡Matanga!

Sin embargo, la evolución no terminó ahí: años después, Godtfred divisó el inmenso potencial de los bloques LEGO para convertirse en un sistema para el juego creativo, pero los bloques poseían aún algunos problemas desde el punto de vista técnico dado que su habilidad para "pegarse" era limitada y no eran muy versátiles. No fue hasta 1958 que el diseño de los bloques actuales fue desarrollado, los cuales fueron mejorados con tubos huecos en su cara inferior. Este cambio permitió mayor apoyo en la base, mejorando ampliamente la habilidad de pegarse y su versatilidad. Lamentablemente Ole Kirk Christiansen falleció ese mismo año y Godtfred heredó el liderazgo de la compañía, por lo tanto la expansión mas zarpada de la empresa no pudo ser disfrutada por el viejo.

Y dicha expansión se dio por dos motivos fundamentales: la insistencia con hacer de LEGO un sistema abierto, en el cual cada juguete, aún teniendo distintos motivos y líneas, e incluso versiones para niños más pequeños con bloques mucho más grandes (llamados DUPLOS, que tienen el doble de tamaño de los bloques tradicionales, así los pendejos no se los meten en la boca), puede ser utilizado en combinación con absolutamente todo el resto de los productos de la empresa, a lo largo del tiempo (juguetes desarrollados a fines de la década del ’50 pueden ser combinados con el LEGO Hobbit, aparecido en el 2012, por ejemplo), y la apuesta por un producto que tenga siempre la máxima calidad, aún cuando eso patea en contra del costo final del producto, obviamente. Es así como, en busca de esta calidad de punta, en 1963 el acetato de celulosa fue abandonado a favor de un material más estable, dado que los ladrillos desarrollados con este material poseían problemas de deformación y arqueado; sus sucesores fueron fabricados con acrilonitrilo butadieno estireno, mejor conocido como plástico ABS, el cual sigue siendo utilizado hoy en día. El ABS es más resistente al calor, ácidos, sales y otros químicos y no es tóxico. Los ladrillos LEGO fabricados con plástico ABS en 1963 mantienen aún su forma y color 40 años más tarde y son aún perfectamente interconectables con los ladrillos LEGO fabricados en la actualidad. Y me gustaría detenerme un par de líneas en este punto: LEGO, con todo lo que eso implica para el comercio moderno, apostando por la calidad y perdurabilidad va en contra de prácticamente todas las tendencias de mercado actuales, en donde un producto, sea cual sea y apunte al target que apunte, tiene una vida útil cada vez más corta para poder ser reemplazado lo más pronto posible y, con esto, mantener el consumo sobre ese sector siempre vigente, acarreando con eso un sinfín de incordios en el consumidor, por no mencionar el daño que inconscientemente le hacemos al medio ambiente generando cada vez más basura. LEGO debe ser una de las pocas empresas que, aún hoy, inmersos de pies a cabeza en el siglo XXI, pelea el mercado desde otra banca y confía en que la longevidad de sus juguetes no solo no van a patearle en contra sino que son un sello distintivo de la marca. Aplausos.

Pero no nos desviemos del tema, y tampoco seamos tan expeditivos: la expansión de LEGO se dio de forma pausada pero determinante, y al día de hoy la empresa cuenta con fábricas en Dinamarca, Hungría, República Checa y México, y a pesar de la crisis que tuvo que soportar entre el 2001 y el 2005, sigue conservando 2 de los 6 parques temáticos que logró inaugurar en el siglo pasado. La fuerte competencia de otros fabricantes como Mattel, Hasbro, Bandai y sobre todo las nuevas formas de entretenimiento, como por ejemplo los videojuegos, han forzado a la compañía a adaptarse, y uno de los caminos que ha tomado, además de generar nuevas líneas incorporando motores, engranajes, luces, cajas de sonido y cámaras disponibles para ser usados con otros componentes LEGO (existen incluso piezas que pueden ser programadas con una p.c. para desempeñar procedimientos complejos, las cuales son vendidas bajo el nombre LEGO Mindstorms) es comenzar a jugar con licencias, y es así como hoy tenemos los LEGO Star Wars, Harry Potter, Indiana Jones, Speed Racer y otras tantas licencias relacionadas con el cine y la televisión. La imposición de la marca desde el 2005 asociada con estas licencias fue fundamental para su supervivencia, y LEGO invirtió millones de Euros también en el desarrollo de videojuegos y animaciones para t.v. de la mano de Electronic Arts y Warner Bros. Un detalle que pocos saben y que me resulta exquisito: el origen de los colores que conforman el nombre Google se basa en que el ordenador original que se utilizó para el proyecto Google estaba construido con LEGOs, como lo demuestra la imagen que vemos acá abajo. Jo jo jo.


Made in Argentina

Pero no solo de LEGO vive el hombre, y muchos de ustedes seguramente cuando comenzaron a leer esta nota recordaron que quizás en su niñez tuvieron la posibilidad de poder echarle mano a juguetes similares a estos pero… que no eran LEGO. ¡Por supuesto que sí! Y nosotros, los argentos, fuimos pioneros en el arte de emular el éxito de otros y, sin pagar un solo mango, apropiarnos de una idea y explotarla en casita. Aprovechando que LEGO no tenía una fábrica en nuestro país (ni la va a tener a futuro teniendo en cuenta la historia que tenemos a cuesta con los amigos Daneses en este rubro), en la década del ’60 tuvimos la suerte de poder disfrutar de nuestros propios juguetes armables de la mano de Mis Ladrillos, una empresa que desarrollo un sistema similar a LEGO que consistía en exactamente el mismo tipo de juguete: bloques de ladrillos de plástico preparados para armar construcciones y vehículos, y que además incluían techos, ventanas, puertas, ejes, ruedas y hasta motores. Mis Ladrillos asombrosamente pudo sobrevivir el paso del tiempo –estuvo cerrada varias veces pero siempre pude resurgir de las cenizas- y existe aún hoy, y a aquellos curiosos nostálgicos les recomiendo fervientemente que se peguen una vuelta por la página oficial , la cual tiene un horrible diseño pero cuenta con unos videos muy sencillos de visualizar que demuestran el potencial actual de esta peculiar línea de juguetes. También a fines de los ’60, principios de los ’70, aparecieron los Rasti, desarrollados por una empresa familiar alemana de nombre Modellspielwaren Dr. Hasel & Co., con sede en Reichartshausen, pero que a mediados de los ’70 fue trasladada a nuestro país y comenzó a ser desarrollada por la fábrica Knittax. Habiendo logrado una popularidad considerable en el mercado de juguetes local, el Rasti se comenzó a exportar a países como Canadá y Alemania hasta que su producción pasó a Brasil cuando la licencia fue otorgada a la empresa Hering, y se continuó fabricando allí por algunos años aunque con una calidad no tan cuidada como en su época argentina. La empresa argentina Dimare compró las matrices y derechos de fabricación en 2002 y retomó su fabricación en 2007. Esta última empresa utilizó, al igual que LEGO, plástico semirrígido (polipropileno) para la fabricación de los bloques, y es por eso que su popularidad creció a pasos agigantados. Los bloques de Mis Ladrillos, aunque más atractivos y vistosos, utilizaban un tipo de plástico rígido que era proclive a las roturas o rajaduras y atentaba contra su durabilidad, en contraposición con los Rasti de polipropileno que evitaban el rozamiento y desgaste entre los encastres de las piezas y la superficie interna de los bloques, impidiendo así la fragilidad e inestabilidad de los modelos armados y proveyendo una robustez no conseguida hasta ese momento por la competencia. De todos modos, robo o no, LEGO nunca llegó a demandar a ninguna de las dos empresas, aunque si intentó acabar con los Tente, una línea de juguetes española de diseño muy parecido a las ya mencionadas… la demanda no dio sus frutos, e incluso los Tente fueron adquiridos por Hasbro, quien los comercializó en Estados Unidos y Japón, pero los número no cerraron, y finalmente la línea de producción se cortó en el 2007.

LEGO, la película animada

Finalmente llegamos a febrero del presente año, y al debut del 1er film (oh sí, ya se habla de una secuela) que nos pone a los juguetes LEGO en la pantalla gigante… y la mayor sorpresa de todas es que se estrena en nuestro país. Con guión de Dan Hageman [Hotel Transylvania (2012)], dirección de Christopher Miller y Phil Lord [Cloudy with a Chance of Meatballs (2009), 21 Jump Street (2012)] y las voces de Elizabeth Banks [la Miri de Zack and Miri Make a Porno (2008)], Will Arnett como Batman, Morgan Freeman, Will Ferrell y Jonah Hill, entre otros. Por lo que se puede apreciar en el tráiler, no tenemos que esperar una producción con el nivel argumental de los films de PIXAR, ni tampoco con la animación de punta que esta empresa denota en cada uno de sus estrenos, a lo sumo encontraremos 4 o 5 chistes relacionados con el juego y el contraste con las licencias que manejan que podrá sacarnos una sonrisa, enmarcados en una trama que podría resultar entretenida. Estoy más que seguro que a los pibes les va a encantar, pero dudo que sea un producto digno de ser consumido por gente adulta. 

Advertidos entonces de lo que posiblemente les espera, no me queda más que despedirme e invitarlos a que me lean de nuevo la semana que viene, acá, en Tierra Freak.